jueves, 11 de junio de 2009

Enamorarse en 7 minutos

De vez en cuando me despierto sudoroso en medio de la noche escuchando en mi cabeza la voz de María Jiménez, la persona que me propuso hacer este blog y a la que nunca se lo podré agradecer lo suficiente. O tal vez sí, no lo sé. El caso es que, en mis sueños, María se me acerca y me dice con su dulce voz:
“¿Pero este puto blog no tenía que ser de actualidad de cine y televisión? ¿Qué coño tienen que ver con eso las Mama Chicho, AC/DC y Eurovisión? Botarate, que eres un botarate”.
Y luego me arropa y me besa en la frente.
Por eso, de vez en cuando, me gusta hablaros de las películas que veo antes de que se estrenen en los cines, sobre todo si después puedo entrevistar a sus elencos. Me encanta esta palabra, “elenco”. Si alguna vez tengo un hijo le llamaré “Elenco” o “Gustavo García”.
 El lunes vi 7 minutos, una comedia española de Daniela Féjerman que se estrena mañana (Daniela antes dirigía películas con Inés París, y ésta es la primera que hace por su cuenta). Los 7 minutos del título se refieren al tiempo que te dan en los locales de citas rápidas: tú te sientas 7 minutos con una persona de diferente sexo, charlas, y a los 7 minutos cambias de mesa y de pareja. Y empiezas otra vez. Y así todo el rato. O sea, es como una orgía de elocuencia con polvos rápidos y dialécticos, con gatillazos y todo. Luego votas a las personas que te han gustado, y si alguna te vota a ti, pues los responsables del local te pueden poner en contacto con ella para que te la tires. 7 minutos no es la comedia del siglo pero se deja ver, está por debajo de Gente de mala calidad y por encima de Al final del camino, por citar dos ejemplos del último año. Tiene buenos golpes, el guión no fracasa estrepitosamente y las interpretaciones son muy correctas, lo mejor que hace Daniela es dirigir actores. Y hablo de pesos pesados como Antonio Garrido, Marta Etura, Toni Acosta, Luis Callejo, Pilar Castro, Asier Etxeandía
Un fragmento del cartel de "7 minutos".
Gracias a Dios y a CANAL+ (siempre les doy las gracias a los dos por si acaso), esta vez pude entrevistar al elenco. Normalmente, los actores te cuentan las cosas más interesantes cuando la cámara no está encendida, pero porque los pobres no saben que ese tipo raro que les pregunta cosas tiene este blog para cotilleároslas.

