lunes, 23 de marzo de 2009

“Los abrazos rotos”: varias cosas raras

Lo primero de todo, quiero avisar de que soy fan de Pedro Almodóvar. Es verdad que soy más fan de un Almodóvar que no es éste, que tuve en mi habitación de adolescente gañán los carteles de sus películas hasta Carne trémula (que cuando se estrenó, para qué engañarnos, ya era bastante poco adolescente), que me gustó mucho más una etapa suya que otra… pero sigo esperando sus películas con ansia, sigo yendo a verlas al cine en su primera semana, cuando no en su primer día (como he hecho con Los abrazos rotos y como hacía en los 80-90 con mi amigo Enrique Catá, que hasta vimos Laberinto de pasiones de madrugada en los Cines Alphaville, como tenía que ser).
Por eso, cada vez que voy a ver una película de Almodóvar y no me gusta mucho mucho mucho, me enfado, le muerdo la tripa a mi chica y le tiro una piedra a una vaca, siempre por este orden, de la rabia que me da. Y algo así me ha pasado con Los abrazos rotos. No me ha parecido lo terrible que le pareció a algunos compañeros de trabajo de los que me fío y mucho, o incluso a Carlos Boyero. Más bien me posiciono en el ala moderada de amigos como Javier Ocaña de El País o Cristina Iglesias de Cinexprés, que me hizo una bonita defensa de la película basada en la comodidad que siente cuando entra en el mundo estético y delirante de Pedro Almodóvar (y yo me siento más que cómodo allí). Pero el caso es que salí del cine decepcionado, y si no le mordí la tripa a mi chica fue porque cuando me agaché me metió la rodilla en la boca. Qué tía, qué rápida se ha vuelto (por cierto, a ella le gustó más que a mí, y sus opiniones suelen ser sensatas).
Penélope Cruz con una peluca pelirroja. Le ponen muchas, en la película.
No me voy a poner a contar el argumento o a hacer una crítica de la película, porque yo no soy crítico, para eso ya está Cándida Villar. Lo que os voy a enumerar son algunas de las cosas raras que yo vi en Los abrazos rotosporque en casi todas las películas de Almodóvar hay cosas raras, como que en Todo sobre mi madre el travelo fuera Tony Cantó o que en Volver, que era casi perfecta, aparezca la secuencia del programa de TV. Luego están KikaLa mala educación, en las que casi todo me parece raro.

  1. La eleccion de Lluís Homar, como protagonista. Todo el mundo se tiene que enamorar apasionadamente de él, pero yo no encuentro los motivos. Y no sé qué me pasa con Lluís Homar, que me parece un actor excelente, pero en Los abrazos rotos no me gusta, en La mala educuación me chirría, en Cobardes me avergüenza, y en la serie esa del Rey me da mucha risa. Aún así, sigo pensando que es un monstruo de la interpretación.
  2. La elección de José Luis Gómez como empresario sin escrúpulos. A este actor si que sé por qué le admiro. Y si le habéis visto en TV en Los pazos de Ulloa, en el cine en Pascual Duarte, o en teatro haciendo un monólogo sobre Azaña, también sabréis por qué. En Los abrazos se supone que es un tiburón despiadado, pero a mí durante toda la película me dan ganas de darle un besito.
  3. La elección de Rubén Ochandiano. Hace el mismo personaje en dos épocas: en una me hace gracia, pero en la otra no me lo creo. Como veis, no me ha convencido mucho el casting masculino de Almodóvar. La verdad, es que excepto Javier Cámara (en Hable con ella),  y Eusebio Poncela y Antonio Banderas (en La ley del deseo el primero y en todas las que hizo el segundo), no se me ocurren muchos actores que me hayan parecido sublimes en el mundo de Pedroooooo. Si al final va a ser verdad lo de que es un director de mujeres…
  4. Por no hablar de la aparición de Dani Martín, el de El canto del loco. Qué mala suerte, tener que decir sólo una frase y que te salga tan mal.
  5. También se me hace rara la reacción de Blanca Portillo cuando en un momento de la historia (intento no desvelaros nada) ven una película que el personaje de Lluís Homar rodó años atrás. Esa película es un autohomenaje a Mujeres al borde de un ataque de nervios (esto espero que ya lo supierais), y puede provocar risa, pero no la reacción de Blanca Portillo, creo yo.
  6. Muchos de los diálogos no me parecen de Almodóvar, que creo que es uno de los tíos que mejor dialogan en España. Como culmen, hay una escena en la que al personaje de Tamar Novas le dicen (y aquí me invento un ejemplo para no reventaros la película) que su novia de toda la vida es lesbiana. Y él reacciona diciendo: “¿Así que es lesbiana? ¡Qué cabrona! Por cierto, te ha llamado antes”. Excepto lo de la lesbiana, el diálogo es tal y como lo cuento. Y hay muchos igual de poco creíbles. Qué cosas.
Penélope Cruz poniéndose un colgante con la ayuda de José Luis Gómez, pero a éste no se le ve.
Con todo, no me parece una película desechable. Aunque tal vez fuera de lugar, Pedro consigue que te rías (no creo que consiga que llores), que entres en su mundo, que disfrutes con el absurdo papel de “lectora de labios” de Lola Dueñas, que goces con sus imágenes barrocas como esa lágrima cayendo en la manzana (días después leo un comentario de Enrique y andá, es verdad, si era un tomate)… Los abrazos rotos no es el mejor Almodóvar, pero como digo con otros directores, cuántos cineastas españoles querrían que sus películas buenas les salieran así de mal… ¿Qué cuál es para mí el mejor Almodóvar? Pues, respondiendo a muchas peticiones vuestras, he elaborado la lista de sus películas en mi oden de preferencia. No es fácil, porque muchas de ellas me gustan igual, y seguramente si dentro de un mes repito esta lista, me saldría distinta. Pero bueno, es divertido, y además así también podéis opinar sobre el tema los que no hayáis visto todavía Los abrazos rotos.

(P.D. Que digo yo que es mentira que haga esta lista respondiendo a muchas peticiones vuestras, la verdad es que no he recibido ni una sola petición, en realidad hago la lista porque me sale de las pelotas).
  1. Mujeres al borde de un ataque de nervios.
  2. Átame.
  3. Qué he hecho yo para merecer esto.
  4. La ley del deseo.
  5. Volver.
  6. Todo sobre mi madre.
  7. Entre tinieblas.
  8. Laberinto de pasiones.
  9. Hable con ella.
  10. La flor de mi secreto.
  11. Tacones lejanos.
  12. Carne trémula.
  13. Los abrazos rotos.
  14. La mala educación.
  15. Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (que conste que ésta no la considero una película, sino la manera más inteligente que he visto en el cine de decir: “señoras y señores: miradme, yo existo”).
  16. Matador.
  17. Kika.

Ya está. Por cierto, no os perdáis el artículo sobre Los abrazos rotos que ha publicado José Luis Díez en Menstyle.