lunes, 16 de marzo de 2009

Dexter es el amo (iba decir “el puto amo”, pero está feo)

A finales de 2007, la cadena FOX (Digital+ y otros operadores) estrenó en España una de las mejores series que yo recuerdo haber visto: Dexter. Para quien no sepa de qué va la historia, diremos que Dexter Morgan es un forense experto en sangre que trabaja en el departamento de policía de Miami. Es el mejor en lo suyo. Pero tiene un pequeño problema: es un poco psicópata y se dedica a tomarse la justicia por su mano, aplicando su propia medicina a los asesinos que no consigue detener su departamento: los seda, los mata, los descuartiza y los convierte en comidita para los tiburones.
Pero si digo que Dexter es una de las mejores series que he visto no es por su sinopsis, sino por estos otros motivos:
  • La serie juega contigo de una manera inteligente y casi autobochornosa. Y es que te hace aceptar, justificar e incluso desear en cierto modo la pena de muerte. Y en contra de lo que hayáis podido pensar, yo estoy super en contra de la pena de muerte. Ni José Luis Moreno me tambalea esta convicción. ¿Jiménez Losantos? ¿Jordi González? ¿Poti? Tampoco. Pues aqui, desde el primer capítulo, “vas” con Dexter. En la primera temporada deseas que aplique su ley del talión (él la llama “el código de Harry” en honor a su difunto padre). En la segunda y antológica temporada vas todavía más allá: deseas desesperadamente que no le descubran (y están a un paso de hacerlo). Y hoy hace tres lunes que comenzó la tercera temporada, que de momento promete igualar a las dos anteriores gracias a la aparición de un fiscal que parece que va a dar mucho juego (Jimmy Smits, el de La Ley de Los Angeles, que en estos años se ha puesto un poco fondón).
Dexter, que aquí parece muy bueno y muy majo. Majo, lo es. Y bueno, no lo sé.
  • El actor, Michael C. Hall, es uno de los más grandes aciertos de la ficción de los últimos años. Su sonrisa, su gravedad y su aspecto son los que hacen que “perdones” a Dexter y te pongas de su parte. A este actor le conocimos en A dos metros bajo tierra (¡qué gran serie!), era el hermano sensato que mantenía a flote el negocio funerario familiar. Pero además era gay y mantenía una relacion con un policía negro. Hace unas semanas, Michael C. Hall estuvo en Madrid y confesaba que sus padres preferían verle hacer de psicópata asesino a verle besar a un hombre… y encima negro. Así somos los humanos. Bueno, o por lo menos así son sus padres: yo preferiría ver a mi hijo besar a un negro que hacer de gay. No, perdón, me acabo de hacer un lío.
  • Los personajes que van creando los guionistas parecen tocados por una mano divina que hace que quieras saber más cosas de ellos. Le pasaba al policía negro que odiaba a Dexter, al supervisor que llegó a la comisaría en la segunda tempora y que interpretaba (qué gozada de personaje y de actor)  Keith Carradine, a su hermanastra en la ficción y su mujer en la vida real, y a ese fiscal que acaba de llegar y que ya es la única persona que ha visto las manos de Dexter manchadas de sangre. Promete convertirse en un confidente de Dexter y en un compartidor (¿existe esta palabra?) de sus secretos, aunque no de EL SECRETO. Por cierto, cómo les gustaba a algunas de mis hermanas (es que tengo 6) Keith Carradine, no paraban de poner ese tema que se llamaba I’m easy y que ganó el Oscar a la mejor canción en 1975 (véase Nashville de Robert Altman). David Carradine no les salió tan mono a sus padres…
  • La serie les gusta a mi chica, a mi amiga Eva Díaz y a Hernán Casciari. Y las opiniones de la una desde casa, la otra desde Cuatro y el tercero desde su blog de El País, para mí van a misa. Aunque dudo mucho que ninguno de los 3 acompañen a misa a sus opiniones.
  • Hablando de Cuatro… me cabrea cuando veo que esta cadena (que es como prima hermana mía, se supone, o por lo menos trabajo en su mismo edificio) se intenta apuntar al carro del éxito de DexterDexter puedes seguirla en FOX los lunes capítulo a capítulo, o bajártela de Internet. Pero poco más. En Cuatro no. Cuatro la emitió de estrangis, la programó a las 12 de la noche y de dos capítulos en dos. Así no hay quien siga una serie, como ocurre en Antena 3 con 24, en Telemadrid con Nick/Tup o como está haciendo la propia Cuatro con Mad men. Tres sacrilegios, porque estas tres series son tres joyas, pero así es el mundo de las televisiones en abierto.

En resumen: que veais Dexter. Lo que siempre os digo: en la tele, que os la presten en DVD, compradla o en último caso, bajáosla. Pero vedla.