jueves, 29 de abril de 2010

Las divorciadas de Hollywood y los Oscar

Hoy sale en la prensa que Sandra Bullock ha adoptado a un pequeño bebé de color (negro). En realidad lo había adoptado con su marido, pero resulta que cuando Sandra Bullock ganó el Oscar, se divorció.
Yo todo esto ya lo sabía. Me enteré en casa. Porque el otro día llegué tras una intensísima jornada de trabajo tocándome los güevos y me encontré a mi chica rehogando acelgas, como siempre. Y entonces me salió de dentro todo el rencor acumulado desde mi niñez y le espeté con soltura:
- Cariño, quiero el divorcio.
Teresa me miró con esa cara que pone cuando piensa “pero mira que estás gilipollas” y me dijo sin dejar de rehogar las acelgas:
- No puedes querer el divorcio por tres motivos: uno, me idolatras; dos: no estamos casados; y tres: ni tú ni yo tenemos un Oscar.
Los motivos “uno” y “be” me parecieron razonables. El “tres” no lo entendí. Así que me fui al ordenador, salí de Bing, que últimamente me aparece como buscador por defecto, y entré en Google, con el que tengo una relación mucho más estable. Tecleé “divorcio + Oscar + tetas”. No me salió nada. Eliminé la palabra “tetas”, que cuando entro en Google la escribo como  por acto reflejo, y ya sí que me salieron varios resultados muy curiosos. Porque por lo visto, en Hollywood es tradición que cuando las actrices reciben un Oscar les den las gracias a sus maridos y después se divorcien de ellos. También les dan las gracias a sus madres y a sus agentes, pero de momento no existe ninguna estadística que indique que también se separen de ellas y de ellos.
Sandra Bullock en "The blind side". Ella no lo sabe, pero es la que desencadenó todo esta retahíla de divorcios hacia atrás en el tiempo.
Todo esto se descubrió tras la última ceremonia de los Oscar, en la que Sandra Bullock ganó el premio a la mejor actriz por The blind side. En su discurso de agradecimiento, dedicó parte del premio y un mohín de cariño a Jesse James, su marido, que tiene nombre de señor asesinado por el cobarde Robert Ford. Pero el señor asesinado por el cobarde Robert Ford, por aquel entonces, se estaba beneficiando a Michelle Bombshell McGee, una actriz porno. Días después, Sandra Bullock abandono al cobarde Jesse James, que entró en un centro de desintoxicación para sexoadictos, que yo creo que si tuviéramos con quién serlo, sexoadictos lo seríamos un poco todos. Total: que la cosa acabó en separación de pareja sólida tras recepción de dorada estatuilla en pelotas.
Entonces los investigadores empezaron a echar cuentas y a volver la vista atrás, y descubrieron que en los últimos 14 años, excepto Hellen Mirren y Marion Cotilliard (2007 y 2008), todas las ganadoras del Oscar a la mejor actriz principal se han separado o divorciado de sus parejas. Veréis:
  • En la edición pasada ya sucedió: ganó Kate Winslet por El lector. Pues en menos de un año se divorció de Sam Mendes, que acababa de dirigirla en Revolutionary Road. Dicen las malas lenguas que Kate tenía una historia con Leonardo DiCaprio. Y digo yo que como la historia viniera de los tiempos de Titanic, el pobre Sam debía de tener ya unos cuernos como los de la cabra de El dia de la bestia.
  • En 2006 ganó Reese Witherspoon por En la cuerda floja (qué nombre más apropiado para definir el estado de su matrimonio). Reese llevaba 7 años casada con Ryan Phillips, pero su amor no resistió esto del Oscar. Yo tendría dos motivos para divorciarme de Reese: que tiene una boca que le cabe un zapato y que yo no sé decir su apellido. Y como ella es más famosa que yo, seguro que a mí me conocerían como el señor de Güisterpún, o el marido de la Chismespún, y yo me haría un lío y diría que soy José María Clemente de Chimpún, y prefiero divorciarme a hacer el ridículo de por vida, qué queréis que os diga.
