jueves, 29 de abril de 2010

Las divorciadas de Hollywood y los Oscar

Hoy sale en la prensa que Sandra Bullock ha adoptado a un pequeño bebé de color (negro). En realidad lo había adoptado con su marido, pero resulta que cuando Sandra Bullock ganó el Oscar, se divorció.
Yo todo esto ya lo sabía. Me enteré en casa. Porque el otro día llegué tras una intensísima jornada de trabajo tocándome los güevos y me encontré a mi chica rehogando acelgas, como siempre. Y entonces me salió de dentro todo el rencor acumulado desde mi niñez y le espeté con soltura:
- Cariño, quiero el divorcio.
Teresa me miró con esa cara que pone cuando piensa “pero mira que estás gilipollas” y me dijo sin dejar de rehogar las acelgas:
- No puedes querer el divorcio por tres motivos: uno, me idolatras; dos: no estamos casados; y tres: ni tú ni yo tenemos un Oscar.
Los motivos “uno” y “be” me parecieron razonables. El “tres” no lo entendí. Así que me fui al ordenador, salí de Bing, que últimamente me aparece como buscador por defecto, y entré en Google, con el que tengo una relación mucho más estable. Tecleé “divorcio + Oscar + tetas”. No me salió nada. Eliminé la palabra “tetas”, que cuando entro en Google la escribo como  por acto reflejo, y ya sí que me salieron varios resultados muy curiosos. Porque por lo visto, en Hollywood es tradición que cuando las actrices reciben un Oscar les den las gracias a sus maridos y después se divorcien de ellos. También les dan las gracias a sus madres y a sus agentes, pero de momento no existe ninguna estadística que indique que también se separen de ellas y de ellos.
Sandra Bullock en "The blind side". Ella no lo sabe, pero es la que desencadenó todo esta retahíla de divorcios hacia atrás en el tiempo.
Todo esto se descubrió tras la última ceremonia de los Oscar, en la que Sandra Bullock ganó el premio a la mejor actriz por The blind side. En su discurso de agradecimiento, dedicó parte del premio y un mohín de cariño a Jesse James, su marido, que tiene nombre de señor asesinado por el cobarde Robert Ford. Pero el señor asesinado por el cobarde Robert Ford, por aquel entonces, se estaba beneficiando a Michelle Bombshell McGee, una actriz porno. Días después, Sandra Bullock abandono al cobarde Jesse James, que entró en un centro de desintoxicación para sexoadictos, que yo creo que si tuviéramos con quién serlo, sexoadictos lo seríamos un poco todos. Total: que la cosa acabó en separación de pareja sólida tras recepción de dorada estatuilla en pelotas.
Entonces los investigadores empezaron a echar cuentas y a volver la vista atrás, y descubrieron que en los últimos 14 años, excepto Hellen Mirren y Marion Cotilliard (2007 y 2008), todas las ganadoras del Oscar a la mejor actriz principal se han separado o divorciado de sus parejas. Veréis:
  • En la edición pasada ya sucedió: ganó Kate Winslet por El lector. Pues en menos de un año se divorció de Sam Mendes, que acababa de dirigirla en Revolutionary Road. Dicen las malas lenguas que Kate tenía una historia con Leonardo DiCaprio. Y digo yo que como la historia viniera de los tiempos de Titanic, el pobre Sam debía de tener ya unos cuernos como los de la cabra de El dia de la bestia.
  • En 2006 ganó Reese Witherspoon por En la cuerda floja (qué nombre más apropiado para definir el estado de su matrimonio). Reese llevaba 7 años casada con Ryan Phillips, pero su amor no resistió esto del Oscar. Yo tendría dos motivos para divorciarme de Reese: que tiene una boca que le cabe un zapato y que yo no sé decir su apellido. Y como ella es más famosa que yo, seguro que a mí me conocerían como el señor de Güisterpún, o el marido de la Chismespún, y yo me haría un lío y diría que soy José María Clemente de Chimpún, y prefiero divorciarme a hacer el ridículo de por vida, qué queréis que os diga.
  • En 2005 ganó Hilary Swank por Million dollar baby. Hilary ya puso su matrimonio en peligro en 2000, cuando también lo ganó por Boys Don’t Cry. Su marido, Chad Lowe, se separó de ella a la segunda, porque le estaba llenando la casa de estatuillas absurdas y luego todas decís que las ponéis en el baño o en la casa de vuestra madre, pero es mentira y las colocáis en la mesita del salón y no se puede ver la tele. Y esto puede ser motivo de divorcio. En otro orden de cosas, a Hilary le cabe en la boca el otro zapato de Reese Chimchimpún.
Hilary Swank en "Million dollar baby". Reconocedlo: vosotros también os divorciaríais de esta bestia. 
  • En 2004 ganó Charlize Theron por hacer de fea en MonsterCharlize llevaba 9 años casada con Stuart Townsend, pero su matrimonio tampoco pudo con la maldición del Oscar. En este caso es comprensible: tú estáte 9 años despertando junto a Charlize y de repente despiértate al lado de una tía fea porque se está preparando el papel de Monster según el método Stalisnavski. Eso, si no eres el Duque de Alba, no hay quien lo resista.
  • En 2003 ganó Nicole Kidman por emular a Cyrano de Bergerac en Las horas. Eran esos años en los que el Oscar a la mejor actriz lo ganaba el mejor maquillador. La verdad es que cuando recogió el Oscar, Nicole ya se había divorciado de Tom Cruise, pero vamos a contarlo para que parezca que esto del Oscar y el divorcio ha pasado muchas veces. Nicole superó lo del divorcio, pero el papel de Virginia Woolf y su enorme narizota la dejó marcada y desde entonces la pobre mujer no para de operarse.
  • En 2002 Halle Berry ganó el Oscar por hacer de negra guapa en Monster’s Ball. 8 meses después se divorciaba de Eric Benet. No he indagado en el tema, pero espero que fuera ella quien lo dejó a él. Porque si fue él quien la dejó a ella, desde aquí digo sin temor alguno que Benet es un tontito. Investigaremos.
Halle Berry en "Monster's ball". Y reconocedlo: así a boe pronto de ésta no os divorciaríais...
  • En 2001 ganó el canalillo de Julia Roberts por Erin Brockovich. Otra a la que le cabría en la boca el zapato de Ris Güonderpún, pero basta ya, ¿en qué momento me he metido en este puto bucle de la boca grande y el zapato? Julia se separó de Benjamin Brat, que era ese macizo tan moreno o ese moreno tan macizo que estaba siempre con ella. Antes estuvo con un cantante que se llamaba Lyle Lovet y que era más feo que todos nosotros. Y después se casó con un señor que se llama Daniel Moder y con el que de vez en cuando tiene un niño. Pero seguro que en cuanto Julia gane otro Oscar los abandona a todos.
  • En 1999 Gwyneth Paltrow, otro nombre que nunca sé decir bien, ganó el Oscar por Shakespeare in love. Al que abandonó Güínez fue a Ben Affleck, otro actor. Porque los actores también se abandonan entre ellos…
  • En 1998 Helen Hunt abandonó a Hank Azaria por el simple motivo de que, como había ganado el Oscar por Mejor… imposible, pues tenía que dejar a alguien y Hank era el que tenía más a mano. Aparte de un gran actor, Hank Azaria es el tipo que le pone la voz a Moe, el tabernero de Los Simpson, y a Apu, el dueño del Badulake.
  • Y ya es cogerlo un poco con pinzas, pero en 1995 Susan Sarandon ganó el Oscar por Pena de muerte, que dirigió su marido Tim Robbins. Vale que luego ha tardado 15 años en divorciarse… pero divorciarse se divorciaron, ¿no?

