Lunes 19
9:00. Comienzo el día con una
ilusión bestial, porque en el buffet del desayuno del hotel hay Frosties de Kellogs y ayer no había y a
mí me gustan mucho los Frosties.
9:05. Me los como. Mierda, si
los Frosties no son
los que me gustan, los que me gustan son los Krispis. Qué lío es todo.
11:30. Me persono en el Teatro
Cervantes con Gonzalo
Cabrera y mi señora, que os pensaréis que se está pegando un
fin de semana de aúpa en Málaga a mi costa, pero qué va, la teníais que ver
sujetando el reflector de luz, recogiendo acreditaciones o llevando cintas de
acá para allá. Gonzalo del
Prado, de A3, opina que deberíamos pagarla.
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El Teatro Cervantes, para que veais que es verdad que existe. |
12:00. Proyección de Bon appétit, película de David Pinillos de cuyo
guión es coautor mi amiguete Paco
Cabezas. Justo antes del inicio de la película me lo encuentro
con Patri y su niña Marina, que es lo mejor que han hecho nunca estos dos juntos,
y mira que han hecho guiones y programas buenos. La película me parece sólo
normal. Es una historia de amor y desamor con el telón de fondo de la
gastronomía, algo que últimamente veo con demasiada frecuencia en el cine. Se
desarrolla en Zurich, Munich y Bilbao, así que ahora no habrían podido rodarla
por la nube de ceniza. Creo que Paco ha escrito mejores guiones y supongo que
David dirigirá mejores películas, pero Bon
appétit, a medida que avance el Festival, se me va a ir
revalorizando, porque está por encima de la media de lo presentado en Málaga.
14:00. Entrevisto al
protagonista de la película, Unax
Ugalde, y a su director, David
Pinillos. Los dos la defienden muy bien. Unax me cuenta que estuvo un
tiempo practicando en un restaurante la manera de enfrentarse a los platos, y
que un día le vio salir de la cocina Manuel
Gutiérrez Aragón y se quedó perplejo como pensando: “pobre chico, cómo le está golpeando la
crisis en el cine”.
15:30. Con tanta tontería me
entra hambre y en estos casos procuro comer. No es una perogrullada, quienes me
conocen saben que puedo aguantar 80 días, e incluso menos, sin comer ni dormir.
Es lo que pasa cuando eres intelecto puro.
17:00. Mi chica dice que ya
está bien y se vuelve a Madrid. Es en AVE, así que no hay problema de nubes de
ceniza a no ser que el maquinista fume a escondidas. Ahora tendremos que llevar
nosotros las cintas de acá para allá.
19:00. Rato libre. Aprovecho
para revisar el correo, teñirme el pelo como una cebra y pintarme las uñas de
los pies. Me queda todo fatal y vuelvo al look original.
20:00. Vaya, el look original
también me queda fatal.
21:30. Llamo a Antonio, mi supercámara y
dire de foto, para quedar a cenar. Le despierto. No son horas de siesta, así
que accede a salir a cenar. Mola que te despierten para darte de comer, como a
los bebés.
22:00. Cenamos en el Mariano, un lugar muy
recomendable si te gusta el buen pescado fresco (qué lubina, qué rodaballo) y
si eres rico. Vemos en la mesa contigua a Imanol Uribe y Ángela Molina. Ayer
cenamos al lado de Kiti
Manver y Jorge
Roelas. Es lo que tiene el Festival
de Málaga, que vas andando y viendo famosos, como si estuvieras en
el Sálvame.
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Mira, la playa. |
Martes 20
7:30. Levantarse a estas
horas, salir de la habitación del hotel, que se abra la puerta del ascensor y
que esté dentro Carlos
Pumares con cara de pocos amigos no es la mejor manera de
comenzar el día. La mejor manera de comenzarlo es despertar al lado de una
mujer negra, joven, de cuerpo escultural y brillante piel de ébano, que
sonriente y sensual te acaricie los pómulos y la cara interna de los muslos.
Pero desgraciadamente eso nunca pasa, y lo de Pumares sí.
9:00. Me voy al Teatro Cervantes con Miguel Balanzategui a ver
El idioma imposible.
