A estas alturas, seguro que todos suponéis que le dedico un post a
Manuel
Torreiglesias por un único motivo… ¡pues no! ¡no es sólo por eso, listos! Que
sepáis que yo soy fan de Torreiglesias desde mucho antes de que
estallara el famoso “affaire Saber vivir“, de hecho, hace unos meses ya avisé en este blog de que un día
le dedicaría una entrada para él solito (ver penúltimo párrafo de
un post de enero). Y ese día ha llegado.
Para empezar, no entro a
juzgar si Manuel
Torreiglesias habrá trincado ilegalmente pasta de la publicidad
del programa, ante todo apliquemos la presunción de inocencia. Él mismo se
declaró inocente en una rueda de presa en la que curiosamente no admitió
preguntas. Pero sí me gustaría llamar la atención sobre una cosa: que esta
acusación no le ha extrañado a nadie. Quiero decir, que si de repente se
publica que Pocoyó
ha abusado sexualmente del elefante rosa ése que tiene, seguro que alguien
saldría a defenderle, o diría “qué raro, con lo
buenecito que parece Pocoyó”. Oye, pues con Torreiglesias nadie ha
salido a la palestra para cuestionar el asunto (que yo sepa). Pero insisto:
mientras no se diga lo contrario, presunción de inocencia pa tós.
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Manuel Torreiglesias, con sus flores y sus cosas. |
(Aquí hago un paréntesis para hablaros de Sebastián Maspons. Atrévete, el programa de radio de Cadena Dial en el que colaboro, le dedicó el pasado martes un homenaje a Manuel Torreiglesias. Y Sebastián, que trabaja en el programa, tiene guardados cerca de 400 (¡creo que me dijo 400!) clips de audio de Saber vivir. Sebastián es un tipo fantástico que me llama por teléfono para grabar mis chorradas las semanas en las que no entro en directo. Hablar con Sebastián me alegra el inicio de la mañana, me acerca psicológicamente al viernes y me divierte bastante. Porque Sebastián en 10 minutos puede grabar mi intervención, contarme 3 chistes, hacer 4 juegos de palabras, imitarme al Señor Barragán y sacar de dentro a su mítico personaje radiofónico Jacinto Pinto. Además, me ha hecho el pedazo de favor de prestarme los clips de Saber vivir que os voy a poner hoy. Gracias, Sebas.)
A ver: estos son los motivos
por los que soy fan de Manuel
Torreiglesias.
1. Por tratar con un poco de desprecio a su audiencia, pero
con un desprecio elegante.
- Normalmente, cuando ya
ha entendido el contenido de una pregunta, Manuel corta al televidente: “Vale, vale, que ya le hemos entendido”.
Esto lo hace incluso cuando no es una pregunta. Transcribo de memoria una
conversación reciente: dice un hombre mayor: “Hola, amigo”. Responde Manu: “¡Cómo me gusta cuando me llaman amigo!” “Claro,
porque todos ustedes son mis amigos, porque me ayudan a…” “Bueno, bueno,
ya está bien, a ver la pregunta”.
- También se lo hace a
las señoras, a las que a veces llama “bonitas”. Una pobre mujer
estaba un día piropeando el programa de una manera un poco insistente,
pero Manu es inflexible con la escaleta: “la
pregunta, la pregunta”. Clip 1.
- Otro día llamó una
mujer. “¿Manuela?” “No, soy Carmen”
(es evidente que ha habido un cruce de líneas, algo muy normal en un
programa de llamadas) “No puede ser, es
usted Manuela”. “Bueno, ¡si sabré yo quién soy!”, respondió la
pobre mujer.
- Además, cuando Manu ve
que su audiencia no le sigue el rollo, interpreta sus palabras. Una mujer
aseguraba que relacionaba el calcio con la leche y él la corrige “No, lo relacionas con los huesos”.
Joder, a ver quién le dice que no… Clip 2.
2. Por tratar con un poco de desprecio a su
equipo, pero con un desprecio elegante.
- De los
alegres desplantillos de don Manuel no se libran ni los
grafistas. Cuando cambiaron la tipografía del programa, no se cortó en
decir que la letra era muy pequeña, porque claro, como el diseñador estaba
de vacaciones… Clip 3.
- Un televidente le hizo
un día una pregunta que no supo o no le correspondía contestar.
Educadamente, señaló con el dedo índice muy tieso a su compañero, el que
tiene cara de tomate (creo que se llama Luis Gutiérrez, es el que le ha
sustituido), y le dice: “A ver, tú,
responde”. Hala, como en el cole.
- Pero hubo un día en el
que decidió humillar definitivamente a Gutiérrez. Saludó a unos catedráticos,
y el otro pobre también respondió al saludo. Error. Nunca saludes a Torreiglesias si no
eres catedrático. Clip 4.