Ah, por si os quedabais con las dudas, para cuando cerré Google la acelgas ya estaban más que rehogadas y nos las comimos. Final feliz.

lunes, 26 de abril de 2010

Festival de Málaga (y 3). De bellezas y Biznagas

Biznaga: Arbusto de la familia de las umbelíferas, de tallo liso y pequeñas flores blancas. Además, es el premio que se entrega en el Festival de Málaga, igual que en Cannes se entrega una Palma, en Venecia un León, en Berlín un Oso y en Amsterdam una China.
Belleza: dícese de cierta cualidad de la que el bloguista no quiere hacer derroche, pero que en estos últimos días del Festival ha pasado por delante de sus ojos de una manera deliciosamente exagerada.
Jueves 22. Somos lo mejor del Festival.
10:00. Me dirijo a ver una de las películas más esperadas del Festival: Habitación en Roma de Julio Médem. Yo no sé si Médem lleva tilde, pero yo se la pongo porque me la pide el cuerpo. Julio Médem recibe mañana uno de los premios honoríficos del Festival, y Habitación en Roma lo clausura. La película cuenta una historia de amor en una sola noche y en la habitación de un hotel (en Roma), en la que se desata la más intensa pasión. Y esa historia de amor es entre dos mujeres, dos actrices que tiene que afrontar la mitad del metraje completamente desnudas (físicamente, porque emocionalmente lo están toda la película) e interpretar algunas escenas subidas de tono, muy subidas de tono. Una de ellas es la rusa Natasha Yarovenko, la mujer más increíble del mundo después de Elena Anaya. Y por prescripción divina, la otra es Elena Anaya. Pero tanta belleza no me hace olvidar que la película (bien rodada, sí, muy sensible, sí, bien construida, sí) no me convence y me hace pasar algunos momentos de vergüenza ajena (si la veis acordaos de mí y de dos objetos: una botella y una flecha). Me parece una bonita paja mental de Médem… o no tan mental.
13:30. Nos dirigimos al Hotel AC, donde María Barranco nos concede 30 minutos largos de entrevista (digo largos porque luego fueron más de 30, no porque se me hicieran largos, que se nos hicieron cortísimos). Esto de que tantas actrices nos den entrevistas tan largas se debe a que estamos haciendo una serie documental preciosa que ya os contaré. Ya sabéis que en las películas María Barranco es dramática cuando lo tiene que ser y graciosísima cuando quiere. Pues bien, en persona es graciosa siempre. Durante la entrevista nos da un recital de simpatía y verborrea, con una imitación impagable de cómo fue dirigida por Pedro Almodóvar, un par de anécdotas preciosas sobre Fernán Gómez y mucha humildad al hablar de sus aciertos y papelones.
15:00. Al abandonar el hotel, volvemos a encontrarnos a María, que nos ve y se pone a gritar en el vestíbulo: “¡sois lo mejor del Festival, ni películas ni ná!”. Qué grande.
18:00. Como tenemos algo de tiempo libre y yo poseo una inquietud cultural que se me sale por los poros a borbotones, visitamos una exposición de fotografía o pintura o las dos cosas de unos tales Gilbert & George. Al principio me entusiasmo, hago fotos y pienso lo bien que quedaría uno de esos cuadros en mi casa, o al revés, porque son más grandes los cuadros que mi casa. Pero al rato me empalago un güevo.
La exposición de Gilbert & George, bonita pero cansina, como otrora lo fuera Catherine Fulop.
Viernes  23. Dios existe y me ama.
9:00. Empieza un día estresante y maravilloso. Veo Circuit en el Teatro Cervantes, la película más alternativa del Festival. Otra paja mental con la que no conecto, ambientada en el mundo de la moda y el arte. Muy guapas las chicas, vale, pero muy espesillo el resto. Como dijo mi compañero Miguel, “qué moderrrrrrno es todo”.
10:30. Me llaman mis compañeros para que me vaya corriendo al Hotel AC. Lo hago, porque a continuación proyectaban Una hora más en Canarias, de David Serrano, y yo ya la vi en Madrid. No me convenció en absoluto, no me hizo demasiada gracia esa guerra de sexos con toques de musical y surrealismo. Disfruto, eso sí, de Angie Cepeda y Juana Acosta, de la que me he hecho un fan loco. Y un actor que normalmente me entusiasma, Eduardo Blanco, aquí me pone un poco nervioso (en la de Laura Mañá del otro día, por ejemplo, me encantó).
11:00. Llego al hotel ilusionado, para hacer las entrevistas de Habitación en Roma y de Una hora más en Canarias. Me comunican que Médem ha cancelado todas sus citas con la prensa. Vaya. Les pregunto a David y Piti (que son los que han organizado todo esto, ¡gracias!) si yo puedo hacer lo mismo, pero me dicen que no. No lo hubiera hecho ni loco, y ahora vais a ver por qué.
Elena Anaya y Natasha Yarovenko en "Habitación en Roma". Desgraciadamente, ésta es la única foto de las que he colgado estos días que no está hecha con mi cámara.
Entrevisto a Elena Anaya. Radiante, guapísima, tiene la Catedral de Málaga detrás pero nadie se está fijando en ella porque la eclipsa. Ya no sé cuántas veces me ha tocado hablar con Elena, y todavía tenemos una cita mañana de 50 minutos.
Entrevisto a Natasha Yarovenko, la coprotagonista de Habitación en Roma. Madre del amor hermoso. Como estamos en la terraza del hotel y el sol me da en los ojos, me entra una llorera tremenda. Nunca sabré si fue por el sol o por los ojos de Natasha.
12:00. Entrevisto a David Serrano, el director de Una hora más en Canarias. Lo de la llorera era por la rusa, porque con David no me pasa. Es serio David, pero acabamos riéndonos de sus anteriores taquillazos y de asuntos varios.
Entrevisto a Miren Ibarguren, que es muy guapa y bastante salada, pero está nerviosa, muy nerviosa. Tanto, que después de mi entrevista (la primera que concedió) canceló las demás. Bueno, creo que no fue inmediatamente después, lo cual me tranquiliza porque habría quedado como “oye, si todas las preguntas van a ser como las de éste, lo dejo”. Vaya mañana de cancelaciones llevamos.
Entrevisto a Quim Gutiérrez. Qué majete Quim, otro con el que echamos unas cuantas risas.
Entrevisto a Juana Acosta, lo que convierte a Ernesto Alterio en el tipo al que más admiro del mundo después de Rody. Juana está emocionada porque acaban de confirmarle que va a rodar una serie para CANAL+ (Crematorio), y dice que le hace ilusión que seamos “compañeros” (es que ya nos conocimos en la fiesta de los Oscar y en un ascensor de Málaga). Miguel Balanzategui y Dios (que a veces creo que son la misma persona) me han concertado otra entrevista de larga duración mañana con Juana. Tralalalalalá (cántico de alegría).
