Seguro que alguna vez habéis
pensado cómo habría sido vuestra vida si en lugar de ser seleccionados para
vuestro trabajo (los que tengáis la suerte de tenerlo), lo hubierais sido para
otro. O si hubierais rechazado esa oferta que aceptasteis, o si no hubierais
cambiado de curro, o si a esa entrevista tan importante no hubierais tenido la
absurda idea de acudir disfrazados de Fofito.
Yo he tenido en mi vida alguna de ésas, a veces me he arrepentido y otras no.
Algunas decisiones cambiaron mi vida y otras nunca podré saberlo. Pero parece
ser que al mundo siempre se la pelaron mis azares laborales, incluso aquella
vez en que me ofrecieron escribir guiones para Isabel Preysler (os lo juro). Porque yo soy
un humilde gusanito hediondo y cabezudo en la inmensa sabana (que no sábana) de
la historia del cine y la televisión.
Pero claro, no con todo el
mundo sucede lo mismo, ah no, ahora resulta que las decisiones en la carrera de
Tom Cruise
interesan más que las mías, ah, claro, pues leeros el blog de Tom Cruise, hijos de
perra.
Perdón, me he puesto muy
nervioso.
No pienso eso de vosotros, al
revés: os adoro. Me he venido abajo, venga, para que me perdonéis os voy a
contar esas decisiones en las carreras de Tom Cruise y otros actores, consciente de
que algunas de ellas podrían haber cambiado la historia del cine, y las mías
no.
Pero que conste que me habéis
hecho daño. Tal vez debí escoger aquel trabajo de stripper en el Fatty Widows Club y dejarme
de televisiones y de blogs.
Empiezo con Tom Cruise, ya que lo
he puesto como ejemplo y ya que algunas de las decisiones que han rodeado su
carrera han sido fundamentales para que el séptimo arte no deje de llamarse “arte”
o pase a ocupar la novena o décima plaza.
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Así habría quedado Tom Cruise en "Matrix". Disculpadme, no soy muy bueno con el Photoshop. |
Fue una de las primeras
opciones para Matrix.
Imaginaos a Tom Cruise
ahí paradico y esquivando una bala con el cuerpo hacia atrás, como si estuviera
bailando el Limbo rock.
O con esa gabardina negra, que con su altura más que Neo habría parecido un
murciélago. Mucho mejor Keanu
Reeves. Además, como luego rodaron tres partes, a Tom no le
habría dado tiempo a hacer la saga de Misión
imposible, y eso habría sido una faena, ¿no? ¿Qué? ¿Que no? Ah,
bueno.
Pues entonces igual os parece
más faena que no hiciera El día
final, porque también pensaron en él. Al final hizo el papel Arnold Schwarzenegger. Yo
esto no lo entiendo: no me parecen el mismo perfil. Es como si llamas para el
mismo cásting a José
Carabias y Lou
Ferrigno. Y además, ¿en qué podría haber acabado esto? Pues en
un Tom Cruise
de gobernador en Los Angeles y de un Arnold
novio de Penélope Cruz,
y esto sí que no me lo creo. ¿Qué? ¿Que lo de Tom y Pé tampoco os lo creísteis?
Ah, bueno.
Mel Gibson también
pudo cambiar el curso reciente de la historia del cine, porque pudo ser James Bond. Le ofrecieron el Goldeneye de Pierce Brosnan, y si
hubiera aceptado,y la cosa hubiera salido bien, tal vez también habría hecho El mañana nunca muere, y El mundo nunca es suficiente…
Conclusión: Mel se habría crecido y James
Bond habría acabado hablando en arameo y lleno de sangre y ahí crucificado
y diciendo Mi nombre es Cristo,
Jesu Cristo.
Pero lo peor es que también pensaron en él para el papel de Eliot Ness en Los intocables (el que hizo Kevin Costner), y que llegó a realizar una audición para el papel de Wolfgang Amadeus Mozart en “Amadeus”. Sí, el de la risita de “hahahahaha”. Mel Gibson mirando a Salieri y diciendo “hahahahaha”, crucificado y lleno de sangre. Qué chungo.
