“¿Es usted médico?” “Así es”. Ésa fue la primera frase que le escuché
decir a Leslie Nielsen
en 1981, cuando ni siquiera sabía que era Leslie Nielsen. Simplemente era uno de los
pasajeros de Aterriza como puedas, el
que cuando escucha esa pregunta responde amablemente, pese a que ha sido
despertado de un sueñecito que estaba echando con el fonendoscopio puesto.
Después le he podido ver en tropecientas spoof movies, o sea, películas de
parodias. Me refiero a Aterriza como puedas 2, Agárralo como puedas 1, 2y½, y 3y1/3,
Espía como puedas, Drácula un muerto muy contento y feliz, Scary movie 3, ¡Vaya
fugitivo!… La mayor parte de estas películas son malas. Algunas de ellas
directamente no tienen gracia. Pero cuando Leslie Nielsen aparece en imagen, me entra
la risa floja aunque no haga nada, aunque no diga nada. Este mismo efecto me
producía una jefa que tuve en Canal Estilo, pero era por otros
motivos que no vienen al caso.
Lo que viene al caso es que,
como os conté hace
unos días, el pasado mes de marzo tuve la suerte de ser invitado al rodaje
de Spanish Movie
justo el día en que rodaba su escena Leslie
Nielsen. La verdad es que esta coincidencia no fue tal: yo iba a
Barcelona exclusivamente porque estaba Leslie
Nielsen. Sólo
nos atendió a dos medios: a El País y a
mí, que más que un medio soy aproximadamente un tercio. Y allí me planté, ante
el responsable de prensa y los productores de la película, que me trataron como
si para ellos fuera importante que yo estuviera presente, y yo les contaba
cosas de mi programa de CANAL+ (gracias al que conseguí la entrevista), de mis
radios, de este blog (que por cierto, conocían y celebraban que se llamara como
una frase de una película de Leslie). Y
mientras yo mantenía la compostura profesional, por dentro sólo pensaba: “¡¡¡ése del fondo es Leslie Nielsen”, ése del fondo
es Leslie Nielsen, ése del fondo es Leslie Nielsen!!!”
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Leslie Nielsen. En sus gafas se me ve haciéndole la foto. |
A eso de las 13:30 me dicen que Leslie Nielsen me recibirá en una especie de masía de la localidad en la que tiene lugar el rodaje, Banyeres de Penedès. Qué nervios, qué risa. En efecto, llego a la piscina que hay en el exterior, porque hace un día cojonudo, y por ahí está merodeando Leslie Nielsen, con un traje impecable. Su agente me dice muy nervioso que le explique antes a Leslie lo que le voy a preguntar (los agentes y representantes siempre te hacen creer que su “talent” - ellos les llaman así - son como unos seres superiores e inaccesibles a los que sólo ellos saben tratar, pero luego casi nunca es así, los que son así son los agentes). Así que me acerco, me presento, le hablo en inglés para ver si entiende mi curioso acento que no sé dónde he sacado (menos mal, sí lo entiende), y le cuento que me han dicho que le explique sobre qué vamos a conversar. Me responde sonriente: “Si me lo explicas ahora, lo de luego no será una conversación”. ¡Genial! Empezamos más que bien. “Eso sí”, añade, “háblame alto”. Leslie Nielsen tiene 84 años, pero no los representa. Aunque a veces quizá sí: cuando anda, cuando le miras de cerca… Pero con ese pelazo blanco y esa sonrisa que tiene, no le echarías más de 70. Le indico dónde será la entrevista, junto a la piscina, y me pregunta si yo soy el de televisión o el de prensa. “El de TV”. “¿Y te importa que haga la entrevista con esta máquina de fingir pedos?”, y me hace una demostración. Me quedo perplejo y le respondo: “Usted es Leslie Nielsen y puede hacer lo que le venga en gana”. “So, I think I’m using it”.
Y lo hizo. Cada tres
respuestas simulaba un pedo y me pedía perdón. No os voy a aburrir con las
cosas que hablamos sobre Spanish movie,
sobre su simbolismo en el género de las Spoof
movies, sobre la paradójica y solemne seriedad en la vida real de algunos
cómicos como Steve Martin
o Peter Sellers
(evidentemente no es su caso: los dos nos reímos con cada pregunta, cada
respuesta y cada pedo)… Pero sí os voy a contar cuatro o cinco frases que se me
quedaron grabadas de la entrevista.
Hace unos meses, la revista Premiere incluyó a su personaje Frank Drevin (Agárralo como puedas) en
la lista de 100 más importantes de la historia del cine (concretamente el
número 55). Se lo cuento: no lo sabía y le hace ilusión. “¿Y por qué crees que ha sido así?” “Porque alguien
de la revista Premiere se confundió”.
Leslie Nielsen había estado ya en
Barcelona durante los Juegos del 92, pero quería volver. Cuando le llamaron
para proponerle el cameo en Spanish Movie (sin muchas
esperanzas), accedió si les invitaban a él y a su mujer a pasar unos días de
vacaciones en Barcelona. Y lo hicieron, claro.
Y entonces me avisa de que
me va a hacer una demostración de su español: “Grasias”.
Y yo: “¿Ya está?” Y él: “Yes. Grasias. That’s all my spanish”. Y se
descojona. Yo le digo que no se preocupe, que se fije en mi patético inglés. “No, tu inglés está bien… para ser un aficionado”.
Entre respuesta y pedo
falso, nos visita una tremenda ráfaga de aire. Mira a la piscina que tenemos al
lado, me mira preocupado y me pregunta: “¿Sabes
nadar?”
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No suelo utilizar este blog como álbum de fotos, pero comprendedme... ¡es que estoy con Leslie Nielsen! |
…como aquellos que hacías en los años 50, en Forbbiden Planet o en Furia en el valle. Mi hermana Bea, mucho más cinéfila que un servidor, me contaba aquí mismo que Leslie Nielsen, además de ser todo lo que es, es sobrino de Jean Hersholt, el actor que dio nombre a los Oscar honoríficos. Y su hermano fue Primer Ministro de Canadá. Qué cosas.
Hace un año, muchos meses
antes de esta entrevista, mi chica y yo volvíamos en avión de un viaje por las
islas griegas. Teresa tuvo una reacción
alérgica bastante brusca, y la tripulación tuvo que preguntar aquello de “¿hay algún médico a bordo?”. Había dos. La
actuación de los presuntos médicos, por surrealista, daría para un post
completo con final milagrosamente feliz. Durante esos minutos angustiosos, yo
no pude quitarme de la cabeza a Leslie
Nielsen sentado en su butaca del avión, echando un sueñecito
con su fonendo puesto.