Lo primero de todo, quiero avisar de que soy fan de Pedro Almodóvar. Es verdad que soy más fan
de un Almodóvar que no es éste, que tuve en
mi habitación de adolescente gañán los carteles de sus películas hasta Carne trémula (que cuando se estrenó,
para qué engañarnos, ya era bastante poco adolescente), que me gustó mucho más
una etapa suya que otra… pero sigo esperando sus películas con ansia, sigo
yendo a verlas al cine en su primera semana, cuando no en su primer día (como
he hecho con Los
abrazos rotos y como hacía en los 80-90 con mi amigo Enrique Catá, que hasta vimos Laberinto de pasiones de madrugada en los Cines Alphaville, como tenía que ser).
Por eso, cada vez que voy a
ver una película de Almodóvar
y no me gusta mucho mucho mucho, me enfado, le muerdo la tripa a mi chica
y le tiro una piedra a una vaca, siempre por este orden, de la rabia que
me da. Y algo así me ha pasado con Los
abrazos rotos. No me ha parecido lo terrible que le pareció a algunos
compañeros de trabajo de los que me fío y mucho, o incluso a Carlos Boyero. Más bien
me posiciono en el ala moderada de amigos como Javier Ocaña de El País o Cristina Iglesias de Cinexprés, que me hizo una bonita defensa de
la película basada en la comodidad que siente cuando entra en el mundo estético
y delirante de Pedro
Almodóvar (y yo me siento más que cómodo allí). Pero el caso es
que salí del cine decepcionado, y si no le mordí la tripa a mi chica fue porque
cuando me agaché me metió la rodilla en la boca. Qué tía, qué rápida se ha
vuelto (por cierto, a ella le gustó más que a mí, y sus opiniones suelen ser
sensatas).
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Penélope Cruz con una peluca pelirroja. Le ponen muchas, en la película. |
La eleccion de Lluís Homar, como protagonista. Todo el mundo se tiene que enamorar apasionadamente de él, pero yo no encuentro los motivos. Y no sé qué me pasa con Lluís Homar, que me parece un actor excelente, pero en Los abrazos rotos no me gusta, en La mala educuación me chirría, en Cobardes me avergüenza, y en la serie esa del Rey me da mucha risa. Aún así, sigo pensando que es un monstruo de la interpretación.- La elección de José Luis Gómez como
empresario sin escrúpulos. A este actor si que sé por qué le admiro.
Y si le habéis visto en TV en Los pazos de
Ulloa, en el cine en Pascual Duarte,
o en teatro haciendo un monólogo sobre Azaña, también sabréis por qué. En Los abrazos se supone que es un tiburón
despiadado, pero a mí durante toda la película me dan ganas de darle un
besito.
- La elección de Rubén Ochandiano.
Hace el mismo personaje en dos épocas: en una me hace gracia, pero en la
otra no me lo creo. Como veis, no me ha convencido mucho el casting
masculino de Almodóvar.
La verdad, es que excepto Javier
Cámara (en Hable con ella), y
Eusebio Poncela y
Antonio Banderas (en
La ley del deseo el primero y en
todas las que hizo el segundo), no se me ocurren muchos actores que me
hayan parecido sublimes en el mundo de Pedroooooo. Si al final
va a ser verdad lo de que es un director de mujeres…
- Por no hablar de la
aparición de Dani
Martín, el de El canto del
loco. Qué mala suerte, tener que decir sólo una frase y que te
salga tan mal.
- También se me hace rara
la reacción de Blanca
Portillo cuando en un momento de la historia (intento no
desvelaros nada) ven una película que el personaje de Lluís Homar rodó
años atrás. Esa película es un autohomenaje a Mujeres al borde de un ataque de nervios
(esto espero que ya lo supierais), y puede provocar risa, pero no la
reacción de Blanca
Portillo, creo yo.
- Muchos de los diálogos
no me parecen de Almodóvar,
que creo que es uno de los tíos que mejor dialogan en España. Como culmen,
hay una escena en la que al personaje de Tamar Novas le dicen (y aquí me invento
un ejemplo para no reventaros la película) que su novia de toda la vida es
lesbiana. Y él reacciona diciendo: “¿Así
que es lesbiana? ¡Qué cabrona! Por cierto, te ha llamado antes”. Excepto
lo de la lesbiana, el diálogo es tal y como lo cuento. Y hay muchos igual
de poco creíbles. Qué cosas.
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Penélope Cruz poniéndose un colgante con la ayuda de José Luis Gómez, pero a éste no se le ve. |
(P.D. Que digo yo que es mentira que haga esta lista respondiendo a muchas peticiones vuestras, la verdad es que no he recibido ni una sola petición, en realidad hago la lista porque me sale de las pelotas).
- Mujeres al borde de un
ataque de nervios.
- Átame.
- Qué he hecho yo para
merecer esto.
- La ley del deseo.
- Volver.
- Todo sobre mi madre.
- Entre tinieblas.
- Laberinto de pasiones.
- Hable con ella.
- La flor de mi secreto.
- Tacones lejanos.
- Carne trémula.
- Los abrazos rotos.
- La mala educación.
- Pepi, Luci, Bom y otras
chicas del montón (que conste que ésta no la considero una película, sino
la manera más inteligente que he visto en el cine de decir: “señoras y
señores: miradme, yo existo”).
- Matador.
- Kika.
Ya está. Por cierto, no os perdáis el artículo sobre Los abrazos rotos que ha publicado José Luis Díez en Menstyle.