No
quería que el primer post del año fuera triste, pero tampoco quería comenzar
2009 sin despedirme de unas cuantas personalidades del cine y la
televisión que se nos fueron en los últimos días de 2008. Que se marche
gente siempre es triste, pero estos cuatro grandes se habrán ido con la
seguridad de que los que nos quedamos aquí abajo (o arriba) esbozaremos una
sonrisa de admiración cada vez que les recordemos. Porque en las últimas
semanas del año se nos han marchado:
- Robert Mulligan, o sea, el genio
que dirigió Matar un ruiseñor, el
tipo que convirtió al abogado Atticus Finch
(Gregory Peck)
en el personaje de la historia del cine más querido por el público
americano según una encuesta de la AFI. Robert Mulligan, cuyas películas nos
hacen pensar que era mucho mayor de lo que era (pasa lo mismo con Sidney Lumet porque
también dirigió muy temprano su primera obra maestra, Doce hombres sin piedad), también es el
autor de Verano del 42, El otro o El próximo año a la misma hora. Además,
tenía un hermano que se llamaba Richard que, para los que devorábamos
series en los últimos 70 y primeros 80, siempre será el Burt Campbell de Enredo, uno de los vecinos de Las chicas de oro o el patriarca de Nido vacío. Ya no hay comedias como éstas
de Susan Harris.
Y muy pocas filmografías como las de Robert Mulligan.
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Atticus Finch (Gregory Peck) y el pobrecito señor negro al que defendía en "Matar un ruiseñor" |
- El nombre de Elsa Fábregas no
dice gran cosa. Pero ella pronunció frases como “A Dios pongo por testigo de que nunca volveré a
pasar hambre”, o “Ya todos saben lo
que soy”, o “Él nunca te amará, asi
que ¿para qué seguir viviendo?”. En efecto: Elsa Fábregas era la
actriz de doblaje que puso la voz en español a Scarlatta O’Hara, a Gilda y al ama de llaves de Rebecca, pero también fue la dobladora
habitual de Katharine
Hepburn, Judi Dench, Doris Day, Anne Bancroft, Sofia Loren, Anouk Aimée,
Julie Christie, Jeanne Moreau o Shelley Winters.
No soy un gran fan del cine doblado, pero voces como la de Elsa Fábregas (pincha aquí: ¿a que la has
oído mil veces?), Rogelio Hernández (Paul Newman, Michael Caine, Jack
Nicholson, Marlon Brando, Gene Wilder…) o José María del Río (Tom Wilkinson, Dustin Hoffman, Billy
Bob Thornton…) me hacen disfrutar del difícil arte de
ponerle la voz a un actor que no eres tú. Elsa Fábregas también apagó su voz
estas Navidades.
- También se ha ido Robert Prosky, que
sólo nos sonará a los que veíamos Canción
triste de Hill Street (qué lamentable traducción de Hill Street Blues, título original en el
que “blues” era un juego de palabras entre la música y el color de los
uniformes de los polis, ¿veis por qué defiendo en general las versiones
originales?). Prosky era el Sargento
Jablonsky, o sea, el jefe de Furillo,
pero no el que decía “tengan cuidado ahí
fuera”, sino el otro, el soso. Pero también fue un eterno
secundario que aparecía en Matrimonio de
conveniencia, El mejor, Gremlins 2, Pena de muerte, Hoffa, El
último gan héroe, Señora Doubtfire papá de por vida… Amigo
Prosky, tenga cuidado ahí arriba (o abajo).
- El último en irse
ha sido Harold Pinter,
Premio Nobel de Literatura en 2005, dramaturgo excepcional, activista
político y mosca cojonera del poder establecido. Pero este Premio Nobel
también dejó su improntita en el mundo del cine con guiones como La huella (versión de 2007), La mujer del teniente francés, El sirviente, El
último magnate (de Elia
Kazan, una película grande, grande, grande)…
2009
no será lo mismo sin ellos. Pero habrá que seguir adelante, ¿no?