Hace unas semanas, Toni Flix, un tipo
encantador que tiene una agencia de comunicación que se llama como él, porque Toni Flix tiene directamente
nombre de agencia de comunicación, me invitó a ver en el Cine Capitol siete
cortometrajes pertenecientes a una iniciativa del Gobierno de Canarias llamada Canarias en corto. No
recuerdo qué otro compromiso tenía ese día, pero no pude ir. Pero como Toni me
cae muy bien, me gusta ver cortos, suelo ir a estas cosas y él lo sabe,
pues me envió un DVD con los siete cortos canarios.
El mayor problema de los
cortos es que la gente no sabe dónde verlos. En la tele sólo aparecen en TVE (Versión española) y en CANAL+
(El tamaño no importa
y repartidos en la programación). Luego, en el canal de TVE Cultural.es, aparece de
repente un programa que se llama Somos
cortos (que dan ganas de decirles: “corta lo será tu puta madre”).
Y luego, en Plus TV hay una
ventana a los cortos, y hay webs de cortos, y tú puedes ponerte a buscar cortos
en Youtube,
o en Notodofilmfest, pero
es como hacerse una paja buscando una aguja (o algo así, no soy bueno con los
refranes).
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"Física II", de Daniel Sánchez Arévalo. |
Así que este tipo de
iniciativas me parecen cojonudas. Eso de que el cortometraje es el futuro del
cine español no es una perogrullada, es una verdad como una casa. Como una casa
grande, no como la mía, y mucho menos como la mía anterior e interior, que
tenía humedades y era un poco chiquinina. Es verdad que cuesta encontrar un
buen corto, porque con las cámaras digitales lo de rodar se ha democratizado, y
ahora casi cualquiera puede hacer un corto malo, pero también es verdad que
algunos directores españoles han contado sus mejores historias en el formato
corto. Opiniones hay para todos los gustos, pero para el mío, Álvaro Fernández Armero
aún no ha superado su corto El
columpio, Javier
Fesser tardó años en superar El
secdleto de la tlompeta, Fresnadillo
tocó el cielo con Esposados,
las películas de Daniel
Sánchez Arévalo no andan lejos de Física II o Exprés, no creo que Patricia Ferreira consiga
en breve igualar El secreto
mejor guardado, lo mejor que ha hecho David Serrano es sin duda
El último golpe, y
veremos si Eduardo Chapero
Jackson consigue superar Alumbramiento
con su primer largo. El corto es el futuro del cine, pero muchas
veces es también el mejor pasado.
En los siete cortometrajes de
Canarias en corto no me parece vislumbrar ninguna historia de esas que te hace
decir: “Dios, estos tíos van a triunfar de calle”, pero sí que veo algunas
ideas muy interesantes. De todos modos, ya conocéis mi buen ojo y mi asombrosa
habilidad para apostar por las películas que luego pierden en los Oscar, Goyas
y otros premios populares. Y sobre todo, me gusta la idea la de la iniciativa:
promocionar a los realizadores que se lo curran en Canarias, de donde luego han
salido películas y directores como Hierro,
Mararía, La isla interior, Fresnadillo, Sabroso y Ayaso, José Vélez…
Me gusta especialmente En el insomnio, de José Ángel Alayón. Es un
corto de animación de 5 minutos dibujado a una especie de carboncillo, en el
que un tipo no puede dormir y toma ciertas medidas, la última de ellas muy
drástica. Todo esto lo narra una voz aséptica, que es como la que se me mete en
la cabeza a recordarme cosas cuando, cada noche, el que no puede dormir soy yo. En el insomnio ganó el
premio al Mejor cortometraje en el último Festival de Las Palmas, un certamen
al que hace dos años que no voy y al que tengo que volver, porque tengo unos
recuerdos maravillosos.
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"En el insomnio", de José Ángel Alayón. |
Palabras, de Emilio Alonso, tiene
buenas intenciones. Una periodista en ciernes comparte cama y noche con su
pareja, que quiere irse a vivir a Canarias con su hermano, que es Willy Toledo, que termina
haciendo unas declaraciones a la tele en las que no habla, gracias a Dios, de
Cuba. Lo peor del corto: que empieza igual que Rec, con una entradilla de la chica que repite
hasta que le sale bien. Lo mejor de Rec
era la naturalidad de Manuela
Velasco, nunca me creí tanto a una reportera en el cine. En Palabras, ese rato de
televisión falsa hace bajar enteros a la historia.