  • En 2005 ganó Hilary Swank por Million dollar baby. Hilary ya puso su matrimonio en peligro en 2000, cuando también lo ganó por Boys Don’t Cry. Su marido, Chad Lowe, se separó de ella a la segunda, porque le estaba llenando la casa de estatuillas absurdas y luego todas decís que las ponéis en el baño o en la casa de vuestra madre, pero es mentira y las colocáis en la mesita del salón y no se puede ver la tele. Y esto puede ser motivo de divorcio. En otro orden de cosas, a Hilary le cabe en la boca el otro zapato de Reese Chimchimpún.
Hilary Swank en "Million dollar baby". Reconocedlo: vosotros también os divorciaríais de esta bestia. 
  • En 2004 ganó Charlize Theron por hacer de fea en MonsterCharlize llevaba 9 años casada con Stuart Townsend, pero su matrimonio tampoco pudo con la maldición del Oscar. En este caso es comprensible: tú estáte 9 años despertando junto a Charlize y de repente despiértate al lado de una tía fea porque se está preparando el papel de Monster según el método Stalisnavski. Eso, si no eres el Duque de Alba, no hay quien lo resista.
  • En 2003 ganó Nicole Kidman por emular a Cyrano de Bergerac en Las horas. Eran esos años en los que el Oscar a la mejor actriz lo ganaba el mejor maquillador. La verdad es que cuando recogió el Oscar, Nicole ya se había divorciado de Tom Cruise, pero vamos a contarlo para que parezca que esto del Oscar y el divorcio ha pasado muchas veces. Nicole superó lo del divorcio, pero el papel de Virginia Woolf y su enorme narizota la dejó marcada y desde entonces la pobre mujer no para de operarse.
  • En 2002 Halle Berry ganó el Oscar por hacer de negra guapa en Monster’s Ball. 8 meses después se divorciaba de Eric Benet. No he indagado en el tema, pero espero que fuera ella quien lo dejó a él. Porque si fue él quien la dejó a ella, desde aquí digo sin temor alguno que Benet es un tontito. Investigaremos.
Halle Berry en "Monster's ball". Y reconocedlo: así a boe pronto de ésta no os divorciaríais...
  • En 2001 ganó el canalillo de Julia Roberts por Erin Brockovich. Otra a la que le cabría en la boca el zapato de Ris Güonderpún, pero basta ya, ¿en qué momento me he metido en este puto bucle de la boca grande y el zapato? Julia se separó de Benjamin Brat, que era ese macizo tan moreno o ese moreno tan macizo que estaba siempre con ella. Antes estuvo con un cantante que se llamaba Lyle Lovet y que era más feo que todos nosotros. Y después se casó con un señor que se llama Daniel Moder y con el que de vez en cuando tiene un niño. Pero seguro que en cuanto Julia gane otro Oscar los abandona a todos.
  • En 1999 Gwyneth Paltrow, otro nombre que nunca sé decir bien, ganó el Oscar por Shakespeare in love. Al que abandonó Güínez fue a Ben Affleck, otro actor. Porque los actores también se abandonan entre ellos…
  • En 1998 Helen Hunt abandonó a Hank Azaria por el simple motivo de que, como había ganado el Oscar por Mejor… imposible, pues tenía que dejar a alguien y Hank era el que tenía más a mano. Aparte de un gran actor, Hank Azaria es el tipo que le pone la voz a Moe, el tabernero de Los Simpson, y a Apu, el dueño del Badulake.
  • Y ya es cogerlo un poco con pinzas, pero en 1995 Susan Sarandon ganó el Oscar por Pena de muerte, que dirigió su marido Tim Robbins. Vale que luego ha tardado 15 años en divorciarse… pero divorciarse se divorciaron, ¿no?

Ah, por si os quedabais con las dudas, para cuando cerré Google la acelgas ya estaban más que rehogadas y nos las comimos. Final feliz.