lunes, 29 de junio de 2009

El aventurero total

A ver, os pongo en situación. Hará cosa de dos meses vinieron a casa unos amigos a tocar rock’n’roll, ingerir sustancias tóxicas y beberse unas cervezas, concretamente 21 por cabeza. Esto que acabo de decir y que suena a coña, es totalmente cierto. Mi chica huyó para no asistir a tamaño espectáculo. El caso es que a la mañana siguiente, sábado era, me desperté con una resaca del nueve. Sólo pude sentarme en el sofá y encender la tele. Puse Cuatro. Y me encontré con el programa de un tipo caminando por la selva en condiciones precarias, comiendo lo que se le ocurre y acompañado por un cámara que va en las mismas condiciones que él pero cargando con un bicharraco en el hombro que lo graba todo. Hipnotizado por este aventurero total, me quedo viéndole cerca de una hora. Qué cosa más entretenida. Luego he probado a verlo sin resaca y el asunto también funciona.
Llego el lunes al trabajo y comento mi descubrimiento con Eva Díaz de Cuatro, con la que como veis mantengo elevadas conversaciones en los cafés matutinos (Eva es una pedazo de profesional de la televisión y de las tendencias que está desaprovechadísima, aunque en la web de Cuatro seguro que piensan que no hay nadie a quien puedan aprovechar mejor). Y Eva me desvela, para mi regocijo, que es ella la que está haciendo el site de este programa que nos tiene a los dos anonadados, y que en realidad se llama El último superviviente. El individuo es Bear Grylls y sus aventuras se emiten los sábados y domingos de 12:20 a 14:20.
¿Es UmaThurman en "Kill Bill"? ¿Tom Cruise en "El último samurai"? NO. Es Bear Grylls, el último superviviente.
Pero para que entendáis de lo que hablo, voy a ponerme a ver un programa al azar de El último superviviente y os lo voy contando. Esperad, que aún no son las 12:20.

12.17. Todavía no.
12:18. Tengo un poco de gusa, me voy a por un trozo de queso.
12:21. Mierda, ya ha empezado. Un helicóptero lleva a Bear Grylls a un sitio lleno de hielo y le suelta en paracaídas con sus dos cámaras (así empieza el programa todas las semanas, qué hijos de puta los del helicóptero). Insisto: para mí los verdaderos héroes son los cámaras, pero no vamos a romperle la magia.
12:26. Debe de estar en Siberia, aunque también podría ser el microclima de los pingüinos de Faunia, pero me parece demasiado grande y no veo pingüinos.
12:34. Dice que tiene que recorrer 200 kilómetros para coger el transiberiano y que si no se muere. O sea que sí que está en Siberia, y decíais vosotros que no.
12:41. Para demostrarnos el frío que hace, decide coger un objeto que esté húmedo para que se congele y se le pegue a la mano. Por ejemplo, un cuchillo. Con lo fácil que hubiera sido pegarse un termómetro y mirar la temperatura. Una vez unido para siempre al cuchillo, dice que la única manera de quitárselo sin sangrar es orinar sobre él, y va y lo hace. A un amigo suyo, cuenta, se le pegó un tornillo en los labios y se lo tuvo que arrancar a lo bestia y sangró mucho porque no podía mearse en la boca. Pues yo lo hubiera intentado, agachándome y apretándome fuerte el pito para llegar lejos, yo qué sé, puestos a hacer el cerdo… Pero si voy a Siberia lo que haré será no pegarme cuchillos.
12:48. De repente, sin previo aviso, se come un trozo de oso muerto que se encuentra por ahí. La dieta del aventurero total es lo mejor del programa. Eva me cuenta que sus hits son un ojo de cordero y un testículo de cabra. Que digo yo que sería de cabrón. Luego le quita la piel al oso y se hace una cazadora majísima. Y con los restos va y se fabrica un trineo. Qué apañado es el último superviviente éste…
12:54. Empieza a estresarme, porque cada cosa que hace te dice que si no la haces tú, te mueres. Yo ni jarto de vino me meo en las manos, me como un oso y me fabrico un abrigo, así que en 12 minutos me habría muerto ya tres veces, el superviviente me habría comido (le daría para un par de pinchos morunos) y se habría hecho un pareo con mi piel.
13.03. Ay, me he despistado, pero creo que se ha comido un mosquito. Bear Grylls, ¿era necesario? Yo creo que esto ya es vicio, si un mosquito no debe de llenar nada.
13:08. De repente decide cruzar un lago helado y se queda en gallumbos. Hace un agujero en el hielo y se mete en el agua sin ropa. Me parece como lo de los mosquitos innecesario, pero acojona. Eso sí, no deja de aconsejarte que tú no lo hagas, como Flippy a los niños que ven El hormiguero: “eh, no hagáis esto en casa, ya lo hace todo Pablo Motos”.
Bear Grylls metido en una gruta helada. Imaginaos al pobre cámara, que debe de ser el penúltimo superviviente.
13:16. No sé cómo ha llegado a un bosque de Siberia, porque me he puesto a cambiar una bombilla. ¿Veis? Esto hay que verlo con resaca, para tener actividad cero.

13:23 Ahora empieza a hablar de unas ardillas asesinas que un día se comieron a un perro, como el conejo de
Monty Python. Así que, por supuesto, decide cazar una para comérsela. Coño, ¿no te podías comer otro mosquito para matar el hambre? La caza, la pela y se la come. Dice que está deliciosa y que quiere más. Esta misma noche me voy a un restaurante y pido un solomillo de ardilla a la pimienta. Sigue con hambre y se come el cerebro crudo y dice que es como paté congelado. Así que pediré el solomillo y luego un micuit de foie (ver el vídeo de lo de la ardilla frita).
13:30. Al final el muy gilipollas casi pierde el tren y lo coge de un salto. Los cámaras perecerán en la nieve, supongo, porque graban esta escena desde fuera.
13:36. Se baja en la siguiente parada y dice que “si se le sale un moco de la nariz se quedará congelado al instante”. Me muero de asco de pensarlo. De pensar en el suyo, en uno de otra persona o mío me da más igual, pero es que él seguro que se lo come.
13:45. De repente, un tumano (ya sabéis, los tumanos, no me hagáis explicaros ahora quiénes son los tumanos) le invita a “una morcilla con intestinos hervidos de oveja y sangre”. ¡Por fin, algo que prueba y que dice que no le gusta! Pero se lo acaba, el tío. Ya nos avisó al principio: “en el siguiente capítulo comeré cosas que os harían vomitar”.
Bear Grylls degustando una espuma de saltamontes y una araña camello deconstruida.
13:50. Dice que con el frío entran más ganas de orinar. Oh, Dios, ya veréis, va a orinar un chorro congelado y se lo va a beber como si fuera un Burmar Flash. Eso si no se orina en la lengua por si se le ha pegado alguna cosa más.

