Cuando el verano pasado Berto Romero sustituyó a Andreu Buenafuente durante más de dos
meses, los tres grandes gurús de la televisión dijimos enseguida: “este chico pronto tendrá su
propio programa” . Si habéis pensado “¿pero este gilipollas se cree que
es uno de los tres grandes gurús de la televisión?” hacéis bien, pero es
que estoy probando a difundir este bulo por Internet para luego encontrar
trabajo más fácil. No sé quiénes serían los otros dos.
Pues
bien, ese momento de Berto llegó el pasado 15 de marzo y ha durado exactamente
tres semanas (bueno, en realidad dos semanas y tres programas). ¿Por qué, si
Berto es bueno?. Muy fácil: por…
¡¡¡El
síndrome de los colaboradores!!!
En efecto, este segundo título hay que leerlo al estilo de Ernesto Sevilla en Muchachada Nui.
¿Cuál fue el problema de
Berto? Pues que yo creo que La Sexta y El Terrat han pensado que nos interesa
muchísimo ver programas iguales de todos sus miembros. Lo de Berto fue una
mezcla (no, una mezcla no, más bien un puzzle) de las fichitas de Buenafuente (El Terrat), El follonero (El Terrat)
y Homo Zapping
(El Terrat). Además, por ahí anda pululando también Terrat Pack. Total, que si durante una semana
no te despegas de La Sexta, acabas
saturado por el mismo tipo de humor.
Durante su primera semana,
Berto hizo un 5% de share (pronúnciese “sheeeeeeeeaaaar”). La segunda un 3,5%.
La tercera, un 3,3%. No hubo cuarta. El motivo: que ser un buen e ingenioso
entrevistador (a la imagen y semejanza del Tito
Andreu) no significa ser bueno en toda clase de gags, imitaciones y
monólogos. Berto lo es en algunas de esas cosas. Pero al programa se le olvidó
incluir la disciplina en la que precisamente destacó: las entrevistas. Pero
claro, en El Terrat ya las hace Buenafuente. Aún no era
tu momento, Berto. Ya llegará. Mientras tanto, aquí va un vídeo en el que se
demuestra que en El programa de Berto
(un 10 en originalidad a los tituladores, por cierto) había talento, pero se
utilizó mal.
No es el primer colaborador
caído por la patria. El mejor colaborador de Javier Sardà fue Boris Izaguirre. Boris fue un pelotazo en
Crónicas marcianas, como lo fue en La ventana. Pero no es lo mismo ser
colaborador que presentador. Boris debutó en solitario en al año 2000 con un
engendrillo de Tele 5 llamado El anfitrión,
tan olvidado que ni en Youtube he encontrado un cachito para que lo vierais. Se
supone que llegaban invitados a su supuesta y hortera casa y que Boris les
entrevistaba. Pero el resultado era un horror. Boris sigue triunfando como
escritor, tertuliano y colaborador allá donde va. Pero como presentador en
solitario no ha repetido (en Channel nº 4 compartía
con Ana García Siñériz,
aunque Ángel Martín siempre
comentaba que los técnicos de Cuatro ya no le ponían ni el micro, a Ana).
Hablando de Crónicas marcianas, otro se sus colaboradores
de lujo venido a menos como showman en solitario fue Carlos Latre. Hizo una
serie de especiales llamados Latrelevisión. No
me gustan los programas que tienen que incluir el nombre de su estrella: Latrelevisión, El programa de Berto, Buenafuente, La
azotea de Wyoming, La hora de José Mota, Arancha Bonete y su culete
(este último creo que me lo he inventado). Latrelevisión
era una sucesión de gags en las que Latre
imitaba a gente famosa, pero resultó que recitando un guión perdía toda la
gracia y espontaneidad de Crónicas. Por
no hablar de El mundo de Chema, una
presunta serie para Cuatro en la que no
es que los guiones fueran malos, es que ya ni siquiera reconocías a los
imitados. Por ejemplo, se supone que en el siguiente gag Carlos Latre estaba
imitando a Pedro Almodóvar.
Os lo digo porque a mí me recuerda más a una posible hermana ebria de Ron Wood.
Y acabo ya con Florentino Fernández. A Florentino, al
que si no fuera por Chiquito
de la Calzada nunca hubiéramos conocido, lo descubrió Pepe Navarro en su famoso
Mississippi. Luego se hizo grande,
muy grande, en El informal, pero siempre
acompañado de alguien (de Javier
Capitán, que tampoco es que sea el mejor comunicador de
Europa). Y entonces, como era tan gracioso, le dieron El show de Flo. Yo creo que Florentino nunca se enteró de que era el
conductor y se siguió comportando como un colaborador. Así funcionaba el
programa, que parecía que te iba soltando las cosas como sin criterio. Este viernes
estrena programa con Josema
Yuste, que le va a utilizar como un descarado sustituto de Millán Salcedo, ya
veréis, como ya hizo estas Navidades. Me hacían gracia (mucha gracia) los
doblajes de Flo en El informal, pero
intentar resucitar a Martes y 13 sin Millán me parece un atentadito contra el humor
y contra la memoria. Este número es de El show
de Flo. Fijaos en que el presentador del programa parece Juan y Medio y que Flo
pasa olímpicamente de desempeñar ese papel.
Esto no quiere decir que un
colaborador no se pueda convertir en un conductor de programas. Pero ni Berto,
ni Flo, ni Boris ni Latre tienen ese “ángel” para la televisión que sí tienen Jesús Vázquez o Christian Gálvez, por
decir dos nombres, que son capaces de salir airosos tanto de programas buenos
como de malos. No es lo mismo un colaborador que un comunicador, eso es lo que
llevo queriendo explicar durante media hora. Se me podía haber ocurrido esta
frase antes y eso que nos hubiéramos ahorrado todos, leñe.
Otra cosa es Javier Coronas. Tras sus
exitosas colaboraciones en Lo + plus, su
no su tan exitoso programa llamado Más te vale
XXL y sus diversas colaboraciones en La hora hache y Éstas no son las noticias de Cuatro, ahora
conduce un magnífico programa de humor en CANAL+ llamado Ilustres ignorantes. Pero permitidme que os
hable de él otro día.
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