domingo, 28 de marzo de 2010

Políticos TV

Mi propuesta para esta Semana Santa es lanzar un canal temático de televisión en el que sólo aparezcan políticos. “Qué horror” – diréis con toda la razón del mundo – “justo en estos días de vacaciones en los que nos libramos de ellos y sólo les vemos sacando a hombros a los Cristos de sus pueblos”.
Pues sí, justo en estos días. Para que no les olvidemos del todo, porque si les olvidamos, cuando volvamos de vacaciones va a ser muchísimo peor. Lo que hoy veis aquí es una experiencia piloto, un esbozo para que os hagáis una idea de lo que pretendemos lanzar como canal para la TDT de pago (por supuesto, y para ser consecuentes con el canal temático, este pago podrá hacerse con dinero obtenido por financiaciones ilegales o directamente en negro).
En este canal, para el que estamos hablado con Rody como presentador de las galas de verano y con Elsa Pataky para lo que ella quiera, no aparecerían políticos dando discursos, ni sesiones del Congreso, ni inauguraciones de parques con patos en los que en cuanto se va el político vuelven a poner las vallas y a quitar los patos. Sólo aparecerían políticos en situaciones en las que nos podamos reír de ellos, para compensar todas esas otras ocasiones en las que ellos se ríen de nosotros. Los contenidos del canal se nutrirían básicamente de discursos absurdos, idas de olla y pilladas.
Ejemplos de estas situaciones para que entendáis el concepto e invirtáis en la idea:
1. La más reciente: Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid, le dice a su Vicepresidente que han tenido la inmensa suerte de quitarle un puesto “al hijoputa” (del asunto éste de Cajamadrid). Dicen que la Presidenta es muy cercana y campechana. Pues joder con la campechanía…
2. José Bono ya se adelantó a Esperanza Aguirre en este asunto de considerar que “los de los partidos propios son unos hijos de puta”. Sea verdad o no, porque en todas partes cuecen habas (todos trabajamos con algunos), esas cosas no las debe decir un político, y por eso nos suele gustar oír lo que dicen off the record. Bono, otro tío con fama de campechano, algo que debe consistir en insultar a los compañeros y decir tacos.
3. Aznar pensando que habla inglés. Mítico discurso en Texas en el que al entonces Presidente se le va la olla y se pone a hablar en español con acento tejano, con una enorme sonrisa de satisfacción cuando comprueba que la primera frase le ha salido bien. Siempre que veo este vídeo me entra una risa nerviosa y me pregunto qué coño pasó por la cabeza de Aznar para ponerse a hablar así.
4. Zapatero confesándole a Iñaki Gabilondo al terminar una entrevista antes de las segundas elecciones que ganó, que al PSOE “le conviene que haya tensión”. Pues no era lo que decían en los mítines, en los que acusaban al PP de generar esa tensión y que ellos eran buenas personas y que la tensión estaba muy fea y que eso no se hacía, hombre.
5. Federico Trillo gritando ¡Viva Honduras! en El Salvador. Yo creo que éste es mi vídeo favorito. Al entonces Ministro de Defensa se le fue la olla pero mucho, y acabó su discurso gritando ¡Viva Honduras!, que es como si aquí aparece Berlusconi y chilla ¡Viva Trinidad y Tobago! Ojo a la reacción de los soldados, respondiendo lealmente (aunque con cara de pasmo) “¡Viva!” sin importarles lo que vaya después. Yo creo que si Trillo grita “¡Me cago en vuestra puta madre!”, ellos responden: “¡Me cago!” (Trillo podría tener su sección propia, porque una de las primeras pilladas que recuerdo es la de su famoso “manda huevos”, pero no la he encontrado por la web (o “huev”).
6. No sé si tiene mucho que ver con la política, pero para cara de pasmo las que pusieron los miembros de la selección nacional de tenis el día en el que, en lugar de escuchar el himno de España, un tío con una trompeta muy cutre les interpretó el himno de Riego, o sea, el de la República. Mola ver a Feliciano mirando a Moyá como diciendo: “¿Éste no es, no?”. Seguro que los australianos buscaron en Internet España + himno + trompetica y les salió ése. Todos se enfadaron mucho, pero yo me parto con estas cosillas.
7. Volviendo a las elecciones de 2008, en nuestro canal intentaríamos negociar con La Sexta para que nos prestaran unos vídeos que montaba mi amiguete Carlos Luján y en los que Mariano Rajoy y Zapatero debatían con José Ortega Cano. Si no los visteis entonces, pinchad, son imprescindibles.
8. Ahora que lo pienso Zapatero también podría tener sección propia, como Trillo, porque es inolvidable el día en el que Jordi Sevilla le dijo por lo bajinis que no se preocupara, que lo que hace falta saber de economía para ser Presidente él se lo contaba en dos tardes. Que con la que está cayendo, pues ya podían haber dedicado tres. Como no he encontrado el vídeo, os pongo uno de Zapatero hablando en inglés sobre bonsais. Y digo yo: ¿por qué nadie enseña a los Presidentes de España a hablar en inglés antes de llegar al puesto, aunque sea en dos tardes? Así evitaríamos a un tío hablando en tejano y a otro hablando tan mal de bonsais. Mariano, toma nota y ponte el canal “Aprende inglés” de la TDT.
9. Y ya puestos a tener colaboradores fijos, pues contratemos también a Aznar, que además de poder presentar para las tardes un programa de aerobic rollo Eva Nasarre destinado exclusivamente a las abdominales, nos podría deleitar con una de las pilladas más sinceras que recuerdo: después de soltar un importante coñazo a los parlamentarios europeos, lo reconoció con todas las letras: “vaya coñazo que he soltao”
10. Y terminamos otra vez con Rajoy, al que  también le parecen un coñazo otras cosas, como por ejemplo, el desfile del 12 de octubre… paradójico, ¿no? Pero no le culpo: es que es un coñazo. Menos cuando sacan a la cabra e insultan a Zapatero, que es todo como más folclórico, pues yo me aburro bastante. Pero no penséis que soy antipatriota, ¿eh? ¡Qué va! De hecho, mirad: ¡VIva Honduras!
Yo no sé si esta cadena tendría éxito. Intuyo que no. Por si acaso, estamos pensando en un canal alternativo en el que sólo habría fútbol y tetas. No sé, igual hasta tiene más abonados, la gente es muy suya…
Vaya coñazo os he soltao.