14:00. Vuelvo corriendo al Tetro Cervantes para hacer la entrevistas del Circuit, la película que vi a las 9 y que ya casi había olvidado. Por si me había parecido poco el desfile de bellezas, hablo con Sophie Auster (la hija de Paul), Misia Mur, Michelle Jenner y Leticia Dolera, con quien ya me lo he pasado muy bien en otras ocasiones. Y con quienes quedamos esta tarde. Vale… seamos justos: y también hablo con el director Xavier Ribera Perpiñá y los actores Lázaro Mur y Vincent Martínez, el hermano de Olivier Martínez.
15:30. Comemos en el Mesón Santiago. Si alguna vez conocéis a Miguel Balanzategui, pedidle que os cuente por qué fue al Baile de la Rosa con Carolina de Mónaco y lo que allí le sucedió. Como diría la Barranco, “lo mejor del Festival”.
19:00, Acompañamos a Michelle Jenner y a Leticia Dolera a la alfombra roja de Málaga, en la que el público pierde los papeles como en pocos festivales. Un poco antes espero con Michelle a Leticia, que se retrasa porque estaba presentando una cosita en otro sitio. Michelle es la cosa más simpática que he visto nunca, siempre está sonriendo, es la sonrisa del Festival, y teniendo su cara eso una maravilla, porque si la sonrisa del Festival fuera, por ejemplo, Pedro Guerra, pues se agradecería pero no sería lo mismo.
Leticia Dolera, Leticia Dolera, Michelle Jenner y Michelle Jenner en la alfombra roja.
23:00. Por la noche, Gonsalo y yo vamos a la fiesta de Una hora más en Canarias, pero parece la de Que se mueran los feos, porque al final debieron de morirse y se quedaron en la fiesta Juana Acosta (que quedamos para mañana), Quim Gutiérrez, Natasha Yarovenko, los actores de Circuit, Miren Ibarguren (que ya estaba mejor), Julio Médem (que también), Daniel Sánchez Arévalo (que me cuenta que ha venido para ver la película de David Serrano), Ernesto Alterio, Deborah Palomo (jefa de prensa de Almodóvar, que nos cuenta empiezan a rodar en breve pero no suelta prenda de con quién, que grande es Deborah), Fernando Tejero, Armando del Río… Como todos estamos contentillos, nos enteramos sin demasiados problemas del palmarés de mañana. En el que echo de menos la película de Laura Mañá.
Sábado 24. Despedida de lujo y cierre.
10:00. Últimas horas en Málaga. Último desayuno. Últimos ejercicios en el gimnasio del hotel con Willy, mi monitor negro. Bueno, esto último es mentira: en 8 días el único ejercicio que he hecho ha sido darle cuerda a mi reloj, y eso que es digital.
12:30. Entrevista con Juana Acosta. La pobre se fue de la fiesta de anoche a las 5. Yo, un par de horas antes. Y se nota un montón esta diferencia de dos horas, porque una de las dos personas está espesa y la otra fresca, bella, radiante y despierta: ella. Con un escueto vestido rojo que me quita el hipo, y eso que no tenía, Juana me concede una entrevista estupenda, en la que incluso cuenta algunas cosas que directamente nos dice que no podemos sacar en el documental, pero ella las cuenta. No sabéis cuánto me cuesta lo del puto secreto profesional, si queréis un día quedamos en privado y os las cuento todas, pero decís que ha sido Karmele.
Mis queridos compañeros de Fotogramas entrevistando a Juana Acosta. Si vale, todo lo que quieras. Pero ¿a quién está mirando y saludando Juana con la manita? ¿Eh? ¿Eh?
13:30. Entrevista a Elena Anaya. Menos mal que esto se acaba, porque al ritmo que vamos, la próxima podría ser la diosa Afrodita. Con Elena nos reímos un montón, pero qué graciosa es, demontre. Recuerda cómo mintió como una bellaca para ocultar su edad en su primer cásting, imita de maravilla a su representante (Katrina Bayonas, la number one, un personaje), se le escapan ciertas cosas y se parte de risa… Y nos habla de Almodóvar, Médem, León de Aranoa, Hugh Jackman… Fuera de la entrevista (¡50 minutos!) nos hace algunas confesiones sorprendentes, pero tampoco las puedo contar. ¿Y por qué os lo digo entonces?, os preguntaréis. No lo sé. Supongo que para dar envidia y para hacerme un poco el confidente. No puedo evitarlo, es mi carácter.
14:30. Yo creo que como Miguel es tan buen productor, Gonsalo es un realizador tan seguro (y entre los dos se conocen a todo el star-system), y Antonio y Mario son un tándem de imagen y sonido tan majete, educado, profesional y discreto, la gente se relaja y nos cuenta cosas preciosas. Bueno, y luego está mi arrebatadora sonrisa, blanca y luminosa como una taza, de hecho hay veces que Antonio, en vez de encender un foco, me pide que sonría.
15:00. Contrastamos el Palmarés que se ha anunciado a las 11. En efecto, coincide con el que nos contaron anoche. Ganó Rabia. Mejor directora, Juana Macías por Planes para mañana. Actor y actriz: Unax Ugalde y Marisa Paredes (Bon appétit y El dios de madera). Guión: Bon Appétit (Paco Cabezas, Juan Carlos Rubio y David Pinillos). Este premio me alegra un montón porque Paco es amiguete y sé que le viene de perlas esta Biznaga, y porque debería tener ya varios premios como guionista y alguna nominación al Goya como director. Premio del Público: Héroes. Y luego están los de fotografía, sonido, etc, (podéis consultar la lista aquí). La mayor parte de las películas sacaron dos o tres Biznagas… excepto mi favorita, la de Laura Mañá (si es que tengo un ojo…). Pero al menos ganó el Premio de la Crítica, que no lo vota el jurado sino los periodistas especializados que vamos a los pases de prensa. Algo es algo.
18:00. El Festival, que es un cielo, me hace un regalo una hora antes de irme: tomando el último café en el Hotel AC, aparece Laura Mañá. Me siento con ella para felicitarla por el premio y disentir de la decisión del jurado (de no otorgarle ningún premio, no critico en particular ninguno de los entregados). Me confiesa que ella también esperaba alguno, y me encantó esa sinceridad, porque normalmente todo el mundo dice “ay, pues yo no me lo esperaba”. Pues ella sí. Y ese premio podría haber sido el de guión, actriz (Mariana Cordero, María Barranco, Pilar Bardem o una mención al reparto completo), dirección, y por supuesto película. Pero como te dijo tu hijo, Laura, también el Barça perdió con el Inter y no pasa nada. Además, a Laura le dio una enorme alegría el de la Premio de la Crítica, que le parece un premio a la mejor película otorgado por un jurado paralelo. Y me dio las gracias, porque en esa “crítica” votamos todos los periodistas, y el miércoles le conté que le di una puntuación muy alta. Cuando se estrene “La vida empiece hoy”, entenderéis que las gracias hay que dárselas a ella. Que me gusta a mí, Laura.
20:00. Sale el AVE. Qué raro, en este bar no hay pescaíto.

