miércoles, 7 de enero de 2009

Humor navideño (o algo así) en TV

Estaba esperando yo para hablar del humor visto en TV durante las Navidades a que se pasaran estas fiestas megaentrañables (incluido el día en el que llegan los Reyes con el aguinaldo) (por cierto ¿quién coño escribe las letras de los villancicos? ¿desde cuándo los Reyes traen el aguinaldo? El aguinaldo se lo trae la señora del quinto al portero, o el jefe de personal al conserje, acompañado de un puro, pero los Reyes no. Bueno, da igual, porque en ese mismo villancico los Reyes le traen al niño sopas con vino, así que mejor lo dejamos).
Llamar “humor” a lo que he visto estas Navidades en la tele es mucho decir. A ver, tampoco me he tragado enteros todos los espacios de coña que han puesto las cadenas: por ejemplo, solamente zapeé unos minutos por el especial de Chikilicuatre y el Neng, o por los de Camera Café y El Intermedio (estos dos espacios ya los veo habitualmente). Y pasé olímpicamente de las Matrimoniadas, ese programa para adultos que va en horario infantil, y de El hormiguero, ese programa infantil que va en horario de adultos, y que se ha convertido en un homenaje continuo al Quimicefa.
Los espacios de humor de los que yo os quiero hablar y que me tragué competos son cuatro:
Josema y Flo. Especial Nochebuena. ¿Y ahora qué? Como escribió Rosa Belmonte en ABC (yo es que leo toda la prensa), el que le puso el título al programa se debió de quedar a gusto. Pero el problema de este especial no fue el título, sino que Josema y Flo intentaran en todo momento, sin disimularlo lo más mínimo (bueno, eso al menos se agradece), emular a Martes y Trece. Pero sin ningún pudor, o sea que Josema utilizó descaradamente a Flo como sustituto de Millán, pero con resultados muy distintos a los míticos programas de Nochevieja de los últimos 80 y primeros 90.
Josema y Flo, o el sucedáneo rellenito de Millán.
No sé si por falta de presupuesto o de talento, Josema y Flo decidieron hacer algunos sketches directamente desde el plató. Como por ejemplo, un brindis sin gracia (ni puta gracia, como decía Enrique Catá en un comentario reciente) y un número musical que enlazaba con el especial de Raphael, cuya mayor genialidad residía en la rima “me gusta el cava, nunca se acaba”, con la música de She drives me crazy, de Fine Young Cannibals. Eso sí, hubo algún momento con cierta chispa, como la imitación de Amaral, algún doblaje de ésos que Flo hacía en El informal o el homenaje a Tip y Coll (ellos sí que eran grandes), que al menos fue entrañable. Pero pasé más vergüenza ajena que diversion, especialmente cuando desde el plató intentaron resucitar patéticamente el mítico gag de las empanadillas de Móstoles de 1986. Mi sobrino Gonzalo, de 12 años, vio el programa conmigo y me preguntó que de qué coño hablaban esos dos. En fin.
Raphael: 50 años después. No tengáis la menor duda: también era un programa de humor. A pesar de lo inquietante del título (¿¿¿lleva Raphael 50 especiales de Nochebuena??? No, sólo lleva 4, pero ¿a que parecen 50?), el programa celebraba las bodas de oro de Raphael consigo mismo en el escenario. Comenzó cantando el Cantares de Serrat, pero con su estilo. Confirmado: Raphael es un humorista capaz de llevar a su terreno, si se lo propone, el Satisfaction de los Rolling: “Eh, pero que I can’t get no… eh, pero que Satisfactioooon!!!”  En el especial de humor de Raphael me despistaron Alaska, Enrique Bunbury y Miguel Bosé (que a veces me despistan sin necesidad de Raphael), me despistó la versión española de “Can’t get my eyes out of you” (hay canciones que nunca se deberían traducir, ¿verdad Fermín Zabalegui?), me despistaron los clips de sus películas que parecían sacados de Cine de barrio… Pero me devolvió a la realidad la actuación de Manu-hel (el hijo de Rapha), el público coreando “¡ese Rapha, ese Rapha-el, oé!” y la performance delirante con coreografía asombrosa de Escándalo. Sí: era un programa de coña.