ACTUALIZACIÓN: Perdón, no sé cómo he podido olvidar el lapsus de Zapatero explicándole al mundo que el Gobierno iba a alcanzar un acuerdo internacional para que cuando los españoles viajemos por el mundo y nos encontremos con rusas guapas y ricas, nos las podamos follar sin problemas. Tal cual. ¡Feliz Semana Santa! 

miércoles, 24 de marzo de 2010

Porno

Estaba el otro viernes yo en casa insultando a unos tramoyistas y de pronto me dije: “¡andá, si los viernes en Cuatro echan 21 días y yo hace mucho que no lo veo porque Samantha Villar me pone de los nervios!” Así que puse la tele, pero sólo salía el Tío de la Vara. Y entonces miré el teletexto, que desde el apagón analógico lo veo superpequeño, y comprobé que ese viernes no ponían el programa. Y me dije a mí mismo, “porras, hoy yo tenía cuerpo de Samantha Villar” (quiero decir que el cuerpo me pedía ver 21 días, no que mi cuerpo ese día fuera como el de Samantha Villar, y que me hubiera salido rajita). Pero yo soy muy perseverante: si no consigo una cosa a la primera, lo vuelvo a intentar. Si no sale a la segunda ya lo dejo, pero esta vez no hizo falta, porque me pude quitar el mono en la web de Cuatro. Busqué 21 días y me salieron varios títulos. Elegí al azar uno de los últimos: 21 días en la industria del porno (qué pasa, que no cuela lo de “al azar”, ¿no?).
Samantha Villar rodando su primera peli porno. Porque la escena que veis al fondo, amigos, no pertenece precisamente a una versión moderna de "Bambi".
Ah: quiero dejar una cosa clara. Os voy a hablar de porno pero no esperéis que utilice palabras como “polla”, “coño” o “semen”. Ya me conocéis, tengo una educación exquisita y un espectacular conocimiento del vocabulario hispano, así que prefiero utilizar sinónimos mucho más ricos léxicamente como “cirulo”, “gruta del amor” o “sánex”, igual que hago en mi vida cotidiana. Si buscáis guarradas os habéis equivocado de blog.
Bueno, pues en el programa éste Samantha se pasa los cinco primeros días acompañando a Dunia Montenegro, una de las pornostars más famosas de España, aunque no es española, pero no recuerdo donde nació porque cuando lo dijeron yo estaba mirándole distraídamente las peras. Las dos nuevas amigas van a un rodaje, se prueban ropa de pilingui, Sammy acompaña a Dunia a depilarse la vieira… pues eso, las cosas naturales que hacen dos amigas nuevas. Pero Sammy abandona muy pronto a Dunia porque la ve rodar una escena lésbica y a su parteneire se le rasga un poco el interior del choto, y a Samantha no le pareció bien, porque ella es muy de no perecerle bien que la gente se vaya por ahí rasgando las intimidades.
Luego visita a Torbe, que es el gurú del porno freak por Internet, un tipo que en el programa se comporta como un loco histérico con el que no se puede hablar, pero que yo sé que no es así porque me ha contado cosas de él mi amigo Rafa, que le conoce perfectamente.
Una escena de "21 días" en la que ruedan una escena de una película muy freaky de Torbe.
También convive con una actriz debutante, asiste al rodaje de una escena en la calle e incluso ella rueda una escena (como directora) con gatillazo incluido. Y de too esto me interesa una conversación de Samantha con una actriz mientras hacen yoga, en la que le explica cuáles son las mejores posturas para hacer el guarri y que quede estético en cámara (se lo explica la actriz a Samantha, no al revés). Pero el resto no sé, como que no me descubre nada nuevo. Es que yo tengo CANAL+ desde hace mucho y algunos viernes no salía.
Tengo varios amigos que no han pasado 21 días en la industria del porno, sino que llevan cerca de él unos seis meses, y los que les quedan, porque trabajan en un programa llamado Mundo X (CANAL+). Y las cosas que me cuentan y cómo me las cuentan me parecen mucho más reales y sobre todo más divertidas que las que contaba Samantha Villar. Pero claro, os hablo de cuatro personas que te pueden hacer llorar de risa contándote el funeral de un mormón ñoño.
Patricia Mediavilla me suele analizar personalmente a las actrices a las que entrevista y trata (y que son bastante normales). Alberto del Valle me enseña las fotos que se hace en festivales con estrellas porno, que no sé cómo lo hace pero en todas parece que son las actrices las que le han rogado que se haga una foto con ellas. Y los que más cosas me cuentan son Nacho Valcárcel (un realizador de aúpa, reciente padre, músico y compositor de un grupo que se llama Cosmonauta y que está ganando todos los concursos que se convocan sobre la faz de la tierra) y Pedro Temboury (el director de Karate a muerte en Torremolinos y Ellos robaron la picha de Hitler). Son dos de las personas con las que más me río de Europa.
Por ejemplo, me contaron un rodaje de una película porno al que tuvieron que ir, grabar y luego montar (no hacer chistes con la palabra “montar”). Y en ese rodaje vieron cosas tristes y cosas cómicas. Cosas tristes que no se contaban en Cuatro y que debe de ser el pan suyo de cada día, como el disgusto de una actriz porque no le salía una escena de sexo anal, y que llorando les explicaba a todos que nunca sería una actriz completa hasta que eso le saliera (mejor dicho, le entrara). Y en los descansos practicaba el fornicio para dilatar. Pobre.
Pero también cosas graciosísimas, como que los actores, entre toma y toma, se andan masajeando la cornetilla para que no se les baje. Bueno, esto creo que lo sabe todo el mundo. Pero lloraba de risa cuando Temboury me contaba que un actor, sin dejar de darle a la zambomba, se le acercó y le preguntó con total naturalidad: “oye, ¿y esto cuándo sale en la tele?”. Pedro no sabía si contestarle igual: “el viernes a la 1 (zaca, zaca, zaca)”. También me contaba que en el rodaje de repente un actor puede aparecer, saludarte y estrecharte la mano. Y claro, según lo escrupuloso que seas… ¿qué haces? ¿se la coges? ¿te pones un condón en la mano?
O que en una escena de sexo oral femenino (o sea, un cunilingus, es decir, un caballero libando de la hendidura del placer) de pronto el director gritó: “¡corten!”, y la actriz gritó más alto: “¡ni de coña!”
O el caso contrario: ver a un actor que, a punto de terminar, extrae el tornillito del amor de la tuerquecita del clímax, se va a un rincón, cuenta hasta diez y recita una alineación de fútbol, para volver enseguida a ensamblar el cohetito.
Y también me orinaba de la juerga cuando me contaban que entrevistaron a un actor justo después de rodar una escena y de expulsar el néctar del amor. Y claro, el pobre estaba agotado. Pedro me decía: “José María, son  como los futbolistas, te dicen jadeando y sudando: pues sí (…), la escena ha estado bien (…), he terminado tres veces hoy… ¡dicen lo mismo que Messi cuando mete tres goles!”
Y me hablan de precios. Estas actrices cobraron 150 euros por sesión. En 21 días se hablaban de cantidades mayores. Como decía Gomaespuma, no todo el monte es orgasmo. El gran Jess Franco opina que proporcionalmente están mejor pagadas que en su época. No sé, a mí me parece poco…
Mis amigos, además de construir un estupendo programa de televisión, me hacen pasar unos ratos estupendos escuchándoles. Por mí que estén mucho más que 21 días en el mundo del porno. Siempre que ellos quieran, claro.

