miércoles, 11 de marzo de 2009

21 días (el programa de Cuatro)

Emite la cadena Cuatro un programa mensual que se llama 21 días. Es una serie de reportajes de investigación, en los que una periodista, siempre la misma periodista (Samanta Villar, a algunos les sonará de España directo, a mí no) se mete de lleno durante 3 semanas en un tipo de vida diferente a la suya. Me he explicado fatal y puede parecer que Samanta experimenta en primera persona dentro de, por ejemplo, una ameba. No. Lo que hace es vivir en su piel la realidad de personas que viven situaciones duras e incluso trágicas. Por ejemplo, en enero se emitió “21 días entre cartones”, en los que Samanta se convertía en la becaria de un homeless (este término de “becaria de”, que me encanta por lo preciso, se lo he robado a mi amigo Raúl Rubio). El pasado viernes se emitió la segunda entrega, “21 días sin comer”, en el que Sammy (de repente la voy a llamar así) ingresa en un centro de recuperación de anoréxicos y bulímicos y se está 21 días trastornando a propósito su alimentación.
Samanta Villar. Es muy mona pero dice mucho “joder”
El programa me gusta. Está bien hecho, bien documentado, Sammy mezcla bien la faceta de investigación con la necesidad de caer bien a la audiencia, pero sin pasarse. Creo que acabas descubriendo muchas cosas de, por el momento, la dureza de los que viven en la calle y de las personas que sufren un desarreglo psico-nutricional (toma vocablo). Pero como esto es un blog y lo que mola es criticar, pues me voy a detener más en las tres pegas fundamentales que le veo a 21 días.

1. Para empezar el formato no es original, lo que tampoco es una gran pega, porque en la tele está todo inventado excepto el programa perfecto. Cuatro no oculta este dato (aunque tampoco lo airea): en su página web simplemente habla de “un excepcional y revolucionario formato nunca realizado hasta ahora en nuestro país. Porque el formato es una idea de Morgan Spurlock, que en EE.UU. va ya por su tercera temporada y que se llama 30 days (huy, casi casi se les podría acusar de plagio, Cuatro se salva por 9 días). Morgan Spurlock transformó uno de estos episodios en un magnífico documental para cine llamado Supersize me, que estuvo nominado al Oscar. Lo habréis visto, o habréis oído hablar de él, es ése en el que Morgan se alimentaba durante un mes exclusivamente de menús McDonald’s, lo cual casi le acaba llevando al otro barrio. El documental era más divertido que didáctico, porque la conclusión anti comida basura a la que te intenta conducir es loable, pero ponte tú un mes a desayunar, comer y cenar fabada Litoral, a ver qué pasa. Y a mí contra la fabadita que no intente alinearme nadie. En su programa de TV Morgan Spurlock se ha pasado 30 días en una mina, alcoholizado, conviviendo con homosexuales (ignoro si en el término más amplio de la palabra “convivir”), en una reserva india, en silla de ruedas, enganchado a las drogas… todo esto en distintos programas, claro, no a la vez. Mola este Morgan.
2. Veo en la versión de Sammy que el experimento en sí no es lo más fuerte del programa. Me refiero a que muchas veces con lo que me quedo es con los testimonios de las verdaderas anoréxicas, con las explicaciones de los médicos, con los rostros de las hospitalizadas. Quiero con esto decir que a Samanta se le olvida que ella debería ser la más importante, y que a menudo el programa se convierte en un (buen) documental sobre la pobreza o la bulimia, pero no en la simbiosis de una persona normal con la dureza de estas tragedias. Tal vez sea que los resultados del “experimento” no dan para un reportaje interesante de una hora y media. Pero debería ser así. Para mí el espacio pega un bajón cuando Saman (ahora de repente la voy a llamar Saman) se queda sola y habla con su cámara. Es cuando menos me creo la historia.
3. Y en el fondo, el concepto del programa me crea un dilema moral: no sé si me parece bien que Saman se meta de lleno en estos “tipos de vida” sabedora de que luego va a salir. No digo que sepa que va salir bien parada, ni que no sea duro hacer este periodismo, pues claro que lo es. Pero vamos, que Saman no se va a quedar viviendo en la calle porque al mes siguiente tiene que ponerse a adelgazar, ni se va a quedar en una clínica para anoréxicas porque el mes que viene tiene que ponerse a fumar porros (en serio: es el tercer episodio). No sé cómo llevaría yo que Saman se pusiera a experimentar mis desgracias y a preguntarme por ellas y que de repente me dijera: “bueno, gracias, que ya me voy, ya te quedas tú ahí con tus cosicas”. A mí me sentaría muy mal y a lo mejor querría pegar a Saman.
Yo estoy planteándome hacer mi propia versión de 21 días. Para que no me acusen de plagio, lo llamaría 20 días y uno de propina, y tendría 10 episodios:
  1. 21 días drogándome, como Morgan y Saman. Más que nada por experimentar cosas nuevas, creo que nunca lo he hecho 21 días seguidos.
  2. 21 días follando, o sea, siendo super-prostituto, me da igual de hombres o de mujeres. Este capítulo me saldría mal, porque a mí no me contratarían 21 días seguidos ni en sueños. De hecho, dudo mucho que me contrataran uno. Creo que al final acabaría reeditando el programa y se llamaría 21 días pasando frío.
  3. 21 días haciendo deporte. Bueno, este capítulo no me lo creo ni yo. Lo haría un doble mío.
  4. 21 días viendo Matrimoniadas. Como veis, en mi programa arriesgo la vida de verdad, no como Saman y Morgan.
  5. 21 días siendo bien educado. Yo creo que lo puedo conseguir sin problema, porque soy un tipo muy educado, pero la audiencia se quedaría perpleja y cambiaría de canal.
  6. 21 días escuchando la COPE y viendo Intereconomía. No descarto que tras la experiencia, el día 22 acabe manteniendo sexo con una gallina.
  7. 21 días leyendo El País y escuchando la SER. Más que nada para compensar. Esto es casi peor, porque os aseguro que ya lo he probado y mirad cómo me quedé. Es broma: yo también leo el ABC y El Mundo, me lo impuse hace tiempo como ejercicio democrático. Por lo de la COPE ya no paso.
  8. 21 días bebiendo vodka. Bueno, lo complicado para mí sería estar 21 días sin beberlo.
  9. 21 días muerto. Éste sería el último episodio, por si acaso no existe la vida eterna y me sale mal el experimento.

Se admiten ideas para nuevos episodios, las televisiones compran las series en packs de 13 ó 26.