Belanglos, de David Pantaleón, me pone
nervioso porque me lío al decir el nombre, es como cuando quiero decir Carlingas y no me sale. Si
pretendo ser honesto, no debo hablar de Belanglos,
porque está en alemán y yo en alemán sólo sé decir “Soy el cazador de pájaros, sí”, por una ópera
de Mozart.
Intuyo que trata sobre la monotonía y la rutina, pero no es justo que critique
el corto. Igual lo que dicen es maravilloso o igual se están defecando en mis
tías y yo mirándoles con una sonrisa intelectual.
Peliculeros, de José Lobillo, me ha parecido
un homenaje (o algo más) a Rebobine
por favor, de Michel
Gondry. El argumento no tiene que ver, pero el protagonista y
su entorno sí: se trata de conseguir algo (el corazón de una chica que se llama
Rebeca, como la de Hitchcock, a mí me
enamoraría más una chica que se llamara Sospecha)
a través de la cinefilia más friki.
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El cartelillo de "Peliculeros". |
Como siempre, de Jairo López, nos cuenta
una historia que yo creo haber visto ya… una fiesta de fin de año en la que los
destinos y los amoríos de una pareja (y de un amigo) se vuelven a cruzar. A
cruzar en el sentido de encontrarse, no de copular. Y algo parecido me sucede
con Anniversary,
de Nayra & Javier Sanz,
que se llama así en inglés porque el corto está en inglés. Me gusta bastante
más la propuesta (que ha recibido sus premios y todo), con ese matrimonio que
celebra cada año su anniversary para celebrar su felicity que en realidad es
una brutal monotony. Y me gusta la fuerza de ese plano final en el que ella
cena con un televisor en el que aparece él (no os cuento por qué, aunque la
verdad es que a poco que penséis lo deducís, a no ser que tengáis hoy el día
gilipichis). Pero me pasa lo mismo que con Como
siempre, ¿no me han contado algo parecido ya en otros cortos?
¿incluso en este DVD? No sé, si conseguís verlas, juzgad vosotros mismos…
El séptimo corto se llama El extraño. A ver,
dura 1:52 y no es un corto, es una imagen: un pastor con sus perricos llevando
a un rebaño de cabras que se detiene asombrosamente ante la cámara, que supongo
que es el extraño de la historia. Me gusta el plano secuencia, os lo juro, es
superpotente, tiene la fuerza de las imágenes largas de Rosales, Reygadas, o el polémico
ganador del último Cannes Apichatpong,
que me encanta a mí el nombre de este tipo. Pero con un solo plano yo no puedo
intuir si detrás de ahí hay un buen cineasta, por dos motivos:
1) Porque es muy breve y
no hay historia.
2) Porque como diría mi querido David Broncano, yo no intuyo una puta mierda.
Releo mi post para ver si he puesto “vaca” con
hache, y me da la impresión de que he sido un poco durillo con estos cortos. ¿O
no? No sé, a ver, yo no soy crítico de cine, yo no soy capaz de escribir un
corto (mira que me lo han pedido veces, y me lo siguen pidiendo), y me parece
que el simple hecho de coger una cámara para contar una historia se merece un
aplauso y una cañita. Luego llegan a lameta muy pocos, porque somos muchos y
parió la abuela (ya os he dicho que no soy bueno con los refranes). Y sobre
todo, mi intención de hoy no era decir que qué guay son todos los cortos, sino
sencillamente que existen, que están ahí, que se les puede ver y que a lo mejor
alguna de estas historias os gusta y alguno de sus autores llega a hacer un
largo que tenga éxito.
Lo que me parece mal es que
estos cortos no puedan verse más fácilmente. Yo, que soy un desastre buscando
en Internet, apenas los he podido encontrar. Y creo que los cortos deben
hacerse para ser vistos, no para esconderlos y que no puedan piratearse. Si
encontráis alguno, me lo contáis y lo colgamos.
Lo que sí me parece excelente
es la iniciativa de Canarias
en corto. Y el vino de Tacoronte- Acentejo.