P.D: Pedro y Patri me acaban de utilizar como actor de doblaje para ponerle la voz a un reportaje sobre un productor de porno gay alemán. Qué cosas me han hecho decir. Una vez más han conseguido que me parta de risa, son únicos.

lunes, 22 de marzo de 2010

Los niños más odiosos de la historia de la televisión

El pasado viernes me llamaron bastantes personas para felicitarme. ¿Por el día del padre? No, porque era mi onomástica, porque yo me llamó San José, como el carpintero aquél, y la gente quería compartir conmigo semejante mérito. En cambio, nadie me felicitó por el día del padre, seguramente porque no lo soy.
Es más, me he criado una cierta fama de no ser fan de los niños, y eso es bastante injusto. Yo adoro a los niños, me gustan mucho, pero no en el mismo sentido que a los curas éstos que están ahora tan de moda. Los niños son la alegría de la vida, la ilusión de los adultos, el color brillante que tiñe de felicidad las aburridas vidas de los mayores.
Bueno, eso algunos. Porque otros me parecen unos pequeños hijos de perra, como por ejemplo mis vecinos de abajo, que cómo chillan, y luego hay otros que a veces huelen mal.
No te pueden gustar los niños así en general, como no te pueden gustar las mujeres en general: no te pueden gustar Halle Berry y Belén Esteban, te tienen que gustar sólo algunas mujeres. Y te pueden gustar algunos niños, pero no todos.
Yo esta teoría ya le tenía cuando precisamente era niño yo, época en la que, coherentemente, me odiaba a mí mismo porque chillaba y a veces olía mal. El motivo es que desde que veo la tele, y os estoy hablando de hace muchos años, siempre me he encontrado en las series con niños repipis que dan repelús. Me he puesto a pensar en compañía de mi hermana Beatriz y me han salido unos cuantos niños televisivos que justificarían la restauración de la monarquía de Herodes, aunque ya sé que eso no puede ser porque al que le toca reinar después de Juáncar es a su hijo Felipe.
Pero en mi memoria quedarán para siempre estas incómodas figuras infantiles, si no os acordáis de algunas de ellas es que sois más olvidadizos que yo o sencillamente más jóvenes. Dejadme pensar que es lo primero.
  • Barullo. Barullo era negro. Y además de ser negro, ¿quién era Barullo?, os preguntaréis histéricos. Pues era el niño de Los Chiripitiflaúticos, pero si vuestra memoria o edad no llega a 1973, no sabréis de qué hablo. Yo a Barullo le tenía manía porque era más listo que los mayores, cantaba bien, podía ir en globo y encima era negro. No le odiaba por ser negro, o sea, no era un problema de xenofobia, al revés, yo soy más blanco que el queso Philadelphia, y me daba envidia su color tan sanote. Barullo en realidad se llamaba José Santiago Martínez. Nunca más volvió a actuar, pero Santiago Segura, otro gran friki de mi generación, le recuperó para la escena más racista de Torrente, el brazo tonto de la ley.
Los Chiripitifláuticos. A ver si adivináis cuál es Barullo.
  • Laura, Mary y sobre todo Carrie. Si yo hubiera conocido a las niñas de La casa de la pradera seguro que las hubiera tirado del pelo, y seguro que después, entre las tres, me hubieran dado de hostias. Mary y Laura me daban cosita porque eran tan buenas, lloraban tanto y se decían entre sí tantas veces “te quiero” que me hacían sentirme como un gusano sin sentimientos que odiaba a mis semejantes, porque yo no sé decir “Te quiero”, fijaos: “Te quiofrea”, ¿veis? No hay forma. Carrie, la pequeña, directamente no me afectaba. No hacía nada, no hablaba, sólo sonreía en brazos de sus padres. En casa decíamos que era como un saco. A mí las niñas de los Ingalls me parecían tan odiosas como los niños de los Olleson.
  • Vicky Stubbing, la niña de Vacaciones en el mar. Me parecía una repelente, qué queréis que os diga. Iba siempre vestida de mayor, con tacones y pintada como una puerta pintada, y trabajaba como ayudante de Relaciones Públicas en el barco del amor, que yo creo que por mucho que fuera la hija del Capitán, eso no es legal. A mí los niños que hablan como si fueran mayores me dan miedo. A Ivana Baquero, la niña de El laberinto del fauno, le pasaba un poco, pero ya está creciendo y se nota menos.
  • Rudy y Vanessa Huxtable. Cuando conocí a las hijas de Bill Cosby yo ya había superado lo de mi alba palidez, al contrario que el pobre Michael Jackson, así que no les tenía manía porque fueran más morenas que yo. Pero estas niñas volvían a parecerme repipillas, y sus escenas con Bill Cosby me daban vergüenza ajena, y yo tengo la vergüenza ajena muy acusada, y cuando una secuencia me ruboriza me da por hacer zapping, y como en esa época la tele se veía en familia, pues yo cambiaba de canal y mis hermanas, que eran blancas, me tiraban piedras de río a la cabeza. Por eso las odiaba. La otra hija de los Huxtable era Denise, o sea, Lisa Bonet, pero Lisa Bonet ya no era una niña. Como yo tampoco era un niño, pues Lisa Bonet era la hija que más me gustaba. Le tenía un cariño especial, una simpatía acentuada, un apego cordial… Sí, me habéis entendido: Lisa Bonet me la ponía obesa.
Los Huxtable. Hoy la que me pondría cariñosote sería la madre, que en la vida real era hermana de la señorita Grant de "Fama".
  • Me estoy dando cuenta de que le he tenido demasiada manía a actores-niños-negros. Voy a tener que mirarme en el médico, igual en mi infancia fui racista y por eso ahora soy idiota. Pero es que en los 80  hubo también dos negritos tremendos: Webster y Arnold. Webster y Arnold eran dos niños pequeñísimos, tanto que uno de ellos (Arnold) era enano. El actor de Arnold estuvo haciendo de niño un porrón de años, porque lamentablemente no crecía. Webster no sé si creció (como le tenía manía luego no seguí su trayectoria), pero era un repelente de aquí a Lima.
¿Veis qué pequeño Webster? ¿A que parece un llavero? Pues bien, el enano era el otro.
  • Mira, los niños de Verano azul no me provocaron ese efecto de rechazo. Supongo que si les viera ahora me provocaría rechazo hasta la madre que parió a Chanquete, pero en ese momento no me parecían deplorables. En cambio, años después, Antonio Mercero sí me hizo pasar vergüenza ajena con otro de sus niños, Guille, el de Farmacia de guardia (como ya sabréis los asiduos de este blog, el que me parecía un crack era El Piña).
  • Ya que estamos hablando de niños y de series españolas de gran audiencia, el que también era tremendo era Chechu, el de Médico de familia. No Aarón Guerrero, el actor, que pobrecillo, sino el personaje, que mezclaba las travesuras con la ternura y con el abuelo que le llamaba muchas veces Chechu. Es que Emilio Aragón es como Mercero pero subiendo el nivel de ñoño.
  • Con las que no podía era con las niñas de Padres forzosos. Yo entendía perfectamente el título de la serie, y pensaba: “y tan forzosos”. Tampoco podía con sus tíos, ni con el rockero, que seguro que era un pederasta que tocaba a las gemelas Olsen, ni el bobote que manejaba una marioneta. Y a las niñas las vestían como a pilinguis.
Y así, de los últimos años, se me viene a la cabeza Carlitos, el niño de los Alcántara, o sea de Antonio y Merche, o sea, de Imanol Arias y Ana Duato, o sea de Cuéntame. Es que es difícil conseguir que un niño en la tele sea creíble. Por eso cuando veía Aquellos maravillosos años, con ese Kevin que tenía envidias, odios y que no sabía pedir perdón… o cuando vi una película argentina que se llamaba El sueño de Valentín, con ese niño llamado Rodrigo Noya que luego hizo Hermanos y detectives… entonces el trabajo de los directores me parece maravilloso, me quito el sombrero y vuelvo a creer en el patrón de todos los niños, que es San el Niño Jesús.