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Manuel Torreiglesias, más joven, morenete y sexy, en una columna que tenía antes, creo que en Cambio16, pero no estoy seguro. |
- Manu se lía un poco con
las estadísticas. Puede decir indistintamente “Tres de cada dos personas”, “una persona de
cada media”, “doscientas personas de cada cinco”… Clip 5.
- Un buen día, invitaron
al plató a una señora de 84 años. Se notaba a la legua que los tenía,
bueno quizá tuviera 84, quizá 86… tal vez 81… Manuel Torreiglesias
le dijo: “Bueno, usted qué tiene: ¿64 años?”.
Si no se lo hubiera dicho tan cabreado, hasta me habría parecido un
piropo.
- Otro día comenzó a
llamar a voces a un oyente que no contestaba. “¡Antonio, Antonio!” Claro, el pobre no
respondía porque no era el pobre, era la pobre y se llamaba Antonia. Clip 6.
4. Porque le sale una psicología familiar de dentro que no
ze pué aguantá.
- Os juro (bueno no hace
falta que lo jure, lo podéis oír) que un día a un niño gordito le dijo en
antena que como siguiera comiendo tanto iba a vivir menos que su
abuela. Se lo dijo con mucho tacto, eso sí. Clip 7.
- Otro mítico día, Fernando Ónega
hablaba de la situación de las pobres amas de casa en verano, que mientras
su familia está de vacaciones ellas siguen limpiando y cocinando para
todos. Torreiglesias,
para desterrar el machismo de la faz de la tierra, apostilló: “Por eso, niños, tenéis que ayudar mucho a mamá
en estas fechas. Y
sobre todo vosotras, niñas”.
Toma ya. Preparando a los chavales para un futuro mejor. Mejor para ellos,
no para ellas.
5. Porque le pasan cosas surrealistas.
- En una ocasión, Una
mujer llamó a Manu para hacerle una pregunta de las de siempre, pero
en el momento de ser atendida, se puso a hablar por otro teléfono con un
tal Carlitos. ¡Señooora, que está usted en la tele, déjelo para
luego!… Clip 8.
- Eso sí, Torreiglesias ha
demostrado con creces que es capaz de morirse en antena con tal de
despedir el programa. Aquí casi se ahoga con un pollo del tamaño de la Gallina
Caponata. Clip 9.
- Y otro día quiso decir
un refrán, pero donde dijo dice, dijo diego donde yo dije digo, aunque
diego le dije que no sabe lo que dice. Clip 10.
6. Por guarrete, con perdón.
- A ver, me explico.
Guarrete guarrete no, pero de curiosas y escatológicas costumbres, sí. Un
buen día reconoció públicamente que de pequeño se meaba en las manos. Con
un par de cojones. Clip 11.
- Y otra vez,
una mujer preguntó un día por la eyaculación precoz de su marido. Que
también hay que joderse, “mi marido me
deja a medias… ¿qué puedo hacer? Ya sé: voy a llamar a Manuel
Torreiglesias”. Esta vez no fue Manu el torpe, sino otro médico que
quiso dejar bien claro (creo) que él no se estaba cepillando al marido de
la señora. Clip 12.
- Más cosas: ¿a alguien
le importa el dedo que te va a meter en el culo el médico que te va a
hacer un tacto rectal? Perdón por la contundencia e indiscreción de la
pregunta, pero es que Manu demostró un día que a él sí que le
importa, incluso tal vez demasiado. Clip 13.
- Un día yo creo que se
puso cachondo, y que Dios me perdone, hablando de su compañera
Merceditas. Al final se le fue tanto la olla piropeándola, que acabó
dándole la enhorabuena al padre de la muchacha, aunque ya se había muerto
hace un poquito de tiempo. Sí ya sé que esto no se entiende así leído.
Tenéis que escucharlo. Clip 14.
7. Y por último, para disipar las dudas sobre si Manu tenía
intereses ocultos en la publicidad… fijaos cómo le suplica a su audiencia para
que se trague los anuncios. ¿Será por la cuenta (corriente) que le trae?
Noooooo, por Dios, hemos dicho que no íbamos a ser malpensados (bueno, lo he
dicho yo). Clip 15.
En resumen, que se nos va un grande
grande de la televisión y de los zappings. Y para terminar, os dejo con dos homenajes sexuales (léase esto último con voz
de Chiquito de la Calzada) y espontáneos
a Manuel Torreiglesias.
El primero es un montaje cojonudo gentileza del mentado Sebastián Maspons (mil
gracias, Sebastián, insisto). Y el segundo circula desde hace unos años en
Youtube, pero yo no puedo evitar las carcajadas cada vez que lo vuelvo a
ver.