La veo. Habla de los 80, la heroína, el enganche a la droga, el enganche al
amor. La protagonizan Irene
Escolar, la yonqui más guapa y lozana que he visto nunca, y Andrés Gertrúdix. Me
parece un cortometraje alargado, arriesgada y demasiado personal. Ojalá me
equivoque, pero dudo que las distribuidoras se peleen por estrenarla.
11:00. Hablo con el director, Rodrigo Rodero, que me
hace una interesante defensa de la película. Cuando un director me explica
su película, suele cambiarme un poco la percepción inicial, pero el 99% de
la gente que va al cine no puede hablar con el director, no sé si me explico.
Juntos recordamos las pelis del cine quinqui de los 80 de Eloy de la Iglesia o José Antonio de la Loma,
que trataron en vivo el tema que hoy ha recogido Rodrigo.
11:20. Encantador Andrés Gertrúdix, con
el que me volveré a encontrar y a charlar varias veces en el Festival, y
encantadora Irene Escolar,
que dijo que yo hago unas entrevistas cojonudas. Pero las cojonudas fueron sus
respuestas, porque ha madurado muchísimo como actriz y mujer desde que la
entrevisté por Los girasoles
ciegos. O sea, quiero decir que ha madurado por su cuenta, no
porque la entrevistara yo. Y qué piernas, amigo, dicho esto con el tono de Astérix cuando hablaba de la
nariz de Cleopatra.
12:00. Segunda película del
día, El dios de madera,
de Vicente Molina Foix,
con Marisa Paredes
de prota y dos inmigrantes, uno negro y otro moro. O un subsahariano y un
sobresahariano, como os suene mejor. La película habla de inmigración, racismo,
homosexualidad y homofobia. Tiene frases y escenas para la antología del humor
no pretendido, como un solemne “qué
negro eres” en boca de Marisa
Paredes. Vicente Molina
Foix está preciosista en la forma y evidente en el
fondo, justo lo contrario que yo en la vida.
14:30. Hablo con Marisa Paredes, que en la
entrevista es menos solemne de lo que me esperaba, aunque me cuentan una frase
suya genial declamada a su jefe de prensa como la dama de la escena que es: “Acaso… ¿Acaso he perdido el bolso?”. Marisa defiende como
nadie su papel, aunque me da la razón en que se nota que está escrito por un
literato (tiene un complicadísimo monólogo de 5 minutos). Y le encanta hablar
de la situación del cine español, y lo hace muy bien, no olvidemos que fue la
Presi durante casi 4 años. Vicente
Molina Foix me enumera las escenas de las que está más
orgulloso, pero no me mira cuando me habla, cosa por la que tampoco puedo
culparle: yo procuro mirarme lo justito al espejo cuando me hablo.
16:00. Comemos algo y me pido
un café con leche caliente. Me quemo la lengua. Si es que estoy gilipollas, a
mí como me gusta el café es con la leche templada.
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Ana Belén, Irene Escolar y Marisa Paredes en la alfombra roja. |
18:00. Nos vamos a las
alfombras rojas del Teatro
Cervantes. Mario
vuelve a hacerme las fotos que ilustran este post. Antonio vuelve a grabar las
imágenes para televisión, en las que saca guapos a los que lo son y a los
que no lo son, yo no sé cómo hace esto, Antonio.
Los demás bebemos cerveza y discutimos de política. A Mario y Antonio les damos cerveza
antes. Nos hemos juntado 5 personas que si no toman cerveza se caen al suelo de
la pena.
20:00. Desfilan por al
alfombra Assumpta Serna
vestida del siglo XIV (os lo juro), Jorge
Roelas, Pilar López de Ayala, Alberto Amman, Miguel Ángel Muñoz, Antonio
Dechent, Ana Belén y todos los de las películas ya mencionadas.
Los malagueños les gritan mucho.
21:30. Me vuelvo al hotel
porque estoy durmiendo una media de un rato al día y no puedo ni con mi alma.
Me pongo a leer y me da la una. Todavía me quema la lengua.
Miércoles 21
Me levanto de nuevo a las
7:30, lo cual, queridos amigos, es una mierda.