Ah, y era buenísimo el niño de A las once en casa. El actor se llamaba Javi de Quinto, y ahora es amigo mío. ¿Veis? No odio a todos los niños… Pero me he dejado muchos a propósito. Os toca.

jueves, 18 de marzo de 2010

Tensión sexual no resuelta, El mal ajeno y Las viudas de los jueves (se habla español)

Mañana es el día del padre, así que yo debería estar ahora mismo intentando tener hijos con Elena Anaya, Blanca Suárez o Marta Etura, pero eso no puede ser. Las cosas no funcionan así, hijo.
Porque como en media España es fiesta (o en España entera, no tengo ni idea) y los estrenos se adelantan un día, del viernes a hoy jueves, lo que en realidad me toca es hablar de películas. Y como ya sabéis que en el cine español existe una cierta fijación por invitarme a ver sus películas, y en mí existe una cierta fijación por aceptar, pues os voy a contar algunas cosas de dos películas españolas que se estrenan hoy y de una tercera que se estrena la semana que viene, que no es española pero como si lo fiera, porque es argentina y el idioma se entiende estupendamente, es increíble esto del argentino y el español, es que hay muchísimas cosas que se dicen igual, como por ejemplo “vaca”.
Voy a ir una por una, porque si no qué lío.
EL MAL AJENO
Esta película tiene algunas cosas por las que ya intuía que me podría gustar, pero también otras por las que no. La apadrina Amenábar, y eso me da buena espina. Pero la protagoniza Eduardo Noriega, que todavía no me ha convencido en ninguna película, pese a que las veces que he podido hablar con él me ha caído chupi. El guión es de Daniel Sánchez Arévalo, que me cae más que rechupi, y que me parece que lo que mejor sabe hacer es contar historias (bueno, y dirigir actores). Pero el argumento es un poco fantasioso, y leído en la sinopsis da un poco de cosica (es que no os quiero desvelar mucho, aunque seguro que si de repente lo buscáis en Internet os cuentan hasta los créditos finales). Sale Angie Cepeda, y eso justifica el precio de cualquier entrada, incluso aunque en este caso me estén invitando Nadia y Verónica de Alta Films. En fin… con tantos pros y contras, ¿me gustará la película, no me gustará, sí me gustará, no me gustará pero sí me gustará? ¡Ay, qué nervios!, me dije, y me oriné en todo el medio de la sala.
Eduardo Noriega y Belén Rueda en "El mal ajeno".
Que no hombre, que no me oriné, qué chorrada, ¡a mi edad! (bueno, precisamente por mi edad podría empezar a orinarme otra vez en cualquier momento).
Bueno, pues a lo que íbamos, que a mí El mal ajeno me gustó. Me parece que Oskar Santos dirige con muchísimo oficio una historia que, por poco creíble, podría resultar ridícula, y no lo es. Que Daniel consigue una historia que le hubiera gustado firmar a M. Night Shyamalan, fundamentalmente porque recordando a su estilo, supera la mayor parte de sus películas (supera las de M.N.S., no las de D.S.A.). Me parece que Eduardo Noriega hace su mejor papel (aunque, ay, no lo borda). Que Clara Lago, Angie Cepeda y Luis Callejo hacen creíbles sus paranormales situaciones. Y todo así de bien. Bueno no, se me hace raro el papel de Belén Rueda, pero me he enterado de que en el montaje definitivo han cortado muchas de sus intervenciones, y por eso ha quedado un personaje tan extraño. Es como Nicole Kidman, que ha quedado rara porque han limado parte de su nariz y han editado en una sala de avid otros rasgos suyos. Pues con el papel de Belén ha pasado igual.
Calificación: pos a mí m’a gustao.
TENSIÓN SEXUAL NO RESUELTA
Esta semana coinciden en cartel dos películas españolas, bueno, allá ellas. Tensión sexual no resuelta pretende seguir la fórmula de Fuga de cerebros o Mentiras y gordas: utilizar actores jóvenes de éxito en televisión dentro de una comedia un poco loca y con las hormonas disparadas. Están Norma Ruiz, de Yo soy Bea, Adam Jezierski, de Física o Química, Amaia Salamanca de Sin tetas no hay paraíso, Pilar Rubio, de SLQH, en un papel de narradora que sobra de una manera sorprendente, Miguel Ángel Muñoz, por siempre de UPA… y entre todo este reparto, Fele Martínez aparece más perdido que una mona sucia en un monasterio cisterciense (vaya, nunca había utilizado antes este símil). Fele parece como si mirara hacia arriba, al párrafo de El mal ajeno, y dijera: “Alejandro, Eduardo… ¿por qué me habéis abandonado?”
