viernes, 22 de octubre de 2010

Por fin, más de un buen estreno para el fin de semana

Quiero decir con este pomposo título que este fin de semana llega una cosecha de estrenos bastante interesante, y que hace unas cuantas semanas que esto no sucedía. Todos los viernes por la mañana, en un programa de radio, me preguntan qué es lo que no hay que perderse en el cine, y casi siempre me cuesta decir más de un título. Unas veces me cuesta porque es muy temprano, no me he tomado aún el café y estoy medio dormido. Pero otras veces me cuesta porque no veo en la cartelera nada realmente bueno o que merezca la pena que uno se gaste los cientos de euros que cuesta ir al cine con tu pareja, los niños, las palomitas para que pasen los niños y la coca-cola para que pasen las palomitas.
Pero esta semana hay varios títulos que no es que te mueras si te los pierdes, porque eso no pasa nunca, sino que merece la pena el esfuerzo de ir al cine. Por ejemplo…
Déjame entrar, una película que rompe dos tópicos: un remake no puede ser bueno y los americanos no pueden igualar a los europeos. Déjame entrar es la versión estadounidense de la película homónima sueca (homónimas en castellano, en inglés y en sueco no son nada homónimas). Y la sueca era realmente excelente, se estrenó hace un año y medio y de ella os hablé en este blog, y especialmente de mi decepcionante entrevista con su director, Tomas Alfredson. La nueva versión hace bien en una cosa: se limita a seguir las premisas de la original, sólo que en vez de ver las nieves de Estocolmo, ves Nuevo México. Más bien parece que han hecho el remake para que los americanos vean la historia, porque en EE.UU. no llevas a la gente a ver una película sueca subtitulada ni a hostias. Eso sí, en la original hay un papel maravilloso que te planteaba podía una duda interesantísima… Ahora, todos los misterios de ese papel (el de Richard Jenkins) quedan claros, claros, claros. Un amigo mío decía que la versión estadounidense de Abre los ojos (Vanilla Sky) duraba media hora más porque es el tiempo que se necesita para explicársela a los americanos. Con el papel del maravilloso Richard Jenkins sucede algo así.
"Let me in", o sea, "Déjame entrar" en americano, en sueco se decía "Let the right one in".
Ga’Hoole, la leyenda de los guardianes, que es un título que yo no sé decir bien. El pasado sábado me invitaron a un pase matinal de la película, y yo tenía esperanzas de que la viera mi amigo Luis y me diera una opinión autorizada, y que escribiera eeste post por mí y yo así descansar plácidamente. Pero al final no pudo ir, así que no he podido explotarle, aunque ahora que lo pienso mi amigo Luis tiene 9 años e igual no es legal que se ponga a escribir aquí. Pues bien: el caso es que Ga’Hoole es una nueva exhibición de ese mago de la imagen que se llama Zack Snyder (300, Watchmen), que se ha dedicado a adaptar unos best sellers muy vendidos en EE.UU. pero que aquí no conoce ni la Blasa. La película es de animación y es en 3D de la buena, o al menos eso me dicen, porque los asiduos de este blog ya saben que a mí en un cine da lo mismo cascarme las gafotas de 3D que una de éstas de coña con nariz y bigote. La historia para los mayores no suena apasionante, lo sé, trata de un búho que intenta salvar a su comunidad de las fuerzas del mal. Pero reconoced que eso de que un enano de pies peludos salga a buscar un anillo tampoco sonaba a que fuera a ser la repanocha. El espectáculo es digno de ser visto, en serio. Pero si lleváis con vosotros a un sobrino, un hijo o un señor pequeñito y afable, lo vais a disfrutar más.
"Ga'Hoole, la leyenda de los guardianes". Una crítica de EE.UU. la ha definido como "El señor de los anillos se encuentra con Happy feet". Brillante.
Héroes es la cuota semanal de cine español. No es la mejor película de la historia, pero es agradable de ver, es la típica película que los blanditos decimos que es “mona”. Si fuera más duro tal vez diría que es una mariconada, pero no es el caso, dadme tiempo. En el último Festival de Málaga ganó el Premio del Público, porque Héroes es una película muy del público, con una pandilla de niños como protagonistas, con cosas de Verano azul, toques de nostalgia tipo Los chicos del coro, arreones de solidaridad a lo Cuenta conmigo y gags de humor y drama tipo Barrio. Y también buenos actores como Alex Brendemühl, Emma Suárez, Lluis Homar o Eva Santolaia.

Pero como os digo una cosa, también os digo la otra, y esta semana os recomiendo que no os dejéis deslumbrar mucho por el reparto de Stone: Robert DeNiro, Milla Jovovich y Edward Norton. No sé cuánto tiempo hace que DeNiro no hace una buena película. Bueno, como no me apetece mirar la IMDB, porque recordad que esto es un blog y los bloggers somos vagos y no contrastamos las informaciones, matizo mi frase y por si acaso ha hecho alguna buena últimamente voy a decir que no sé cuánto tiempo hace que DeNiro no enlaza dos buenas películas seguidas. Y digo lo mismo de Edward Norton, me parece un actor cojonudo, pero lo mejor que le he visto recientemente es un breve papel en Modern family en el que hacía del miembro menos famoso de Spandau Ballet. Stone no tiene lógica, vuelve a abundar en el personaje de un policía maduro y de pasado turbio que encarna DeNiro (¿cuántos lleva así?), Norton hace de un presidiario que quiere salir del trullo (también me suena, ¿no?), y Milla Jovovich se limita a estar buena. La idea de la película no está mal, pero yo me metería antes en la de los búhos.