13:58. Sin previo aviso, se desnuda por completo y se baña. Le pixelan la cola, supongo que porque con el frío que hace se le habrá quedado chica. O igual se la pixelan para que no la vea y se la coma, el omnívoro éste.
14:03. Como no se ha visto la cola y tiene más hambre, se encuentra un yak y le saca un ojo (“yak” de animal, no yak de nicholson). Y se lo come. Es asqueroso, le sale líquido de la boca cuando lo muerde. Y tampoco era necesario lo de ojo, tenía al yak entero. Es como tener delante a Angelina Jolie y comerle un juanete (ver el vídeo de lo del ojo del pobre yak).
14:12. Felizmente saciado, da por terminada su aventura en Siberia.
En serio, estoy enganchado a este tío. A su estilo. A su peligrosa locura. A sus dotes de comunicador. A su asquerosa dieta. Es que yo creo que lo más asqueroso que he comido en mi vida son los espaguetis carbonara del comedor de Sogecable, o unas hormigas en Tailandia, que luego no me parecieron tan asquerosas. ¿Vosotros qué es lo más asqueroso que habéis comido? Digo en la mesa, no en la cama.


viernes, 26 de junio de 2009

Elegí un mal día para dejar de oler pegamento

Los ángeles de Charlie
Ésta es una de las frases que el inolvidable Lloyd Bridges pronuncia en Aterriza como puedas, minutos después de dejar para la posteridad las palabras que dan título a este blog. Así que también podría haber titulado el post de hoy “Escogí el peor día para dejar de beber” o “Escogí un mal día para dejar los tranquilizantes”. Pero también podría haber homenajeado a Truffaut y llamar a este post Los 400 golpes, porque no sé qué me pasa desde ayer, que todas las cosas que oigo o leo me golpean, me molestan, me cabrean y me entristecen.

Golpe 1 (intensidad alta). Farrah Fawcett-Majors
fue la primera mujer de la que puse un póster en mi habitación. No estaba sola: Jacklyn Smith en bikini y Kate Jackson vestida como de amazona la acompañaban super serias, medio rezando. Pero a mí la que me gustaba de verdad era Farrah. Yo tendría unos 10 años, y mi madre me dejaba tener el póster en mi habitación (que compartía) y forrar mis libros con Los ángeles de Charlie porque ante el peligro de que mis 6 hermanas me convirtieran en un julapillas, prefería que acabara siendo un machote pajillero (arriesgando la pobre a convertirme en una inquietante mezcla de ambos conceptos). En esa época me aprendí una parrafada que aún recuerdo sin consultar Internet ni nada (os lo juro): “Había una vez tres muchachitas que fueron a una academia de policía. Les asignaron misiones muy peligrosas. Pero yo las aparté de todo aquello y ahora trabajan para mí. Yo me llamo Charlie”. Y en éstas me entero de que Farrah Fawcett (que hacía mucho tiempo que ya no era Majors, y le faltaba muy poco para que por fin fuera O’Neal) ha muerto víctima del cáncer contra el que llevaba luchando años y años. Hoy se me ha muerto uno de mis tres primeros mítos eróticos. En mi póster estaba vestida de tenista, creo.
Golpe 2 (intensidad alta). Así que la noticia de la muerte de Michael Jackson me pilla un poco impactado, golpeado y nostálgico. Qué os voy a contar, si la música de Jackson nos han acompañado desde hace muchos años a todos, y todos nos sabemos sus canciones y recordamos los vídeos de Michael, en España Thriller fue utilizado prácticamente como  “especial de Nochevieja” en el año 1982 (¿os imagináis eso ahora, un videoclip como máximo reclamo de una noche de televisión?). Era una muerte que esperaba en cualquier momento, pero más anunciada, no sé, tras una enfermedad de piel, o algo así. Pero luego, cuando estas cosas llegan, te dejan congelado. A mí Michael Jackson me inspiraba lástima. Espero que descanse en paz, porque creo que no supo disfrutar de la vida (podéis leer un homenaje en condiciones a Michael Jackson en el magnífico blog de Fermín Zabalegui, Mil maneras de matar al D.J.)
El ratoncillo que le puso cuerpo a la voz de Wayne Allwine.
Golpe 3 (intensisdad media). Me pongo a repasar necrológicas recientes por si me he perdido alguna otra y descubro que hace un mes se murió Wayne Allwine. No disimuléis: no tenéis ni puta idea de quién es. Ni yo. Pero resulta que Wayne Allwine era nada menos que el tipo que le puso la voz a Mickey Mouse en inglés desde 1983 hasta 2009. Eso sí que merece un homenaje, pero también hay que reconocer que como en España no solemos ver los dibujos en V.O.S. (como es natural), pues además de no conocerle por el nombre, tampoco tenemos la opción de conocer su trabajo. Mis respetos para Allwine, lamento su muerte como la de cualquier ser humano, y agradezco y envidio por divertido y original su trabajo. ¿Qué es entonces lo que me golpea en el cerebro de esta noticia? Pues que Wayne Allwine estaba casado desde 1991 con Russie Taylor. Y Russie Taylor es la actriz de doblaje que le pone a voz a Minnie Mouse. ¿Os imagináis las discusiones conyugales en esa casa? ¿Con qué cara (o qué voz) le puede decir Wayne a Russie que le toca sacar la basura? ¿Cómo regañaban a los niños? ¿Se llamarían éstos Morty y Ferdie? ¿Con qué voz pedirían queso en el supermercado? ¿Tenía gato este matrimonio? Qué pareja más divertida. Mis respetos y mi sentido recuerdo a Wayne Allwine.