Norma Ruiz y Salomé Jiménez. Qué monas.
La película la vi en una situación casi tan surrealista como las que ella plantea: en una pequeña sala de proyecciones, sin butacas, solamente con un sofá que comparto con Andrés Arconada de la COPE, sentados muy juntos y solos. Qué raro todo. Pero esto se me olvida enseguida porque la película es un despropósito. Es una comedia de enredos amorosos y sexuales, de éstas películas en las que de repente cualquiera puede ser gay de toda la vida sin haberlo sabido, o donde una mujer es lesbiana sólo un rato y luego ya no. También me recordó a esa película de Antonio del Real llamada Cha cha cha, que ahora se me antoja como si fuera de Wilder o Lubitsch. Y me recordó porque es una de esas historias en las que las parejas se intercambian, luchan por recuperarse y de repente descubres que todo estaba planeado por quien tú menos te lo esperas (bueno, en este caso sí te lo esperas, es más, lo ves venir de lejos, por absurdo que parezca). Creo que Santiago Segura habrá producido películas mejores que ésta, aunque no vi La máquina de bailar.
Yo creo que se llama Tensión sexual no resuelta porque al final resuelven las cosas de una manera tan fofa que lo mejor habría sido que no resolver nada, ni la tensión ni la no tensión. Para tensión la que teníamos Andrés Arconada y yo en el sofá tan estrecho ése.
Calificación: virgen santa, pero qué es esto.
LAS VIUDAS DE LOS JUEVES
Ésta es la argentina que os decía que no se estrena hoy, sino el 26 de marzo, día de San Braulio. Tengo una amiga a la que no le gustó una película porque en la primera secuencia moría el protagonista, y después se contaba su historia, con lo cual, según ella, ya le habían jodido el final. “Pues a poco que hayas leído en la vida no vayas a ver ni Titanic ni Gandhi”, le dije yo. A esta amiga no le gustaría Las viudas de los jueves por su escena inicial, pero lo mejor de la película es pensar cómo diablos se llega a esa escena inicial (que obviamente, es el final de la historia).
Las viudas de estos jueves están casadas con unos triunfadores (a su manera) que a lo largo de la película nos van desvelando las míseras infelicidades de su falsa felicidad. Dentro del reparto, Leonardo Sbaraglia está bastante correcto. A mi chica le gusta Leonardo Sbaraglia más que a un tonto una tiza, esto os lo digo para que veais que cuando yo me declaro a Elena Anaya, Blanca Suárez o Marta Etura lo hago porque somos una pareja abierta. Ernesto Alterio sigue con esa cara de sorpresa que se le ha quedado desde que rodó Vientos de agua. Y Juan Diego Botto es de lo mejorcito de la película. Película que vi con mi productora Cristina Iglesias, a la que yo creo que le gusta un poco Juan Diego Botto, pero no lo puedo contar porque a lo mejor su marido y ella no son una pareja abierta. Ah, Las viudas de los jueves la dirige Marcelo Piñeyro, el de Plata Quemada y Kamchatka.
Calificación: ni fu ni fa, si acaso más bien me inclinaría por fu.
Éstas cuatro son las viudas. ¿A que dan cosilla? Pues no, los temibles son ellos.
Y yo ya no sé qué más contaros, de verdad, dejad que me vaya.
Gracias.
P.D. A principios de esta semana moría el actor Peter Graves. Peter Graves no era muy conocido: los más veteranos del lugar le recordarán porque con él empezaban todos los episodios de Misión imposible (la serie). Pero sobre todo porque fue el piloto del Aterriza como puedas, ese inquietante individuo que compartía cabina con Kareem Abdul-Jabbar y un tal Víctor. Y sobre todo, el tipo que invitaba a un niño a visitar su cabina para luego soltarle perlas como ¿Te gustan las películas de gladiadores? ¿No has visto nunca a un hombre adulto desnudo? ¿No has ido nunca a un gimansio? ¿Has estado alguna vez en una prisión turca? Es la pederastia más sutil y descojonante que he visto en mi vida.

Julio proponía en un comentario poner la bandera de este blog a media asta por la muerte de Peter Graves. Qué menos. Aterriza como puedas no es mi película favorita, pero me hace tan feliz que tal vez algún día llegue a serlo. De hecho, por algo le da título a este blog…

lunes, 15 de marzo de 2010

¿Un buen año para el cine español? Claro, ¡yo no soy tonto!

