Hoy tengo uno
de esos días difíciles. No, no tengo la regla, a mí eso ya no me pasa. Tengo
uno de esos días difíciles porque me apetece hablar de cosas que no tienen nada
que ver con el cine y la televisión, pero que me gustaría compartir, y no sé
cómo hacerlo para no desvirtuar la temática de este blog.
-
“Jose, te pasas el puto blog hablando de cosas que no tienen
nada que ver con el cine y la televisión. El otro día contaste la primera vez
que saliste con tu amigo Luiso.”
- “Pero salimos al cine.”
- “Ya, pero eso a la gente qué
le importa.”
-
“Huy,
pareces Raphael.”
Esta voz interior que a veces
me habla no sé ahora mismo si sale de mi subconsciente o de la dirección de
contenidos de Menstyle.
Por si acaso, voy a intentar vincular al cine y la televisión algunos de los
temas que os quería comentar hoy.
1. Acaba de terminar de
representarse en Madrid Frankenstein,
una obra de teatro dirigida y adaptada por Gustavo Tambascio que respeta la historia
original de Mary Shelley.
O sea, que no tiene nada que ver con el Frankenstein
que conocemos de Boris
Karloff y que dirigió James
Whale (deberes: ver la película Dioses y monstruos, fragmento de la biografía de
James Whale.
Si ya la habéis visto, deberes 2: leer un libro bueno). La obra va a hacer una
minigira por España, así que a ver si podéis engancharla. En Frankenstein destaca Javier Botet, un actor
con una enfermedad que le hizo crecer exageradamente y no engordar, y que ha
hecho muchas figuraciones en películas de terror (sin ir más lejos es la famosa Niña de Medeiros de Rec). En Frankenstein, Botet es “la criatura”, y
su nacimiento es espeluznante, desnudo, como un esqueleto frágil con una fina
capa de piel, retorciéndose y dejando al público sumido en un silencio
acongojado. Un público que respira aliviado cuando, en el segundo acto, ve que Botet es capaz de hablar,
andar y correr como una persona normal, que no se rompe, que es un actor. Emilio Gavira, de El milagro de P Tinto, El séptimo día o Camino (sí: estoy citando su
filmografía porque sigo intentando vincular este post al cine), como siempre,
aparece contenido y en el registro exacto que requiere la obra. Interpreta
varios personajes, y entre ellos brilla el del Doctor Waldam. Emilio es enano, pero ese pequeño detalle se te
olvida por completo cuando le ves en teatro. Emilio
es mi amigo, pero os juro, y él lo sabe bien, que no le estoy halagando por
eso, cuando no hay que halagarle también se lo digo, pero no aquí, porque he
dicho que somos amigos y a los amigos no se les insulta vía blog. Se les manda
un SMS que diga. “Sms amgs, xo
ers n sioputa”.
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Los actores de "Frankenstein" colocados cada uno por su lado. |
Y digo que Emilio Gavira sale
contenido porque no veo tan contenido al Doctor
Frankenstein, Raúl
Peña, que hacía de hijo de Cándida
en Cándida y que
salía en La señora.
Parece como si se inventara cosas, porque habla bastante más que los demás, y a
veces no tiene sentido lo que dice. Y luego está Eduardo Casanova, el Fidel de Aída, que está más contenido
en la obra que en la serie (bueno, Boris
Izaguirre en una carroza del Orgullo Gay está más contenido que
Eduardo en Aída). Creo que Eduardo no va a hacer la
gira. El resto del reparto está más que correcto, y entre todos te permiten
conocer la verdadera novela de Frankenstein
(más deberes: ver Remando al
viento, de Gonzalo
Suárez, la historia de cómo se fraguó la novela). Y si podéis
ver Frankenstein,
hacedlo.
2. ¿Qué pasó con Manolete? No con el
torero, que ya sabemos que lo mató el toro Islero
en Linares, 1947, sino con la película de la que tanto se habló hace unos años
y que supuestamente rodaron Penélope
Cruz y Adrien
Brody, que se parece un huevo a Manolete. Pero hace tanto que la rodaron que
ya se nos había olvidado. ¡Pero si yo entrevisté a Sonia Grande en 2006 y me
enseñó el vestuario de la película, y ya se había rodado! ¡Pero si en
septiembre de 2007 mi
programa de televisión y la Plaza de toros de Las Ventas acordamos que nos
dejarían grabar una edición en el ruedo, porque se estrenaba ya la película!
¡Pero si se dijo que se iba a presentar en el Festival de Cannes de 2008!
