Hace unos días leí en el periódico que, una vez detenidos sus
famosos agresores, José Luis Moreno declaró: “Ahora duermo como un ceporro”. Así, a bote
pronto, me inquieta que José Luis Moreno duerma bien. Lo del ceporro lo entiendo mejor,
porque hace poco vi unas fotos suyas en bañador y,
dormido o no, lo de su ceporrismo me pareció algo inevitable. Pero de ahí a que
duerma bien… no sé. Yo no podría.
Y lo digo porque el otro
día, mientras esperaba para ver la repulsiva entrevista de Telecinco a Julián Muñoz (no me lo tengáis en cuenta, lo
hice por vosotros), vi una de las series de mayor audiencia de la
televisión. Confieso (con cierto orgullo) que nunca había visto una tanda
completa. Pero el otro día sí. Lo lamento, pero hoy os voy a hablar de…
¡¡¡Las matrimoniadas!!!
(Este título habría
que leerlo con el tono de Ernesto Sevilla cuando gira la cabeza de
una cámara a otra en sus números de “Marcial” o “El Gañán”)![]() |
Mar Saura en "Escenas de matrimonio". He elegido una foto de ella porque es la que está más buena y para compensar las de José Luis Moreno en bañador |
Hace algunos años, los sábados en los que Teresa y yo nos
quedábamos a cenar en casa, nos solía coincidir la hora de fregar los cacharros
con un programa que tenía José Luis Moreno y que se llamaba Noche de fiesta. Como ya habrán comprobado,
soy un poco propenso a hacer el lelo, así que, si ella estaba en la cocina y yo
en el salón, la llamaba alarmadísimo como si en la tele estuvieran
retransmitiendo el fin del mundo en directo. Cuando llegaba corriendo, lo que
había en la tele eran unos sketches deplorables ante los que yo le decía:
“¡Mira, Tere, las Matrimoniadas!”. Festival del humor. Pero
es que ya en esa epoca las Matrimoniadas nos parecían tremendas. Quién iba a
imaginar que con los años se iban a convertir en una de las series españolas de
mayor éxito. Ah, la serie se llama Escenas de matrimonio, pero nadie la llama así:
se ha quedado con “Las matrimoniadas”.
La verdad es que hace tiempo
que me autoimpuse la obligación de ver una tanda completa de la serie, y nunca
me encontraba con fuerzas. Pero el otro día estaba superanimado porque había
merendado un Donuts Fondant, así que la
vi. Y podría decir muchas cosas de ella, o pocas, o casi mejor ninguna; podría
criticar sus guiones, sus chistes, sus situaciones; podría tildarla de
machista, de homófoba, de fomentar el odio entre parejas… Pero no hace falta.
La serie se define por sí sola mucho mejor de lo que la podría definir yo. Veréis:
simplemente me voy a dedicar a transcribir unos cuantos chistes (o presuntos
chistes) de la serie. Sé que son chistes porque cuando acaban suenan unas
risas. Si no, no lo sabría ni de coña. Así que os recomiendo que mientras leéis
las siguientes frases ecuchéis de fondo este
sonido porque si no, no va a haber manera. Y juzgad vosotros mismos:
- Romerales a Mari Carmen
Ramírez: “El punto G lo tengo yo, G de
gilipollas por haberme casado con una loca como tú”.
- Santiago Urrialde a su
mujer: “No, el divorcio no te lo puedo dar
porque no lo tengo yo, pregunta en el Juzgado a ver si lo tienen ahí”.
- El gordito que no se
afeita, hablando de villancicos, a la de Las Virtudes que no se quedó
delgada: “¿Hacia Belén va una burra? Pues
para ir de España a Belén la burra llevaría un GPS”.
- Diálogo entre los
vejetes que se fueron de la serie pero que siguen saliendo (Avelino y la
otra): ”- ¿Tú me has cogido la
cuchilla de afeitar? - No sé, pregúntale a mis axilas. - ¿Pero tú que
tienes en los sobacos? ¿Champiñones?”
- Diálogo entre Manuel
Galiana (¿qué hace un actor como tú en una serie como ésta?) y
señora: “¿Has pedido una pizza? - Sí. -
¡Pero mira que tienes morro! - No tengo morro, lo que tengo es una pizza”.
- Diálogo entre Santiago
Urrialde y su mujer: “- ¿Por qué me das un
beso? - Porque eres mi marido. - Esa no es una razón. Las mujeres no
quieren ver a sus maridos ni en pintura”.
- Diálogo entre Mari Carmen
Ramírez y Romerales: “- Tenemos que
hacer el amor, me lo ha dicho el ginecólogo - Yo paso, que te querrás
poner encima y luego empiezas a sudar”.
Estos 7 chistes salieron a emisión en menos de 25 minutos. Os juro
que no he omitido ni uno sólo que me hiciera gracia. Pero ojo, que hay público
para todo, y concretamente para esto son casi de cerca 4 millones de personas
diarias. Así que quién sabe, a lo mejor el equivocado soy yo, pero… si vosotos
fuerais José
Luis Moreno, ¿domiríais como un ceporro?
¿Y
tranquilos?