Odio el eslogan publicitario que he utilizado en el título, pero para esta entrada viene que ni pintado (Pausa léxica: ¿porque se dirá “venir que ni pintado”? ¿quiénes vienen pintados? ¿los de Avatar? No sé, amigos, no sé).
Veréis, me ha dado por escribir este post por dos motivos:
  1. El viernes pasado me invitaron a ver una película española que aún no se ha estrenado y que es mala hasta decir basta, pero yo no lo dije, así que me la tuve que tragar enterita. Y pensé: “coño, yo por esto no pagaría ni un duro, pero por Celda 211 o El secreto de sus ojos podría incluso pagar otra vez”.
  2. El día antes vi un gag de Enjuto Mojamuto (Muchachada Nui) en el que se le aparecía el dios de las descargas ilegales. Y Enjuto le decía: “Me estoy bajando una película española”. Y el dios: “¡No jodas!” Y Enjuto: “Qué va, es la última de Peter Jackson”. Y el dios: “Ah, qué susto me has dao”.
    Guardad estos dos datillos, porque luego los utilizaremos para la salsa.
Hemos oído hasta la saciedad que 2009 ha sido un buen año para el cine español. Que el público ha vuelto a las salas. Que hemos subido la cuota con respecto al cine americano. Que ha sido el segundo mejor año de la década después de 2004. Y todo esto es incontestable, las cifras así lo indican. Pero por una razón muy sencilla y que parece una perogrullada: los espectadores hemos vuelto a las salas porque los cineastas españoles han hecho buenas películas. Y cuando no buenas, sí bien pensadas.
Penélope Cruz en "Avatar". Digo, en "Los abrazos rotos", el primer éxito de taquilla de 2009.
- NIÑA (con voz angelical y algo aturullada): Bueno, ¡pero eso no dice nada!
- BLOGUISTA (con paciencia y voz de Julie Andrews): Quizá con ejemplos lo entendáis…
  • En marzo se estrenó Los abrazos rotos. Para ser un Almodóvar no funcionó demasiado bien, pero hizo bastante caja, que es de lo que se trata en este post (más de 4 millones €).
  • La fiesta económica continuó con Mentiras y gordas (4 millones 200) y Fuga de cerebros (¡casi 7 millones!). Buenas no son, pero están bien pensadas y dirigidas a un público muy concreto que respondió y fue a las salas. Y eso vale, si queremos hacer industria habrá que hacer pelis malas pero taquilleras para que luego pueda haber pelis buenas. Para entendernos, es algo parecido a lo que hacen Robert Redford o George Clooney, que a veces actúan en chorradas sonrojantes para sacar pasta y poder rodar luego películas de autor y en blanco y negro, como Quiz show o Buenas noches y buena suerte.
  • Después del verano llegó El secreto de sus ojos, una película que se nota de lejos que es argentina pero que como es una coproducción española, pues parte de sus beneficios se quedan en nuestra hucha. El secreto de sus ojos lleva seis meses en los cines, ha ganado el Goya, ha ganado el Oscar y puede que sea la película que más tiempo ha aguantado en las salas este año. Sin contar todavía el repunte que le dará el Oscar, en España ya han pagado por verla 1 millón de espectadores.
  • Y en octubre, [Rec2]. La floja reaparición de mi adorada, reverenciada y dioscomomegustaestachicayquebienmecae Manuela Velasco consiguió cerca de 5 millones. Vale, la película no era buena, pero que le quiten lo bailao a sus productores.
  • Más tarde se estrenó la carísima Ágora. Aquí no amortizó su coste, que es una burrada, pero en cuanto se estrene en EEUU y a poco que funcione en Europa, al menos cubrirá gastos. Eso sí, con más de 20 millones de euros, es la película española más taquillera de 2009 y la cuarta en el ranking absoluto.
"Ágora", la película española más vista del año.
  • Y en noviembre llegó la otra maravilla del año, un gran éxito de taquilla (cerca de 7 millones)  y la película española más rentable de 2009: Celda 211. Daniel Monzón consiguió que media España viera su drama carcelario y que saliera del cine diciendo “qué buena, no parece española”, un piropo muy jodido, pero un piropo al fin y al cabo. Que además aquí tiene más mérito, porque con Luis Tosar hablando como Joaquín Sabina y Antonio Resines de partenaire… ¿cómo no va a parecer española?
  • Y por citar algún ejemplo tardío, encontraríamos en noviembre a Spanish movie, otra chorrada que se llevó un buen pellizco económico (llegó a ser número 1) y Planet 51, película de dibujos que convivió con Spanish movie y que también llegó a ser número 1.
Ya lo dijo Álex de la Iglesia en su discurso de los Goya: “Nos miramos el ombligo, nos encanta nuestro ombligo, tenemos pósters de nuestro ombligo en casa (…) Pero nos pagan por hacer un trabajo, y hay que hacerlo bien. Este año ha sido uno de los mejores, pero el siguiente tiene que ser todavía mejor” (algo que espero que esté aplicando en esa Balada triste de trompeta que está rodando estos días en Alicante y que en principio tiene una pinta un poco así). Y decía Daniel Monzón que “lo que está claro es que la gente acude al cine cuando la película es atractiva”. Y esto parece una obviedad, pero es así. Porque otros años peores para nuestro cine, y en otros discursos de presidentes de la Academia, parecía que se nos regañaba al público por no ir al cine, y se nos decía “id al cine, e id a ver cine español”. Coño, pues haced vosotros cosas chulas y ya voy yo a verlas si eso.
Jaime Rosales es listo y no se queja de que la gente no vaya en masa a ver Tiro en la cabeza, ni le he oído nunca llorar porque la gente se bajara de Internet La soledad. Porque sabe que la gente no se la bajó. Sabe que su cine no está hecho para eso.
Alexandra Jiménez en "Spanish movie" haciendo de Penélope Cruz en "Avatar". Digo, en "Los abrazos rotos". No, en "Volver".
Y en otra dirección, decía el distribuidor Enrique González Macho (al que los madrileños le debemos que haya cines en V.O.S.) que todo esto está muy bien, pero como no se acabe rápido con las descargas ilegales se puede ir el negocio al garete. Y aquí me acuerdo de Enjuto Mojamuto, porque por supuesto que los distribuidores tienen la obligación de enfrentarse a la piratería, que está muy mal, pero que no vale como única excusa. Este año, si alguien se ha bajado cine español, habrá sido Ágora, Celda 211 o Spanish movie. Y a sus productores les ha ido tan bien con estas películas, que casi no se habrán dado cuenta del porcentaje perdido por las descargas. Pero con todos los respetos, no me imagino a los ciberpiratones bajándose Agallas, Tres días con la familia, Hierro o Siete minutos.

Total, que claro que 2009 ha sido un buen año para la industria del cine, para la taquilla, para el porcentaje… ¡Pues claro! Porque nos hicieron buenas películas. Y porque las promocionaron bien. Y porque nos enteramos de que se hacían. Entonces fuimos al cine y pagamos por ellas. Como decía en el título, ¡yo no soy tonto!