Golpe 4 (intensidad baja). 
Voy paseando por la mañana a la perrilla de mi madre, y como es muy simpática (la perrilla), se acerca y se sube encima de una joven de 40 años para jugar (a mí es que me conviene llamar “joven” a todo aquello que tenga 40 años o más). La sujeto por el collar y la regaño suavemente (a la perra, no a la joven), y entonces la mujer me dice: “No, si la perra no me molesta, lo que me molestan son las personas”. Pero me lo dice sonriendo amablemente. Entonces no entendí si me estaba queriendo decir “los animales son mejores que las personas y tú tienes un animal, luego eres buena persona, hagamos el amor”, o por el contrario me decía: “no me molesta que la perra juegue conmigo, me molestan los imbéciles como tú que lo intentan impedir”. Qué tensión. Me despista cuando no sé lo que me quieren decir. Me obsesiono con ello, me llevo la anécdota al trabajo y os juro que hoy no sabía lo que me quería decir nadie. De verdad: lo podéis comprobar llamando a mis compañeros.
Golpe 5 (intensidad media). La Academia de Hollywood decide que el número de títulos nominados al Oscar a la Mejor Película del año pasarán de ser 5 a ser 10. Esto no sucedía desde 1943, el año de Casablanca. ¿Y por qué me afecta tanto este golpe bajo? Por varios motivos. A) Desde hace muchos años CANAL + retransmite los Oscar, y yo escribo unos guiones para hacer reportajes previos sobre las películas nominadas. Me comprendéis, ¿verdad? B) Desde hace muchos años organizo en casa (o en la de algún amigo) unas míticas veladas para ver la entrega de los Oscar en directo. Apostamos en todas las categorías, y yo soy el encargado de diseñar la quiniela. Y lo hago con una plantilla desde hace unos 10 años, así que me han jodido vivo, porque la plantilla ya no vale. Mierrrrda. C) Desde hace muchos años me gusta ver todas las películas nominadas antes de la entrega de los premios, pero a veces es difícil porque se estrenan muy pegadas a esta fecha. Si con 5 candidatas ya me costaba, con 10 ya ni os cuento. Remierrrrda.
Golpe 6 (intensidad mínima, pero de perplejidad).  Leo que Marion Cotilliard ha tenido un brote de sinceridad lésbica con Penélope Cruz como objeto de deseo. Después de trabajar con ella, ha dicho textualmente que “es la más maciza del mundo, y ese cuerpo… no le podía quitar los ojos de encima. Tanto que me hubiera gustado ser un hombre”. Yo he hablado dos veces con Penélope y en ambas dio exactamente igual que yo fuera un hombre o una gamba, Bueno no, porque de ser una gamba tal vez Pé me hubiera chupado la cabeza. Eso sí, me gustaría que Marion Cotillard siguiera siendo una mujer toda su vida, y además siempre tan guapa.
Golpe 7 (intensidad alta, pero de cabreo). En mi búsqeda de necrológicas antiguas, me topo con una frase de Rouco Varela . Dice que “el crimen del aborto ensombrece la democracia”. No me parece este blog un foro para entrar en el debate del aborto, aunque por supuesto que tengo mi opinioncilla. Pero centrándome en la frase de Rouco, subrayo la palabra “democracia“. ¿¿¿Democracia??? ¿Cómo puede hablar de democracia la cabeza visible en España de una institución jerárquica que no permite oficiar a las mujeres y cuyos miembros tienen prohibido casarse y tener niños, pero permitido abusar un poquito de ellos? ¿Cómo puede hablar con autoridad de “democracia” o de cualquier cosa un señor que va a los sitios importantes vestido de esa manera? (esta última frase, que me encanta, reconozco que se la he robado a Jordi Galcerán, el autor de El método Gronholm). Pensaréis que esta indignación no tiene nada que ver con el cine y la tele. Y tenéis razón, caramba.
Lo dicho… elegí un mal día para dejar de fumar, beber, los tranquilizantes y oler pegamento.


miércoles, 24 de junio de 2009

Filmografía de un Chapero (y otros cortos)

Una vez más, recurro al despreciable truco de poner un título llamativo al post para captar más público. En realidad, de lo que voy a hablar hoy es de Eduardo Chapero-Jackson y de algunos cortometrajes. ¿Por qué? Porque me dieron libertad para elegir los temas de este blog y hoy elijo éste.
Pasado mañana se estrena en algunos cines de Madrid, Valencia, Valladolid y Cádiz (en los UGC) un experimento llamado A contraluz. A contraluz dura una hora y un minuto, y consiste en la difusión de los tres cortos de Chapero-Jackson seguidos, al módico precio de 3 euros. Chapero es seguramente el cortometrajista español más laureado del mundo. Su segundo corto, Alumbramiento, ganó el premio del Cine Europeo y estuvo a punto de ser nominado al Oscar (se quedó en la última criba de 10, de la que salen los 5 candidatos). Los 3 cortos juntos suman más de 100 premios, 40 de ellos internacionales.
Aquí os surgirán tres preguntas:
¿Lo de Chapero es apellido o mote? Es apellido, parece mentira que me preguntéis eso.
¿Es majo Eduardo Chapero-Jackson? Pues sí, lo es. Le entrevistamos para nuestra TV y así se comportó, como un Chapero majo.
¿Son para tanto los cortos de Chapero, o no? Bien, vayamos por partes.
Una imagen de "Alumbramiento". Como veis, una comedia no es.
Contracuerpo lo protagoniza Macarena Gómez y trata el tema de una obsesión y un delirio como metáfora (explícita) de la anorexia. Las imágenes son muy potentes, Eduardo rueda bien. Aunque a mi juicio tiene un componente de paja mental demasiado elevado, un toque de “qué raro y original soy”, algo muy común en el mundo del cortometraje, por desgracia, y eso me descoloca un poco.

