Hay
veces que el tiempo pasa tan deprisa que una semana me parece un solo día, con
su mañana, su tarde, su nudo y su desenlace. A mí la pasada semana se me ha
pasado volando por circunstancias que no vienen al caso. El lunes me pareció la
mañana, el miércoles la tarde, el viernes la noche y el domingo me hice un lío
y lo pasé entero en la cama dando vueltas porque pensaba que eran las 6 de la
madrugada y que iba a sonar el despertador. Por ejemplo, si esta semana hubiera
transcurrido en un solo día, mi rutina hubiera quedado así:
7:00 (lunes). Me levanto. Desayuno unos sobaos pasiegos, que en mi
caso son sobaos pa miopes. Leo el periódico mientras desayuno y descubro que Michael Jackson no tiene que vender su
colección de objetos preciosos y que los va a exponer. Entre esos objetos se
encuentran los que decoraban el interior de su limusina, la puerta de hierro
del rancho Neverland
o la
réplica de un castillo de La Bella Durmiente de Disney. Entro en Internet e
intento pujar por tres bustos horrorosos, pero en efecto, la subasta ya no
sigue en pie.
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Tres bustos propiedad de Michael Jackson. Cómo iban a dormir los niños tranquilos en Neverland, con estos tres hijos de perra pululando por ahí. |
11:00 (miércoles). Me dicen que me tengo que desplazar a las oficinas de Universal Pictures. Tengo un familiar taxista que cuando está por la zona es quien viene a recogerme. Cuando llega se baja del taxi y, como siempre, me saluda con un abrazo y dos besos. Como estamos en la puerta de la oficina, varios compañeros nos miran perplejos sin entender qué hago yo besando a un taxista tan grande. Qué cariñoso es este periodista con los taxistas, pensarán. O qué maricón.
12:00 (miércoles). En Universal conozco por fin a una de las chicas
de prensa con la cual me comunico por mail y que se llama María Clemente, o sea,
casi igual que yo. Cada vez que recibo un mail suyo me pego un susto porque me
sale “Clemente, María” y en el mío sale “Clemente, J. María”, así que me creo que me
he escrito yo a mí mismo y me pregunto qué coño querré. ¿Será esta chica
hermana mía, lo cual me alarmaría bastante porque ya tengo seis? Se lo
pregunto. Pues no, no lo es, claro, qué gilipollez, lo sabría. Caramba, qué
guapa es mi hermana, o sea, la que podría ser mi hermana por el nombre, pero no
por el físico, no porque mis hermanas no sean guapas, que sí que lo son, si no
por mí. En cualquier caso, me alegro de que no sea mi hermana.
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Un mail de mi no-hemana, para que veais que es verdad. |
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Todos estos libros de Quino son míos, y faltan unos 15. |
13:00 (jueves). Vuelvo al trabajo en cercanías. Me termino el
periódico de esta mañana antes de que me lo quite Jorge Lastra y leo que se jubila Quino, el padre de Mafalda y de unos 20 tomos de
chistes maravillosos. Me sé desde niño los 10 álbumes de Mafalda de memoria, tengo todos sus
libros de chistes y cada año le regalo a mi chica la agenda de Quino, porque para mí Quino es Dios y Leslie Nielsen debe de ser algo así como
San Antonio. Qué pena que se retire, aunque él dice que es algo temporal.
15:00 (jueves). Almuerzo en uno de los
restaurantes de mi zona. En mi zona hay un italiano que no tiene comida
italiana, un mexicano que no tiene comida mexicana y un ibicenco que no tiene
comida ibicenca. Todos tienen menú del día normal, pero puedes elegir comértelo
en un entorno internacional, eso sí.
17:00 (viernes). Iba a pasar la tarde en Majadahonda para ver a mi
madre y montarle un pollo a la concejala de cultura, porque aún no ha
proyectado Camino de Javier Fesser, que la programaron hace un mes pero la retiraron porque se quejaron 7 vecinos.
Llamo antes al Ayuntamiento y resulta que al final la cordura se ha impuesto y
la proyectan hoy, con la presencia de Javier Fesser. Ole.
19:00 (sábado). Por la
tarde-noche acompaño a un amigo mío que es actor al estreno de Esperpentos, en la que hace un papel. Pero me
lleva al cine dos horas antes de que empiece por un error de cálculo, así que
me tomo con él dos coca-colas. Como mi amigo es famoso, la gente nos mira, Antonio Dechent viene a
saludarnos. Luego Juan Luis
Galiardo, José Luis García Sánchez, Juan Diego… todos saludan a
mi amigo y a mí me miran como diciendo: este otro no me suena. Debido a dicho
error de cálculo, se me hace tarde y no me quedo a la proyección, porque me van
a llamar de una radio. Ya se encargará Cristina
Iglesias de que pueda verla, como hace siempre (no la escultora, sino mi
productora, que es un chollo).
22:00 (domingo). Ya en casa,
enciendo la tele. Hay algunas opciones en canales generalistas, algunas más en
DIGITAL+, más el DVD, más un libro. ¿Por qué, Dios mío, por qué entonces he
vuelto a ver el programa de Josema y Flo?
Han cantado la sintonía del PP aflamencadamente, y ha sido lo mejor del
programa. Qué horror… Me acuesto, que mañana empezará otro día, u otra semana,
o lo que sea.
P.D: Terminando de escribir
este post, me entero de que ha fallecido Beatrice
Arthur, la Dorothy Svornak
de una de las mejores comedias de televisión que he visto en mi vida, Las chicas de oro. Era la mayor de las 4
actrices de la serie, mayor incluso que Estelle
Getty, que hacía de su madre Sofia
Petrillo aunque era un año menor que Beatrice
(y que también falleció hace menos de un año). Gracias por todo lo que
nos has hecho reír, Dorothy.