En un comentario reciente en este blog,
no recuerdo de qué hablábamos pero seguramente de cine español, dije yo de
repente con voz de barítono bajo: “a mi el cine
argentino me gusta casi siempre”. Maticemos esta frase histórica: me
gusta el cine argentino que llega a España, porque seguro que hay mucho cine
argentino que no nos llega porque es un churro, como pasa en todas partes. En
los últimos años recuerdo títulos como No sos
vos soy yo, El hijo de la novia, La ciénaga, Nueve reinas, Kamchatka, XXY,
Tiempo de valientes… por no remontarme a Eduardo Mignogna, Luis Puenzo o la primera
película de Juan José
Campanella. También me gustó mucho Mira quién habla también, doblada por Moncho Borrajo, pero no
es argentina.
Pues unos días después de decir esto en el blog, cojo y veo Un novio para mi mujer, de Juan Taratuto (el director de No sos vos soy yo y Nadie dijo que es fácil). De Argentina, claro. Y
resulta que este país vuelve a regalarme una de las comedias más agradables que
he visto en los últimos meses. ¿Por qué? Pues porque cumple tres requisitos muy
simples.
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Cartel de "Un novio para mi mujer". Este pie de foto va para los que no saben leer, porque creo que la ilustración ya está bien clarita por sí sola. |
2. Inteligente definición de personajes. a. El marido es un boludo, que dirían allá. Sus dudas y sus ideas, especialmente las que afloran en la consulta de la psiquiatra, son antológicas por lo familiares que (algunas) nos pueden resultar. b. La mujer es insoportable, su verborrea y bordería son fantásticamente cansinas, pero todo el que haya convivido en pareja reconocerá algún momento así. c. El conquistador de alquiler es un tipo tan fuerte y tan débil (y con tan poco aspecto de conquistador) que hace que la comicidad suba cada vez que aparece en escena.
3. Diálogos
divertidos. Sin más pretensiones. Todo lo que dicen suena natural y punto. A
veces no te ríes de lo que dicen, sino de cómo lo dicen. La terapia de pareja
es para enmarcarla. Los partidillos de fútbol, para mondarse. Y los despertares
del hombre medio dormido y la mujer a cien por hora, pues también.
Entonces, ¿por qué muchas comedias (españolas y no) se olvidan de
cuidar estos tres pilares tan simples, argumento, personajes y diálogos? Un novio para mi mujer no es un Billy Wilder, pero se ve tan fácil, tan
agradable, tan divertida…
* * * * *
Días después de ver la película, nos citamos con el director Juan Taratuto y con la actriz Valeria Bertucelli en el Retiro de Madrid,
para hacer con ellos unas cuantas cosas para mi programa de tele. Taratuto es un tipo amable e
ingenioso. Cuando le dije que trabajaba en Canal+, recordó: “Ah, Canal +… me compró mi primer
cortometraje, Macedonia…” y añadíó con nostalgia y cierta mala leche: “…cuando Canal+ compraba esas
cosas, claro”. Se ve que sigue de cerca la trayectoria de los medios españoles.
He buscado el corto para ponérolso aquí, pero no lo encuentro. Julio, S.O.S.
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Juan Taratuto y Valeria Bertucelli. Caramba, cada vez hago peores fotos. |
La entrevista con ambos (que no hice yo) fue corta, porque ninguno de los dos hizo honor al mito del argentino verborreico. Pero como agradables sí que fueron y la película me gustó bastante, pues yo os la recomiendo, se estrena este viernes.
ANEXO: A
mí nunca me han dejado: se conoce que las miles de mujeres predestinadas a
abandonarme prefirieron directamente no perder ni un minuto conmigo. Pero en
algún momento de mi vida, yo sí que hubiera contratado a un tipo que
enamorara a mis ex-parejas para ahorrarme el mal trago de dejarlas yo. Qué
cobarde, por favor. Preguntas para animar los comentarios: ¿vosotros lo
haríais? ¿o lo habéis hecho? ¿u os lo han hecho? ¿o tal vez os lo hayan hecho,
pero no os habéis enterado?