23:00. Llego a casa, donde me esperan Elena, Juana, Natasha, Laura, Miren, Michelle y Leticia, pero todas en una.

viernes, 23 de abril de 2010

Festival de Málaga 2: Unax Ugalde, Irene Escolar y tres chicas (señoras) Almodóvar

Lunes 19
9:00. Comienzo el día con una ilusión bestial, porque en el buffet del desayuno del hotel hay Frosties de Kellogs y ayer no había y a mí me gustan mucho los Frosties.
9:05. Me los como. Mierda, si los Frosties no son los que me gustan, los que me gustan son los Krispis. Qué lío es todo.
11:30. Me persono en el Teatro Cervantes con Gonzalo Cabrera y mi señora, que os pensaréis que se está pegando un fin de semana de aúpa en Málaga a mi costa, pero qué va, la teníais que ver sujetando el reflector de luz, recogiendo acreditaciones o llevando cintas de acá para allá. Gonzalo del Prado, de A3, opina que deberíamos pagarla.
El Teatro Cervantes, para que veais que es verdad que existe.
12:00. Proyección de Bon appétit, película de David Pinillos de cuyo guión es coautor mi amiguete Paco Cabezas. Justo antes del inicio de la película me lo encuentro con Patri y su niña Marina, que es lo mejor que han hecho nunca estos dos juntos, y mira que han hecho guiones y programas buenos. La película me parece sólo normal. Es una historia de amor y desamor con el telón de fondo de la gastronomía, algo que últimamente veo con demasiada frecuencia en el cine. Se desarrolla en Zurich, Munich y Bilbao, así que ahora no habrían podido rodarla por la nube de ceniza. Creo que Paco ha escrito mejores guiones y supongo que David dirigirá mejores películas, pero Bon appétit, a medida que avance el Festival, se me va a ir revalorizando, porque está por encima de la media de lo presentado en Málaga.
14:00. Entrevisto al protagonista de la película, Unax Ugalde, y a su director, David Pinillos. Los dos la defienden muy bien. Unax me cuenta que estuvo un tiempo practicando en un restaurante la manera de enfrentarse a los platos, y que un día le vio salir de la cocina Manuel Gutiérrez Aragón y se quedó perplejo como pensando: “pobre chico, cómo le está golpeando la crisis en el cine”.
15:30. Con tanta tontería me entra hambre y en estos casos procuro comer. No es una perogrullada, quienes me conocen saben que puedo aguantar 80 días, e incluso menos, sin comer ni dormir. Es lo que pasa cuando eres intelecto puro.
17:00. Mi chica dice que ya está bien y se vuelve a Madrid. Es en AVE, así que no hay problema de nubes de ceniza a no ser que el maquinista fume a escondidas. Ahora tendremos que llevar nosotros las cintas de acá para allá.
19:00. Rato libre. Aprovecho para revisar el correo, teñirme el pelo como una cebra y pintarme las uñas de los pies. Me queda todo fatal y vuelvo al look original.
20:00. Vaya, el look original también me queda fatal.
21:30. Llamo a Antonio, mi supercámara y dire de foto, para quedar a cenar. Le despierto. No son horas de siesta, así que accede a salir a cenar. Mola que te despierten para darte de comer, como a los bebés.
22:00. Cenamos en el Mariano, un lugar muy recomendable si te gusta el buen pescado fresco (qué lubina, qué rodaballo) y si eres rico. Vemos en la mesa contigua a Imanol Uribe y Ángela Molina. Ayer cenamos al lado de Kiti Manver y Jorge Roelas. Es lo que tiene el Festival de Málaga, que vas andando y viendo famosos, como si estuvieras en el Sálvame
Mira, la playa.
Martes 20
7:30. Levantarse a estas horas, salir de la habitación del hotel, que se abra la puerta del ascensor y que esté dentro Carlos Pumares con cara de pocos amigos no es la mejor manera de comenzar el día. La mejor manera de comenzarlo es despertar al lado de una mujer negra, joven, de cuerpo escultural y brillante piel de ébano, que sonriente y sensual te acaricie los pómulos y la cara interna de los muslos. Pero desgraciadamente eso nunca pasa, y lo de Pumares sí.
9:00. Me voy al Teatro Cervantes con Miguel Balanzategui a ver El idioma imposible. La veo. Habla de los 80, la heroína, el enganche a la droga, el enganche al amor. La protagonizan Irene Escolar, la yonqui más guapa y lozana que he visto nunca, y Andrés Gertrúdix. Me parece un cortometraje alargado, arriesgada y demasiado personal. Ojalá me equivoque, pero dudo que las distribuidoras se peleen por estrenarla.
11:00. Hablo con el director, Rodrigo Rodero, que me hace una interesante defensa de la película. Cuando un director me explica su película, suele cambiarme un poco la percepción inicial, pero el 99% de la gente que va al cine no puede hablar con el director, no sé si me explico. Juntos recordamos las pelis del cine quinqui de los 80 de Eloy de la Iglesia o José Antonio de la Loma, que trataron en vivo el tema que hoy ha recogido Rodrigo.
11:20. Encantador Andrés Gertrúdix, con el que me volveré a encontrar y a charlar varias veces en el Festival, y encantadora Irene Escolar, que dijo que yo hago unas entrevistas cojonudas. Pero las cojonudas fueron sus respuestas, porque ha madurado muchísimo como actriz y mujer desde que la entrevisté por Los girasoles ciegos. O sea, quiero decir que ha madurado por su cuenta, no porque la entrevistara yo. Y qué piernas, amigo, dicho esto con el tono de Astérix cuando hablaba de la nariz de Cleopatra.
