viernes, 16 de octubre de 2009

Qué se recomienda ir a ver a cine (y qué no)

Una vez más peco de prepotencia en el título de este post, que escribo cada cierto tiempo y que tiene vocación de servicio público (ya sabéis, de WC). La idea es orientar a los desorientados a la hora de elegir una película en la que invertir una media de 7’5 € (carallo, qué caro se está poniendo lo de ir al cine). Y la prepotencia del título radica en que lo que vais a leer es simplemente mi breve y modesta opinión, y encima yo no soy crítico, con lo cual: ¿qué se recomienda ir a ver al cine? Pues lo que os salga del níspero o en su defecto papaya. Yo sólo aporto algún datillo de nada a vuestras absurdas elucubraciones.
Y siempre os digo lo mismo: no he visto la totalidad de estas películas, pero sí la mayoría. Las demás opiniones las comparto con vosotros a través de comentarios que me han hecho en persona (nada de reseñas en periódicos, que para eso no necesitáis mi ayuda) críticos de cine, directores de pelis, periodistas especializados o personas ajenas al mundillo, pero de las que me fiaría incluso a la hora de pedir consejo para comprar un boli.
QUÉ SE RECOMIENDA IR A VER
  • SI LA COSA FUNCIONA. Woody Allen vuelve por sus fueros, si es que alguna vez los abandonó. Y de nuevo en su cine, la sencillez inteligente se eleva sobre el artificio pomposo (no sé muy bien lo que he querido decir con esto, o para ser exactos, sé muy bien lo que quería decir pero no sé muy bien lo que he dicho).
  • MALDITOS BASTARDOS. Lo que hace aquí Tarantino con su violencia, su humor negro y todo lo que quieras, es un ejercicio de buen rollo para hacernos soñar con que la Historia podría haber transcurrido de otra manera. Es como una venganza utópica, pero qué bien sienta, coño.
Los malditos bastardos de Tarantino con Tarantino, que cada día se parece más a la caracterización de Joaquín Reyes.
  • KATYN. En cambio, Andrzej Wajda nos recuerda que por mucho que mole cambiar la Historia, ésta fue como fue. Durita durita pero buena buena (perdón, esto parece un anuncio por palabras en una revista de porno gay).
  • YO, TAMBIÉN. Mejor actriz y mejor actor en el Festival de San Sebastián. Una historia bien contada y tierna, y con la lagrimita que provoca siempre el tema del síndrome de Down, con el aliciente de que el discurso que transmite la película es el mismo que defiende el actor Pablo Pineda.
  • EL SECRETO DE SUS OJOS. Bonita, inteligente, diferente… Además, la presencia de Ricardo Darín daría sentido incluso a un drama romántico ambientado en la Suecia de los años 70, dirigido por Mariano Ozores y protagonizado por Leticia Sabater (pregunta de Trivial: ¿dónde trabajaron juntos estos dos?).
  • ÁGORA. Aunque no me emocionó ni me encandiló, creo que no pasa nada por verla. Es un peliculón en toda regla. No me parecería justo mandarla al bloque de “No hay que ir a ver…”.
  • UP. La décima maravilla de Pixar. La décima maravilla del mundo.
Up. Deliciosa.
QUÉ SE RECOMIENDA IR A VER, PERO SÓLO SI NO SE NOS OCURRE OTRA

  • [REC]2
    . Como ya os conté, yo no le he encontrado ninguna gracia que no tuviera la primera parte. Pero eso no quiere decir que sea mala, ojo, además está arrasando en taquilla y a la gente le está gustando, entre ellos a Javier Ocaña de El País, un amigo tan brillante que cada vez que le gusta una película que a mí no, o viceversa, me hace pensar que yo soy el equivocado.
  • GORDOS. Pues lo mismo. No me parece una obra maestra, pero se deja ver y echas unas risas. El que me cae cada vez mejor es su director, Daniel Sánchez Arévalo, del que ya os hablaré más despacio otro día porque coincidimos en un programa de radio. “Coincidir” debe entenderse aquí como que él estaba invitado al programa y yo me apunté para conocerle.
  • PARÍS. En Francia ha tenido mucho éxito, y es comprensible, pero no deja de ser una de esas películas basadas en “vidas cruzadas”, o sea, diferentes historias que de pronto se encuentran. Pero al contrario que en las películas de Iñárritu, éstas van por orden en el tiempo.
  • MOON. Vaya por delante que aún no he podido ver el debú en cine del hijo de David Bowie, Duncan Jones. “¿Y por qué no se llama entonces Duncan Bowie?” “Pues porque David Bowie se llama en realidad David Robert Jones, mis queridos julandrones”. “Ah”. La ubico en esta categoría porque me llegan vibraciones contrapuestas: acaba de ganar el premio a la mejor película en Sitges, pero a Javier Ocaña le ha aburrido mucho (pobre, le menciono más que Belén Esteban a Andreíta, cualquier día me cobra derechos). Y para colmo,  en el On Madrid les ha gustado. Así que la dejo aquí, a medias.
QUÉ SE RECOMIENDA NO IR A VER
  • ¡EL SOPLÓN!. Podría ser buena, pero no lo es, porque al final no sabes si Soderbergh quería hacer una comedia y le ha salido un thriller o al revés, porque no te enteras de nada de lo que están pretendiendo los protagonistas y porque a Matt Damon se le ve un poco perdido y también un poco gordito. Lo segundo lo ha hecho aposta, pero lo primero creo que no.
  • DISTRICT 9. Una de invasores marcianos y campos de concentración, con supuesta acción y pretendidas metáforas. Un día me llamó Javier Cárdenas (Cadena Dial) y me dijo: “¡José María! (Javier siempre me llama José María, dicho así, con mucho entusiasmo) ¡Me voy al cine! ¿Qué veo? ¿District 9  o Anticristo?” Le mandé a District 9. Ese mismo viernes me lo reprochó en antena. Si le llego a mandar a Anticristo, yo creo que directamente me despide.
Cartel del campo de concentración de "District 9".
  • IMAGINE. Es de Eddie Murphy y una niña. ¿Hace falta decir más?
  • LOS SUTITUTOS. A estas alturas ver una peli apocalíptica de robots en la que Bruce Willis hace de policía-robot, me da una pereza… ¡Si a mí Bruce Willis en El sexto sentido ya me parecía un robot!

Total: hacedme caso, no me lo hagáis, elegid una película, vedla, añadid alguna recomendación positiva o negativa, poned agua al fuego… pero haced algo, amigos, que no se diga que somos unos sosainas. Besos.