Alumbramiento
es el más celebrado, premiado y mejor de sus cortos. A ver, va de una agonía, del dilema moral sobre dejar morir en paz o no dejar morir cueste lo que cueste. O sea, de eutanasia. Mariví Bilbao, musa de otros ilustres cortometrajistas (léase Borja Cobeaga) está magnífica. Su agonía es tan real que los 7 primeros minutos son duros, casi desagradables (cuesta no dejar de ver el corto). Pero de pronto, a historia pega un giro en el tema y el ritmo que para mí justifica todos sus premios.
The End (of water) no está mal, pero tampoco está del todo bien. Es un mediometraje (27 minutos) con muy pocas palabras, algunas pronunciadas por Miguel Ángel Silvestre, El Duqueeeeeeeeee!!!, y nos muestra un mundo apocalíptico y supuestamente futuro en el que escasea el agua. Me parece conocer ya este ambiente, no sé si gracias a Orwell, a Cuarón (Hijos de los hombres) o a Fresnadillo (28 semanas después). Pero The End eleva bastante el nivel de los cortos españoles.
Lo que no sé es si A contraluz es un plan muy recomendable para la salud mental. Eduardo no es la alegría de la huerta (en persona sí que es simpático, pero me refiero filmando). Cada uno de los cortos te provoca una depresión distinta, así que ver los tres seguidos (yo no lo he hecho) debe dejarte sumido en un cubo de basura sucio y lleno de caca (esta expresión, que me encanta, se la he robado a un pingüino de Locos por el surf). Es como ver un maratón con las películas de Jaime Rosales, pero cortas y con más ritmo. Pero haced lo que queráis, que no soy vuestra madre, aunque me encantaría ser vuestra cuñada.
¿Queréis saber más títulos de cortos que elevan esa media? Pues buscaros la vida, vagos.
No hombre, es broma. Permitidme que os recomiende algunos.
Empezamos por uno español, concreta y oficialmente, el mejor corto español del año, porque ganó el Goya. Se llama Miente, de Isabel de Ocampo. Yo le he encontrado en dos partes: http://www.youtube.com/watch?v=JCz8HGRTi2c y http://www.youtube.com/watch?v=fXkTCHJfIDI.
Un corto español que ni siquiera estuvo nominado a los Goya se llama ¡Nena!, de Lluís Segura. Está interpretado por dos niños que juegan (sin saberlo) a ser mayores, y ya nos gustaría que muchos actores mayores actuaran como estos dos niños. Muy recomendable. Yo lo vi en el Festival de Alcalá de Henares, pero vosotros podéis verlo en http://www.youtube.com/watch?v=S0UB9dcGO6Q y http://www.youtube.com/watch?v=t18YDbL1Jng.
Últimamente estoy viendo muchos cortos de aniimación. De los que he visto el último año, os recomiendo esta joya de dos minutos y medio de unos pulpos luchando por sobrevivir en una de las islas griegas, mi chica dice que es Mikonos. Mucha gente piensa que el corto es de Pixar, pero qué va, qué va. Aún así, estuvo nominado al Oscar. Se llama Oktapodis
Este corto, Presto , sí que es de Pixar y también estuvo nominado al Oscar. Es más divertido, pero de menos calidad´, opino. Lo podéis encontrar en los extras de Wall-E, pero también aquí: http://www.youtube.com/watch?v=tSdaIJOQsoE.

Y hay un corto de animación menos tradicional, con dibujos más irreverentes, creado por un genio llamado Bill Plympton. El corto es Hot Dog, y trata sobre un perro con voación de bombero. Yo, que por mucho blog que tenga soy más torpe en Internet que Nicole Kidman en la consulta del cirujano, sólo he encontrado el tríaler. Como sois más listos que yo, buscad el corto completo. Mola. http://www.youtube.com/watch?v=HWw-9L87fSk

lunes, 22 de junio de 2009

Miniseries como la vida misma

Lo primero de todo: éste es el post número 100 de este blog. No tiene tanto mérito: el blog de mi admirado Fermín Zabalegui (Mil maneras de matar al DJ) cumplió el centenario mucho antes que el mío, y eso que empezamos el mismo día, lo cual me deja como un vago baboso que no merece vivir. Aún así, me hace ilusión haber llegado a 100. Felicidades, cielo.
Lo segundo de todo: aclaremos qué es una miniserie.
MINISERIE. Dícese de la serie de televisión que  dura dos, tres o cuatro capítulos. Si la televisión que los emite piensa que la va a cagar en audiencia, los pone todos seguidos en plan hala, 4 horas a lo bestia. Si creen que va a funcionar, lo hacen en días consecutivos (lunes, martes, miércoles, y ya).
ANEXO 1: No se consideran miniseries las series que duran dos capítulos porque la cadena las quita pronto porque son una ñorda así de grande, como Ellas y el sexo débil de Ana Obregón o A ver si llego de José Luis Moreno.
El tema de las miniseries viene al caso porque Antena 3 acaba de anunciar el rodaje de una sobre el ex-presidente Adolfo Suárez. Por lo visto la serie va a contar su trayectoria no sé desde qué momento (supongo que desde antes de que muera Franco, cuando Suárez militaba en el Movimiento) hasta el 29 de enero de 1981, cuando dimitió. 25 días después ya sabéis, Tejero dio el golpe: Así que para qué iban a seguir con la historia, cuando acabe la serie de Suárez que la gente se ponga en DVD las del 23-F: la que tuvo éxito de TVE o la que no vieron ni los que la hicieron en Antena 3.
Adolfo Suárez jurando su cargo (supongo, porque si no que situación más absurda).
El actor que va a hacer de Suárez es Ginés García Millán. No tengo nada contra el pobre muchacho, pero no puedo con él (¿esta frase es coherente?). A este actor no le perdono dos cosas. La primera es una película que dirigió Manuel Palacios y que se llamaba Gitano (la vi en el preestreno con Eva Díaz de Cuatro y creo que nunca me he reído ni hablado más en un cine, y eso que la película no era una comedia y los actores estaban en nuestra misma sala). La otra cosa que no le perdono es una trama en la serie Periodistas en la que se infiltraba en una banda mafiosa mexicana (con dos cojones los guionistas: seguro que eso pasa todos los días en el periodismo español), y que no le descubrían porque ponía acento mexicano y decía “güey”, “no mames” e “hijo de la chingada”. A mí me parecía que imitaba a Bigote Arrocet.

