Llevo varios meses, muchos meses, unos
300 (y puede que exagere), esperando que se estrene Gordos, de Daniel Sánchez Arévalo.
La verdad es que acabo de echar la cuenta y en realidad la llevo esperando
desde el 3 de junio de 2008, fecha en la que nos invitaron a visitar el rodaje
a mí y al equipo de televisión con el que trabajo (Cinexprés de CANAL+, hagamos publicidad sin
rubor). O sea, hace 1 año, 3 meses y 8 días. La película se estrenó el pasado
viernes, y yo la vi el pasado jueves, si es que siempre he sido un tío precoz.
Absténganse de hacer picantes juegos de palabras con la palabra “precoz” y
conmigo.
¿Y por qué tenía
tantas ganas de ver Gordos?- Porque en el rodaje se
desprendía muy buen rollo y muy buenas ideas.
- Porque Azuloscurocasinegro, la primera película
de Daniel Sánchez
Arévalo, me pareció un debut prometedor. Ojo, que luego ha
pasado a la historia reciente del cine español como si fuera Ciudadano Kane, y no lo era, sólo era una
ópera prima por encima de la media. Vale, bastante por encima.
- Porque Daniel Sánchez Arévalo,
por lo poco que he hablado con él, por cosas suyas que he leído, y por lo
que le he escuchado, me cae especialmente bien.
- Porque ese día, en el
rodaje, estuvimos con Antonio
de la Torre (con él he hablado más tranquilamente y
también me cae muy bien). Bajó a que le entrevistara nuestra presentadora,
y estaba gordísimo, ha engordado 33 kilos para rodar la película, y le
pillamos en el momento álgido de su obesidad. Yo le llamé el “Robert de Niro español”, pero él no
quiere que le digan eso y entonces le llamé la “Bridget Jones española” y le pareció
mejor. En la película está fantástico.
- Y porque la propuesta
es diferente a lo que suele verse en nuestro cine, muy diferente.
Mi
invitación para el preestreno de "Gordos". TIene punto rojo, lo que
da derecho a verla en el patio de butacas, a un centímetro de la pantalla y con
la cabeza torcida.
Dicho esto, y como suele sucederme en estos casos, Cristina Iglesias, mi productora favorita de
Canal +, me consigue una invitación para el preestreno, esos saraos a los que
van los famosos, las famosas, Yola Berrocal y yo (y además con la
mejor compañía posible). ¿Y qué es lo que me encuentro allí? Pues varias cosas.
- Para empezar a Gracia Querejeta, Eduardo Noriega,
Lucía Echevarría, Iván Sánchez, Elia Galera y a muchos
niños que me dicen que son de Física o
química y que vieron la películas sentados en el suelo y hablando a
veces por el móvil. Volviendo a casa, también vimos en un semáforo muy
solito a Víctor Manuel,
pero no sé si venía del cine o de visitar al abuelo Vítor el de la mina y
ahora le esperaba en casa Ana
Belén. Vivir en el centro de Madrid te genera estas dudas.
- A un equipo artístico que
acudió en pleno al estreno, y que al acabar la película recibió la mayor
ovación que recuerdo después de una proyección de éstas. Y he estado en
muchas, concretamente en unas tres.
- Una película
entretenida pero irregular. Daniel
se maneja mucho mejor en la comedia que en el drama, y ha elegido un
estilo narrativo (igual que en Azuloscuro…)
que los mezcla. Daniel escribe
bien, dialoga bien, dirige bien… Con lo cual arrancó muchas carcajadas del
público en sus momentos cómicos. Debo decir también que el público de los
preestrenos es mucho más agradecido que el que paga la entrada, tal vez
porque ha ido gratis o tal vez porque como está el equipo artístico
delante, pues le quieren agradar. Bueno no, porque en el preestreno de Gitano, de Manuel Palacios, el público
se descojonaba de risa con el equipo delante, con el detalle de que la
película era un drama o incluso una tragedia. Recuerdo que ese día Eva Díaz (de Cuatro) y yo nos portamos
fatal.
- Y en los momentos en
los que Daniel gira al drama… pues
patina, o a mí me lo parece porque pierde la credibilidad y la frescura
que tiene cuando las situaciones son cómicas. Yo a la película le hubiera
puesto una terapia con el endocrino para adelgazar veinte minutos, y casi
todos de la parte final (es que dura dos horas y cuatro capítulos).
- Lo mejor: que Antonio de la Torre
y Raúl Arévalo
cuentan sus apariciones por carcajadas del respetable. Yo, que no soy de
carcajada fácil, permanecí casi toda la película con una sonrisa lela. Eso
quiere decir que me agradó o que me dio un rictus paralizante causado por
unas pastillas que estoy tomando. Y también hay que hablar de Leticia Herrero, que
adelgazó un montón durante el rodaje (en el proceso inverso a Antonio), que ha hecho su primer papel y
que se va a llevar su primer Goya. Nuestro programa de televisión, hace
más de un año, tuvo el honor de hacerle la primera entrevista de su vida
(se la hizo Cristina
Teva y la preparamos entre ella y un servidor).
En definitiva, que Gordos merece la pena. ¿Es la mejor película de la Historia? No. Pero tampoco lo era Atanarjuat, la leyenda del hombre veloz y fue todo dios a verla. Ah no, que me dicen por el pinganillo que ésa no fue a verla nadie porque estaba en un dialecto esquimal, subtitulada y duraba tres horas. Bueno, pues pensad vosotros otro ejemplo, que yo estoy ya cansado de decir memeces.