9:00. Otra vez al Teatro
Cervantes para ver La vida
empieza hoy, de Laura
Mañá, una comedia sobre el sexo en la tercera edad con Pilar Bardem, María Barranco y Rosa María Sardà. Por fin
una película que me convence. Yo le daría la Biznaga
de Oro del Festival si estuviera seguro de lo que es una biznaga.
10:30. Me encuentro con Begoña y David, de TV3, y con Carlos Alonso de Fotogramas, y volvemos a
decirnos que tenemos que quedar a cenar un día, pero es que no es tan fácil
encontrar el momento cuando estás en un festival. Todos coincidimos en que La vida empieza hoy es de lo
mejorcito de la sección oficial.
12:00. Tengo el privilegio de
hablar con Pilar Bardem
y María Barranco
de la película. Les transmito mi entusiasmo a las dos, cosa que, como es
normal, les importa un pito. Pero coinciden conmigo en que la película es
delicada, sensible, tierna, divertida y que nos reímos “con” estos personajes
que viven el sexo en la madurez, pero no “de” ellos. Con Pilar Bardem me iría a
tomar unas cañas y a hablar de política. Con María Barranco quedamos mañana para una
entrevista personal de 30 minutos.
12:30. Hablo con Laura Mañá y le digo que
va a ganar el Festival.
Estoy desatado. Qué inteligente y atractiva es Laura Mañá. Qué buena película ha hecho. Qué
buena entrevista me da. Qué patético soy, cómo se me nota cuando me gusta
alguien.
13:00. Completo la ronda con
la encantadora Mariana
Cordero y con el listísimo Fernando Tielve. Estos horarios se me solapan con la
otra película del día, Rabia,
así que no puedo ir a verla, pero mi realizador Gonsalo Cabrera dice que también es muy
buena, y yo de Gonsalo
me fío totalmente, pero nunca le dejaría las llaves de mi casa porque tiraría
dos tabiques y me la reformaría completa.
17:00. Después de comer
tomamos el café con Antonio
Rubial, el representante de, agarraos, Penélope Cruz, Elena Anaya, Goya Toledo,
Lola Dueñas, Clara Lago, Najwa Nimri, Angie Cepeda, María Botto, Leticia
Dolera, Manuela Velasco, Natalia Verbeke, Marta Etura… Nos
cuenta cosas interesantísmas (y discretísimas) de sus chicas. Yo no os las
cuento porque no soy esa clase de hombre chismoso.
19:00. Con Antonio y Mario elaboro nuestros
clásicos ránkings de maromos de Festival. Nos gustan las piernas de Irene Escolar, el rollo
de Laura Mañá,
la sonrisa de Ingrid Rubio
y el cerebro de todas ellas (esto último lo he puetso para no
parecer un machista, que esto es un blog, no la barra de un bar).
20:00. Acudimos a un encuentro
de Ángela Molina
con el público. Infiltrados como tal, Gonsalo
y yo le hacemos varias preguntas de interés profesional. Ángela es magistral y surreal
contando anécdotas de Almodóvar,
de su padre (del suyo, Antonio
Molina, no del de Almodóvar),
de Buñuel,
de Victoria Abril…
“¡Cómo me cansa hablar de mí!…
pero son cosas de la vida”, “No
recuerdo esa anécdota con Paco
Cabezas,
pero me gusta. Igual se la ha inventado él”, “Estoy acostumbrada a llenar los teatros,
pero qué pocos habéis venido hoy”. Es buenísima, la Molina.
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Ángela Molina entrevistada por Luis Alegre, que estuvo un poco serio. |
22:00. Cenamos en Casa Vicente. Qué gambas. Me
lo paso pipa oyendo otras anécdotas de cine, las de Miguel Balanzategui, un
productor con el que cubriría incluso al Festival
de la OTI.
0:00. Dos copazos (o tres) en
el Tolouse. Aparece
Dani Rodríguez,
un redactor con el que curré estos últimos años y seguro que curraré otra vez
en breve. Aparece Laura
Mañá en el local y me saluda muy simpática, aunque igual esto
no sucedió porque luego también se me apareció en sueños.