Barack Obama está un poco
de moda, ¿no? Sale en los periódicos, Menstyle
le dedica este artículo, yo hablo de él en este post… Es como si estuviera
viviendo una segunda etapa de plenitud y popularidad, después de los meses
previos a las elecciones de EEUU, que a mí se me hicieron larguísimos. Se me
hicieron tan largos porque los vivimos con demasiada intensidad (los medios de
comunicación se pusieron muy pesadicos). Por no hablar de las primarias entre Barack y Hillary, no recuerdo
haber vivido así unas primarias, ni de EEUU ni de nadie, hubo unas primarias
entre Borrell
y Almunia,
ésas que ganó Borrell
pero que luego el candidato fue Almunia,
durante las que los telediarios preferían abrir con noticias sobre el estado de
salud del drago milenario de Icod de los Vinos y dejar las primarias para el
final, cuando los presentadores estan cansados y cuentan ya las noticias como
si fueran chistes. Bueno, pero supongo que lo de Obama no fue para menos.
Su elección es importante e histórica, lo sé.
Y ahora Obama vuelve a ser un
medio-héroe por tres motivos. Uno: porque por fin Zapatero le ha recibido
en la Casa Blanca (esto quizá haya sido al revés, no me hagáis caso). Dos:
porque unas semanas antes mantuvo la compostura cuando se hizo la foto con las
hijas de, vaya por Dios, otra vez Zapatero.
Y tres: por recibir el Premio Nobel de la Paz, ése que da un poco de risa
porque es como si le dieran el de Literatura a Sánchez Dragó por si acaso algún día acaba
escribiendo bien. Pero bien pensado, ¿por qué no a Obama? No olvidemos que
hace unos años propusieron a George
Bush y Tony
Blair, y eso no daba risa: daba miedo.
Lo que voy a contar ahora no
estoy muy seguro de si empezó antes o después de que eligieran a Barack Obama Presidente.
Pero desde entonces he observado que casi todo el mundo es “el Obama” de algo.
Fulanito es “el Obama” de la medicina, Perenganito es “el Obama” de los
funambulistas, Zutanita es “la Obama” de las fundidoras de plomo, y así
siempre. Cuando empecé a detectar esta moda tan absurda, decidí guardar
recortes de prensa para demostrarlo, así que tengo estudiadísima la tesis. Para
ser “el Obama” de algo hace falta cumplir alguno de estos cuatro requisitos:
1.
Ser negro.
2.
Ser el primero en algo.
3.
No ser negro.
4.
No ser el primero en algo.
Si cumples alguna de estas
premisas, lo tienes hecho: eres el Obama de tu disciplina. Pero además, estas
cuatro premisas se pueden combinar de diferentes maneras, dando lugar entonces
a tres vías para ser un Obama.
VÍA 1. Ser negro y ser el primero en algo. Es la combinación más segura, porque así la comparación no ofrece
dudas. Obama
es el primer presidente negro, o sea que si tú eres negro y eres el primero en
algo, pues eres superobama en lo tuyo. Como Jackie Robinson, el primer negro del
béisbol. Es el Obama del béisbol. Hamilton
sería el Obama de la Fórmula 1 (bueno, no estoy seguro, a lo mejor no). Y Michael Jackson, que en
paz descanse, fue el Obama de los negros que se vuelven blancos.
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Vía 1: ser negro y ser el primero en algo, como Jackie Jackson. |
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Vía 2: ser negro pero no ser el primero en algo, como Will Smith. |
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Soraya, antes de ir a Eurovisión y quedar en un puesto muy así. |
(P.D. Atención, pregunta: ¿mencionar a Will Smith y al Festival de Eurovisión justifica esta entrada en un blog de cine y televisión? Yo creo que no, chatos, pero ya me diréis.)