12:00. Segunda película del día, El dios de madera, de Vicente Molina Foix, con Marisa Paredes de prota y dos inmigrantes, uno negro y otro moro. O un subsahariano y un sobresahariano, como os suene mejor. La película habla de inmigración, racismo, homosexualidad y homofobia. Tiene frases y escenas para la antología del humor no pretendido, como un solemne “qué negro eres” en boca de Marisa Paredes. Vicente Molina Foix está preciosista en la forma y evidente en el fondo, justo lo contrario que yo en la vida.
14:30. Hablo con Marisa Paredes, que en la entrevista es menos solemne de lo que me esperaba, aunque me cuentan una frase suya genial declamada a su jefe de prensa como la dama de la escena que es: “Acaso… ¿Acaso he perdido el bolso?”. Marisa defiende como nadie su papel, aunque me da la razón en que se nota que está escrito por un literato (tiene un complicadísimo monólogo de 5 minutos). Y le encanta hablar de la situación del cine español, y lo hace muy bien, no olvidemos que fue la Presi durante casi 4 años. Vicente Molina Foix me enumera las escenas de las que está más orgulloso, pero no me mira cuando me habla, cosa por la que tampoco puedo culparle: yo procuro mirarme lo justito al espejo cuando me hablo.
16:00. Comemos algo y me pido un café con leche caliente. Me quemo la lengua. Si es que estoy gilipollas, a mí como me gusta el café es con la leche templada.
Ana Belén, Irene Escolar y Marisa Paredes en la alfombra roja.
18:00. Nos vamos a las alfombras rojas del Teatro Cervantes. Mario vuelve a hacerme las fotos que ilustran este post. Antonio vuelve a grabar las imágenes para televisión, en las que saca guapos a los que lo son  y a los que no lo son, yo no sé cómo hace esto, Antonio. Los demás bebemos cerveza y discutimos de política. A Mario y Antonio les damos cerveza antes. Nos hemos juntado 5 personas que si no toman cerveza se caen al suelo de la pena.
20:00. Desfilan por al alfombra Assumpta Serna vestida del siglo XIV (os lo juro), Jorge Roelas, Pilar López de Ayala, Alberto Amman, Miguel Ángel Muñoz, Antonio Dechent, Ana Belén y todos los de las películas ya mencionadas. Los malagueños les gritan mucho.
21:30. Me vuelvo al hotel porque estoy durmiendo una media de un rato al día y no puedo ni con mi alma. Me pongo a leer y me da la una. Todavía me quema la lengua.
Miércoles 21
Me levanto de nuevo a las 7:30, lo cual, queridos amigos, es una mierda.
9:00. Otra vez al Teatro Cervantes para ver La vida empieza hoy, de Laura Mañá, una comedia sobre el sexo en la tercera edad con Pilar Bardem, María Barranco y Rosa María Sardà. Por fin una película que me convence. Yo le daría la Biznaga de Oro del Festival si estuviera seguro de lo que es una biznaga.
10:30. Me encuentro con Begoña y David, de TV3, y con Carlos Alonso de Fotogramas, y volvemos a decirnos que tenemos que quedar a cenar un día, pero es que no es tan fácil encontrar el momento cuando estás en un festival. Todos coincidimos en que La vida empieza hoy es de lo mejorcito de la sección oficial.
12:00. Tengo el privilegio de hablar con Pilar Bardem y María Barranco de la película. Les transmito mi entusiasmo a las dos, cosa que, como es normal, les importa un pito. Pero coinciden conmigo en que la película es delicada, sensible, tierna, divertida y que nos reímos “con” estos personajes que viven el sexo en la madurez, pero no “de” ellos. Con Pilar Bardem me iría a tomar unas cañas y a hablar de política. Con María Barranco quedamos mañana para una entrevista personal de 30 minutos.
12:30. Hablo con Laura Mañá y le digo que va a ganar el Festival. Estoy desatado. Qué inteligente y atractiva es Laura Mañá. Qué buena película ha hecho. Qué buena entrevista me da. Qué patético soy, cómo se me nota cuando me gusta alguien.
13:00. Completo la ronda con la encantadora Mariana Cordero y con el listísimo Fernando Tielve. Estos horarios se me solapan con la otra película del día, Rabia, así que no puedo ir a verla, pero mi realizador Gonsalo Cabrera dice que también es muy buena, y yo de Gonsalo me fío totalmente, pero nunca le dejaría las llaves de mi casa porque tiraría dos tabiques y me la reformaría completa.
17:00. Después de comer tomamos el café con Antonio Rubial, el representante de, agarraos, Penélope Cruz, Elena Anaya, Goya Toledo, Lola Dueñas, Clara Lago, Najwa Nimri, Angie Cepeda, María Botto, Leticia Dolera, Manuela Velasco, Natalia Verbeke, Marta Etura… Nos cuenta cosas interesantísmas (y discretísimas) de sus chicas. Yo no os las cuento porque no soy esa clase de hombre chismoso.
19:00. Con Antonio y Mario elaboro nuestros clásicos ránkings de maromos de Festival. Nos gustan las piernas de Irene Escolar, el rollo de Laura Mañá, la sonrisa de Ingrid Rubio y el cerebro de todas ellas (esto último lo he puetso para no parecer un machista, que esto es un blog, no la barra de un bar).
20:00. Acudimos a un encuentro de Ángela Molina con el público. Infiltrados como tal, Gonsalo y yo le hacemos varias preguntas de interés profesional. Ángela es magistral y surreal contando anécdotas de Almodóvar, de su padre (del suyo, Antonio Molina, no del de Almodóvar), de Buñuel, de Victoria Abril“¡Cómo me cansa hablar de mí!… pero son cosas de la vida”, “No recuerdo esa anécdota con Paco Cabezas, pero me gusta. Igual se la ha inventado él”, “Estoy acostumbrada a llenar los teatros, pero qué pocos habéis venido hoy”. Es buenísima, la Molina.
Ángela Molina entrevistada por Luis Alegre, que estuvo un poco serio.
22:00. Cenamos en Casa Vicente. Qué gambas. Me lo paso pipa oyendo otras anécdotas de cine, las de Miguel Balanzategui, un productor con el que cubriría incluso al Festival de la OTI.

