Parece mentira, pero ayer se cumplió un año desde que Rafael Azcona decidió poner punto y final
al guión de su vida. Parece mentira que haya hecho un año, y parece mentira que
Rafael ya no esté en este mundo, escribiendo las mejores películas de la
historia del cine español (El verdugo, El pisito, El cochecito,
Plácido, Vivan los novios, La grande bouffe, El bosque animado, Ay, Carmela,
Belle epoque…). No sé escribir homenajes basados en filmografías
de cineastas, así que me voy a limitar a contaros algunas cosas que sé
sobre Rafael
Azcona porque antes alguien me las han
contado a mí.
Yo no supe quién era Rafael Azcona por
sus películas. Yo no soy un cinéfilo nato, como mi hermana Beatriz, a mí en el
mundo del celuloide me ha ido curtiendo la vida (léanse estas últimas palabras
superafectadamente, como las dirían Marisa
Paredes o Rocío Jurado). La
primera noción que tengo de Azcona
es un libro muy viejo que había en mi casa y que se llamaba Los muertos no se tocan, nene, y que yo me leí
muchas veces de niño junto con Diario de un
niño tonto de Tono
y Todos los ombligos son redondos de Álvaro de la Iglesia. Me
moría de risa con ese moribundo que pronunciaba su última frase muy bajito, y
que sólo la oye uno de los hijos, que entiende: “Papá dice que quiere patatas”. Descubrí el
humor de Tono, Mihura y
Azcona (y muchísimas otras cosas) gracias a mi padre, que les
conoció en persona en las tertulias del Gijón y en unos certámenes de humor que
se llamaban “Paleta Agromán”, y que andará por ahí arriba (o donde sea)
partiéndose de risa con ellos y haciéndoles caricaturas.
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Rafael Azcona |
A Jesús Franco, el último Goya de Honor, el Tío Jess, el autor de 180 películas, se le pone una sonrisa en la boca sólo con mencionar a Mihura, Tono, Neville y Azcona. Luego te cuenta algunas anécdotas y entonces ya sí, le entra la risa a él y a ti también. Rafael Azcona, que también fue Goya de Honor, no iba nunca a recoger los premios (”no por modestia, sino porque lo paso mal físicamente”). Tenia alergia a los homenajes. Además del honorifico, recibió 7 Goyas, el último hace unos meses precisamente por Los girasoles ciegos. Todavía nos queda un trabajo de Azcona por estrenar: Los Esperpentos de Valle-Inclán, un trabajo de José Luis García Sánchez que TVE lleva meses anunciando pero que no acaba de estrenar, se ve que está muy liada con Águila roja.
Javier Cámara es de Logroño, como Azcona y como mi hermana Silvia, y
cada vez que se encontraban (Cámara y Azcona, no Cámara y mi hermana SIlvia) no
hablaban de cine, sino de Logroño. Y dice Javier Cámara que cuando alguien de La
Rioja le saluda, siempre le acaba diciendo: “Conocerás a Rafael Azcona… ¡Ése sí que era un genio!”. En Logroño están muy
orgullosos de ser paisanos de Rafael. El famoso “repelente niño Vicente” de
Azcona no es más que un compendio de las virtudes que obligaban
a aprender los nacionales a los niños logroñeses de la posguerra.
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"El repelente niño Vicente". Durante años, en España se llamaba así a los niños repipis de la clase, sin saber que se aludía a un personaje de Azcona ni nada. |
Y ahora llega el redoble de tambores… ¡tachán! ¡Yo sí conocí a Rafael Azcona! Bueno, conocer, conocer.. quiero decir que tuve la inmensa suerte de hablar unos minutos con él y entrevistarle (ojalá le hubiera conocido). Fue en la presentación de un libro de Elvira Lindo, el 5 de abril de 2001, me acuerdo del día exacto no porque lo conserve en la memoria (que debería), sino porque justo antes de hacer la entrevista me llamó mi amigo Nacho Utges para comunicarme que habían echado a Carlos el Yoyas de Gran Hermano 2, y esa fecha se encuentra fácil en Internet. Perdón por la anécdota.
Yo no me pongo muy nervioso
cuando hago entrevistas, no porque no me impongan (que sí que lo hacen), sino
porque en mis venas hay una horchata, o algo así me han dicho a veces. Pero con
Rafael Azcona
la admiración bloqueó todas las sinapsis que pudieran realizar mis neuronas.
Me acerqué a saludarle y él me mostró su mano y dijo: “No te la estrecho porque la tengo dislocada”…
pero no le dejé acabar, porque mi cerebro ya había enviado la orden de “saludar a Azcona”, y le cogí la mano y se la
apreté con furia, además yo saludo como los hombres, no como esas personas que
en vez de una mano firme te ofrecen una trucha blanda. Nunca olvidaré la
carita de dolor de Azcona, el rubor que inundó mi jeta y la vergüenza que
pasé. Solamente dijo: “Vaya”.
Luego Azcona estuvo cariñoso, amable, ocurrente, ingenioso… Y al acabar la
entrevista me contó un cosa que desde entonces hago todos los días: “Yo leo el periódico de atrás a adelante. Así empiezo
contento por la tele, luego me salto la economía y los deportes, llego a
cultura y sociedad, y así disfruto leyendo unos minutos. Y sólo al final, las
noticias de verdad me amargan el rato. Si empiezo por el principio, me leo todo
el periódico deprimidísimo”. Desde ese día, yo leo el periódico del
revés. Y reconozco que no siempre, pero muchos días, cuando estoy leyendo lo
que echan por la tele, me acuerdo de Rafael
Azcona. Cuando nos despedimos, me ofreció la otra mano. Yo no
me hubiera ofrecido ninguna.
Si queréis saber más cosas
de Rafel Azcona,
CANAL+ emitió un especial con su última gran entrevista, dirigido por David
Trueba, realizado por Gonzalo Cabrera e ideado y defendido por Jorge Ortiz. Se
llama “Rafael
Azcona, oficio de guionista”, y estuvo nominado al
Mejor Documental por la Academia de la Televisión. Es una delicia.