miércoles, 24 de marzo de 2010

Porno

Estaba el otro viernes yo en casa insultando a unos tramoyistas y de pronto me dije: “¡andá, si los viernes en Cuatro echan 21 días y yo hace mucho que no lo veo porque Samantha Villar me pone de los nervios!” Así que puse la tele, pero sólo salía el Tío de la Vara. Y entonces miré el teletexto, que desde el apagón analógico lo veo superpequeño, y comprobé que ese viernes no ponían el programa. Y me dije a mí mismo, “porras, hoy yo tenía cuerpo de Samantha Villar” (quiero decir que el cuerpo me pedía ver 21 días, no que mi cuerpo ese día fuera como el de Samantha Villar, y que me hubiera salido rajita). Pero yo soy muy perseverante: si no consigo una cosa a la primera, lo vuelvo a intentar. Si no sale a la segunda ya lo dejo, pero esta vez no hizo falta, porque me pude quitar el mono en la web de Cuatro. Busqué 21 días y me salieron varios títulos. Elegí al azar uno de los últimos: 21 días en la industria del porno (qué pasa, que no cuela lo de “al azar”, ¿no?).
Samantha Villar rodando su primera peli porno. Porque la escena que veis al fondo, amigos, no pertenece precisamente a una versión moderna de "Bambi".
Ah: quiero dejar una cosa clara. Os voy a hablar de porno pero no esperéis que utilice palabras como “polla”, “coño” o “semen”. Ya me conocéis, tengo una educación exquisita y un espectacular conocimiento del vocabulario hispano, así que prefiero utilizar sinónimos mucho más ricos léxicamente como “cirulo”, “gruta del amor” o “sánex”, igual que hago en mi vida cotidiana. Si buscáis guarradas os habéis equivocado de blog.
Bueno, pues en el programa éste Samantha se pasa los cinco primeros días acompañando a Dunia Montenegro, una de las pornostars más famosas de España, aunque no es española, pero no recuerdo donde nació porque cuando lo dijeron yo estaba mirándole distraídamente las peras. Las dos nuevas amigas van a un rodaje, se prueban ropa de pilingui, Sammy acompaña a Dunia a depilarse la vieira… pues eso, las cosas naturales que hacen dos amigas nuevas. Pero Sammy abandona muy pronto a Dunia porque la ve rodar una escena lésbica y a su parteneire se le rasga un poco el interior del choto, y a Samantha no le pareció bien, porque ella es muy de no perecerle bien que la gente se vaya por ahí rasgando las intimidades.
Luego visita a Torbe, que es el gurú del porno freak por Internet, un tipo que en el programa se comporta como un loco histérico con el que no se puede hablar, pero que yo sé que no es así porque me ha contado cosas de él mi amigo Rafa, que le conoce perfectamente.
Una escena de "21 días" en la que ruedan una escena de una película muy freaky de Torbe.
También convive con una actriz debutante, asiste al rodaje de una escena en la calle e incluso ella rueda una escena (como directora) con gatillazo incluido. Y de too esto me interesa una conversación de Samantha con una actriz mientras hacen yoga, en la que le explica cuáles son las mejores posturas para hacer el guarri y que quede estético en cámara (se lo explica la actriz a Samantha, no al revés). Pero el resto no sé, como que no me descubre nada nuevo. Es que yo tengo CANAL+ desde hace mucho y algunos viernes no salía.
Tengo varios amigos que no han pasado 21 días en la industria del porno, sino que llevan cerca de él unos seis meses, y los que les quedan, porque trabajan en un programa llamado Mundo X (CANAL+). Y las cosas que me cuentan y cómo me las cuentan me parecen mucho más reales y sobre todo más divertidas que las que contaba Samantha Villar. Pero claro, os hablo de cuatro personas que te pueden hacer llorar de risa contándote el funeral de un mormón ñoño.
Patricia Mediavilla me suele analizar personalmente a las actrices a las que entrevista y trata (y que son bastante normales). Alberto del Valle me enseña las fotos que se hace en festivales con estrellas porno, que no sé cómo lo hace pero en todas parece que son las actrices las que le han rogado que se haga una foto con ellas. Y los que más cosas me cuentan son Nacho Valcárcel (un realizador de aúpa, reciente padre, músico y compositor de un grupo que se llama Cosmonauta y que está ganando todos los concursos que se convocan sobre la faz de la tierra) y Pedro Temboury (el director de Karate a muerte en Torremolinos y Ellos robaron la picha de Hitler). Son dos de las personas con las que más me río de Europa.
Por ejemplo, me contaron un rodaje de una película porno al que tuvieron que ir, grabar y luego montar (no hacer chistes con la palabra “montar”). Y en ese rodaje vieron cosas tristes y cosas cómicas. Cosas tristes que no se contaban en Cuatro y que debe de ser el pan suyo de cada día, como el disgusto de una actriz porque no le salía una escena de sexo anal, y que llorando les explicaba a todos que nunca sería una actriz completa hasta que eso le saliera (mejor dicho, le entrara). Y en los descansos practicaba el fornicio para dilatar. Pobre.
Pero también cosas graciosísimas, como que los actores, entre toma y toma, se andan masajeando la cornetilla para que no se les baje. Bueno, esto creo que lo sabe todo el mundo. Pero lloraba de risa cuando Temboury me contaba que un actor, sin dejar de darle a la zambomba, se le acercó y le preguntó con total naturalidad: “oye, ¿y esto cuándo sale en la tele?”. Pedro no sabía si contestarle igual: “el viernes a la 1 (zaca, zaca, zaca)”. También me contaba que en el rodaje de repente un actor puede aparecer, saludarte y estrecharte la mano. Y claro, según lo escrupuloso que seas… ¿qué haces? ¿se la coges? ¿te pones un condón en la mano?
O que en una escena de sexo oral femenino (o sea, un cunilingus, es decir, un caballero libando de la hendidura del placer) de pronto el director gritó: “¡corten!”, y la actriz gritó más alto: “¡ni de coña!”
O el caso contrario: ver a un actor que, a punto de terminar, extrae el tornillito del amor de la tuerquecita del clímax, se va a un rincón, cuenta hasta diez y recita una alineación de fútbol, para volver enseguida a ensamblar el cohetito.
Y también me orinaba de la juerga cuando me contaban que entrevistaron a un actor justo después de rodar una escena y de expulsar el néctar del amor. Y claro, el pobre estaba agotado. Pedro me decía: “José María, son  como los futbolistas, te dicen jadeando y sudando: pues sí (…), la escena ha estado bien (…), he terminado tres veces hoy… ¡dicen lo mismo que Messi cuando mete tres goles!”
Y me hablan de precios. Estas actrices cobraron 150 euros por sesión. En 21 días se hablaban de cantidades mayores. Como decía Gomaespuma, no todo el monte es orgasmo. El gran Jess Franco opina que proporcionalmente están mejor pagadas que en su época. No sé, a mí me parece poco…
Mis amigos, además de construir un estupendo programa de televisión, me hacen pasar unos ratos estupendos escuchándoles. Por mí que estén mucho más que 21 días en el mundo del porno. Siempre que ellos quieran, claro.

P.D: Pedro y Patri me acaban de utilizar como actor de doblaje para ponerle la voz a un reportaje sobre un productor de porno gay alemán. Qué cosas me han hecho decir. Una vez más han conseguido que me parta de risa, son únicos.