Hacía mucho que no titulaba un
post con una frase tan patética (sólo recuerdo algo parecido en una entrada que
se llamaba “Festival de Eurovisión 3” ),
pero es que esta afirmación con la que encabezo mi diatriba de hoy es una
realidad, una gran realidad, una cruda realidad. La pasada semana no fui
consciente de la tragedia porque me invitaron a ver un concierto de Cosmonauta (ojo a
este grupo, en breve va a dar que hablar, espero que bien) y me mantuvieron muy
entretenido. Pero ayer… ay, ayer… ayer después del palizón de España a Honduras
puse TVE1… y no había Pelotas.
Si quería más pelotas, tendría que ver el postpartido de España (aunque J.J. Santos lo llamó
“previo”).
Llevo dos años acostumbrado a
ver los lunes en la Primera la serie de José
Corbacho y Juan
Cruz. La han retirado por baja audiencia, una audiencia baja
que no se merecía. Tal vez se equivocaron al elegir el título, tal vez la gente
sigue esperando otra cosa de Corbacho,
tal vez a Ángel de Andrés
López le
pese todavía el papel de Manos
a la obra… No sé por qué habrá sido, pero en España esta serie no
se ha visto. La gente que empezaba a verla sí que se enganchaba, pero hubo
demasiado público que ni siquiera lo intentó. Me lo dijo hace unos meses María Botto: “pero si no la ve nadie”. Y
yo: “que sí, mujer, que está
fenomenal, seta serie va a durar mucho”. Y ella: “ay, gracias”. Pero no la
convencí, y con razón, porque ya veis que ojo tengo yo, que me gustaba El Comisario.
![]() |
El equipo de “Pelotas” que se ha caído con todo el equipo. |
Unos días antes de la emisión
del último capítulo, David
Trueba escribió una columna en la que describía Pelotas de una manera
difícilmente mejorable. Yo considero a David
Trueba como un tipo muy inteligente, seguramente porque piensa
como yo y yo me considero a mí mismo como una de las cinco personas con gafas
más clarividentes de Europa. Y contaba David
que Pelotas era
buena porque era realista. Ahí radica su magia. Los personajes de la serie son
reales, normales, corrientes. Sus problemas son las hipotecas, las dificultades
para tener un niño, lo complicado que es convivir con alguien de distinto sexo,
lo mal que se pasa cuando crees que eres feliz con tu pareja y de repente se te
cruza otra persona, lo malos padres que somos los padres comparados con las
madres… Hay una pareja de Pelotas
(el Richi y la Vane) que resumen en clave
choni todas las cosas que suceden habitualmente en una pareja normal. Sin
llantos, sin dramas, sin ñoñerías, sin afectados “te quiero” cada cinco
minutos… Y Corbacho
y Cruz se
llevan esta normalidad al terreno de la comedia de una manera magistral. Y
luego se han inventado personajes que en cuanto hablan te hacen reír de lo
puramente normales y reconocibles que son (Flo,
Mejuto). En series
como El internado
nadie te hace reír. En Falcon
Crest nadie gastaba ni una puta broma. Y en mi vida diaria, no se
en las vuestras, me encuentro con muchas personas con las que me río, bastantes
más que con las que no.
Corbacho lanzó un mensaje
de despedida en su Twitter tras el último capítulo de Pelotas: “Perro y melancólico… Ya es oficial por
parte de TVE: Pelotas llega hoy a su fin. Fue bonito mientras duró. Muy
bonito!”. No les han dejado terminar la serie ni con un final
improvisado. Terminó de golpe, dejando todo en el aire. Pelotas nos ha dejado a sus
seguidores en pelotas.
No soy fan de todo lo que
hacen Corbacho
y Cruz.