0:00. Dos copazos (o tres) en el Tolouse. Aparece Dani Rodríguez, un redactor con el que curré estos últimos años y seguro que curraré otra vez en breve. Aparece Laura Mañá en el local y me saluda muy simpática, aunque igual esto no sucedió porque luego también se me apareció en sueños.

martes, 20 de abril de 2010

Festival de Málaga. Diario de bordo 1: Rosa María Sardà y una pandilla de feos

Desde el viernes por la noche estoy en Málaga. Málaga es una ciudad preciosa pero muy rara de carácter. Estos días, la ciudad está en las portadas de todos los periódicos de Málaga porque se está celebrando en ella el Festival de Cine de Málaga. En los diarios nacionales también estaréis leyendo cosas del Festival. Porque el Festival de Málaga es el certamen más importante de cine español, y tiene sus estrenos, sus alfombras rojas, sus estrellas, su glamour y su pescaíto.
Yo, para que no se me olviden las cosas, estoy escribiendo en una servilleta enorme un diario íntimo en el que apunto desde las entrevistas que hago hasta la muda que me tengo que poner mañana. Para trabajar poco, he decidido colgar en este blog las partes de ese diario que hablan exclusivamente de cine, aunque es posible que se me hayan colado algunos temas personales que no os interesan, porque estoy haciendo un corta y pega de la servilleta al ordenador con mucha prisa, y no me estoy fijando en lo que pongo porque estoy mirando al techo de la habitación del hotel. Pero bueno, allá va un resumen de mis tres primeros días en el festival.
Viernes 16
16:30. Sale el AVE de Madrid. En el AVE voy con mi chica, que se viene el fin de semana, y Cristina Teva, la presentadora de mi programa, que viene de entrevistar a Enrique Bunbury y nos cuenta su experiencia. Se me ocurren muy pocas compañías más placenteras que viajar con mi chica y Cristina Teva, y una de ellas es la de Rita Hayworth, que ya no vive.
19:00. Llegamos a Málaga. Paramos un rato en el hotel y salimos a cenar. Cristina nos cuenta su experiencia con Enrique Bunbury.
0:00. Nos tomamos un copazo con Gonzalo del Prado, de Antena 3. Cristina nos cuenta su experiencia con Enrique Bunbury.
3:00. Me voy a la cama con la sensación de haberme bebido 5 vinos y un par de vodkas. Seguramente sea porque me he bebido 5 vinos y un par de vodkas.
Esto es lo que veo desde la terraza de mi habitación. Cuando miro. Cuando no miro no veo nada.
Sábado 17
8:00. Primer despertar en Málaga. Me apunto en una servilleta que beber 5 vinos y un par de vodkas en la primera noche cuando llegas a un Festival en el que vas a estar 8 días es tontería. Pierdo la servilleta.
10:00. Se incorpora el resto del equipo con el que voy a pasar toda la semana. Ya os lo iré presentando. Nos ponemos a trabajar.
11:00. Dios, que no debe de leer este blog ni tener CANAL+, decide que lo mejor para que un equipo de televisión trabaje en la calle es que llueva como el día ése en el que Noé se puso a emparejar bichos al tuntún.
12:00. El Festival de Málaga nos reparte las acreditaciones. La mía no está hecha. La de Gonzalo Cabrera, el mejor realizador que ha pisado Málaga, tiene impresa mi foto, que encima es absurda. Pobre Gonzalo, os aseguro que en este intercambio de caretos sale perdiendo de largo.
14:00. Llegamos al Hotel AC, donde tengo una entrevista con Carlos Saura. Por problemas de horarios, no he podido ver su película Yo, don Giovanni, que inaugura el Festival y que trata de ópera, de Mozart, Salieri y Lorenzo da Ponte. Yo, que seguro que os parezco idiota, en el fondo soy un gran aficionado a la ópera. Y además soy idiota. Pero gracias a esta afición tan así, y tras avisar al maestro, consigo mantener una conversación coherente con él sobre la película, la música, el cine y las actrices que han marcado su carrera (y viceversa). Un lujo conocer a Saura, el tipo más afable del mundo. En cuanto pueda veo su Yo, Don Giovanni, se lo debo bastante.
15:00. Comemos en el mismo hotel AC. Pido una sopa de melón con virutas de jamón, pero en vez de virutas me echan en el cuenco un cerdo entero sin trocear. Me encuentro con Jordi Costa, que asiste a una mesa redonda de críticos de cine pero se marchaba enseguida. No veo yo a Jordi Costa disfrutando a muerte de un festival tan español como el de Málaga…
17:00. Entrevisto a Rosa María Sardà, que recibe uno de los premios honoríficos de Málaga. Una entrevista larga y en profundidad (unos 40 minutos) que disfruto como un enano cabrón, pero en la que también compruebo el irónico y mítico carácter indomable de la Sardà.
