jueves, 26 de febrero de 2009

Quieto todo el mundo

A ver: ¿tú qué estabas haciendo el 23-F?
Yo, por ejemplo, el 23 de febrero de 1981 por la tarde estaba estudiándome el “quattrocento” y el “cincuecento” con un ojo tapado para corregirme la bizquera (que con el tiempo se me corrigió demasiado y ahora tengo un ojo que a veces se me choca con la oreja). Y me acuerdo perfectamente de esa noche, de la mañana siguiente, de no ir al colegio, de no hacer el puto examen del “quattrocento” y el “cincuecento”, y de poco más, porque aunque todos estos recuerdos me ubican en la actualidad más cerca de los 40 que de los 30, tampoco era yo por aquel entonces un individuo de una madurez y análisis político ejemplar. También debo confesar que no hacen falta estas cosas para colocarme más cerca de los 40 que de los 30. De hecho, estoy más cerca de los 40 que de la pantalla de mi ordenador, ahora mismo.
O sea, que no recuerdo aquellos días con la precisión necesaria como para juzgar con un rigor histórico asombroso las dos miniseries que han emitido recientemente Antena 3 y TVE. Y tal vez por eso no he entendido algunas cosas. 
La familia real de Lluís Homar. Vistos así, a mí me dan mucha risa
  • No entiendo cómo es posible que ambas cadenas estrenaran sus productos la misma semana sin que ésta fuera la del 23-F. Es más: el 10 de febrero coincidieron el segundo capítulo de A3 con el primero de TVE1. ¿Es que estamos tontos? ¿Por qué no se esperaron alguna de las dos al 23-F? ¿Por qué no se esperó la una si sabía que estrenaba la otra? ¿Eh? ¿Eh? Hay cosas que no me explico, como que los de Muchachada Nui estiren tanto sus gags que al final se les rompen.
  • No entiendo por qué Antena 3 coge un tema tan delicado como el golpe de estado y lo intenta mezclar con una historia de amor. Es como si decides hacer una película sobre el asesinato de Kennedy y como telón de fondo te montas una historia de celos entre dos lesbianas de Luxemburgo. O como si haces una película sobre la miseria en la India y la mezclas con un concurso de televisión. Ah, que esto último ya se ha hecho.
  • No entiendo por qué empecé a ver la serie de Antena 3 y al rato dejé de verla y me puse un DVD. Bueno, es mentira, sí que lo entiendo.
  • No entiendo por qué TVE llamó a su miniserie “El día más difícil del Rey”. La debería haber llamado “El día difícil del Rey”, el único, a secas, sin el “más”. A no ser que los guionistas tuvieran también en mente el día del “¿Por qué no te callas?”, que es posible.
  • No entiendo por qué Lluís Homar, que es un actorazo, no consigue que piense en el Rey, sino en José Coronado de mayor. Me falta la voz del Rey. Hubiera preferido que lo hiciera Manel Fuentes y dijera eso de “Me llena de orgullo y satisfacción”.
  • Tampoco entiendo por qué me dio tanta risa una escena en la que la hermana del Rey (bueno, la actriz) le dice: “No te abandonaremos: estamos juntos en esto, como siempre ha sido… Juanito”. Me da risa que llamen al Rey “Juanito”, sobre todo en un momento tan tenso, como si fuera un futbolista o un niño tontico.
  • Eso sí, constato en mis tertulias multiculturales que la serie de TVE ha gustado a las personas mayores. Y el motivo es que sienten que se les han explicado algunas cosas de aquella noche que se quedaron en el tintero (que digo yo que pobres, porque en realidad aquí nadie sabe lo que pasó entre el Rey, Armada, Milans y Sabino Fernández, ni creo que nos enteremos nunca, y mucho menos creo que lo sepan ahora mismo los guionistas de TVE). Pero la verdad, me alegra comprobar que hay gente mayor (con “gente mayor” me refiero a “gente mayor que yo”) que contradiga el concepto de audiencia entrada en años que tiene José Luis Moreno.
  • Y tampoco entiendo las rachas de suerte de las televisiones. Durante años, Tele 5 estrenaba una castaña y era líder de audiencia. Antena 3 estrenaba una castaña parecida y naufragaba. Ahora, la chiripa la tiene TVE: El día más difícil de Rey hizo un 35%. La de Antena 3, en cambio, un 13% (entre otras cosas, porque esa sí que era una castaña). Pero es que Águila roja empezó con un 26%, y Pelotas con un 17% (que no está mal, teniendo en cuenta que luchaba contra CSI). La 1 está que no se lo cree.

Insisto: ¿qué estabas haciendo tú el 23-F?