Estaba esperando
yo para hablar del humor visto en TV durante las Navidades a que se
pasaran estas fiestas megaentrañables (incluido el día en el que llegan los
Reyes con el aguinaldo) (por cierto ¿quién coño escribe las letras de los
villancicos? ¿desde cuándo los Reyes traen el aguinaldo? El aguinaldo se lo
trae la señora del quinto al portero, o el jefe de personal al conserje,
acompañado de un puro, pero los Reyes no. Bueno, da igual, porque en ese
mismo villancico los Reyes le traen al niño sopas con vino, así que mejor lo
dejamos).
Llamar “humor” a lo que he visto estas Navidades en la tele es mucho
decir. A ver, tampoco me he tragado enteros todos los espacios de coña que
han puesto las cadenas: por ejemplo, solamente zapeé unos minutos por el
especial de Chikilicuatre
y el Neng, o por los de Camera Café y El Intermedio (estos dos espacios ya los veo habitualmente). Y pasé
olímpicamente de las Matrimoniadas, ese programa para adultos
que va en horario infantil, y de El hormiguero, ese programa infantil que va
en horario de adultos, y que se ha convertido en un homenaje continuo al Quimicefa.
Los
espacios de humor de los que yo os quiero hablar y que me tragué competos son
cuatro:
Josema y Flo. Especial Nochebuena. ¿Y ahora qué? Como escribió Rosa Belmonte en ABC (yo es que leo toda
la prensa), el que le puso el título al programa se debió de quedar a gusto.
Pero el problema de este especial no fue el título, sino que Josema y Flo intentaran en todo momento,
sin disimularlo lo más mínimo (bueno, eso al menos se agradece), emular a Martes y Trece. Pero sin ningún pudor, o
sea que Josema utilizó descaradamente a Flo como sustituto de Millán, pero con resultados muy
distintos a los míticos programas de Nochevieja de los últimos 80 y primeros
90.
![]() |
Josema y Flo, o el sucedáneo rellenito de Millán. |
No sé si por falta de presupuesto o de talento, Josema y Flo decidieron hacer algunos
sketches directamente desde el plató. Como por ejemplo, un brindis sin gracia
(ni puta gracia, como decía Enrique Catá en un comentario reciente) y un número musical que enlazaba con el
especial de Raphael, cuya mayor genialidad residía en la rima “me gusta el cava, nunca se acaba”, con la música de She drives me crazy, de Fine
Young Cannibals. Eso sí, hubo
algún momento con cierta chispa, como la imitación de Amaral, algún doblaje de ésos que Flo hacía en El informal o el homenaje a Tip y Coll (ellos sí que eran grandes), que al menos fue
entrañable. Pero pasé más vergüenza ajena que diversion, especialmente cuando
desde el plató intentaron resucitar patéticamente el mítico gag de las
empanadillas de Móstoles de 1986.
Mi sobrino Gonzalo, de 12 años, vio el programa conmigo
y me preguntó que de qué coño hablaban esos dos. En fin.
Raphael: 50 años después. No tengáis la menor duda:
también era un programa de humor. A pesar de lo inquietante del título
(¿¿¿lleva Raphael 50 especiales de
Nochebuena??? No, sólo lleva 4, pero ¿a que parecen 50?), el programa celebraba
las bodas de oro de Raphael consigo mismo en el
escenario. Comenzó cantando el Cantares de Serrat, pero con su estilo. Confirmado: Raphael es un humorista capaz de
llevar a su terreno, si se lo propone, el Satisfaction de los Rolling: “Eh, pero que I can’t get no… eh,
pero que Satisfactioooon!!!” En el especial de
humor de Raphael me despistaron Alaska, Enrique Bunbury y Miguel Bosé (que a veces me
despistan sin necesidad de Raphael), me despistó la versión
española de “Can’t
get my eyes out of you” (hay canciones que nunca se deberían traducir, ¿verdad Fermín Zabalegui?), me despistaron los clips
de sus películas que parecían sacados de Cine de barrio… Pero me devolvió a la
realidad la actuación de Manu-hel (el hijo de Rapha), el público coreando “¡ese Rapha, ese Rapha-el, oé!” y la performance delirante
con coreografía asombrosa de Escándalo. Sí: era un programa de coña.
