Esta semana llega por
fin “La voz dormida”,
la película española que faltaba por estrenarse del trío que optó a
representarnos en los Oscar. La otra película “de la guerra civil” que competía
y que salió perjudicada del duelo con “Pa
negre” y “La piel que habito”. Qué cosas: la voz, el pa y la
piel, era el año de los monosílabos…
Por estas alegrías que
me da de vez en cuando mi trabajo (bueno, esto es mentira, cada día me da por
lo menos una), coincidí la pasada semana tomando un cafetito con Benito Zambrano y María León,
director y protagonista de la película. Venían a Tentaciones,
el programa que dirijo en CANAL+ con una pericia rara vez vista desde los
tiempos de Prim, y estuve con ellos un ratillo en la salita de espera, como si
fuéramos a sacarnos unas muelas.
De la película os voy a
contar poco, porque hoy prefiero hablar de lo que me contaron ellos. Puedo
decir que es una película de factura impecable, bien hecha, bien rodada, no
vamos ahora a descubrir a Benito
Zambrano, que con sólo tres películas y una serie se ha hecho u
nombre en nuestro cine, aunque tarde seis años entre título y título, como si fuera el Terrence Malick español,
como le dijimos luego en el programa. También puedo decir que si bien “no es
otra película de la guerra civil”, en parte sí lo es. No sé dónde leí que sólo
una de cada 106 películas españolas tocan el tema de la guerra, lo que sucede
es que se suelen cuidar más y de ellas siempre oímos hablar, mientras que de las
muchas películas que se hacen sobre las tradiciones folklóricas vascas,
catalanas o andaluzas (hay unas cuantas al año, creedme, y algunas buenas), ni
siquiera nos enteramos.
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María León y sus ojos, que interpretan a "Pepita". |
Puede reprochársele a la
película que cuenta una historia que recuerda a episodios de “Las 13 rosas”, de “Silencio roto”, de
“Los girasoles ciegos”… Pero no se le puede negar que está
hecha con el alma, con unas magníficas interpretaciones (María León ya es Concha
de Plata, supongo que será Goya revelación e Inma Cuesta la acompañará en esta última
nominación, también supongo.
Y el resto ya estaba en
la novela de Dulce Chacón:
la cárcel de mujeres, la hermana detenida y la que va a visitarla y acaba
cumpliendo una misión, los maquis, las torturas, los buenos buenos y los malos
malos…
Le leí hace poco al gran Juan Zavala un tweet
acerca de lo mucho que se tarda en hacer una película y lo poco que se tarda en
destrozarla con una mala crítica. Benito está dolido con la crítica. Los
principales medios escritos han hablado de “cartón
piedra”, “ausencia de ideas” “lugares comunes”, “manipulación”, “teatralidad en
el peor sentido”… Es verdad que Carlos Boyero parece últimamente poseído
por el espíritu de El Grinch, pero estas críticas no son justas. Las lágrimas
que vi en el pase de prensa no eran de cartón piedra, y las críticas que se le
pueden hacer a “La voz
dormida” creo que se reducen a lo dicho hace dos párrafos.
Hacerla pasar por una mala película, me parece definitivamente injusto.
Hablaba con Benito sobre
lo fácil que es hundir una película. Decía él que no lee las críticas, pero que
cuando le pasan una por algún motivo sí lo hace. Y que le gustaría que fueran
buenas, pero que realmente lo que le importa es la reacción del público. Y
esto, que parece un tópico que dicen todos los directores, es absolutamente
real, preguntadle a Santiago
Segura se está triste porque los millonazos que hizo Torrente 4 fueran
maltratados por la crítica. Pero lo del cartón piedra…eso le dolió.
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María en “La voz dormida”. |
En cambio, cuando
la película se presentó en San Sebastián, a Benito le emocionaron tanto la
asistencia del público, las colas, las entradas agotadas, que la gente esperara
fuera para dedicarle un aplauso… por no hablar de la Concha para María León.
Sobre el tema de guerra
como tópico del cine español también charlamos. Bueno, él matiza: de la
posguerra. Porque son muchos los años que transcurren entre el alzamiento y la
democracia, muchas historias que contar. Se quedó con ese dato de que sólo una
de cada 106 películas tocan ese tema…
Y apurando estábamos
nuestro café, él solo (el café) y yo con leche porque a esas horas suelo llevar
unos siete, cuando aparece María
León. Viene de la radio, y también necesita un café solo aunque
aparece como un torbellino tal que más bien dan ganas de darle una tilita.
María es un encanto. La recibo casi con una reverencia, una Concha en su primer
papel… Pero María es toda humildad y simpatía. Reconoce que se parece a su
hermano Paco León (como para no reconocerlo), y dice que no está acostumbrada
ella a verse en la tele. De hecho, confiesa que le hizo una gran ilusión que la
llamaran para participar en uno de los pocos programas de televisión que ve ¡el
nuestro! (qué honor). Y saluda a toda persona que la mira por el pasillo: sea
del programa, de seguridad, un transeúnte cebón… María está viviendo un sueño,
y te pone muy fácil formar parte de él.
La voz dormida se estrena en toda España el viernes 21 de
octubre.