jueves, 11 de marzo de 2010

Glee, que es el nombre de una serie

Y qué quiere decir “glee”, os preguntaréis con vuestras absurdas vocecillas de somormujo. Pues un “glee” es el nombre por el que se denomina a un coro de una jáiscul, o sea de un instituto americano. Pero además, “Glee” es una nueva serie que acaba de estrenar el canal Fox, y que tengo entendido que pronto emitirá Neox, el canal de TDT de Antena 3 (por el que está apostando fuerte, porque el año que viene se lleva a los chicos de “Muchachada Nui”). Glee ganó hace unos meses el Globo de oro a la mejor comedia o musical (y aquí habría que añadir: “en este caso musical”), o sea que había que estar pendiente de ella si es que queremos llegar a ser alguien en este mundillo voraz en el que los peces grandes se comen a los otros.
El caso es que el otro día vi el primer episodio de Glee, por lo que sería injusto que me lanzara a hacer una crítica de la serie como si la hubiera visto entera y como si fuera Boyero. Voy a contaros sencillamente las cosas que me pareció apreciar en el primer capítulo de la serie, que igual es el mejor pero que igual es el peor, eso sólo lo saben Dios y Enrique Muñoz de Luna.
Glee es un musical. No suele haber muchas series de televisión musicales. A mí ahora mismo se me vienen a la cabeza Fama y la de UPA dance, porque El gran circo de TVE no era un musical, aunque yo cantara sus canciones como una perra loca. Pero Glee no es un musical de los que dan perecilla: tiene muchas historias detrás y las canciones no se cantan enteras (salvo excepciones), o sea que no es como si estuvieras viendo una gala de Operación Triunfo bien actuada. En Glee suenan temas de Chicago, de John Denver, de Grease, de Fama… Pero también se oyen de fondo versiones de Beethoven cantadas a capella, como si las interpretara un coro formado por seguidores de Bobby McFerrin. Y una curiosidad muy significativa: todos los temas que se cantan en Glee se convierten en éxitos inmediatos en iTunes: las versiones de la serie y las canciones originales, que viven así una segunda juventud.
Los chicos y los profes de "Glee".
En el instituto éste, un profesor de español que lo habla fatal (o por lo menos en la V.O. que yo he visto, porque igual en la versión doblada lo convierten en profesor de esperanto) decide montar un coro (un glee) sin demasiado apoyo por parte del resto del claustro profesorero. Pero cuando hace el casting, descubre que se le apuntan los alumnos más inadaptados y problemáticos de todo el instituto. Ése es el punto de partida, porque Glee es una serie de perdedores, y en la vida todos somos perdedores. Yo mismo pierdo muchísimos paraguas y bufandas. Ayer perdí un boli.
Pero la gran garantía de esta serie es que está creada, escrita, producida y dirigida por Ryan Murphy. ¿Y quién es Ryan Murphy? ¿El actor que hacía del Señor Roper, cuya voz en castellano falleció hace unos días? No, ése se llamaba Brian Murphy. Éste es Ryan, y es el creador y artífice de las seis temporadas de una de las series más cañeras, destroyers y a menudo alucinógenas que he visto en los últimos años: Nip/Tuck, desafortunadamente subtitulada en España como “A golpe de bisturí”. Nip/Tuck cuenta la historia de dos cirujanos plásticos de Miami (que en las últimas temporadas se trasladan a L.A.) en cuyas vidas hay operaciones, sexo, drogas, homosexualidad, celos, venganza, asesinatos, incesto, prostitución, pornografía, ninfomanía, etc. Y aunque a Ryan Murphy en cada temporada se le iba más la olla, era un placer dejar que tu olla se fuera con la de Ryan y con las de los doctores McNamara y Troy. Y hablo en pasado porque Nip/Tuck se acabó ya para siempre jamás. En España ha sido emitida por Calle 13 y por las autonómicas, pero éstas últimas han tratado a la serie como al puto pompis.
El logo de “Glee”, que se hace con los dedos. A mí esta foto me recuerda a la campaña ésa de la ceja de Zapatero.
Glee conserva algunas de estas señas de identidad de Ryan Murphy. Sus dos primeros capítulos (es que mientras escribía esto he visto el segundo, así que ya soy mucho más profesional que hace unos párrafos) tiene sus toques bestias, como los que utiliza para narrar la biografía de una de las alumnas, o en las situaciones tierno-macabras que provoca un alumno paralítico que quiere participar (y participa) en números musicales. Y sólo porque Glee es hermana de Nip/Tuck por parte de padre, merece una oportunidad. Luego si no os gusta, pues mandáis a tomar por el ano a la serie, a mí y a vuestros problemas más fastidiosos.
(Lo único malo de Glee es que, para emitirla, Fox ha parado temporalmente la sexta temporada de Mujeres deseperadas, una serie de supermachotes a la que, efectivamente, estoy más que enganchado).

Tema a debate: ¿Odias el musical? / ¿Cuál es tu musical favorito? / ¿De pequeño te gustaba Leticia Sabater? Mis respuestas serían: No / Cabaret / Ni en mis años más onanistas, por Dios.

lunes, 8 de marzo de 2010

…Y Kathryn Bigelow se merendó a los Pitufos (la noche de los Oscar)

