lunes, 8 de diciembre de 2008

Cosas que se quedaron en el tintero (complementos para un puente)

Durante estos días de puente (o mal llamado puente) me he estado acordando de muchas cosas que en algunos posts, o en algunos comentarios, hemos acabado zanjando con la frase “…pero ya hablaremos de esto en otro momento”. Como se me van acumulando demasiadas, este día festivo me ha parecido una buena fecha para rescatar y explicar algunas de ellas. Muchos de vosotros no sabréis de qué hablo, pero no os preocupéis lo más mínimo, nadie pretende que os acordéis ni que seais incondicionales de este blog. Pero por ejemplo…
  • En el Festival de Cine de Marrakech conocimos a una mujer marroquí de nombre Abdellaoui Bouchra (ver post, horas 43 y 44). A pesar de la cultura en la que vive, la religión que la atenaza (aunque ella no lo crea así) y el machismo que la rodea, alojaba en su interior una chispa de rebeldía. Pero de rebeldía valiente. Aunque nos hablaba (a Cristina Teva y a mí) de algunos temas con cierto miedo, como si temiera que la estuvieran escuchando, nos explicó cómo piensa que es tratada la mujer en su país, y qué poca importancia se la da a la mujer en el Festival en el que estábamos todos trabajando. Tiene una hija, Imane Jenbari, que ha montado una asociación en la que, desde fuera, intenta concienciar a las mujeres marroquíes de lo que puede ser su papel en la sociedad (este es su blog). Imane es fan del cine indio de Bollywood, y hace dos años consiguió traer al Festival de Marrakech a algunas estrellas de la India. Pero tampoco la hicieron demasiado caso. Ambas siguen luchando por la igualdad de la mujer en un país donde ésta parece imposible. Abdellaoui me pidió que hablara de ellas dos, y me dio una dirección de correo electrónico que, lamentablemente, me da error. Ella sí tiene la mía.
  • Mi amigo Sergio Catá ganó finalmente el Premio del Público en el Festival de Alcalá de Henares con Esto no es un western (ver penúltimo párrafo de este post). Me dio mucha alegría, por él, por Ignacio Giménez-Rico (fotografía) y por Jorge Artajo (dibujos), pero también por mí, porque es la primera vez que voto como público en un Festival de cine y ¡toma ya! acerté. Si es que tengo un buen ojo… Lamentablemente, Tres en playa, un corto que puse a caer de un burrillo, ganó el premio al mejor guión. Y One goal!, a la que tampoco loé demasiado, el Premio Especial del Jurado. Eso quiere decir que tengo buen ojo y mal ojo a la vez. Algo muy habitual en mí, como bien sabe mi oculista. 

Joaquim de Almeida en el Festival de Marrakech. Desde entonces, os debía esta foto.
  • Esta semana, en silencio y discretamente, se nos fue el actor argentino Ulises Dumont. Ulises Dumont era uno de esos grandes intérpretes a los que les ponemos mejor la cara que el nombre. Era habitual verle destacar sobre el resto de secundarios en las películas de Adolfo Aristarain o Juan José Campanella, con algunos momentos inolvidables como su detonación  en Tiempo de revancha (del primero) o su jubilación obligada en El mismo amor, la misma lluvia (del segundo). Fue Concha de Oro en 1983 en el Festival de San Sebastián por Los enemigos. Descanse en paz y en nuestras videotecas.
  • Hablando de todo un poco: el Festival de San Sebastián debería replantearse el nombre de sus premios cuando lo recibe un actor o director argentino. Hace poco, Tristan Bauer ganó un premio en Donosti. Para estos casos, la organización debería tener en la reserva un Urgull de Plata, un Urumea de Honor o un Pintxo de Oro, me da igual. Pero si no, es como si tú vas a Argentina y te premian con el Potorro de Bronce. No es serio. 
Barry Levinson en el Festival de Marrakech. También os la debía.
  • Uno de estos días de puente, recién levantado, pongo la televisión y me encuentro con una película tremenda con la que tardo bastante en reconocer a algunos de mis referentes televisivos de los 80, todos ellos con unos 30 años más (si ellos me vieran a mí también se sorprenderían). Miro el teletexto: la película se llama Trampa a Santa Claus y la protagonizan Shelley Long, la camarera Diana Chambers de Cheers; Corbin Bersen, el abogado matrimonialista y ligón de La ley de Los Angeles: Stacy Keach, o sea Mike Hammer; y Robert Hays bastante más gordo pero no demasiado envejecido. Robert Hays es el señor que un poco más arriba, en la cabecera de este blog, suda como un pollo en una imagen de Aterriza como puedas. Qué grandes los cuatro.
  • Se quejan mis amigos Eva, Nacho y María de que no les cito en este blog. Claro, porque cuando les veo me sacan de copas como el otro día, y luego no me acuerdo de nada y no sé con qué frases citarles. Eso sí, me dijeron que escribo algunos posts muy largos. Y como yo les hago caso en todo lo que me dicen, pues lo tendré en cuenta.

Y mañana, a currar de nuevo.