martes, 16 de febrero de 2010

Los Goya de Celda 211

Pues sí: por fin se entregaron los Goya. Y si no os he contado antes lo que me pasó en la ceremonia es porque el domingo llegué a casa a las 3:20 de la madrugada y ayer, medio sopa, tenía que trabajar un poco para justificar mi presencia en la gala. A mi jefe no le vale con que os la cuente a vosotros, pues menudo es.
Cuando vas a los Goya para trabajar, no te enteras bien de la gala. Los periodistas de televisión estamos en el backstage, recibiendo a los ganadores según salen del escenario con su Goya entre las manos. Posan ante los fotógrafos, que son unos señores que gritan mucho (“¡aquí, a la derechaaaaaa, mira ahora aquí, mira ahora allaaaaaá, besa el Goya, sube el Goya, baja el Goya, frótate la chorra con el Goya!”). Luego les ponen un micrófono y dan las gracias otra vez a sus padres. Y luego pasan por unos cuantos periodistas que queremos entrevistarles personalmente porque somos muy nuestros. Y mientras todo esto sucede, la gala continúa, y aunque tenemos un monitor de televisión, pues como que no te enteras de casi nada.
Aún así, por lo que pude ver y por los SMS que me enviaba mi chica, me pareció que la gala fue una de las mejores de las 24 que se han celebrado hasta ahora (me lo han corroborado algunas de esas personas de las que tanto me fío y de las que tanto os hablo). Andreu Buenafuente, si quiere, puede ser el Billy Crystal español. Yo repetiría con él año tras año. Su humor fue fino, oportuno, inteligente, gracioso (lamentablemente, no siempre el humor en España es gracioso). El vídeo con el que abrió la ceremonia fue comparable (bueno, casi) al que presentó Jon Stewart en sus primeros Oscars. El de Movida en la 211, presentando Celda como si fuera una comedia tonta americana, fue sensacional. La fusión con la Sardá, el número musical, la muerte final (“¿De qué os reís, cabrones?”)… En fin, todo el mundo habla bien de Buenafuente. Chapeau.
Luis Tosar, uno de los grandes triunfadores de la noche.
Pero vosotros visteis la gala, y seguramente mejor que yo, así que me voy a dedicar solamente a contaros algunas de las cosas que no pudisteis ver porque no estuvisteis en la alfombra roja (bueno, verde, Jameson manda), que estuve mirando yo por si os veía y nada, ah, felones, que me dejasteis más solo que un perro (que un perro solo).
  • Como el que llevaba en brazos María Reyes, y al que enfocaron durante la gala en uno de los chistes más flojetes. María explicaba la historia del perro Pancho a todo el que le preguntara por él (porque fue su acompañante), y contaba de memoria esa historia tan sosa que se inventaron para mencionar a uno de los patrocinadores.
  • La pobre y encantadora Leticia Dolera, actriz que acaba de dirigir un corto, llegó a la alfombra roja (verde), se quitó el abrigo y ¡mierda! se le había llenado el vestido de pelusinas. A la pobre la tuvieron que ayudar a quitarse las putas pelusas antes de que posara ante los fotógrafos y pareciera la manta de un gato. Y aunque estuvo allí un ratito ante la vista de todos, impacientes por que se plantara ante los flashes, mereció la pena la espera. ¡Guapa, ole!
  • De repente los periodistas acreditados en la alfombra (bueno, y los que ya estamos desacreditados) quedamos cegados por un destello amarillo fluorescente que nos dañó gran parte de los ojos y nos hizo caernos hacia atrás: acababa de entrar una figura uniforme, larga, delgada, luminosa, tan suave que se diría toda de algodón, que no llevaba huesos, como un spagueti all’uovo combinado con el look del primer David Bowie. Pero era Bimba Bosé, con el pelo teñido del color de su traje: amarillo chillón. Menos mal que Óscar Jaenada decidió no teñírselo del color de su atuendo, pues iba vestido con una chaqueta rosa palo, una camiseta a juego y un borsalino negro, no recuerdo si me dijo que era regalo de su madre o de Jean Paul Belmondo. Cómo iría vestido que casi no me fijé en su pareja, Bárbara Goenaga, y mira que me parece atractiva esa chica. Aún así, me pareció más surreal la pareja Óscar Jaenada – Ana Belén sobre el escenario.
