domingo, 16 de octubre de 2011

“Contagio” y otras películas con virus

Aviso a la población: leer este post puede provocar que tu ordenador, Iphone, Ipad, Imonedero o I-diota contraiga un virus letal que borre toda la información de tu disco duro, te copie los contactos de tu agenda y se zumbe a tu pareja. Espero que tengas un buen antivirus como el mío, que sigo con el que venía con el software del Commodore 64, pues es infalible.
Porque hoy vamos a hablar de películas con virus. La excusa: que se estrena una de las mejores que se han hecho sobre el socorrido tema de las pandemias: Contagion. Yo al principio creía que era “contagión”, o sea, un contagio pero a lo bestia, pero resulta que no, que es en inglés que en español se dice Contagio y que la ha dirigido Steven Soderbergh. ¿Cuál es la novedad que aporta Soderbergh al tema este tan repetitivo de los contagios? Pues que lo cuenta como un verdadero thriller, casi casi policíaco, que pasa de efectos especiales, de ataques truculentos, de sangres y cosas… nos mete el pánico en el cuerpo a base de cine. Y además, cuenta con un reparto excepcional que es una pena que se contagie, como Matt Damon, Kate Winslet, Gwyneth Paltrow, Marion Cotillard, Jude Law, Laurence Fishburne… No quiero con esto decir que me alegraría si se contagiaran Eddie Murphy, Leticia Sabater, Steve Martin, Liberto Rabal, Jim Carrey y Los hermanos Calatrava. Quiero decir lo que he dicho.
Jude Law en “Contagio”.
El caso es que se puede ir al cine a verla. Merece la pena pasar este buen-mal rato. Y sobre todo, se puede ir porque supongo que los amantes del cine deberíamos estar ya inmunizados. Y deberíamos estarlo gracias a:
La amenaza de Andrómeda (1971). Robert Wise, el director de “Sonrisas y lágrimas” nos tenía acostumbrados a sus cambios de género, y nos inmunizó gracias a dos supervivientes, un niño y un vejete, que salvaron la vida después de la colisión de un satélite artificial que propagó en Nuevo Méjico un virus más malo que un  dolor.
Epidemic (1987). Antes de que Lars von Trier se volviera medio loco y se proclamara el mejor director vivo del mundo (sic), interpretó personalmente un guión sobre una epidemia que se expande por el planeta, casualmente mientras un guionista escribe un guión sobre una epidemia que se expande por el mundo. Muy espiralista, todo.
Estallido (1995). Aquí el que nos inmuniza es Wolfgang Petersen, en plena resaca del ébola. De hecho, nos presenta al ejército de EE.UU., muy en su línea, arrasando una aldea de África para silenciar la existencia del virus. Pero un monete infectado se cuela en el barco de vuelta, como Di Caprio en el Titanic, pero en vez de cepillarse a Kate Winslet empieza a cepillarse a media población americana, entre los que se intentan salvar Dustin Hoffman, Rene Russo, Morgan Freeman, Kevin Spacey, Cuba Gooding Jr., Donald Sutherland,  Patrick Dempsey, y otros actores de rimbombante renombre.
Virus (John Bruno, 1999), cuyo nombre no podía ser más explícito, nos cuenta el periplo de un virus que vuelve a viajar en barco, pero esta vez en un barco de rusos, que parece que son como más malos. Volvía a estar de por medio Donald Sutherland, que es muy de hacer películas de virus, Jamie Lee Curtis, que ya empezaba a tener que soportar otro virus, el del descacharrante y extendido rumor de que es hermafrodita, y William Baldwin. Qué pereza.
Exterminio (1999) repite los tópicos del virus que llega en un extraño cometa, que provoca una plaga y que comienza a causar bajas en la población. Y también se acoge al grupo de supervivientes (en este caso eran cazadores de recompensas) que se libran del caos e intentan imponer un orden.
28 días después y 28 semanas después, de Danny Boyle y Juan Carlos Fresnadillo, no nos hablan de zombis, como mucha gente cree, sino de infectados. Un virus propagado tras el ataque de unos ecologistas a un laboratorio lleno de monos (otra vez los monos) deja Londres más vacío que el hotel de El resplandor. Y el que coge el virus, se convierte en un aparente zombi caníbal, al que le gusta más un tartar de carne humana que a un tonto un lapicero. Y ¡ay de ti, como te toque una gota de su sangre!
Rec (2007). Un Jaume Balagueró pre “Mientras duermes” y un Paco Plaza pre “Rec 2 y Rec 3 constataron que el virus español, cuando besa, es que besa de verdad. La enfermedad que se impone en ese edificio en el que Manuela Velasco decide hacer un “España directo”, es realmente terrible, también crea pseudozombis que te muerden en cuanto te pones un poco farruco. En la 2 se les fue un poquito más la olla, pero la 1 es estupenda.
El origen del planeta de los simios (2011) no es exactamente una película de virus, pero como también hay monetes y su desarrollo también empieza por la propagación no de una enfermedad, pero sí de una sustancia, y acaba provocando el caos internacional y la derrota de la raza humana, pues la he metido aquí.
Y luego están las películas apocalípticas post-virus, como “12 monos” de Terry Gilliam (es que los monos dan mucho juego) o “Hijos de los hombres”, de Alfonso Cuarón, también en un mundo apocalíptico en el que las mujeres han perdido la capacidad de procrear…

Pero a estas alturas del post, ya deberíamos estar todos muertos…