Os
hablo hoy de las dos películas más importantes que se estrenan este fin de
semana, bueno, o al menos dos de las más importantes, quién soy yo para decidir
qué es lo más importante y lo que no.
- Pues eres un bloguista, que no es poco.
- Mierda, ya está mi autoestima aflorando, tal y como le ha
recomendado mi psiquiatra. Ignoradla, hacedme el favor.
La primera de estas dos
películas es Rudo y
cursi. La he visto en las oficinas de Universal Pictures,
que están en un edificio muy bonito y muy alto de Madrid, en una sala en la que
sólo estamos un servidor y cuatro periodistas del sexo “hembra”, seguro que
todas ellas sedientas de mi amor, ah, por fin, el sueño de todo cinéfilo
sátiro. Aunque al final da igual de qué sexo que sean, porque el resultado
siempre es el mismo que si me pones a ver la película con cuatro berenjenas.
- Ya será menos, con lo guapo que tú has sido de joven.
- Cómo se ve que me conoces desde hace poco, autoestima.
Rudo y cursi la dirige Carlos Cuarón, la producen “los tres
amigos” de la productora Cha, cha, cha (su hermano Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu) y la protagonizan sus
sucesores en esto de relanzar el cine mexicano: Gael García Bernal y Diego Luna (que junto con Pablo Cruz tienen otra productora: Canana). Trata de dos hermanos que
juegan al fútbol y que son descubiertos por el mismo ojeador de talentos,
aunque con suertes muy diferentes. La película habla de amistad, rivalidad, azar,
sueños… Rudo y
cursi no
es una gran película, pero es agradable de ver. Quiero decir que dentro de unos
meses habré olvidado el argumento, pero durante la proyección no sentí la
necesidad de salirme del cine.
- Claro, pero por lo de las cuatro muchachas ésas.
- Eso no viene a cuento ahora, autoestima, zorra.
Unos días después de verla,
tengo un encuentro con los hermanos Cuarón.
Lamentablemente, sólo me dan cinco minutos de entrevista con los dos a la vez.
O sea, que entre lo que habla Alfonso, lo que habla Carlos y lo que hablo yo,
que cuando entrevisto a veces me lío y hablo más que el entrevistado, tocamos a
1:40, tal vez algo más. Pese a todo, se sorprenden porque les saludo
estrechando a cada uno su mano y diciendo su nombre. “Carlos…”, “Alfonso…” Me
dicen que algunos periodistas les han preguntado quién es cada uno. ¡Pero qué
incultura! ¿Es que esta gente no tiene Google imágenes? Qué barbaridad, qué
barbaridad…
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Diego Lune es el rudo y Gael García Bernal es el cursi. De ahí que Diego se sopese con delicada pericia sus cojones. |
Cuando terminan nuestros 5 minutos, nos despedimos y me dicen:
- “Gracias por no preguntarnos cuál de nosotros es rudo y cuál
cursi, por el momento fuiste el único que no lo hizo, güey”.
- “¡Ja, ja, ja, ja! Noooo, ¡jamás se me hubiera ocurrido esa
obviedad!”
Iba
a ser mi siguiente pregunta.
The International, dinero en la sombra, es la otra película. Su
traducción para españoles tontitos (ver el post anterior) me pone de los nervios,
pero Clive
Owen
me gusta, y encima la veo en las oficinas de Sony Pictures, que tienen el cine
más cómodo de todas las distribuidoras del mundo mundial. No la veo con cuatro
chicas, sino con alguien mucho mejor: Javier Ocaña de El País (bueno, y un poco de Cinexprés, el programa que dirijo y
en el que colabora, y en el que juntos hacemos unos reportajes preciosos, mirad
alguno de estos tres: http://www.youtube.com/watch?v=NPiaEJuLeIw, http://www.youtube.com/watch?v=H1Vw3ZnDIvo, http://www.youtube.com/watch?v=xws3X4qWYxg).
- Huy, has dicho “el programa que dirijo”. No pareces tú, Jose
Mari. Muy bien.
- Bueno, autestima, lo dirijo pero a veces me salen las cosas
fatal.
- Eso ya está mejor, así eres mucho más tú.
Me gusta ver películas con
Javier, pero no para que me cuente lo que le han parecido, para eso me gusta
más leerle en el periódico los viernes, sino por las cosas que me cuenta de
otras películas, por las recomendaciones que me hace y porque me cae bien. Y
porque no va de crítico superlisto, y no te suelta su opinión categóricamente,
como si cuando acabara de hablar fuera a aparecer su firma (y no digo nombres,
pero el 99% de los críticos y/o periodistas de cine sí que hacen eso). El caso
es que hoy leeré con curiosidad lo que le pareció The international, porque no lo hablamos al
salir.
A mí me parece un
entretenimiento digno (esta frase se la he copiado a otro crítico sobre otra
película), bien hecha, con oficio, Tom
Tykwer es un buen director. Pero parece que de pronto se da
cuenta de que está creando una trama de bancos, dinero sucio y armas demasiado
enrevesada y entonces rueda dos secuencias de acción que dejarían en ridículo a
Daniel Craig.
Atención a la escena del Guggenheim de NY. No cuela, pero mola un huevo.
Y
no puedo hablaros de más estrenos, porque es que no quiero. Pero si este fin de
semana vais al cine a ver cualquiera de estas dos películas, no estaréis
tirando el dinero. O al menos no del todo.