Digo en el titular que “por fin una serie española de calidad”. El título no es correcto, pero no os extrañe, yo titulo fatal desde la facultad, suspendí Redacción periodística en primero de carrera para junio y en tercero para septiembre. También es cierto que cuando yo estudiaba tomábamos apuntes con un cincel sobre una tablilla de piedra, que los tiempos han cambiado y que si ahora me mandan hacer una redacción sobre una vaca la haría mejor. Pero no es justo decir lo que he dicho en el titular, últimamente me he enganchado a Gran reserva, Pelotas, Qué fue de Jorge Sanz… y eran series españolas. Pero Crematorio es otra cosa.
Decía José Sancho (es que hace tiempo que se cabrea si le llamas Pepe, bueno, creo que se cabrea por muchas más cosas, pero no os lo puedo decir) que en realidad había rodado una película de 8 horas. Y en parte tiene razón: para empezar está dirigida por Jorge Sánchez Cabezudo, el autor de la considerable La noche de los girasoles. La segunda unidad la llevaba Oskar Santos, el director de El mal ajeno. Pero sobre todo, y a lo que se refiere José Pepe, es que la serie ha sido rodada a la vez, es decir, un día ruedan una secuencia del capítulo
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José Sancho y sus chicas: Alicia Borrachero y Juana Acosta, de la que soy un poco fan. |
No os he dicho que trata Crematorio, ¿verdad? ¿eh? ¿eh? ¿eh? Pues bien, sus carteles promocionales dicen que es una serie sobre la corrupción en España. Más concretamente sobre la corrupción urbanística, el pelotazo, la burbuja inmobiliaria… ya no puedo decir más. Bueno, sí que puedo, pero estoy cansado.
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Pepe Sancho con sus chicos. Atención a Vicente Romero: vuelve a bordar su papel, como casi siempre. |
Otra gran serie española a la que me enganché, por cierto. Y por cojones, con perdón.