José Mota: Es bello vivir. Y yo que tenía puestas
ciertas esperanzas en este programa… Resulta que a mí el dúo Cruz y Raya nunca me ha hecho gracia
alguna (miento, tienen algún gag de El señor de los anillos y algún otro de Spiderman que sí), así que cuando vi
el especial de José Mota en solitario en la
Nochevieja de hace un año (la de 2007, Ciudadano Kien, creo que se llamaba), me
quedé grata, gratísimamente sorprendido. Todavía recuerdo con una sonrisa un
sketch de la Duquesa
de Alba
y unos micrófonos, un cameo del propio Josema Yuste en un gag sobre los móviles,
una parodia inteligente de Los desayunos de TVE… Y de repente me encuentro
este año con una hora y media (réstense los anuncios) de gags forzados para que
tengan que ver con la crisis, el paro, las hipotecas, las subidas del euríbor
(que por cierto, en diciembre ha sido el más bajo de los últimos 2 años, se
conoce que esos sketches estaban grabados antes de octubre), etc. Pero aparte
de lo gracioso o no que pueda resultar acabar el año de la crisis con ese
pesimismo (a mí no me lo resulta), el problema principal de José Mota este año fue que o no estaba inspirado o
que se ha guardado el ingenio que demostró el año pasado para el programa que
va a empezar este año en TVE. Se ve que dicho ingenio no da para tanto, aunque
se agradece, eso sí, que vuelva sin su compañero Juan Muñoz. No por nada, es que como
juntos tampoco cuajaban…
![]() |
José Mota. A pesar de todo, es mejor verle en solitario que con Juan Muñoz, lo cual tampoco es un gran piropo |
En fin, que a mi juicio la parodia de ¡Qué bello es vivir! derrochó en
ambientación y se olvidó del guión, los números musicales subtitulados - por si
no entendemos el español - se me hacían eternos, el gag de la reportera al
estilo de REC (que
no era mala idea, en vez de zombies en la famosa casa había agentes bancarios)
se estiraba en el tiempo y en el espacio de una manera irritante, una
imitación de Zapatero en
la discoteca yo creía que era de Enrique
del Pozo (os lo juro), etcétera, etcétera. Lo del año
pasado fue un espejismo, creo. Josema, Millán… ¡cuánto os echo de menos!
El mensaje del Rey. En serio:
también es un miniespacio de humor. Yo creo que el Rey se imita a sí
mismo, pero si sólo hay que verle, si es que pone la misma voz que Manel Fuentes. Su mensje de este año me
pareció más cómico que otros, especialmente cuando habló de la crisis y
del tema del empleo y del paro… ¡qué jodío! Aunque mirándolo bien, este año su
familia también ha notado la crisis y el paro, y han tenido que pescindir de un
10% de la plantilla, mira a Marichalar, que se ha quedado tan
fuera del ambiente monárquico que hasta en el Museo de Cera de Madrid le han quitado de la Sala
Real y le han metido entre el público de una plaza de toros (en serio). Pero
cuando yo de verdad me troncho es cuando el Rey dice eso de “me llena de orgullo y
satisfacción”, “en estas fechas quiero acordarme de los que están fuera de
España”
y “quiero
enviar un saludo a lo soldados que ahora mismo están fuera del país”. Espero estos momentos
con ilusión y regocijo, como cuando te sabes el final de un chiste y le dices
al que está contigo: “verás, verás ahora lo que viene…”, como cuando repiten en TVE
lo de las benditas empanadillas (pero con imágenes de archivo, no vale la
versión “Josema y Flo”) o como cuando Chiquito de la Calzada decía por sorpresa “cobarde… fistro pecadorrr”. Y yo me meaba de la risa. Viva el Rey.
(P.D: ¿La reciente frase del
Papa “hace falta una ecología que salve a las
personas normales de la amenaza de los homosexuales, igual que hacen falta políticas
que protejan las selvas” es humor? No sé. Uno ya no sabe.)