Hay una película que en 2009 cumple 20 años. Bueno, qué chorrada,
hay un montón de películas que en 2009 cumplen 20 años, concretamente todas las
que se estrenaron en 1989. Pero hay una en concreto que merece la pena
destacar, recordar y ver o volver a ver. Se llama Amanece, que no es poco, es de José Luis Cuerda, y si dejamos a un lado a Luis Buñuel, es la mayor muestra de
surrealismo que se ha hecho en el cine español. Y si hablamos de humor
surrealista, yo diría que la mayor.
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Cartel de "Amanece, que no es poco".´De acuerdo, el cartel es feo. |
Pero aparte de ser una película “de culto”, existen muchas razones para amar (y ver o volver a ver) Amanece que no es poco:
- Por el nivel cultural
de ese humilde pueblo. Cuando un grupo de americanos le piden indicaciones
a un labrador, éste les responde: “Yo no
puedo contestarles, yo soy un hombre muy primario, estoy sujeto
terriblemente a las pasiones”. Al salir de misa, dos niños vestidos
con traje regional comentan: “¿Tú crees
que los conocimientos que adquiramos ahora en la escuela serán de rango
inferior a los bienes espirituales que nos han sido dados en la misa?”
Y la niña, más gañancilla, le responde: “¡Pues
probablemente sí!”.
- Porque Cuerda se toma la santa misa a cachondeo,
pero sin herir más sensibilidades que aquellas que se empeñen en sentirse
ofendidas. Los pregones de Manuel
Alexandre no son en nombre del señor alcaldeeee, sino del
señooor curaaaa: “Se hace saber que Dios
es uno y trino”. Luego le confiesa al cura: “Yo he pregonado lo de uno y trino, pero creo
que la gente no se ha enterado bien”.
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Cassen y Saza. La autoridad divina y la autoridad terrena. |
- Porque hablando de esta
pareja clerical, hay una frase genial que le dice Manuel Alexandre al
cura durante el ayuno voluntario: “¿Y no
seria mejor que le dieras a los pobres lo que no te comes tú?”.
- Porque a Tito Valverde,
cuando piensa en una mujer, le sale un fogonazo del culo. Precisamente hay
una mujer (muy mayor) que cada vez que goza en la cama con Tito, da a luz a unos gemelos a los diez
minutos, de lo que disfruta.
- Porque Wolffo,
un tipo que visita este blog y que escribe libros
de cocina (dentro del género de los rece-relatos o las
rela-recetas, no sé calificarlo bien), y que es una especie de genio
renacentista, dice que es una de sus películas favoritas. Por algo será.
- Porque Quique San Francisco
quiere cambiarle el papel a cualquiera que pasa por su lado. Es el único
que parece saber que está dentro de una película.
- Por la música que se
canta en este pueblo. Los labradores vuelven a casa entonando canciones a
capella y a cuatro voces dignas de los Hilliard
Ensemble. Y en el bar del pueblo, donde se entran de uno en uno a
emborracharse hasta que la Guardia Civil te permite irte ebrio y dar paso
al siguiente, una soprano canta Lascia la
spina, una bellísima pieza de Händel,
perteneciente a un no muy famosos oratorio (El triunfo del tiempo y del desengaño).
Qué pueblo más culto, qué gozada.
- Porque de hecho, aquí
plagiar a Faulkner es un delito más
grave que matar a tu mujer “porque era muy
mala”. Claro, que a Luis
Ciges, con esa carita y esa voz, yo también le perdonaría todo.
- Por el maestro del
pueblo. En la puerta de la escuela, recibe a cada niño con una frase
exclusiva: “Buenos días, Jaime, de
poderosas piernas… Mari Carmen, bella hija de hermosísima madre… Hola
Rafaelito, veloz con el tirachinas… ¿Qué tal has dormido, Sixto? Teórica
imaginación…” A mí me encantaría recibir así a mis compañeros de
trabajo: “Buenos días, Paquita, de trato
insoportable… Cómo estás, Juanito, de ego incontrolado… Hola Elenita, de
enormes pechos…” Las clases de este maestro son un musical de
godspel. Los niños acaban agotados, pero aprenden perfectamente geografía
y anatomía.
- Porque el borracho del
pueblo (Miguel Rellán)
se desdobla y es capaz de estar a la vez delante y detrás de la gente. “Será una de las cosas que hacen los borrachos
sin darse cuenta”, dice. A la mujer del borracho se la tira el
negro del pueblo, así que Rellán
practica este desdoblamiento para ver si la impresiona y la recupera.
- Porque algunos hombres
brotan de los bancales como si fueran una coliflor. Y luego crecen y salen
del todo o se atascan. Pastora
Vega se enamora del suyo.
- Porque a las
atracciones de feria (caballitos) sólo pueden ir los mayores. Los niños
tendrán que esperar a cumplir 29 años.
- Porque los
sudamericanos exiliados que viven en el pueblo tienen dos buenas
costumbres que van alternando: unos días van en bici y otros huelen bien.
- Porque en ese pueblo,
las elecciones no son para elegir al alcalde. También son para elegir a la
puta del pueblo, a las adúlteras, al tonto del pueblo o a la marimacho.
- Por Luis Ciges, Antonio Resines, Manuel
Alexandre, Cassen, Miguel Rellán, Aurora Bautista, María Isbert, Fernando
Valverde, Quique San Francisco, Chus Lampreave, José Sazatornil…
Se
me podían ocurrir muchas más razones para amarla, pero me parece que ya os la
he destripado lo suficiente. No lo puedo evitar: adoro esta película, que no es
poco.