Porque vamos a hablar de cine de grandes silencios. No hablo del de Chaplin, Fatty o Buster Keaton, eso es cine mudo, no de silencios. El cine de silencios es un cine pausado, calmo, lento, que no teme a planos secuencia de 5 minutos, que no se asusta de enseñar que un protagonista está pensando. Es un cine agradecible, de autor, arriesgado, no pensado para el gran público. Es el cine por el que ha optado esta semana Manuel Martín Cuenca en La mitad de Óscar. Y hoy he elegido 5 películas recientes “de silencios”, género que, a estas alturas del post, os confieso que no existe. Me lo acabo de inventar.
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"La mitad de Óscar": el perfil de Verónica Echegui y el de Rodrigo Sáenz de Heredia. |
2. Luz silenciosa (2007), de Carlos Reygadas. Con Jaime Rosales, es seguramente el mejor exponente de este cine. He elegido esta película de su filmografía porque lleva la palabra “silencio” en su título y porque empieza con un plano secuencia de las estrellas girando hasta que amanece. Oye, y tu ponte a mirar las estrellas hasta que amanezca, que pasa un buen rato. Cuenta la vida, ya lenta de por sí, de una comunidad menonita, donde uno de sus miembros, con siete hijos, tiene una relación bastante adúltera. También aparece al concepto de milagro, por ahí en medio. Y me gustó, pero me resultó pretenciosa. La vi con el director Manuel Fernández, que la adoró, y me encontré con mi crítico favorito, Javier Ocaña, que me dijo una frase que se me quedó grabada: “está bien pero es un poco cargante”.
3. Uzak (Lejano) (2002), del turco Nuri Bilge Ceylan. He mirado en Imdb a ver si lo había escrito bien y sí, pero no tiene mérito porque le entrevisté una vez en Granada. Y tampoco tiene mérito el ritmo de su cine, porque qué señor tan lento y soso. Uzak también empieza con un plano secuencia de 5 minutos de un tío andando desde lejos hasta que llega. Pero la historia de dos primos hermanos que se reencuentran pero que están más lejos el uno del otro que José Luis Garci de Santiago Segura, me enganchó. Esta la vi solo. Qué raro, con la de fans que tengo.
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Uzak. ¿Y que sigo pensando por qué la vi solo? ¿Dónde estaban ese día Rafa Nadal y Juan Erasmo Mochi? Qué raro... |
5. Whisky (2004). De Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll. La muerte de Rebella en 2006 fue uno de los disgustos más grandes que nos ha dado la vida a los cinéfilos, por negarnos lo que esta pareja podría haber hecho. Whisky es lenta y silenciosa porque si no no vale, esa relación (inventada) entre jefe y empleada tiene que ser así, esa rutina diaria de abrir la tienda tiene que ser así, esos sentimientos que afloran y se reprimen tienen que ser así. Whisky es una maravilla. También la vi con mi chica, pero cuando pienso en Whisky me acuerdo de Tony Partearroyo, la persona que más sabe de cine que he conocido.
¿Qué faltan Dreyer, Apitchapong, Mariano Ozores…? Lo sé, pero esto es un post que habla de 5 películas silenciosas, no un tratado sobre estilos cinematográficos. Yo es que para hacer tratados no valgo. Para escribir posts tampoco, pero es más fácil. ¿Qué por qué he citado a la gente con la que vi cada película? Pues para que veais que este cine despierta sensaciones diferentes. Y para que les haga ilusión ver su nombre y me sigan en Twitter. Y ahora, como homenaje al cine de silencios y por respeto a vosotros, me callo.