lunes, 19 de octubre de 2009

Yo soy el Obama de los bloggers

Barack Obama está un poco de moda, ¿no? Sale en los periódicos, Menstyle le dedica este artículo, yo hablo de él en este post… Es como si estuviera viviendo una segunda etapa de plenitud y popularidad, después de los meses previos a las elecciones de EEUU, que a mí se me hicieron larguísimos. Se me hicieron tan largos porque los vivimos con demasiada intensidad (los medios de comunicación se pusieron muy pesadicos). Por no hablar de las primarias entre Barack y Hillary, no recuerdo haber vivido así unas primarias, ni de EEUU ni de nadie, hubo unas primarias entre Borrell y Almunia, ésas que ganó Borrell pero que luego el candidato fue Almunia, durante las que los telediarios preferían abrir con noticias sobre el estado de salud del drago milenario de Icod de los Vinos y dejar las primarias para el final, cuando los presentadores estan cansados y cuentan ya las noticias como si fueran chistes. Bueno, pero supongo que lo de Obama no fue para menos. Su elección es importante e histórica, lo sé.
Y ahora Obama vuelve a ser un medio-héroe por tres motivos. Uno: porque por fin Zapatero le ha recibido en la Casa Blanca (esto quizá haya sido al revés, no me hagáis caso). Dos: porque unas semanas antes mantuvo la compostura cuando se hizo la foto con las hijas de, vaya por Dios, otra vez Zapatero. Y tres: por recibir el Premio Nobel de la Paz, ése que da un poco de risa porque es como si le dieran el de Literatura a Sánchez Dragó por si acaso algún día acaba escribiendo bien. Pero bien pensado, ¿por qué no a Obama? No olvidemos que hace unos años propusieron a George Bush y Tony Blair, y eso no daba risa: daba miedo.
Lo que voy a contar ahora no estoy muy seguro de si empezó antes o después de que eligieran a Barack Obama Presidente. Pero desde entonces he observado que casi todo el mundo es “el Obama” de algo. Fulanito es “el Obama” de la medicina, Perenganito es “el Obama” de los funambulistas, Zutanita es “la Obama” de las fundidoras de plomo, y así siempre. Cuando empecé a detectar esta moda tan absurda, decidí guardar recortes de prensa para demostrarlo, así que tengo estudiadísima la tesis. Para ser “el Obama” de algo hace falta cumplir alguno de estos cuatro requisitos:
1.      Ser negro.
2.     Ser el primero en algo.
3.     No ser negro.
4.     No ser el primero en algo.
Si cumples alguna de estas premisas, lo tienes hecho: eres el Obama de tu disciplina. Pero además, estas cuatro premisas se pueden combinar de diferentes maneras, dando lugar entonces a tres vías para ser un Obama.
VÍA 1. Ser negro y ser el primero en algo. Es la combinación más segura, porque así la comparación no ofrece dudas. Obama es el primer presidente negro, o sea que si tú eres negro y eres el primero en algo, pues eres superobama en lo tuyo. Como Jackie Robinson, el primer negro del béisbol. Es el Obama del béisbol. Hamilton sería el Obama de la Fórmula 1 (bueno, no estoy seguro, a lo mejor no). Y Michael Jackson, que en paz descanse, fue el Obama de los negros que se vuelven blancos.
Vía 1: ser negro y ser el primero en algo, como Jackie Jackson.
VÍA 2. Ser negro pero no ser el primero en algo ,como Will Smith. Will Smith es el Obama del cine. ¿Por qué? Porque le sale de los cojones al redactor que lo ha escrito (huy, perdón, no suelo escribir la palabra “cojones”, de hecho creo que es la primera vez que lo hago, si este post fuera negro seria el Obama de los posts en los que escribo la palabra “cojones”). El propio redactor tiene la duda de si ese honor le correspondería a Will Smith o a Denzel Washington, o a Morgan Freeman, y yo añado a Sidney Poitier y a Rody. Es absurdo: si nos ponemos así, siempre que haya un negro y una disciplina, habrá un Obama de algo.
Vía 2: ser negro pero no ser el primero en algo, como Will Smith.
VÍA 3. No ser negro ni ser el primero en algo. A ver: resulta que a Soraya, la cantante que nos dejó en el puesto 24 de 25 en el último Festival de Eurovisión, los eurofans la apodaron “la Obama de Eurovisión”. Pero en este caso no era por ser negra, porque si por esto fuera la Obama de Eurovisión habría sido Lucrecia, pero Lucrecia nunca nos ha representado. Soraya tampoco es la pionera en nada, porque en tal caso la Obama de Eurovisión sería Conchita Bautista, que fue la primera que nos representó. Puede ser porque iba a actuar con ropa interior negra, como la piel de Obama, pero tampoco creo que fuera por eso, porque un día dijo que iba a actuar sin bragas, en cuyo caso habría sido la Marta Chávarri de Eurovisión, no la Obama. El caso es que no sé por qué la llamaban así antes del Festival. Después sí que lo entiendo, porque Soraya quedó la penúltima en las votaciones, igual que Obama quedó penúltimo en las presidenciales. Recordad que el último quedó John McCain.
Soraya, antes de ir a Eurovisión y quedar en un puesto muy así.
Dicho lo cual, yo podría ser el Obama de los bloggers. Vale, soy tan blanco que si cuando vuelvo de la playa colocas a mi lado una tiza, os parecerá que está morena. Pero cumplo los mismos tres requisitos que Soraya: no soy negro, nunca he sido el primero en nada, y para colmo ayer fui a trabajar sin bragas. Si ella es la Obama de Eurovisión, pues yo también quiero ser el Obama de algo. Y como en mi trabajo ya hay un negro, pues a ver si cuela y puedo ser el Obama de los bloggers.

(P.D. Atención, pregunta: ¿mencionar a Will Smith y al Festival de Eurovisión justifica esta entrada en un blog de cine y televisión? Yo creo que no, chatos, pero ya me diréis.)