La miniserie la va a dirigir Sergio Cabrera, un tío que ha hecho películas estupendas como La estrategia del caracol y que ha dirigido muchos capítulos de Cuéntame, nadie es perfecto. Y por lo visto el hijo de Suárez les ha contado muchas cosas y ha dado el visto bueno. Pues nada, que la hagan, que la hagan.
Eso sí, a ver si con esto nos vamos a creer que el chollo de las miniseries es nuevo y lo acaban de descubrir Antena 3 y TVE. No hija, no. Como casi todo en televisión y en la vida, menos la fregona y el chupachús, las miniseries las inventaron los americanos. Los del norte, para más señas. En los años 70 pusieron de moda los telefilmes, y en España empezamos a comprarlos y a emitirlos. En los 80 experimentaron su auge. Los requisitos eran dos: estar basados en hechos reales y estar protagonizados por actores de cine o televisión venidos a menos. Por ejemplo, Farrah Fawcett después de Los Angeles de Charlie. O Cheryl Ladd después de sustituir a Farrah Fawcett en Los Angeles de Charlie. Hoy en día, ambas actrices siguen protagonizando telefilmes. Luego, en los 90, los americanos transformaron los telefilmes en miniseries. Y en 2009, todos los sábados a las 4 de la tarde Antena 3 y Tele 5 emiten telefilmes de dos horas clavadas. A mi madre le encantan, y mi chica los utiliza para reforzar su siesta.
No sé muy bien cuál sería la primera miniserie que se hizo en España. Como no me apetece consultarlo ahora mismo y tengo a Enrique Catá de Hachette para corregirme si me equivoco, voy a decir que la primera miniserie creada en España (venga, no me arriesgo, una de las primeras), con esta fórmula de buenos actores y casos reales y recientes fue Padre Coraje. La dirigió Benito Zambrano (el de Solas) en 2002, la protagonizó Juan Diego y era buena. Parecía una película, y eso en esa época todavía era un piropo.
Funcionó bien, pero no ostenta el récord. El récord lo consiguió el pasado mes de febrero 23-F, el día más difícil del Rey, de TVE. En este blog hablamos mucho de ella, y Julio dijo en los comentarios que el Rey tuvo dos días difíciles: éste y cuando nació su hija Elena. Antena 3 también hizo su miniserie del Golpe, pero se la merendaron entre TVE, Lluís Homar y Emilio Gutiérrez Caba. Hicieron un 31% de audiencia contra un 7%. Palizón: 4,5 veces más que la de Antena 3, que se llamaba Historia de una traición.
El Rey con Sabino Méndez. Digo, con Sabino Fernández-Campo.
Pero Antena 3 tuvo también su momento de gloria, y la segunda miniserie mas vista de la historia es El Castigo, de Daniel Calparsoro, sobre cinco adolescentes sometidos a un programa educativo de dudosa legalidad. No estaba mal, de hecho ayer volvieron a ponerla enterita, del tirón. A mí el título me parece una paradoja, porque he visto varias películas de Calparsoro que podrían haberse llamado El castigo perfectamente.

Leo que TVE está preparando Operación Jaque sobre el secuestro de Ingrid Betancourt y que Antena 3 tiene en preproducción Un burka por amor, basada en un libro de Reyes Monforte, que hace 15 años hacía un programa de radio que se llamaba País de locos que me tenía superenganchado, a pesar de que la sintonía la cantaba Pedro Ruiz. Tele 5, siempre a su bola, está preparando una miniserie sobre Paquirri. Desde aquí desmiento tajantemente que el papel de la Pantoja lo vaya a interpretarJosé María Íñigo. Y que Paquirrín iba a hacer un cameo, pero no entraba en la pantalla.
No tengo la menor duda de que en breve alguna tele hará una miniserie sobre el caso de la joven asesinada en Sevilla. Marta del Castillo. Igual que hace un año Antena 3 rodó Días sin Luz, sobre la niña secuestrada y asesinada de Huelva. La idea en principio me pareció repulsiva, pero luego fui leyendo que el padre de Mariluz apoyó y supervisó la idea porque quería que la gente conociera el caso. Además, la dirigió Antonio Hernández, un conversador excelente (doy fe) que además rodó una joya del cine llamada En la ciudad sin límites. Y el papel de pederasta asesino lo interpretó admirablemente Eduardo Antuña, un tipo al que sólo se recuerda por su friki disfrazado de Darth Vader en La comunidad de Álex de la Iglesia, y que afrontaba aquí su primer papel dramático. He tenido la suerte de trabajar un año con Eduardo Antuña y de haberle escrito unos quince sketches para televisión. Es un tipo tan grande, tan buena gente y con tanta vis cómica (y para mi sorpresa, dramática), que me jodió bastante no poder seguir trabajando con él, igual que me jode no verle más a menudo en el cine o en la tele.

Y digo yo, ¿sobre qué hecho real haríais una miniserie? Si la idea es buena, me ofrezco para escribir el guión, llamar a Antuña para que lo protagonice y buscar un buen equipo de producción. La pasta, ya si eso, la ponéis vosotros.

jueves, 18 de junio de 2009

100 años de Errol Flynn y de sus dotes para el piano

El libro que os digo de Errol Flynn. Este pie de foto era innecesario.
En este año 2009 se cumple un curioso doble aniversario: hace 100 años que nació Errol Flynn y hace 50 años que se murió Errol Flynn (Actividades: ¿A qué edad murió Errol Flynn? Razona la repuesta).