Hace muchos años yo tenía una novia. Luego lo dejamos, por guarra. Tiempo después coincidimos en una cena de Navidad con más amigos. Antes de pasar a la mesa pedimos unas cañas y de aperitivo nos pusieron panchitos. Cuando yo alargué mi mano para coger el último panchito del plato (yo amo los panchitos), mi ex-novia, con un movimiento felino, rápido y sagaz, me arrebató aquel último cacahuese. Y mientras lo degustaba me miró como diciendo “sé lo que te gustan los panchitos, así que te jodes, ex”.
No sé si la comparación es buena, bueno, sí que lo sé, la comparación es una birria, pero algo así debió de sentir ayer James Cameron cuando Kathryn Bigelow le birló la gloria ganando los Oscar a la mejor película y mejor dirección, los dos más importantes, además de cuatro más de los que tres bien podrían haber sido para Avatar. El otrora “king of the world” se quedó con tres premios técnicos de nada. Se quedó sin panchitos.
Yo sí que comí panchitos y canapéses. Porque este año no os puedo hacer una crónica detallada de la ceremonia en sí, ya que me tocó trabajar, pero sí comentaros algunos aspectos de la gala y ciertos cotilleos del fiestorro que organizó CANAL+ en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, desde donde dos pisos más arriba, Manuela Velasco, Juan Zavala y Pepe Colubi retransmitían los Oscar. A mí me tocó trabajar en la fiesta con Antonio Muñoz de Mesa y mis adorados y adorables Gonzalo Cabrera y Miguel Balanzategui, con los que la palabra “trabajar” pierde gran parte de su significado. Y desde la fiesta, entre entrevistas, conexiones y ratos muertos, pude hacerme una idea de la ceremonia, porque estaba llena de pantallas gigantes en las que se veía la gala. Así que voy a iros contando cosas con ese arte que manejo como nadie y que consiste en alternar la realidad cinematográfica con las chorradas que me toca vivir.
Este era el ambientazo en la fiesta de CANAL+. Pero qué colores más bonitos, por Dios.
  • Llego a la fiesta. Por enésima vez, no soy el más famoso. Me superan Fernando Tejero, Macarena Gómez, Ernesto Alterio, Juana Acosta, Juanma Bajo Ulloa, Natalie Poza, Borja Cobeaga, Irene Visedo, Nacho Vigalondo, Toni Acosta, Javier Godino, Quequé, Javier Coronas, Edu Soto, Norma Ruiz, Alberto Ammann, Daniel Monzón, Elsa Anka, Jaume Balagueró, Chus Gutiérrez, Juan Cruz, Gustavo Salmerón… Carambolas, ¡más estrellas que en los Goya!
  • Comienza la ceremonia, después de que Cristina Teva, como siempre, eclipsara a las estrellas a las que entrevistó en la alfombra roja (que este año tenía motitas de agua por la lluvia). Penélope Cruz volvía a ir muy fermosa, con un vestido de Donna Karan (yo de moda sé lo mismo que de ornitología, pero creo que Pe ha ido más guapa otros años). Y por fin estuvo sentada junto a Javier Bardem (como ya hicieron en los Goya), y entregó el primer premio de la noche al mejor acrtor secundario, cómo no, para Christoph Waltz, el único que se llevó Malditos bastardos. Cuando recogió el premio dijo: “Oscar y Penélope, esto es un bingo”. Qué salado.
  • El premio de Mo’Nique, mejor actriz secundaria, también estaba cantado. Penélope lo sabía, y por eso estaba tan tranquila los días antes. Precious rascó este premio y el de guión adaptado.
  • Aparecen en la fiesta mi chica, mi hermana y mis amigas Ana y Laura para controlarme y que no me ponga a copular con tanta famosa, como suelo hacer en estas fiestas. Era innecesario: hoy estoy de servicio y no ligo. Aún así, me tomo una cerveza con ellas y hacemos muchas guasas.
Lo de la derecha es mi nariz con una cerveza y un cubata, para aprovechar el descanso. En segundo plano, Joaquín López, Chus Gutiérrez, Borja Cobeaga y Nacho Vigalondo. Los dos últimos han estado nominados al Oscar.
  • Después de ver el año pasado presentar los Oscar al tremendo Hugh Jackman y ver hace tres semanas a Buenafuente triunfar en los Goya, puede decirse que Steve Martin y Alec Baldwin son dos sosos. No es que me esperara otra cosa, pero la gala no tuvo grandes momentos, ni los presentadores brillaron en ningún número (quizá el gag sobre Paranormal activity). Ben Stiller, disfrazado de navy azul, fue una vez más el mejor de la noche, como cuando presentó un premio vestido de verde explicando lo que es el chroma o disfrazado de Starsky sin que Owen Wilson le secundara vestido de Hutch. ¿Por qué no presenta los Oscar él?
  • Aprovechando un parón en la gala, mi hermana Beatriz se lanza en plancha a por Gustavo Salmerón, con quien trabajó hace muchos años en TVE. Momento de reencuentros y fotos. Luego Gustavo nos pidió tabaco a mi chica y a mí, que pasábamos por allí cerca. Teresa le dio un cigarro. Yo no, porque le tendría que haber dado una pipa y hubiera sido absurdo todo.
  • Llega el momento de Javier Recio y La dama y  la muerte, pero ¡oooooh! gana Logorama (otro gran corto). Pero como me dijo luego Manuela Velasco ¿es una decepción estar nominado a un Oscar con 28 años? Pues no. Además Javier es muy grande y va a trabajar en Hollywood estoy seguro, y si no, me rebano el cilindrín.
  • Antes del corto de animación, se entregó el premio al largo de animación. No podía ser otra que Up, la mejor historia del año (pero como es de dibujos, sólo le dan este Oscar y el de mejor banda sonora).
  • Macarena Gómez tiene hambre y ya no salen más bandejas de comida. Gonzalo se mete hasta la cocina y le consigue un sandwich mientras ella me cuenta que no había comido nada antes por miedo a reventar el ceñidísimo vestido rojo que llevaba puesto. Macarena es graciosísima. Por mí que hubiera reventado el vestido.
  • Siguen cayendo premios hasta llegar a la sorpresa más agradable de la noche. Pedro Almodóvar, al que esta vez no tuvieron que esconder en un hotel antes de dar el premio, entrega el Oscar a la mejor película extranjera con el señor ése que se pone una careta exagerada de Tarantino. Premio para El secreto de sus ojos. Derrota a las favoritas: La cinta blanca y Un profeta. Me alegro un montón, pero vuelvo a coincidir con Manuela Velasco en que La cinta blanca podía haber estado nominada incluso a mejor película.
  • ¿Alguna vez dos españoles habían entregado premios? Cómo molamos, amigos.
  • Subidón de Javier Godino: el único actor español en El secreto de sus ojos. El premio le pilló en el plató del plus, y como sabía que tenía que subir, decidió no beber hasta entonces. Según dijo, después del premio pensaba ir a por la cogorza del siglo. Bien merecida.
"En tierra hostil", la gran triunfadora con 6 estatuillas, entre ellas las de película y directora.

  • Y llegan los premios gordos. Los actores también estaban cantados: Jeff Bridges y Sandra Bullock, que el día antes ganó el Razzie (el premio a la peor actriz) por otra película. Y por fin el duelo entre Avatar y En tierra hostil. Se resuelve de calle para la señora Bigelow, la primera directora de la historia en ganar este premio (Jane Campion y Sofía Coppola estuvieron nominadas, pero no lo consiguieron). Dirección y película para En tierra hostil. Cameron se quedó blanco, o mejor dicho azul. Me gustó En tierra hostil y no me gustó Avatar, pero creo que la gran triunfadora no es tan redonda como para levarse 6 Oscar y que Avatar es técnicamente demasiado innovadora como para ganar sólo 3.
  • Cuando terminó la ceremonia, a eso de las 6, Alberto Ammann, Javier Godino, Macarena Gómez, QuequéFernando Tejero seguían en la fiesta, muy pendientes de los resultados finales. Qué grandes son todos.
  • Subo al plató a darle un abrazo a Juan Zavala y a Pepe Colubi y todos los besos que se deje a Manuela Velasco. Han estado fantásticos.
  • Mis apuestas han sido un desastre. Acerté 6 de 11, o sea un aprobado justito. Ya sé lo que me toca. Pero harto de patos libidinosos, esta vez me voy a buscar un ñandú, para tener que agacharme menos.