José Mota: Es bello vivir. Y yo que tenía puestas ciertas esperanzas en este programa… Resulta que a mí el dúo Cruz y Raya nunca me ha hecho gracia alguna (miento, tienen algún gag de El señor de los anillos y algún otro de Spiderman que sí), así que cuando vi el especial de José Mota en solitario en la Nochevieja de hace un año (la de 2007, Ciudadano Kien, creo que se llamaba), me quedé grata, gratísimamente sorprendido. Todavía recuerdo con una sonrisa un sketch de la Duquesa de Alba y unos micrófonos, un cameo del propio Josema Yuste en un gag sobre los móviles, una parodia inteligente de Los desayunos de TVE… Y de repente me encuentro este año con una hora y media (réstense los anuncios) de gags forzados para que tengan que ver con la crisis, el paro, las hipotecas, las subidas del euríbor (que por cierto, en diciembre ha sido el más bajo de los últimos 2 años, se conoce que esos sketches estaban grabados antes de octubre), etc. Pero aparte de lo gracioso o no que pueda resultar acabar el año de la crisis con ese pesimismo (a mí no me lo resulta), el problema principal de José Mota este año fue que o no estaba inspirado o que se ha guardado el ingenio que demostró el año pasado para el programa que va a empezar este año en TVE. Se ve que dicho ingenio no da para tanto, aunque se agradece, eso sí, que vuelva sin su compañero Juan Muñoz. No por nada, es que como juntos tampoco cuajaban…
José Mota. A pesar de todo, es mejor verle en solitario que con Juan Muñoz, lo cual tampoco es un gran piropo
En fin, que a mi juicio la parodia de ¡Qué bello es vivir! derrochó en ambientación y se olvidó del guión, los números musicales subtitulados - por si no entendemos el español - se me hacían eternos, el gag de la reportera al estilo de REC (que no era mala idea, en vez de zombies en la famosa casa había agentes bancarios) se estiraba en el tiempo y en el espacio de una manera irritante, una imitación de Zapatero en la discoteca yo creía que era de Enrique del Pozo (os lo juro), etcétera, etcétera. Lo del año pasado fue un espejismo, creo. Josema, Millán… ¡cuánto os echo de menos!
El mensaje del Rey.  En serio: también es un miniespacio de humor. Yo creo que el Rey se imita a sí mismo, pero si sólo hay que verle, si es que pone la misma voz que Manel Fuentes. Su mensje de este año me pareció más cómico que otros, especialmente cuando habló de la crisis y del tema del empleo y del paro… ¡qué jodío! Aunque mirándolo bien, este año su familia también ha notado la crisis y el paro, y han tenido que pescindir de un 10% de la plantilla, mira a Marichalar, que se ha quedado tan fuera del ambiente monárquico que hasta en el Museo de Cera de Madrid le han quitado de la Sala Real y le han metido entre el público de una plaza de toros (en serio). Pero cuando yo de verdad me troncho es cuando el Rey dice eso de “me llena de orgullo y satisfacción”, “en estas fechas quiero acordarme de los que están fuera de España” y “quiero enviar un saludo a lo soldados que ahora mismo están fuera del país”. Espero estos momentos con ilusión y regocijo, como cuando te sabes el final de un chiste y le dices al que está contigo: “verás, verás ahora lo que viene…”, como cuando repiten en TVE lo de las benditas empanadillas (pero con imágenes de archivo, no vale la versión “Josema y Flo”) o como cuando Chiquito de la Calzada decía por sorpresa “cobarde… fistro pecadorrr”. Y yo me meaba de la risa. Viva el Rey.

(P.D: ¿La reciente frase del Papa “hace falta una ecología que salve a las personas normales de la amenaza de los homosexuales, igual que hacen falta políticas que protejan las selvas” es humor? No sé. Uno ya no sabe.)