miércoles, 12 de mayo de 2010

Qué raras son las estrellas (las excentricidades de los actores)

En el pasado Festival de Málaga, una actriz muy famosa nos exigió poder fumar durante una entrevista para televisión. Momentos más tarde, antes de concederle un reportaje a una revista, les pidió el cuestionario y tachó varias preguntas.
Todos tenemos nuestras manías, el que no tenga manías que le tire una piedra a José Luis Moreno. Pero los actores tienen más, o al menos da esa impresión, porque están expuestos al público. Quiero decir que yo puedo tener como manía lavarme los dientes con la escobilla del WC, pero nadie se entera porque aún no soy una estrella (por cierto, probadlo, si la usáis sólo para los dientes quedan brillantísimos, los míos parecen inodoros de lo blancos y brillantes que los tengo). Pero por ejemplo cuando Errol Flynn les inyectaba vodka a las naranjas para llevárselas a los rodajes en los que estaba prohibido el alcohol, convirtió su manía en un dato histórico. Y si Ana Belén se lavara los dientes como yo o se inyectara vodka en ellos, pues esto ya sería la bomba.
Lo que a continuación os voy a contar son “cosas que se dicen”. O sea, rigor periodístico cero. Muy en mi línea. Son excentricidades que se comentan de los actores, pero yo no he podido comprobarlas. Si os portáis bien, algún día os contaré otras rarezas que sí que he podido vivir in situ (pero mucho menos espectaculares que las de hoy).
Tom Cruise en "El último samurai". Ni se os ocurra mirarle a los ojos. Ahora os cuento por qué.
El más raro de todos es Tom Cruise. De él se dijo durante mucho tiempo que pedía por contrato que nadie del equipo de rodaje le mirara a los ojos, y podéis encontrar declaraciones de algunos técnicos de El último Samurai o Misión: Imposible que corroboran esta manía tan tonta (también se dice que le contagió su ojofobia a Val Kilmer). Jonathan Rhys Meyers, que trabajó con Tom Cruise en Misión: Imposible 3, dice que en un par meses de rodaje no llegó a hablar más de dos minutos con él (aunque ojito también con Johnny, porque muy normal no es, os remito a un antiguo post en el que os conté la experiencia que una compañera y yo tuvimos con él en Dublín).
Y ya en plan criticón y cotilla acusica, os cuento que en febrero de 2009, durante la promoción de Valkiria, a Tom le preguntaron en Brasil qué era lo que más me gustaba de ese país, y el pobre respondió que el tango. Vaya. Os dejo con un vídeo de Tom Cruise de la época de El informal que me hace mucha gracia (dicen que el programa nuevo de Flo se parece a El informal, pero yo digo que no).
Y ya que hablamos de Tom, vamos a pasar ahora a una increíble manía de su ex, Nicole Kidman. Por lo visto, cuando Nicole llega a los hoteles, les da a los empleados sus propias sábanas y unas indicaciones sobre cómo hacer su cama. Yo la entiendo, después de hacer una película en la que tenía que cerrar todas las cortinas y cerrar una puerta antes de abrir la siguiente, pues esta secuela de las sábanas me parece una ñoñería.
De Jennifer López, que acaba de pasar por España promocionando El plan B, también se dice que lleva sus propias sábanas a los hoteles, pero en su caso es porque no puede dormir entre telas confeccionadas con menos de 250 hilos. Tócate los pies. También suele pedir que cambien la iluminación de la habitación si no es de su agrado, y procura que todo sea de color blanco (paredes, mesas, sillas, flores, velas, vibradores… bueno, lo último me lo he inventado). Y no puede haber en la habitación nada de comer que pueda tentarla, como bombones o trozos de pollo seco, que Jennifer es muy dada a echar culete y si tiene que echarlo pues que no sea por culpa de la industria hotelera.
Las manías que se comentan de Woody Allen son muy acordes con el personaje hipocondríaco que se ha labrado a lo largo de los años. Por lo visto se toma la temperatura cada dos horas, y a veces duerme con los zapatos puestos porque tiene un incontrolable miedo a la muerte. Esto último yo no lo entiendo y me parece un poco absurdo, porque si te tienes que morir da igual que lo hagas con zapatos o con aletas de buzo, pero como no le puedo preguntar a Woody si esto es verdad o no porque he perdido su móvil, pues ahí os dejo con la duda.
A Julia Roberts le gusta bañarse con agua mineral porque es muy bueno para la piel, y se llegó a decir que una vez se retiró de un rodaje porque las tuberías de su camerino no estaban adaptadas para este tipo de agua. Yo si algún día soy una estrella pediré que en las botellas de agua mineral esté dentro Julia Roberts. Por llevar la contraria.
Jim Carrey tiene contratado permanentemente a un masajista para que una vez por semana le quite la tensión. Esto igual no os parece raro. Pues sí lo es, porque al que tiene que quitarle la tensión el masajista es a su perro, no a Jim. Yo creo que a Jim alguien le debería quitar la tensión facial a base de masajes o de hostias. Huy, qué macarra me he puesto de repente. Perdón.
Mel Gibson no come pollo porque dice que le hace crecer el vello pectoral. Sin comentarios.
Mel Gibson después de un atracón de pollo que hizo que le creciera en exceso el pelo de la cabeza.
Bueno no, qué coño, comentemos. ¿Pero es que este tío es lerdo, o qué? Todo el mundo sabe que si comes pollo te salen plumas en el culo, no pelos en el pecho. Ay, qué tontito eres, Mel
Gerard Depardieu se cuela en las cocinas de los hoteles en los que se aloja para copiar las recetas de los chefs. Las cocinas tienen que ser grandes, porque si no Gerard no cabe.
De John Travolta se dice que nunca se pone dos veces la misma camiseta durante un rodaje. Teniendo en cuenta que el rodaje medio de una película dura 90 días, pues Travolta necesita 90 camisetas. La madre que lo parió, este acaba con las existencias del Carrefour.
Como todos sabéis, Jack Nicholson tiene la manía o la devoción de ir a todos los partidos que Los Angeles Lakers juegan en casa, o sea que lleva dos años viendo semanalmente a Pau Gasol. Jack ha llegado a incluir cláusulas en sus contratos que dejen claro que si durante el rodaje juegan los Lakers, él se pira del set.
Y algo parecido exige Sean Connery: si cerca de las localizaciones donde tiene que rodar no hay un campo de golf, el equipo de producción tiene un serio problema. Pero ahora mismo el que tiene un serio problema es don Sean, porque a lo mejor lo que tiene que buscarse en España es una cárcel con un campo de golf cerca. ¿Os imagináis qué absurdo, Sean Connery jugando al golf y compartiendo celda en España con el Doctor No y con Malamadre? Tal vez Julián Muñoz o la Pantoja ya le han adelantado algunas gestiones… Qué cosas tiene la vida, señor Sean.