Así que este post homenaje a Errol Flynn podría haber sido escrito en cualquier momento del año, pero he elegido hoy porque el 20 de junio (o sea este sábado, pero yo os lo cuento ahora porque el sábado he quedado), Errol cumpliría 100 años si viviera, pero no es el caso. Para celebrar el cincuentenario de su muerte habría que esperar al 14 de octubre, pero ese día también he quedado. Y seguramente a causa de estos dos aniversarios vais a ver este año en las librerías una autobiografía titulada “Errol Flynn, aventuras de un vividor”, que nunca se había editado en España. Algunas de las cosas que os cuento hoy vienen en ese libro. Pero otras no. Porque yo podría ponerme a escribir un post del estilo: “Oh, Errol Flynn, qué estrella más grande, ése Robín de los Bosques, ese Pirata del Caribe, oh”. O ponerme a elogiar sus dotes actorales, o su mítica figura. Pero no es mi estilo (Actividades: ¿Cuál es mi estilo? Y si encuentras una respuesta a esta pregunta, ¿me la puedes enviar?). Así que mejor voy a ser frívolo y contaros cosas que, al menos a mí, me resultan curiosas de este tipo tan así.
 Por ejemplo, que Errol en realidad se llamaba Leslie, como Leslie Nielsen y como la hermana pequeña de la Nancy. En realidad era Leslie Thompson Flynn, y nació en Tasmania, Australia, o sea, como el diablo de los dibujos y como Hugh Jackman, Nicole Kidman, Russell Crowe, Mel Gibson… Tanto como se habla ahora del boom de los actores australianos y resulta que el primero de ellos era del año de la tana (Actividades: ¿De qué año es “La Tana”? Es más, ¿quién coño es “La Tana”?).
Errolcín, de niño, estudió en los mejores colegios de París y Londres, y fue expulsado de todos ellos. Errolcito, de adolescente, puso sus primeros cuernos con 17 años, mejor dicho, ayudó a la mujer de su superior en el ejército a ponérselos a su marido. Cuando el oficial descubrió a su cadete echando un polvete en su sofacete, le empezó a dar de hostias hasta que la cosa acabó en el hospital. Acabó en el hospital  el marido cornudo, porque Errol salió ileso de la pelea. Errolcillo, de joven, trabajó como buscador de oro, contrabandista de diamantes y policía. Era muy extremista, como veis.
En 1937, no me preguntéis por qué, Errol Flynn fue depositario de una importante suma de dinero destinada a la II República Española. En cambio, el FBI tenía documentación de sobra que identificaba al actor con una ideología próxima al fascismo. Es más, dada su ascendencia irlandesa, se temía que el dinero pudiera acabar en el IRA. No hubo problemas: la pasta no le llegó ni a Azaña, ni al IRA ni a Hitler ni a nadie. Nunca se supo lo qué pasó con ella. Que se la fundió, vamos.
Sus fiestas eran míticas. Eran prácticamente orgías. Y aquí llega el gran dato, la gran leyenda urbana. En esas fiestas, cuando se tomaba más de una copilla, Errol Flynn deleitaba a sus amistades tocando el piano con el rabo. Huy, perdón, que poco fino he estado. Lo tocaba con el pene, ya sabéis, con el miembro, con el canutillo. Así entre nosotros, a mí no me parece para tanto: yo toco la batería. Pero se supone que, como os he dicho, esto es una leyenda urbana. Una leyenda, eso sí, confirmada por la mismísima Marilyn Monroe, que un día asistió a uno de estos conciertos para piano y pepino en Re Mayor (Actividades: ¿es posible tocar el piano como Errol Flynn pero poniendo acordes?).
Errol Flynn. Nunca le he visto tocar el piano, pero lo de la foto son espadas.
Pero hay una leyenda urbana mejor (o casi). John Barrymore, abuelo de Drew Barrymore y uno de los mitos del cine mudo, era un fijo de sus fiestas, porque aunque tenía 30 años más que Errol Flynn, aguantaba más drogas y alcohol que él y los Rolling Stones juntos. Cuentan que, cuando John murió, sus amigos lo desenterraron y lo llevaron a casa de Errol para que asistiera de cuerpo presente a una última fiesta en su honor. Por supuesto, todos lo negaron. Pero yo un día vi un documental sobre John Barrymore en el que varios supervivientes de esa época decían: “Sí, es una leyenda, pero no es cierta, cómo va a ser verdad, qué burrada, qué delito más grande…” Hasta que llegaban a Mickey Rooney, que añadía: “En efecto, yo mismo ayudé a desenterrarle”. Así que yo me creo esta leyenda. Y la del piano.

La verdad es que Errol era un poco alcohólico. Como dice Javier Cansado, fue el inventor del destornillador (mi anticuada y preferida copa, debo decir). Cuando le prohibían llevar alcohol a los rodajes, Errol inyectaba whisky en un kilo de naranjas, y se las iba zampando en el plató. Qué maestro. No en vano, el alcoholismo le castigó el hígado y el corazón de tal manera (el instrumento no sé si se lo castigó tanto, me refiero al piano), que murió con 50 años, pero la autopsia decía que su cuerpo parecía el de un hombre de 75. Cuentan que fue enterrado con seis botellas de whisky “para el camino”.

P.D. Iba a colgar una secuencia de alguna de sus películas, pero hay un vídeo de “El informal” de cuando Florentino era gracioso - Florentino Fernández, no Pérez - que cada vez que lo veo me meo de la risa (en las teclas del piano). Pertenece a la película El burlador de Castilla. Salud, Errol.

lunes, 15 de junio de 2009

Las consecuencias de la telebasura

En noviembre de 1992 tuvo lugar el terrible crimen de las niñas de Alcàsser, un tremendo episodio de nuestra crónica negra jamás resuelto del todo. Aparentemente, el máximo culpable (un tal Antonio Anglés) se fugó en un barco, o se arrojó al mar, ya no lo recuerdo bien, el caso es que desapareció de la faz de la tierra. El otro culpable, un tal Miguel Ricart, fue condenado a 171 años de cárcel. Mucho antes de esta sentencia, y la misma noche en que se encontraron los cuerpos de las niñas, a la indescriptible Nieves Herrero se le ocurrió montar el escenario de su programa De tú a tú en la plaza de Alcàsser y reunir a los vecinos para que hablaran del tema en caliente y sin demasiado conocimiento de causa. Si llega a ser por ella, la pena de muerte hubiera sido reimplantada en España ese mismo día. Entiendo el dolor de la gente, pero me pareció tan irresponsable y tan bajo de moral ese programa, que para mí ése fue el día en que nació la telebasura en España (aunque ya sé que no es así). De Nieves Herrero os podría contar algunas anécdotas muy divertidas que me regala un amigo al que adoro y que trabajó con ella, como que la primera vez que Nieves decidió “salir a la calle” para vivir de cerca los reportajes, los suburbios, la miseria… le robaron el bolso y ya no volvió a intentarlo. Pero hoy no me apetece, ya otro día os las cuento si eso. 