Por ejemplo, con
Daniela Féjerman estuve hablando off the record (o sea, fuera del disco) en un ratito en el que se nos fue la luz de los focos. Yo le decía que la iban a criticar porque el guión de su película está co-escrito por la Ministra de Cultura Ángeles González Sinde. Daniela, que es un cielo, lo sabe perfectamente, pero me aclara que cuando escribió 7 minutos con Ángeles, no es que no fuera ministra, es que no era ni Presidenta de la Academia. Da igual, aún así se lo criticarán, pero no será mi caso. También me explicó cómo era eso de dirigir una película con otra persona sin tirarte a la cabeza los platos del cátering, y me lo explicó muy bien. Tras algo más de 7 minutos (realmente fueron 20), yo me podría enamorar un poquito de Daniela Féjerman, pero no mucho porque si no luego mi cuñado sería Andy Chango.
Toni Acosta ganó en Málaga un premio con esta película. Toni Acosta es un cielo. Antes de empezar la entrevista nos trató a todo el equipo como si fuéramos personas (lo digo porque muchos actores no lo hacen, no saludan, no se dan cuenta de que la cámara la maneja un ser humano, etc). Comentaba Toni que esto de las citas rápidas le parece genial: tiene un amigo adicto en Nueva York que está encantado porque allí son 9 minutos en vez de 7, y le va muy bien. Pero le da pena perder esa etapa de la seducción, las dudas (¿le gustaré yo?) y como ella dice, el miedo a meter la pata. Estoy de acuerdo: me encanta esa época en la que estás enamorado de alguien y entonces te conviertes en un ser torpe y patético que no para de meter la pata (o de pensar que lo hace). Lo que no le pregunté es cómo son las Navidades de alguien que es la nuera de Raphael. ¿Ven en su casa el especial de Nochebuena? ¿Se levanta Raphael en los postres y canta el Ropopompom, ropopompom? De ser así, ¿qué cara pone Natalia Figueroa? ¿Es negro el  pijama de Raphael? Tras algo más de 7 minutos (serían unos 15), yo me podría enamorar de Toni Acosta, pero pasaría de tener a Andy Chango de cuñado a lidiar con Raphael, que de momento es su suegro y  mío no sé lo que sería.
Toni Acosta. Es muy buena actriz y muy maja, muy maja.
Antonio Garrido, el hombre que está hasta en la sopa con Quién quiere ser millonario, La chica de ayer y ahora con esta película, es tal cual te lo esperas: simpático, campechano, locuaz, y cuando te da la mano lo hace con fuerza, no te entrega una trucha fofa. Justo después de mi primera pregunta le sonó el móvil. Yo, en un alarde de ingenio, le dije que si era el comodín de la llamada. Dios mío, pero cómo se me ocurrirán estas cosas. Cuando le pregunto por su buena racha de trabajo, me recuerda las palabras que le dijo un actor llamado Emilio Segura: “Lo primero que tienes que aprender si quieres ser actor es a ahorrar”. Tiene razón: sin ir más lejos este domingo se acaba “La chica de ayer”, y además se acaba del todo. Grabaron dos finales, uno por si había segunda temporada y otro por si la serie se terminaba definitivamente. Emitirán el segundo, porque Antena 3 no ha llegado a un acuerdo, y eso que la serie funcionaba bien. Antonio es otro que aboga por ir de cañas y no por las redes sociales o las citas rápidas. Le pega todo. Tras algo más de 7 minutos (estaríamos unos 15), yo me podría enamorar de Antonio Garrido, pero tendría que ser un poco más gay y el muchísimo más, me temo.

Tenía ganas yo de hablar con Marta Etura, porque me parece un pedazo de actriz y porque en el pasado se me frustraron dos entrevistas con ella. Marta es tan dulce, tan agradable, tan sonriente, que te transmite calma y paz, dos cosas que ahora mismo me vienen de perlas. Tampoco es fan de las citas rápidas: ella necesita tocar, sentir, necesita la piel, dice. “Pues tócame a mí, reina mora”, pienso yo, pero no se lo digo porque tengo puesta mi “sonrisa boba de entrevistas de haz como que la escuchas con interés”. Tras algo más de 7 minutos (serían unos 15), yo me podría enamorar de Marta Etura. Y me sobrarían 14:50.

Marta Etura, qué mona.
Con Pilar Castro se nos fue la luz también. Vaya día más tonto. Más seria de lo que uno espera después de verla en Días de fútbol o Cuestión de sexo, Pilar se considera una segundona del cine (aunque yo creo que quería decir “secundaria”). Dice que suele aceptar papeles que rechazan otras actrices, y que francamente, así le va muy bien, y estoy totalmente de acuerdo. En cambio, ésta es la primera vez que le dan un papel sin hacerle una prueba, qué gran ojo entonces el de Daniela Féjerman, porque Pilar es de lo mejorcito de la película. También aboga por el contacto humano más que por las citas rápidas, por los guateques, los bailes, los clubs… Cuando se fue, se le olvidó despedirse. Toni Acosta, por ejemplo, volvió para que nuestro realizador Carlos García le recordara su nombre, porque tienen un amigo común. A eso me refería antes.

Si habéis tardado 7 minutos en leer este post, podéis votarme y ya si eso pues después nos liamos. Pero si os da cosica, me conformo con un comentario.