martes, 4 de noviembre de 2008

Fórmula 1

En uno de los comentarios al anterior post, mi amigo Wolffo decía que nunca había visto ni a los Teletubbies ni una carrera de Fórmula 1. Entonces me di cuenta de que yo he estado enganchado a ambas cosas. Así que como la Fórmula 1 se ha terminado por este año, y también se han terminado sus retransmisiones en Tele 5 (el año que viene comienzan en La Sexta), me dispongo a hablaros de lo que ha significado para mí la Fórmula 1 en estos últimos años. Y como el blog vecino de Nico Abad el otro día habló de la película de Agustín Díaz Yanes, a mí ya no me da tanto apuro lanzarme a este mundo del deporte. Veréis qué pedazo de experto estoy hecho.
A mí la Fórmula 1 hace cinco años me importaba un pimiento morrón. Pero vamos, que no diferenciaba un motor Ferrrari de uno BMW (ahora tampoco lo hago, ni de lejos, o sea, que no distingo un motor Ferrari de un freno de mano Toyota). Pero hace 5 años, de golpe, me hice superfan de las carreras de coches. Y lo hice sólo por Fernando Alonso, que para mas inri me cae medio mal. Pero es que a mí con los deportes me entra un patriotismo que el resto del día olvido que llevo dentro, y ya ni os cuento con la Olimpiadas, en las que soy capaz de animar a gritos a un español sólo porque compite en tiro o en piragüismo K-3, si es que esto existe. 
Fernando Alonso cuando ganaba campeonatos vestido de azul, con su camisita y su canesú

- Claro, porque eres un patriota y un facha.

- Que no, que no soy facha ni patriota ni nada, si yo hice la objeción de conciencia cuando nadie sabía lo que era eso, y además yo creo que la banderita rojigualda es de todos los españoles.

- Pues si hiciste la objeción de conciencia cuando nadie sabía lo que era, es que eres un viejuno.

- Mira, mejor vamos a dejarlo.
El caso es que esto del psico-patriotismo deportivo con Fernando Alonso ya me había pasado con Induráin en los 90 (no he vuelto a ver un Tour completo desde el 96), con Crivillé en el 97 (ahora Pedrosa y Lorenzo no me enganchan, aunque de Lorenzo me hace gracia que hable de sí mismo en tercera persona del singular o en primera del plural), y con Nadal estos últimos años.
- Entonces a ti no te gusta el deporte, a ti lo que te gusta es sentirte ganador.
- Pero déjeme en paz ¿quién es usted?
Me gusta cómo ha retransmitido Tele 5 la Fórmula 1. Me hacían gracia los piques entre Antonio Lobato y Gonzalo “el borde”. Me gustaban los apuntes de Pedro de la Rosa. Me encantó ver en un bar de Majadahonda a Antonio Lobato, que en persona es igual que en la tele, si es que parecía que iba a avanzar hacia mí y ofrecerme la Visa Banesto. Por eso me asusté mucho cuando me dijeron que los de La Sexta habían comprado los derechos. Es que a mí me da mucho miedo Andrés Montes, y ya me imaginaba a Alonso pilotando y al otro gritándole cosas a Salinas.
Por eso me parece que la única solución que tenía La Sexta era fichar a Lobato y a todo su equipo. Yo de esto no me había enterado, me lo adelantó mi amigo Quique, que es un señor que sabe más que yo y que tú de todos los temas del mundo, es algo increíble, excepto a la hora de comprar lotería, que es un desastre y siempre tengo que echarle una mano.
Tampoco me había dado cuenta de que, aunque me gustan mucho los comentaristas de Tele 5, no se enteran de la misa la media. Esto me lo avisó el sábado mi cuñado Julio. El domingo pasado estuve muy atento para ver si, en efecto, se les pasaba algún detalle… pero no hizo falta tanta atención. En el momento crucial, cuando Hamilton cruzaba la meta, todos, pero todos los comentaristas, dieron como campeón a Felipe Massa. Y el campeón era Hamilton. Hosti, lo que tardaron en coscarse…
También me gusta Hamilton. Quiero decir, le tengo una manía que te mueres, pero me gusta que exista.
- Le tienes manía porque es negro.
- ¿Pero qué dices? Le tengo manía porque sí, también le tenía manía a Ralph Schumacher. Y a Bill Cosby no le tengo manía y también es negro.
- Ya, pero seguro que a Hamilton le tienes manía porque es negro.
Vosotros ni caso. Me gusta que exista Hamilton porque me parece un sobrado de la vida, y aunque ha quedado campeón del mundo, es muy divertido ver cuánto le cuesta todo. Y como este año Alonso no iba a ganar ni loco, pues yo me entretenía viendo que, con todo a huevo, Hamilton no consiguió ganar hasta la última curva. Veréis qué risa el año que viene. Si es que él y Felipe Massa parecen los hermanos ésos torpes de los Autos Locos…
En fin, que ya veremos si el año que viene se puede disfrutar de la Fórmual 1 en la tele igual de bien que estos últimos años. Aunque de todos modos, sé que cuando Alonso se retire yo no voy a ver más carreras.
- Claro, porque no tienes personalidad.
- Mira, eso sí que es verdad.