Bueno, pues el motivo de que no se haya estrenado es muy sencillo: parece ser
que el productor Andrés
Vicente Gómez no pagó a todo el mundo, y eso no está bonito, y la
película no se ha podido terminar porque los trabajadores se han negado a
concluirla hasta que no cobraran. Pero desde la productora dicen que no, que
para San Isidro Manolete
llegará a España (qué fecha más propia) y que lo que pasa es que la estaban acabando.
Coño, ni que fuera Avatar.
Pero en Construcciones Moya,
que son los que hicieron los decorados, insisten en el incómodo tema de las
deudas. Pero los productores dicen que no, que lo que pasa es que se han hecho
98 montajes han dado con el definitivo. Repámpanos.
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Manolete dispuesto a saltar al ruedo, desde cuyas gradas, por aquella época, Elsa Pataky todavía le gritaba: "¡Ole, mi torerito!" |
Manolete
se va a estrenar primero en Francia. A ver si
hay buena suerte (o mala no, porque creo que Manolete
no es precisamente Ciudadano
Kane) y podemos verla en 2010. Que si no Penélope Cruz y Adrien Brody nos van a
parecer dos pipiolos, como Brad
Pitt en las escenas finales de Benjamin Button.
3. Verónica Forqué anda
por Madrid representando en teatro La
abeja reina. La pasada semana tuve el placer y el honor de repasar
con ella toda su carrera para un documental que estamos preparando. Estuvimos
hablando cerca de una hora y cuarto con cámaras, y una media hora sin ellas. Y
en ambas conversaciones se comportó exactamente igual, porque Verónica Forqué, leyenda
de nuestro cine, teatro y televisión, es tan cercana como sus personajes. Venía
alucinada con En tierra hostil,
que la vio el día antes, y tardó en arrancar la entrevista porque no tenía
prisa y le apetecía hablar de esa película. La entrevista, que fue larga, se
nos pasó a todos en un pis pas o plis plas o como se diga. Mis compañeros Javi, Antonio, Miguel y Toñi se reían de las cosas
que contaba Verónica,
y sobre todo de cómo las contaba, y eso no suele pasar cuando estás grabando o
sujetando un micrófono durante más de una hora. Nos contó cómo recuerda a su
padre (su padre es el autor de Atraco
a las tres, ¿quizá la mejor comedia española de la Historia?), su
primer desnudo en teatro (“hija,
¿tú quieres ser actriz o un putón verbenero?”), su admiración por Colomo o Trueba, la única vez que
se enfadó con ella Pedro
Almodóvar en Kika
por no querer eclipsar en una secuencia a Rossy de Palma, su relación con Manuel Iborra y su
“segunda familia” de Pepa y
Pepe, su amor al teatro… Y chincha, que me dijo que parezco más
joven de lo que soy, porque le sorprendió que me acordara de su serie Ramón y Cajal, y vaya si me
acuerdo, que hasta le conté una tontería que hacía yo cuando emitían la serie,
y le pareció muy bonito y me dijo que se la iba a contar en casa a Manuel Iborra. Yo no os
la cuento porque me da vergüenza. Verónica
Forqué se despidió dando las gracias por haberle hecho una
entrevista así y se marchó repitiendo los nombres de los miembros del equipo
que fuimos a grabarla. Qué guay.
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Verónica Forqué y Miguel Rellán (vaya dos) en "La abeja reina". |
4. También es teatro, pero lo
que está haciendo El
Brujo no sé cómo disfrazarlo de cine o televisión. Rafael Álvarez El Brujo
es el mejor monologuista que hay en España, ya les gustaría estar a la
altura de sus zapatos a los graciosetes del Club
de la comedia. Con El
testigo, El
Brujo vuelve a doblarte de risa con la historia de un cantaor
de flamenco (Miguel Pantalón)
narrada por una de las personas que vivieron cerca de él y que, al contrario de
lo que suele suceder, es capaz de decir una sola palabra buena del difunto.
Intentad verla si pasa por vuestra ciudad.
P.D: “Había una vez tres muchachitas que
fueron a una academia de policía. Les asignaron misiones muy peligrosas. Pero
yo las aparté de todo ello y ahora trabajan para mí”. / “Soy Bill Maxwell, del FBI. Y este payaso
del pijama rojo es Ralph Hinkley”. La pasada semana desaparecían
los actores que pronunciaron estas míticas frases en televisión. John Forsythe, el Blake Carrington de Dinastía y la
voz de Charlie, el
de “Los ángeles de”.
Y Robert Culp,
el agente del FBI que acompañaba al Gran
Héroe americano. Ambos trabajaron en miles de cosas más, pero sobre
todo los recordaremos por esos grandísimos momentos quen nos dieron en las
tardes y noches de televisión de los 70 y 80. Descansen en paz y en nuestra
memoria.