miércoles, 24 de febrero de 2010

Malditos bastardos, Precious y Un profeta (y va de Oscars)

Ay, perdonadme que haya andado unos días un poco despistado, pero es que he estado en Venecia. Y por esta causa, estos últimos días he mantenido muchísimas veces la siguiente conversación:
  • Hola, he estado en Venecia.
  • ¿En el Festival?
  • No, vamos a ver, el Festival de Venecia es en septiembre. El que ha sido ahora era el de Berlín. He ido porque he querido.
  • Ah. ¿Y te has comprado una góndola?
  • No, qué gilipollez, eso es carísimo, tienes que pagar una licencia como en los taxis y luego comprarte la góndola.
  • No, pero yo digo una góndola chiquinina de cristal de Murano.
  • Pues peor me lo pones.
Lo que quiero decir es que si trabajas en algo del cine la gente se cree que sólo puedes ir a Venecia para acudir al Festival y a Los Angeles de San Rafael para ver los Oscars de San Rafael. Pues no: yo puedo hacer lo que quiera siempre y cuando lo diga mi chica. Y lo de la góndola en realidad no me lo ha preguntado nunca nadie, lo he puesto yo para rellenar.
Dicho esto para romper el hielo, vuelvo a retomar el tema de los Oscar mezclándolo con el sibilino arte de recomendar películas, que es lo que voy a hacer en este postecillo (es que no sé cuál es el diminutivo de “post”, ¿“postito”? no sé, a mí me suena a pastelito de chocolate con cromo dentro). Y hoy voy a hablar de una película con 8 nominaciones, otra con 6 y una tercera con una, pero que se estrena esta semana.
MALDITOS BASTARDOS. Aunque difícilmente la vais a encontrar en los cines, ya la tenéis en DVD, en alquiler y en venta, y también la podéis encontrar en el Emule en DVDRIP con subtítulos en mexicano, pero está prohibido que yo diga esto. Como todos sabéis, Malditos bastardos es esa película de Tarantino en la que un grupo de judíos se dedica a eliminar nazis en 1941. Tarantino incluso se atreve a alterar “ligeramente” el curso de la Historia, y es maravilloso que lo haga. Brad Pitt está otra vez divertidísimo en esa nueva faceta de coña que ya exploró en Quemar después de leer. Christoph Waltz se saca de la manga a un nazi políglota que le valió un Globo de Oro y que le va a valer un Oscar. Y Daniel Brühl interpreta un personaje que a veces crees que puedes llegar a respetar y que de pronto descubres que no. Tarantino no da tregua a los nazis, como debe ser.
Secuencia de "Malditos bastardos" en la que los soldados juegan a un delirante juego intelectual que parece ideado por Frasier y Nyles.
Y el resultado de la película, en mi erudita y experta opinión de mierda, es una de las mejores películas que optan este año a los Oscar (a 8). No va a ganar casi ninguno, porque Avatar y En tierra hostil, que como todos sabéis están separadas pero van a gananciales, se van a repartir la mayoría. Y Avatar es más espectacular, En tierra hostil seguramente sea mejor película, mejor historia… pero yo no me lo he pasado en ninguna de ellas como me lo pasé en Malditos bastardos.
PRECIOUS. Me gustó mucho a mí, Precious. No la chica, pobrecita mía, o no tan pobrecita, porque seguro que yo a ella tampoco le gustaría porque le parecería un tío flaco y pálido como el típex y encima un soso. Me gustaron las actrices, la que hace de Precious, que está nominada pero que no va a ganar el Oscar, y la que sí lo va a ganar, o sea Mo’nique, que hace de madre de Precious y de hija de puta. Me gustó que Mariah Carey saliera con bigote y que por una vez no me dejara perplejo con el aspecto de sus senos, pechos o peras. Me gustó que mucha gente no se diera cuenta de que Lenny Kravitz era Lenny Kravitz. Y me gustó la historia, aunque es durísima, qué digo yo durísima, mucho más que durísima. Precious es, además, una película muy buena, de ésas joyas estadounidenses que sólo se estrenan fuera cuando llegan los Oscar. Como lo eran Pequeña Miss Sunshine, como lo era Juno… y como lo son muchas historias (americanas, sí) que no llegan a España porque no las nominan a nada y porque en ellas no sale Mel Gibson. ¿Qué conclusión debéis sacar de este párrafo? Pues que Precious mola. Aún la podéis ver en muchos cines.
Precious, su hija, su madre y el sofá más resistente del mercado.
UN PROFETA. Ésta es una película francesa que se estrena este viernes, y que está nominada al Oscar a le mejor película de habla no inglesa. Que debe ser el único habla que no sale en Un profeta, porque en ella se oye francés, árabe e italiano. No va a ganar el Oscar porque lo va a ganar La cinta blanca, aunque la semana pasada sí que se llevó el BAFTA. Yo fui a verla el lunes al pase de prensa porque me la había recomendado varias veces Juan Zavala, y si Juan Zavala me recomienda Papa Piquillo, pues yo voy y también la veo. Me gustó un montón Un profeta. Otra película dura, en algunos momentos violenta, pero que cómo engancha. Qué bien contada, qué gran historia carcelaria y qué diferente de Celda 211, por citar un ejemplo reciente de película carcelaria buena. Entiendo la nominación, entiendo los premios, entiendo que le haya quitado un puesto a Trueba  o a Almodóvar. Pero hay una cosa que no entiendo y que es la única pega que le pongo a la película, pero lo hago sólo por ponerle una pega y para que vea la película quién manda en este blog, y es que el metraje me parece excesivo (dos horas y media). No porque sea largo, sino porque se hace largo (bueno, al menos a mí se me hizo, y a una persona de la que me fío y otra de la que no es que me fíe sino que lo que diga va a misa, pues también). Si una película dura cinco horas pero no me hace mirar el reloj, para mí no es larga. Pero si un corto de ocho minutos (el de Mateo Gil que acaba de ganar el Goya, por ejemplo) me hace mirar la hora, pues entonces para mí es largo. En Un profeta miré el reloj. Y encima cuando lo miro pierdo el hilo, porque no sé leer la hora bien y me quedo siguiendo el segundero con la mirada como un tontico, oye, que hay que ver qué mecanismo más curioso. Aún así, y pese a esta pega, me gustó a mí Un profeta. La estrenan este viernes. Como diría Cándida Villar, es preciosa: vayáis a verla.
El profeta y el dios al que se pasa predicando durante casi dos horas.

Seguiremos hablando de más películas, si os parece. Ahora os tengo que dejar, que me llaman al portero los colegas para juebar un rato al jula-jop.