En el post anterior, hablábamos de algunas manifestaciones
culturales de los años 60, 70 y 80, mayormente canciones, que en su momento no
armaron ningún revuelo, pero que da la impresión de que hoy estarían prohibidas
o perseguidas. La tesis es: en ciertas
facetas de las libertades vamos hacia atrás.
Habíamos hablado de pederastia, malos tratos infantiles, homosexualidad
encubierta y machismo. Habíamos hablado de Almodóvar, de Teletubbies,
de Epi y Blas… por cierto, mi amigo Rául me sopla que por lo visto el
famoso monstruo de las galletas ahora come verduras, para evitar que salgan
niños obesos. ¿Veis? A esas cosas me refiero. Hay que joderse.
Vamos con algunos temas más:
TEMA PELIAGUDO 5: MALOS TRATOS O VIOLENCIA DE GÉNERO
Estoy convencido de que en
este tema las autoridades serían más intransigentes aún que con los que
planteábamos el otro día. Sencillamente, porque este gravísimo problema lo
tenemos en España ahora mismo, y que se sepa, no hay una epidemia de pederastia
ni nada parecido. Una de las canciones más famosas y celebradas de Loquillo (una canción
orgásmica, que diría mi amigo José Luis) se llama La mataré. Hoy habría
tenido serios problemas para su difusión, opino. Trata de una mujer tan
insensible que acaba desquiciando a Loquillo, que al final acaba diciendo
que quiere matarla. Nunca supe si lo hizo. En cualquier caso, yo no se lo
tendría muy en cuenta: en otras composiciones asegura que los gatos de su
callejón maullan a gritos una canción, y que tiene una amiga (Linda)
que se come la carne de los muertos. En fin, allá va una
apología de la violencia de género versión Loquillo: LOQUILLO:
LA MATARÉ (1987)
Pero esto no es nada. El
siguiente sketch de Martes
y Trece fue uno de los más celebrados de su especial de fin de
año de 1991 (aquí me puede estar bailando la fecha, pido disculpas si es así).
El gag presentaba a la doctora Elena
Ochoa hablando con una mujer maltratada. La frase principal
del gag fue recitada durante mucho tiempo por las calles con ese tonillo que
utilizaba Millán: “mi marido me
peggga”. Y nos moríamos de risa. No nos reíamos de las mujeres
maltratadas, por supuesto que no. Nos reíamos de la gracia que tenían Millán y Josema, que fueron
los más grandes durante cerca de 5 años. Como tampoco nos reíamos de Encarna Sánchez: nos reíamos
del absurdo tema de las empanadillas. Porque así era el humor de Martes y Trece. Quien de
verdad piense que este sketch se podría emitir hoy en TVE, vive en otro mundo.
Y por favor, que me diga en cuál, porque yo también quiero vivir allí.
TEMAS PELIAGUDOS 6, 7, 8, y 9: OBÚS (UN
CASO APARTE)
En 1984 el grupo de heavy
metal Obús
sacaba un disco que se llamó “El
que más“. Si lo hubiera sacado hoy, sus miembros estarían
directamente en la cárcel. En él hacían apología de la cocaína, el alcohol, la
delincuencia, el machismo y algunas cosas más. Una joya de disco, que cada vez
que escucho no puedo evitar acompañar con una permanente sonrisa y varias
carcajadas. Igual que me pasaba en 1984. Vamos con él:
- “La raya”. Sí: el título se
refiere a la raya de cocaína, no creáis que lo disimulan lo más
mínimo. La canción cuenta que las rayas molan mucho en general (los
barrotes de una prisión, las rayas de la carretera), pero que
concretamente “te olvides de mí, no me
cuentes batallas, que te olvides de mí cuando pillo una raya… yo me la
paso por la punta de la nariz”. Blanco y en botella…
coca. OBÚS: LA RAYA (1984)
- “Vamos muy bien”. Fue el himno de las
cogorzas de los 80: “calimocho, whisky,
birra, pipermín… vamos muy bien, borrachos como cubas, ¿y qué? aún nos
mantenemos en pie, y ya no pararemos… hasta no poder ver”. Hoy las
asociaciones de padres de niños perjudicados por el botellón pondrían el
grito en el cielo y el tema llegaría al Parlamento. Pero en los 80
cantábamos esto con un pedo de órdago, al día siguiente te levantabas con
resasca y no pasaba nada. O sea, igual que sucede hoy, sólo que sin
un grupo de rock al que emular (aquí emular = bajarse sus canciones del
emule). OBÚS: VAMOS MUY BIEN (1984)
- “El que más”. Es la historia de un
mangui. Obús lo elogia, y dice de él que es “el que más… levantando un coche, pasándote
costo, tirando de un bolso, burlando a la poli…” . Hoy la canción
sería denunciada por incitar a la juventud a la delincuencia. Digo
yo. OBÚS: EL QUE MÁS (1984)
- “Da igual”. Siempre me imagino a
los chicos de Obús descojonádose mientras componían esta canción. El
cantante nos confiesa que está tan salido que le daría igual tirarse a una
tía fea porque, total, va a ser un minuto. “No me importa si es un callo, qué mas da … da
igual, sólo un minuto será”. No quiero pensar en la reacción que
tendrían las feministas de hoy, o las políticas y políticos en el
poder y en la oposición, en defensa de la dignidad de la mujer.
En los 80 no pasó nada. Y lo siento, pero yo me parto cada vez que oigo
esta canción, igual que mi cuñado Julio. Y que mi novia, no os creaís
que de esto sólo nos reímos los tíos. Allá va: OBÚS: DA IGUAL (1984)
Yo, siendo muy joven, me
compré este disco de Obús. Y os aseguro que en los años siguientes no me
emborraché miles de veces, ni me dediqué a tomar drogas, ni robé coches, ni
recurrí al sexo con gente que no me atrayera. Maldita sea, releo esta última
frase y compruebo que sí que hice tres de estas cuatro cosas. Bueno, no
importa, en cualquier caso no creo que las hiciera por culpa de (o gracias
a) Obús.
Pero es que tampoco he
incrustado a mis sobrinos en la pared, ni me gustan los niños (sexualmente,
digo), ni quiero matar a mis ex-novias (no conozco a las de Loquillo), y el
otro día planché yo en casa (fatal, eso sí). No sé… ¿no creéis de verdad
que en estas cosas de las prohibiciones vamos un poco hacia atrás?