viernes, 14 de mayo de 2010

Robin Hood que estás en los bosques

Andá, pero si mi anterior post era el número 200 y yo sin enterarme, enhorabuena chavalote, cantemos todos juntos, aleluya, aleluya, el Cid cabalga.
Dicho esto, hoy se estrena Robin Hood. No sé si os suena Robin Hood: era una especie de arquero inglés que se vestía como un elfo de calzas verdes y robaba a los ricos para dárselo a los pobres, un poco como un implicado del caso Gürtel pero con los valores éticos trastocados. El Robin Hood que se estrena hoy es el de Ridley Scott. Lo aclaro porque hay un huevo de versiones, e igual alguien piensa que lo que se ha estrenado es el Robin Hood de Douglas Fairbanks de 1922. No, eso es tontería, ésa ya se ha estrenado. Pero lo cierto es que mira que hay versiones de Robin Hood, casi tantas como de la canción Al Uruguay.
Cuando se les pregunta a Ridley Scott y Russell Crowe (que hace de Robin Hood, pero que también produce la película) que por qué han considerado que era necesario hacer una versión nueva, dicen básicamente que porque en ésta se cuenta lo que nunca se había contado: los orígenes de Robin de Locksley. Ni falta que hacía, añadiría yo. Es más, esta justificación me pone un poco nervioso y me parece un precedente muy peligroso, porque por esa misma regla de tres, Sylvester Stallone se podría poner a contar los primeros pasos de Rambo, y ahora que lo pienso, el cine español nunca indagó demasiado en los orígenes de Joselito. Así que como las entrevistas a Ridley y Russell se difundan mucho, pronto nos llegará Rambo 7: el nacimiento de la bestia parda y El cigoto del ruiseñor.
Russell Hood cabalgando y cortando el viento cuando pasa por el puerto camini (pum pum) to de Jerez.
Yo no he podido hablar con Russell Crowe ni Cate Blanchett (que hace de Lady Marian), pero mi compañera Raquel Santos sí, y además está estos días en el Festival de Cannes, que inauguró precisamente el jueves Robin Hood. No como Ridley Scott, que no ha ido a Cannes porque tiene un problema en la rodilla, pues vaya, debería aprender de Xavi, que jugó lesionado porque es un valentón.
A ver: Robin Hood no está mal, pero a mí me sigue llamando mucho la atención que la gente emplee varios años y mucho dinero en hacer cosas que ya estaban hechas y bien hechas, como por ejemplo remodelar la Plaza de Colón de Madrid. Quiero decir que esta película no aporta nada nuevo, que no hacía falta que se hiciera, que no es mejor que la de Kevin Costner, aunque tampoco mucho peor. Y a pesar de que aparecen más extras que en Ben-Hur mezclada con Braveheart, y aunque la batalla final es como el desembarco de Normandía pero en tierra firme, y aunque todo es espectacular, Ridley Scott encadena con ésta demasiadas películas lejos de la excelencia: Red de mentiras, Un buen año, El reino de los cielos, Gladiator (a la que Robin Hood me recuerda un huevo)… Como decía Antonio Gassett, “cada vez que Ridley Scott rueda una película se confirma que Blade Runner la dirigió un primo suyo”.
En resumen, que si vuestro padre no os da la paga y no podéis ir al cine, no os preocupéis mucho. Y si sí os la da, pero no llega a los 200 € que hacen falta para ir al cine (entrada + palomitas + botellita de agua + algo de chocolate para postre + unas gafas 3D por si acaso + un menú Bigmac con patatas grandes a la salida + un almax + el autobús de vuelta a casa + un condoncete por si pillas), lo mejor que podéis hacer es alquilar en DVD cualquiera de las versiones anteriores de Robin Hood. Yo me limitaría a estas 5:
1. Robin de los bosques, la de Errol Flynn. Antes está la ya mencionada de Douglas Fairbanks, pero ésta mola más. Porque es un clásico. Porque Lady Marian es Olivia de Havilland. Porque es la cara que más tiempo hemos asociado a Robin Hood. Porque en cualquier DVD de Errol Flynn puede suceder que en los extras nos deleite con un solo de piano (ver este post sobre Errol). Porque puestos a ver un Robin Hood australiano, entre Errol Flynn y Russell Crowe no hay color.
Errol Flynn como Robin Hood, aunque por la pose y la ropa parece el Duende Verde de Spiderman.
2. Robin y Marian, la de Sean Connery. Porque si Ridley Scott presume de mostrar los prolegómenos de Robin, esta versión nos muestra la prórroga y los penaltis. Porque Lady Marian es Audrey Hepburn. Porque se sale de la habitual película de aventuras entre arqueros y guerreros del Príncipe Juan sin Tierra y se centra en una historia de amor otoñal. Porque sale Sean Connery post-007 y pre-madurito con presencia arrolladora. Porque si en la anterior dudas de si Robin hará un solo de piano (de cola), en estos extras podría suceder que se ponga a blanquear dinero y a construirse una mansión recalificando el Bosque de Sherwood. Por cierto, ¿robaría Robin Hood a los ricos del Caso Malaya para dárselo a los pobres? No sé, no sé.
3. Robin Hood de Walt Disney. Es mi favorita. Desde la Canción silbada de los créditos iniciales hasta la trova del gallo juglar en ese extraño acento disneyano que no es mexicano, ni portorriqueño ni ná: “Robin Hood y Little John venían por el bosque, riendo de las bromas que solían los dos desiiiir”. Y desde lo malo y tonto que es el Prínsipe Juan hasta los adorables que son los conejitos pobres a los que roba el Sheriff de Notthingam. Me encanta esta versión.
El Robin Hood de Disney, que era un zorro, con el fraile, Little John y Lady Marian, que era una zorra.
4. Robin Hood, príncipe de los ladrones, la de Kevin Costner. Porque no está nada mal como película de aventuras. Porque sale Morgan Freeman. Porque el malo es Alan Rickman, un pedazo de actor que aparte de salir en Harry Potter se prodiga menos de lo deseable. Porque la canción de Bryan Adams Everything I do (I do it for you) se ha quedado superñoña, pero cuando la escuché por primera vez en el cine me pareció buenísima. Porque el cameo final de Sean Connery (ex-Robin Hood) como Ricardo Corazón de León es antológica. ¡Atención, spoiler! Ah no, esto lo tenía que haber dicho antes de contar el final ¿no? Mierda. Perdonándome.
5. Robin Hood el Magnífico. La verdad es que ésta os la digo para que parezca que conozco muchas versiones, pero recuerdo que la vi después de la de Kevin Costner (es que curiosamente son del mismo año) y me pareció bastante aburridilla. Salía Uma Thurman, eso sí, pero yo pertenezco a ese reducido grupo de machos ibéricos a los que no les pone demasiado Uma Thurman.

Según la IMDB, hay 115 versiones más de Robin Hood de las que os he dicho aquí. Y luego también podéis alquilar Gladiator, cerrar los ojillos e imaginad que Russell Crowe, en vez de con redecilla y un pincho gordo, sale con unas flechas y va vestido de verde chillón.