Pero lo peor es que también pensaron en él para el papel de Eliot Ness en Los intocables (el que hizo Kevin Costner), y que llegó a realizar una audición para el papel de Wolfgang Amadeus Mozart en “Amadeus”. Sí, el de la risita de “hahahahaha”. Mel Gibson mirando a Salieri y diciendo “hahahahaha”, crucificado y lleno de sangre. Qué chungo.
A ver, más: Julia Roberts. Julia Roberts empezó a
rechazar papeles en los 90. Algunos eran un poco ñoños y es comprensible que no
los aceptara, de no ser porque luego aceptó otros muchos más ñoños todavía. Por
ejemplo, rechazó protagonizar Algo
para recordar con Tom
Hanks para que lo hiciera
Meg Ryan, y también Shakespeare
in love para que lo hiciera Gwyneth
Paltrow. Pero llama especialmente la atención que rechazara Instinto básico, porque
hubiera sido un cambio de registro brutal en su carrera que igual le habría
venido hasta bien. Cuentan que rechazó el papel por dos escenas: la del famoso
cruce de piernas para salvaguardar la integridad de las cámaras, porque con las
piernas tan largas que tiene Julia
parece ser que cada vez que las cruzaba le daba una patada al objetivo. Y la
otra era la del picahielos: por lo visto Julia
quería picar los cubitos con los dientes, y a Paul Verhoeven le parecía fatal.
Sharon Stone sí que
aceptó ese papel, porque era capaz de cruzar las piernas sin dar patadas a
nadie y mostrando con elegancia su chisme o chirri. Pero también es posible que
aceptara por despecho, porque años antes se presentó al cásting de Atracción fatal, que al fin y
al cabo era también la historia de una loca que se quería zumbar (y se zumbaba)
a Michael Douglas.
Yo no sé que tiene Michael
Douglas, que para mi gusto tiene un poco cara de patata, pero
que acaba volviendo chaladas a las protagonistas de las películas y frotando en
ellas su veterana cebolleta. Sharon
Stone, ya puestos, rechazó el papel de Kim Basinger en Batman y el de Madonna en Dick Tracy. Por lo visto es
que quería cruzar las piernas en todas las escenas y a los directores no les
convencía. En todas las escenas les parecía excesivo.
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Pues sí: Leslie Nielsen estuvo a punto de hacer "El resplandor". |
Leslie Nielsen, el
grandísimo Leslie Nielsen,
también rechazó sus papelillos (por cierto, creo que soy el único periodista
español que le ha entrevistado dos veces, o al menos eso me dijo una persona de
prensa que le trajo por última vez a España). Antes de caer en las benditas
redes de los Zucker
y Abrahams
y de las sagas de “Cualquier
cosa como puedas”, Leslie
Nielsen era un actor serio y con trazas de galán. Pero claro,
si hubiera aceptado el papel de Messala
que le ofrecían en Ben-Hur,
esas escenas que insinuaban una relación homosexual entre Stephen Boyd y Charlton Heston las
veríamos ahora desconjonados. Y ya no os digo si hubiera aceptado el papel que Stanley Kubrick le
ofreció en El resplandor:
el de Jack Nicholson.
Imaginad: la chica con la voz de
Verónica Forqué gritando en el baño, el hacha destrozando la
puerta, y cuando ésta se rompe aparece… ¡Leslie
Nielsen! Qué lástima no haber llegado a ver eso.
Os podría contar miles de
casos más, porque mi hermana Bea me suele contar a mí cienes de miles.
Pero mejor lo dejamos para otro día, para darles tiempo a las personas para que
rechacen más trabajos y cambien la historia del cine, y porque me acaban de
llamar para trabajar en el Circo Mundial para domar a un ligre, una curiosa
mezcla entre león y tigre. Voy a escuchar la oferta…
(¿Habéis rechazado alguna vez
algún trabajo que pudo cambiar vuestra vida?)