Pero si cuento las cosas que he visto de ellos dos juntos, tendría que decir
que me han convencido en el 75% de sus creaciones. Pelotas es una de ellas, creo que he sido
clarito, hijos. Otra es un teaser falso que hicieron para Teaserland y que se
llamaba My
best friend’s cock. Vale, ya sé que es cortísimo, pero a mí me hizo
gracia, qué pasa. En cambio, no me gustó en absoluto Cobardes, su segunda
película. Se metieron en un drama social con moralinas y niños, con Lluís Homar actuando muy
raro y con una trama muy previsible. Sólo se salvaba la loable decisión de
hablar del bullying. ¿El restaurante de Ferrán
Adrià? No, el acoso escolar. Pero no era suficiente. Y adoré Tapas, su primera película.
Me pareció sencilla, amable, cómica, dramática, tierna y chachi piruli. Pelotas me parece una
transposición al lenguaje televisivo del espíritu de Tapas.
Hace casi dos meses, en el
Festival de Málaga, vi una película llamada La
vida empieza hoy, de Laura
Mañá. Me gustó. Me pareció sencilla, amable, cómica, dramática,
tierna y chachi piruli. Le comenté luego a Laura que me había recordado a Tapas en esos adjetivos. El
tema, el argumento, el estilo… en eso no tiene nada que ver. O sea, que me la
recuerda pero no me parece que la imite. Laura
me contestó que le gustaba oír eso, que se lo tomaba como un piropo y un
cumplido. Acto seguido añadí: “¡guapa,
atractiva, chati!”, por si también se lo tomaba como un cumplido,
pero no me miró igual. También le dije, antes del fallo del jurado, que su
película era mi favorita para ganar el máximo premio del Festival, como también
lo ganó en su momento Tapas.
Pero unos días más tarde, el jurado no le dio a la película ni un solo premio. Laura se quedó algo
frustrada, pero se animó bastante con el magnífico Premio de la Crítica, que es
un premio muy consolador. Perdón, quiero decir que es un premio muy alentador,
es que no quiero que este blog aparezca en Google cuando la gente busque “sexo + consolador + pelotas”.
Y hay que decir que la crítica somos nosotros, los periodistas especializados
(no sé en qué, pero así nos llaman). El voto es secreto, pero yo le dije a Laura que le había dado a
La vida empieza hoy mi
puntuación más alta.
La
vida empieza hoy habla del sexo en la tercera
edad. A través de un cursillo que imparte la siempre increíblemente natural Rosa María Sardà (qué
entrevista me concedió, qué carácter, qué gracia, qué genio y qué figura), una
serie de personajes en el otoño de sus vidas (o inviernos) nos muestran cómo
viven su sexualidad. Desde una enorme y solitaria Pilar Bardem, hasta una
fantástica, a veces patética y siempre entrañable Mariana Cordero, pasando
por una impecable María
Barranco, que no comprende el sexo caduco, y un dignísimo Fernando Tielve, el
joven que entiende al abuelo dando ese salto generacional de dos eslabones que
no sabemos dar los hijos.
Las conversaciones que pude tener con Pilar Bardem, Mariana Cordero, María Barranco, Rosa Maria Sardà, Fernando Tielve y la propia Laura Mañá fueron las que más disfruté en 9 días de festival. Y unas de las más agradables de mi vida, si excluimos una charla que tuve hace un huevo con Kiko Ledgard en un autobús y otra que tuve un día con un camarero coreano en Viena que se sabía la alineación del Madrid y del Atleti.
Las conversaciones que pude tener con Pilar Bardem, Mariana Cordero, María Barranco, Rosa Maria Sardà, Fernando Tielve y la propia Laura Mañá fueron las que más disfruté en 9 días de festival. Y unas de las más agradables de mi vida, si excluimos una charla que tuve hace un huevo con Kiko Ledgard en un autobús y otra que tuve un día con un camarero coreano en Viena que se sabía la alineación del Madrid y del Atleti.
La
vida empieza hoy se estrena este viernes. A ver
si tenéis pelotas y vais a verla.