Fragmento del careto de Nieves Herrerro.
Luego llegó Pepe Navarro con Esta noche cruzamos el Mississippi, y llevó el tema de Alcàsser hasta el paroxismo. Cada noche acudía a su programa Fernando García, uno de los padres destrozados por el crimen y que hacía lo que podía para esclarecer la verdad. Imaginaos (y comprended) en qué estado emocional. También llevaba Pepe a un criminólogo supersiniestro llamado Juan Ignacio Blanco, que hacía por su cuenta una investigación y un juicio paralelos. Y de vez en cuando aparecía en el programa un hermano de Anglés, “El Mauri”, que soltaba perlas como “yo aquella noche no sé dónde estaba, pero estaría drogándome por ahí”, que luego repetían en el programa como si fuera una coña de Juan Jesús, ese friki descubierto por Javier Cárdenas. Y estas “tertulias” se hacían todas las noches. TODAS. Eran el hilo conductor del late night, como ahora lo pueden ser Gran Hermano u Operación Triunfo. Después de esto ya sí, salía Lucas Grijánder y te meabas.
"Esta noche cruzamos el Mississippi". El instigador, la víctima y el aprovechao.
Cuando tuvo lugar el juicio, en 1997, Canal 9 (Valencia) recuperó las figuras del padre y el criminólogo para comentar con ellos cada jornada del proceso. No pude ver estos programas, pero leo que en ellos Fernando García (insisto: en manos de la desesperación y de la búsqueda de justicia) acusó, difamó, calumnió, etc.

Ahora un juez de Valencia ha dictado sentencia contra el programa Juì de Alcàsser, “por alimentar reacciones mentales insanas para aumentar la audiencia”. Canal 9 tiene que pagar unos 210.000 euros (o sea, lo que viene a valer un dedo del pie de Cristiano Ronaldo). Fernando García unos 270.000. El criminólogo 350.000. El director del programa y la presentadora han sido absueltos, no me preguntéis por qué. Y tampoco hagáis mucho caso de estas cifras, las copio de una información de Internet y yo me lío mucho con los números, no sé ni contar hasta cinco, mirad: uno, dos, cuatro, ocho, ¿veis?
Un mapa de Alcàsser.
Y ahora soy yo el que se va a poner visceral, populista e irracional. Allá va mi sentencia: el padre de la niña debería ser absuelto, porque fue manipulado por profesionales de la comunicación para buscar audiencia, tirándole de la lengua y jugando con su desesperación y desgracia. Los de Canal 9 deberían ser condenados a pagar tres veces todo el dinero que exige el juez, a pachas con el director, la presentadora y el criminólogo, al que supongo que la publicidad le vino de perlas porque luego escribió libros y todo. Además, les daría a los tres con una vara de bambú en la cabeza hasta que les picara mucho. Y a lo mejor hasta los metía en la cárcel un rato.

A Pepe Navarro y Nieves Herrero también les metía un multazo ejemplar, es más, donaría las cantidades a las familias de las niñas. Por exhibir públicamente el dolor de un pueblo y de unos padres (los de las otras niñas eran contrarios a la “estrategia” que seguía Fernando García), y por aprovecharse de sus manifestaciones moldeándolas a su gusto con la ayuda del criminólogo chungo. Nieves Herrero, además, ponía cara de mucha pena. Pues 10.000 euros más por sobreactuar, hala. Y además, les obligaría a los dos a ver todos sus programas y les tiraría de los pelos de la nariz tres veces.

Y no les metería en la cárcel porque pobres presos.

jueves, 11 de junio de 2009

Enamorarse en 7 minutos

De vez en cuando me despierto sudoroso en medio de la noche escuchando en mi cabeza la voz de María Jiménez, la persona que me propuso hacer este blog y a la que nunca se lo podré agradecer lo suficiente. O tal vez sí, no lo sé. El caso es que, en mis sueños, María se me acerca y me dice con su dulce voz:
“¿Pero este puto blog no tenía que ser de actualidad de cine y televisión? ¿Qué coño tienen que ver con eso las Mama Chicho, AC/DC y Eurovisión? Botarate, que eres un botarate”.
Y luego me arropa y me besa en la frente.
Por eso, de vez en cuando, me gusta hablaros de las películas que veo antes de que se estrenen en los cines, sobre todo si después puedo entrevistar a sus elencos. Me encanta esta palabra, “elenco”. Si alguna vez tengo un hijo le llamaré “Elenco” o “Gustavo García”.
 El lunes vi 7 minutos, una comedia española de Daniela Féjerman que se estrena mañana (Daniela antes dirigía películas con Inés París, y ésta es la primera que hace por su cuenta). Los 7 minutos del título se refieren al tiempo que te dan en los locales de citas rápidas: tú te sientas 7 minutos con una persona de diferente sexo, charlas, y a los 7 minutos cambias de mesa y de pareja. Y empiezas otra vez. Y así todo el rato. O sea, es como una orgía de elocuencia con polvos rápidos y dialécticos, con gatillazos y todo. Luego votas a las personas que te han gustado, y si alguna te vota a ti, pues los responsables del local te pueden poner en contacto con ella para que te la tires. 7 minutos no es la comedia del siglo pero se deja ver, está por debajo de Gente de mala calidad y por encima de Al final del camino, por citar dos ejemplos del último año. Tiene buenos golpes, el guión no fracasa estrepitosamente y las interpretaciones son muy correctas, lo mejor que hace Daniela es dirigir actores. Y hablo de pesos pesados como Antonio Garrido, Marta Etura, Toni Acosta, Luis Callejo, Pilar Castro, Asier Etxeandía
Un fragmento del cartel de "7 minutos".
Gracias a Dios y a CANAL+ (siempre les doy las gracias a los dos por si acaso), esta vez pude entrevistar al elenco. Normalmente, los actores te cuentan las cosas más interesantes cuando la cámara no está encendida, pero porque los pobres no saben que ese tipo raro que les pregunta cosas tiene este blog para cotilleároslas.

