Lo más lamentable que
te puede suceder cuando vuelves de un festival de cine es que todo el mundo te
pregunte: “¿qué tal, qué películas has visto?”, y tú les tengas que responder:
“ninguna”. ¿Y eso por qué?, os preguntaréis con vuestras aterciopeladas
vocecillas. Pues porque tal y como os comentaba antes de irme, la mía se
trataba de una fugaz visita de trabajo. O sea, había que acudir a un acto,
cubrirlo informativamente (más o menos) y luego asisitir a una fiesta
supersocial. Así que imagino que os estaréis preguntando en qué se le ha ido el
fin de semana a vuestro bloguero favorito. Pues bien: preguntádselo a él,
quienquiera que sea. Yo solamente os puedo contar lo que me sucedió a mí,
que es resumible en 10 puntos, algunos ligeramente surrealistas.
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Soso ambiente matinal en el Hotel Meliá, sede del Festival de Sitges |
- Acudir a la
presentación de Teaserland, el festival
de tráilers falsos cuyo premio principal otorga CANAL+. Ya que estaba
allí, saludo a Jaume
Figueras, Jaume
Balagueró,
Juan Cruz y Juan Antonio Bayona
(los Jaumes son miembros del Jurado, y los Juanes son directores
invitados). Y por supuesto a Jorge
Ortiz, que representaba a CANAL+ y que además es mi jefe
(a pesar de lo cual me cae bien) (aquí como veréis he aprovechado para
hacerle la pelota a mi jefe, aunque él sabe que es verdad) (sabe que es
verdad que me cae bien, no que le estoy haciendo la pelota).
- Hacer un reportaje de
televisión, o dos, o tres (no sé cuántos fueron) con Cristina Teva, mi
presentadora favorita si excluimos a la tristemente desaparecida María Luisa Seco.
- No poder corresponder a
la invitación del director de cine Paco Cabezas para ver la película de la
que es guionista: Sexykiller. Ya la
veremos en Madrid, queridos Paco y Patri ¿vale?
- Acudir a Pachá a la
fiesta de la película Santos, a la
que nos invitaban. Bueno, eso pensábamos al principio, porque a lo que
realmente nos invitaron fue a pagar todas las copas que nos tomamos. Edu Mangada (que es
uno de los mejores directores de fotografía que he conocido en televisión)
todavía sigue sin entender esa clase de invitación.
- Conocer en la fiesta a
un tal Mateo que nos pidió que le invitáramos a un ron con
coca-cola. A esas alturas de la fiesta llevábamos ya tantas copas
pagadas que le dimos esquinazo y decidimos que mejor le invitara su
abuela. Más tarde descubrimos que el tal Mateo era Mateo Gil, el
director de cine y guionista de Amenábar. Es
que con la barba no le reconocimos (aquí tuvo bastante culpa alguno de mis
acompañantes, porque todo el mundo sabe que yo no veo tres en un burro y
que sin gafas puedo confundir a Mateo
Gil con Elsa
Pataky).
- Que también pasó por
allí. Elsa
Pataky, digo. Que ni me saludó ni nada, a pesar de que
la he entrevistado un par de veces. El que sí me saludó fue Leonardo Sbaraglia.
Leonardo es un cielo, pero yo hubiera preferido que pasara de mí y que me
saludara la Pataky. A la próxima fiesta, por si acaso, voy a
presentarme con frac, sombrero de copa y un tractor, a ver si así llamo su
atención.
- Encontrarme en la
fiesta con el anteriormente citado Paco
Cabezas. Paco me cuenta que (por fin) va a estrenar Aparecidos y que va a rodar Carne de neón, basada en un cortometraje
suyo que es de los mejores que he visto en los últimos años.
- Tomarme otra copa con Elena Vázquez, de
FOX. Con Elena empiezo a hablar de proyectos y colaboraciones futuras.
Espero que me las vuelva a contar un día que esté más sobrio, aunque creo
recordar que lo que hablamos tenía muy buena pinta.
- Conocer a Ángel Sala, el
director del festival, que llegó a abandonar un set en el que iba a
ser entrevistado para venirse conmigo a tomar un café. Bueno, tal vez
tuviera algo que ver que conmigo viniera también Cristina Teva. No
sé.
- Volver a Madrid en el AVE.