martes, 6 de octubre de 2009

De vez en cuando la vida…

“De vez en cuando la vida nos besa en la boca”, decía una canción de Serrat. A mí la vida no me besa en la boca nunca porque yo soy superdecente y la vida y yo no somos novios, cuando seamos novios que me bese en la boca y que me haga lo que quiera, la vida, pero si no a mí que me deje en paz, que me parece un poco frescales a mí, la vida.
Pero lo que sí que hace la vida de vez en cuando es sorprenderme con sus absurdos, sus anécdotas, sus noticias, sus caprichos, sus piros… Soy consciente (aunque no siempre) de que este blog es de cine y televisión, así que sólo os voy a contar algunas sorpresas que me ha dado la vida en los últimos meses en lo referente a estos dos temas.
Por ejemplo: leí hace tiempo que una productora le ofreció un millón de dólares a Susan Boyle por rodar una película porno. Susan Boyle es la señora ésa tan famosa que quedó segunda en el Operación Triunfo británico porque cantaba como los ángeles, aunque yo nunca he oído cantar a los ángeles, y que supuestamente es tan fea (y sin supuestamente, la pobre es fea, pero me refiero a que como no la dejan maquillarse ni arreglarse, pues encima lo parece más). Por lo visto la gracia estaba en que Susan perdiera la virginidad en plena película, porque parece ser que Susan nunca había tenido sexo, mira, también como los ángeles. No decía la noticia cuánto le pagarían al actor que hiciera de parteneire. Dios mío, ni al público. Yo prefiero que Susan Boyle se dedique a cantar y que siga siendo virgen. O que fornique con furia, si quiere, pero en privado.
Susan Boyle en "Britain's got talent". Querían hacer con ella un "Britain fucking talents"
Hablando de Susan Boyle: Barack Obama, el otro gran damnificado por las “corazonadas”, cambió recientemente la hora de un discurso televisado para no coincidir precisamente con un concierto de Susan Boyle. Que es como si Zapatero cambiara uno por no coincidir con un recopilatorio de baladas de Leonardo Dantés, o si Aznar hubiera cambiado en su momento un discurso en tejano para no coincidir con Bustamante cantando “No soy un Supermán”.

Hablando de Aznar y Supermán: era verano, yo estaba en la playa y no lo hemos comentado, pero ¿visteis su chocolatina abdominal? Dios mío, qué envidia, yo que en cuanto me despisto un poco en vez de chocolatina exhibo un huevo Kinder… Aznar hace 2.000 abdominales al día. Una vez más, compruebo que solamente compartimos el nombre.
Hablando de abdominales: el otro día Hugh Jackman (que junto a Paul Newman, George Clooney y Pepín Blanco son los únicos seres del planeta que han conseguido que mi contundente heterosexualidad se tambalee) se enfadó mucho con un espectador. Estaba representando una obra de teatro con Daniel Craig cuando empezó a sonar un móvil. Hugh se cabreó, detuvo la obra y le dijo que lo cogiera, coño. Le han criticado, pero yo le doy la razón. Si vas al teatro (o al cine, o a un concierto) a ver a un monstruo de la escena, como demostró serlo Hugh Jackman en la gala de los Oscar (¡qué maravilloso número musical de apertura!), hay que apagar el móvil y estarse calladito.
Hablando de los Oscar: leí que Javier Bardem y Penélope Cruz pasearon por Madrid ocultándose detrás de unas grandes gafas de sol y unas coquetas gorras. Qué discretos. Si no querían que nadie les reconociera, también podían haberse puesto sendas caretas de Ronald Reagan y Mazinger Z, por ejemplo. Si paseas por Madrid y quieres que te miren, ponte gafas, gorra y la cara de Pe o de Ja. Si vas sin gafas y sin gorra, lo más seguro es que la mitad de la gente ni se dé cuenta de que existes.
Hablando de Madrid: me invitaron hace ya unos meses a ver una película en Madrid que se llamaba Space Buddies. No fui por dos motivos: porque había quedado con Sigfredo y porque no entendí bien la invitación. Ésta decía (cito textualmente): “primer pase de cine en España exclusivo para perros”. Yo últimamente no soy un perro, así que me dio miedo llegar a la puerta del cine y que me echara Pluto. Y no fui.
"Space Buddies". Sólo apta para perros.
Esto que voy a decir ahora no tiene nada que ver con cine y tele, y a lo mejor es un poco impopular. Pero este blog se publica en Menstyle, así que se supone que aquí somos todos unos machotes (espero que Bibiana Aído no esté leyendo esto). Me envía mi cuñado Julio una noticia que asegura que la voz femenina agota el cerebro del hombre. No lo digo yo, lo dicen éstos. Debo decir que a mí eso me pasa con voces masculinas y femeninas, pero también con algunas mujeres que me agotan con su presencia, no con su voz. Pero si se trata de ligar machismo y cine, se podría hablar (y mucho) de la famosa y reciente ley que aprueba una mayor subvención al cine hecho por mujeres. Porque a mí eso sí que me parece discriminación, y no precisamente positiva. Me parece una discriminación hacia las mujeres. Y en este caso, no porque me agoten el cerebro.

Hablando de cuñados y de ministras, mi cuñado Pepe me envía este otro vídeo tan absurdo. Es alucinante y no parece un montaje, lo digo porque mi cuñado Pepe maneja el Photoshop de tal manera que podría trucar este vídeo, hacer guapa a Susan Boyle y convertirme a mí en un dálmata para que pudiera ir a ver Space Buddies. Si un día queréis hacer un diseño, un truco, una simulación o lo que sea en Photoshop, llamad a mi cuñado Pepe.
Bueno, os voy a dejar ya, porque esto se me está haciendo largo hasta a mí. Lo siento mucho, para otra vez hablad con la vida y decidle que me bese en la boca, así me tiene entretenido y no me fijo en todas estas chorradas.

P.D. ¿Quedo fatal si os confieso que me he alegrado de que no nos hayan dado las Olimpiadas? Es que vivo en el centro de Madrid, y me gustaría que mi ciudad estuviera un poco más terminada (el río, la calle Serrano, Sol, la Plaza de Colón, etc, etc) antes de que se pongan a levantarla otra vez entera, y con esto de Río de Janeiro gano al menos cuatro años más de tregua. Como dijo Danny de Vito en una de sus visitas: “Madrid es una ciudad preciosa, y lo será más cuando encuentren el tesoro”. En cualquier caso, yo también tenía una corazonada, y la mía se ha cumplido. No sé, me parecía evidente…