Por ejemplo, con
Daniela Féjerman estuve hablando off the record (o sea, fuera del disco) en un ratito en el que se nos fue la luz de los focos. Yo le decía que la iban a criticar porque el guión de su película está co-escrito por la Ministra de Cultura Ángeles González Sinde. Daniela, que es un cielo, lo sabe perfectamente, pero me aclara que cuando escribió 7 minutos con Ángeles, no es que no fuera ministra, es que no era ni Presidenta de la Academia. Da igual, aún así se lo criticarán, pero no será mi caso. También me explicó cómo era eso de dirigir una película con otra persona sin tirarte a la cabeza los platos del cátering, y me lo explicó muy bien. Tras algo más de 7 minutos (realmente fueron 20), yo me podría enamorar un poquito de Daniela Féjerman, pero no mucho porque si no luego mi cuñado sería Andy Chango.
Toni Acosta ganó en Málaga un premio con esta película. Toni Acosta es un cielo. Antes de empezar la entrevista nos trató a todo el equipo como si fuéramos personas (lo digo porque muchos actores no lo hacen, no saludan, no se dan cuenta de que la cámara la maneja un ser humano, etc). Comentaba Toni que esto de las citas rápidas le parece genial: tiene un amigo adicto en Nueva York que está encantado porque allí son 9 minutos en vez de 7, y le va muy bien. Pero le da pena perder esa etapa de la seducción, las dudas (¿le gustaré yo?) y como ella dice, el miedo a meter la pata. Estoy de acuerdo: me encanta esa época en la que estás enamorado de alguien y entonces te conviertes en un ser torpe y patético que no para de meter la pata (o de pensar que lo hace). Lo que no le pregunté es cómo son las Navidades de alguien que es la nuera de Raphael. ¿Ven en su casa el especial de Nochebuena? ¿Se levanta Raphael en los postres y canta el Ropopompom, ropopompom? De ser así, ¿qué cara pone Natalia Figueroa? ¿Es negro el  pijama de Raphael? Tras algo más de 7 minutos (serían unos 15), yo me podría enamorar de Toni Acosta, pero pasaría de tener a Andy Chango de cuñado a lidiar con Raphael, que de momento es su suegro y  mío no sé lo que sería.
Toni Acosta. Es muy buena actriz y muy maja, muy maja.
Antonio Garrido, el hombre que está hasta en la sopa con Quién quiere ser millonario, La chica de ayer y ahora con esta película, es tal cual te lo esperas: simpático, campechano, locuaz, y cuando te da la mano lo hace con fuerza, no te entrega una trucha fofa. Justo después de mi primera pregunta le sonó el móvil. Yo, en un alarde de ingenio, le dije que si era el comodín de la llamada. Dios mío, pero cómo se me ocurrirán estas cosas. Cuando le pregunto por su buena racha de trabajo, me recuerda las palabras que le dijo un actor llamado Emilio Segura: “Lo primero que tienes que aprender si quieres ser actor es a ahorrar”. Tiene razón: sin ir más lejos este domingo se acaba “La chica de ayer”, y además se acaba del todo. Grabaron dos finales, uno por si había segunda temporada y otro por si la serie se terminaba definitivamente. Emitirán el segundo, porque Antena 3 no ha llegado a un acuerdo, y eso que la serie funcionaba bien. Antonio es otro que aboga por ir de cañas y no por las redes sociales o las citas rápidas. Le pega todo. Tras algo más de 7 minutos (estaríamos unos 15), yo me podría enamorar de Antonio Garrido, pero tendría que ser un poco más gay y el muchísimo más, me temo.

Tenía ganas yo de hablar con Marta Etura, porque me parece un pedazo de actriz y porque en el pasado se me frustraron dos entrevistas con ella. Marta es tan dulce, tan agradable, tan sonriente, que te transmite calma y paz, dos cosas que ahora mismo me vienen de perlas. Tampoco es fan de las citas rápidas: ella necesita tocar, sentir, necesita la piel, dice. “Pues tócame a mí, reina mora”, pienso yo, pero no se lo digo porque tengo puesta mi “sonrisa boba de entrevistas de haz como que la escuchas con interés”. Tras algo más de 7 minutos (serían unos 15), yo me podría enamorar de Marta Etura. Y me sobrarían 14:50.

Marta Etura, qué mona.
Con Pilar Castro se nos fue la luz también. Vaya día más tonto. Más seria de lo que uno espera después de verla en Días de fútbol o Cuestión de sexo, Pilar se considera una segundona del cine (aunque yo creo que quería decir “secundaria”). Dice que suele aceptar papeles que rechazan otras actrices, y que francamente, así le va muy bien, y estoy totalmente de acuerdo. En cambio, ésta es la primera vez que le dan un papel sin hacerle una prueba, qué gran ojo entonces el de Daniela Féjerman, porque Pilar es de lo mejorcito de la película. También aboga por el contacto humano más que por las citas rápidas, por los guateques, los bailes, los clubs… Cuando se fue, se le olvidó despedirse. Toni Acosta, por ejemplo, volvió para que nuestro realizador Carlos García le recordara su nombre, porque tienen un amigo común. A eso me refería antes.

Si habéis tardado 7 minutos en leer este post, podéis votarme y ya si eso pues después nos liamos. Pero si os da cosica, me conformo con un comentario.