Charlando con Rosa María Sardà, ella con gafas de sol y yo con gafas 3D.
19:00. Seguimos grabando cosas por Málaga hasta que Mario, el mejor operador, ayudante, sonidista y hombre orquesta que ha pisado la ciudad, nos dice que grabar de noche es como echarle sal al bacalao. A Mario le debo las fotos de la alfombra roja de este post (las otras las hizo mi chica).
21:00. Cenamos como unos señores, primero en el Gorki y luego en Casa no sé qué.
1:00. Mierda, me he vuelto a tomar unos 6 vinos.
Domingo 18
8:00. Dicen que el domingo Dios descansó. Pues sería de crear el mundo, porque de llover no se cansa ni para atrás. Aunque a lo mejor no es Dios el que llueve y es  un funcionario del cielo, y estoy yo aquí echándole las culpas al pobre.
10:00. Los que no descansamos somos nosotros. Vemos Que se mueran los feos, de Nacho G. Velilla. No me ha vuelto loco ni muchísimo menos. Pero están Javier Cámara, Carmen Machi, Juan Diego, Julián López… y claro, alguna risa siempre te arrancan. Me quedo con una frase que me dijo Carlos Alonso de Fotogramas.es: “no, si hay algunos chistes con los que te podrías reír”.
11:00. Se incorpora a nuestro equipo Antonio, el mejor cámara y director de fotografía que ha pisado Málaga. Antonio lleva sin dormir desde 1980 porque ha estado grabando las últimas semanas un concierto de Bunbury en 3D. Nos intenta contar su experiencia, pero ya nos la había contado Cristina Teva.
12:00. Una Cristina Teva que, por cierto, entrevista a los actores importantes de Que se mueran los feos. En sus entrevistas, como está ella, no se muere nadie. Yo, por mi parte, pongo en riesgo de muerte a los actores secundarios, pero no menos importantes: Ingrid Rubio, María Pujalte y Tristán Ulloa, que cada vez que me ve me da un abrazo y ya sabéis que a mí esas cosas me hacen mucha ilusión y como no tengo nietos pues os las cuento a vosotros. También hablo con Nacho G. Velilla, que aunque no me haya convencido ni con esta película ni con Fuera de carta, sigo pensando que es un genio por ser el artífice de la mejor comedia de televisión que se ha hecho nunca en España: Siete vidas.
El reparto de "Que se mueran los feos" en la alfombra roja del Teatro Cervantes. Qué monos.
14:00. Cuando acaba la promoción de la película, entrevisto a Ingrid Rubio durante unos 45 minutos. Me lo paso pipa, porque me recuerda que ella era la niña del anuncio de “Quiero una sopa”, me cuenta una anécdota preciosa de su primer cásting y se me parece a Ana Belén en guapa.
15:00. Miguel Balanzategui, el mejor productor que ha pisado Málaga, nos trae unos bocadillos que cuela disimuladamente en el hotel, cuyo staff le descubre, también disimuladamente. Nos los comemos todo lo disimuladamente que podemos.
17:00. Cristina Teva, la mejor presentadora que ha pisado Málaga y a la que estuve pisando yo durante el viaje de ida, termina de trabajar con nosotros y se vuelve a Madrid porque el martes vuela a Nueva York a no sé qué de un gato mojao, dijo. Yo espero que la nube de ceniza sea sensata y se quite para que pase Cristina, que es capaz de deshacer la nube más tupida con el verdor de su cristalina mirada de clorofílica luz.
18:00. El público de Málaga se vuelve loca con la alfombra roja de Que se mueran los feos y de Planes para mañana, una película de Goya Toledo. Es que no veais cómo chilla el público de Málaga. No me extraña, porque por la alfombra desfilan todos los actores citados y Manuel Gómez Pereira, Verónica Forqué, María Botto, muchos chicos jóvenes de Los protegidos y de series que no controlo, Imanol Arias, Kiti Manver, Loles León, Jordi Vilches, etc. Glamour 100%.
Goya Toledo y sus compañeros de "Planes para mañana". Mi compañero Miguel Balanzategui ha descubierto que conmigo eso de hacer "planes para mañana" es una quimera.
19:00. Mi chica, la mejor que ha pisado Málaga, me pide que le haga una foto con una de las estrellas de la alfombra. Sólo con una. ¿Cuál? Chiquito de la Calzada.
20:00. Citamos a Goya Toledo en el vestíbulo del hotel antes de que salga para el estreno de su película. Está nerviosa, pero nos recibe con su representante, Antonio Rubial. De camino, se encuentra con Jorge Sanz, que está rodando una serie para el canal en el que trabajo, Fernando Trueba y Luis Alegre. Es que los pasillos del Hotel AC son como el plató de una de esas películas de los 80 en las que salía todo el mundo.

21:30. Decido terminar mi tercera jornada de trabajo, cenar y acostarme sin beber vino. Es que como me acostumbre a beber antes de dormir, luego no puedo dejarlo, como me pasa desde hace años con los cepillos: no me duermo si no miro fijamente uno durante seis minutos.

viernes, 16 de abril de 2010

Alicia vuelve al país de las maravillas y se encuentra con que todo está en 3D

Es la película más esperada de la semana, seguramente del mes, y no vamos a decir que del año, porque si nos ponemos en ese plan tan exagerado acabaremos diciendo que la infanta es la mujer más fea de Europa y eso no es verdad.
Se llama Alicia en el país de las maravillas (la película, no la infanta), y es la versión de Tim Burton. Pero está mal llamada. Se debería haber llamado “Alicia vuelve al país de las maravillas”, o “Qué pasó con el país de las maravillas”, o “Alicia crece y regresa al país de las maravillas y se encuentra con que ahora todo está en 3D y se tiene que poner unas gafotas para no verlo borroso”.
Alicia en el país de Tim Burton.
¿Y por qué digo esto? Pues veréis: yo es que soy superfan del libro de Lewis Carroll. Me obsesioné con él cuando era mucho más joven que ahora, aunque ya peinaba algunos pelillos en la huevada. Huy, qué basto ha sonado esto. Quería decir que me obsesioné con el libro en mi adolescencia. Resulta que vi en la tele la versión de Alicia de Walt Disney, y me pareció acojonante. Acostumbrado a Bambi, Pinocho, La dama y el vagabundo y Peter Pan, Alicia me pareció como si Walt Disney se hubiera vuelto loco y metido un tripi. Psicodélica, excéntrica, agudísima, irreverente… Me encantó. Y eso que el cuento me daba mal rollo por los recuerdos que tenía de niño en versiones infantiles, en otros dibujos animados y en un episodio de La mansión de los Plaff con Violeta Cela de Reina de Corazones (trauma que luego comprobé que comparto con Arturo Valls). Cuando vi la película de Disney decidí comprar el libro y leerlo. Y es el libro el que es así. Ni de coña es un cuento para niños, es un cuento genial y surrealista con el que te puedes partir de risa (y también se lo puedes contar a un niño). Los grabados de John Tenniel son maravillosos. Y ciertos capítulos inéditos en cine, como el de la Duquesa que tiene un bebé que estornuda porque hay mucha pimienta en la cocina, y que al final se convierte en un cerdo (el niño), son sencillamente alucinantes. Pues bien: en unos meses me compré cuatro traducciones diferentes, la versión original, el tomo de las obras completas de Lewis Carroll y su versión en inglés. Esta obsesión por un libro sólo me ha entrado dos veces en mi vida: con Alicia y con las memorias de Pipi Estrada.
Uno de los grabados de John Tenniel para "Alicia..." de 1864. ¿A que el señor gordo (Father William) se parece un huevo al último Marlon Brando?
Dicho lo cual, la película de Tim Burton me parece que está bien. Podría ponerme purista y criticar el alejamiento del libro original, pero no sé muy bien lo que significa “purista”. Y aunque creo que los que no estén trastornados con el libro como yo (o sea, el 99% de las personas físicas) se perderán muchos guiños de Burton a Carroll, me gusta la idea de que la historia no sea la de Alicia en el país de las maravillas, sino que Alicia, unos 10 años después, regrese a ese mundo y se reencuentre con todos los personajes del libro, pero viviendo con ellos otras aventuras. Y aunque no me gustan todas esas aventuras, en general la película me parece más que pasable. La estética de Burton, como siempre, es preciosa y preciosista, el diseño del careto de la Reina de Corazones, deformando el de su actriz y musa Helena Bohnam Carter hasta dejarle una cabeza tipo Carlos Hipólito, me parece brillante. Algo parecido hace también con los gemelos Twidledee y Twideldum y el careto de Matt Lucas, el gordito de Little Britain.
Y respecto al 3D… pues no sé qué decir. Os lo he dicho mil veces: no veo en 3D. Pero aún así, no tuve las sensaciones de mareo que en Avatar, y  la gente con la que hablé al salir del preestreno (Tere, Cristina, Jaime, Carol, otra Cristina, Jorge, Carlos, Irene, Iván, otra Cristina…) me dijeron que la 3D está bien, pero que no es una maravilla. Claro, está rodada en 2D y adaptada luego a 3D, y no rodada en 3D como Avatar. Al salir del estreno, me encontré con Joaquín Reyes (que por cierto, dio en el clavo: “es como una secuela de la Alicia de Disney”) y me hizo mucha ilusión saber que él también tiene un ojo vago y que no ve bien en 3D. A ver, me explico: no me hace ilusión que Joaquín Reyes tenga el ojo vago, sino compartir esa tarilla con un tipo tan gracioso. Mi ojo no es que sea vago, es que se prejubiló a la edad de un becario.
Joaquín Reyes en el preestreno de "Alicia" haciendo tontunas a nuestra cámara.
Ah, es que no os he dicho que estuve en el preestreno de este martes, por eso me encontré con Joaquín Reyes. Y charlé con muchos famosos más, ah, claro que sí. Y pude saber que esto de las 3D no le vuelve especialmente loco a Javier Fesser, o que Norma Ruiz no ha visto Avatar. Nadie es perfecto, yo sigo sin confesarle que la mentí cuando le dije que Tensión sexual no resuelta me hizo gracia. Por cierto, hubo alguien que me dijo que no le había gustado demasiado “Avatón”. ¿Cómo puede alguien que no sea Cándida Villar llamar “Avatón” a “Avatar”? El caso es que Norma Ruiz vivió su primera experiencia de cine en 3D, igual que Daniel Guzmán, Fran Perea o Natalie Poza, que cuando me ve se pone contenta y me da dos besos, y yo me pongo más contento todavía y se me derrama un poco la babica. Pero en general, a los actores y directores les mola lo del cine en 3D, pero sobre todo porque lo ven como un arma para llevar a la gente al cine y luchar contra la piratería, como me explicó Álex de la Iglesia. También me reí con Antonio Garrido y Pepón Nieto de las gafas  surrealistas y cutres de los años 80, que nos regalaban con el TP para que pudieras ver pelis en 3D, pero en rojo y azul.
Álex de la Iglesia muy pendiente del actor Antonio Velázquez y pasando bastante de mí.
Al salir del cine llovía mucho. Si no, me hubiera ido con Carmen Lomana a una fiesta para que me explicara por qué. Pero me fui a casa con mi chica, que no me tiene que explicar nada.
PD1. ¿Cómo se puede escribir una crónica sobre Alicia y no mencionar a Johnny Depp?

PD2. Gracias, Carlitos, por las fotos. Que Dios te lo pague con una conexión ADSL de máxima velocidad.