Mi mítico mentón dialogando con la mejor actriz del año, Lola Dueñas.
  • Hablando de parejas: me sigue pareciendo que Pé y Já se lo montan fatal. Eran la pareja de la noche, entregaron premios, encajaron las bromas de Andreu… ¿por qué entonces no ir juntos a la gala? Pues Bardem no pasó por la alfombra roja (verde), sino que entró a la sala por la puerta de atrás. Y Penélope no se detuvo a hacer declaraciones, y además fue porque ella no quiso, doy fe de que Antonio Rubial, su representante, intentó que me concediera la mini-entrevista que habíamos apalabrado. Esto lo digo porque mucha gente dice que son peores los representantes que las estrellas. Bueno, pues no siempre. Pé y Já me parecen dos actores magníficos merecedores de muchos premios, ya lo he dicho muchas veces, pero me sigue pareciendo que se lo montan mal, muy mal.
  • Hablando de bordes: Marisa Paredes, la ex-presidenta de la Academia, pasó por delante de mí y le solicité unas declaraciones de diva a diva con mi exquisita educación (“¡¡¡¡Marisaaaaaaaaa, anda párateeeeeeeeee!!!!”). Marisa, que como dice Miguel Parra se ha quedado anclada en el personaje de La flor de mi secreto, me dijo “No, es que ya he hecho siete entrevistas”. No sabía que había un límite, ni que fuera siete. “No importa, yo he hecho más”, le dije por si colaba. Pero no coló.
  • Y volviendo al tema de parejas premiadas: aunque Pé y Já pueden presumir de tener en casa dos Oscars, que supongo que usarán para machacar almendras amargas para la salsa,  me gusta mucho más lo de Luis Tosar y Marta Etura. Aparte de que los dos me encantan, cada uno en su estilo, ¿os imagináis lo que debe de molar pedir un taxi - cada uno con un Goya -, entrar en casa – cada uno con un Goya -, ver quién de los dos busca las llaves porque tienen ocupadas las manos – cada uno con un Goya -, y dormirse cada uno abrazado a su Goya? Es más, ¿os imagináis lo que debe de molar dormirse abrazado a un Goya, soltarlo y abrazarse a Marta Etura?
Mi cogote con Marta Etura. Si no fuera porque Luis Tosar es un tipo fantástico y parece más brutote que yo, me fugaría con Marta Etura a Sabiñánigo, Huesca.
  • Otra extraña pareja: Pilar Castro y Luis Zahera, el actor que tenía que haberse llevado el Goya al mejor secundario pero no le nominaron. Luis iba grabando a Pilar con una camarita, y tanto esto como que los dos fueran juntos tiene una explicación, pero no sé si es sorpresa, así que por si acaso ya me callo.
  • Debo reconocer que me sorprendió ver frente a mí, durante las casi dos horas y media que duró el desfile de estrellas por la alfombra roja (verde), a Carlos del Amor de TVE bastante ocioso. Estaba ahí como solo. Yo pensé que se habría equivocado en la hora o que habría quedado con el cámara en otro sitio. Pero no, al final sí que hizo entrevistas y fue de los únicos que tuvo a Penélope Cruz (cosa que yo no conseguí, porras). Es que era  muy raro, si no.
  • También debo reconocer mi debilidad por la belleza que exhibieron Maribel Verdú, Manuela VelascoVerónica Sánchez. Además, reconozco que me salí literalmente de mi cuerpo de gozo y orgullo cuando las dos últimas van y me reconocen y me besan y me dicen “¡¡¡qué taaaal!!!” antes de entrevistarlas. La verdad es que quedas como Dios delante de los demás. Yo les dije a todos que eran unas ex-novias a las que dejé por Tere y que hemos quedado como amigos, pero no me creyeron.
Maribel Verdú. Cómo me gusta a mí, Maribel Verdú. Mirad cómo me sonríe, Maribel Verdú, aunque tal vez se esté descojonando de mí, no le pregunté por si acaso.
  • Igualmente ilusionóme el abrazo de ánimo y mis deseos de suerte que les pude dar a Antonio Naharro, Álvaro Pastor y Javier Recio, con quienes estuve el otro día y el pasado post. También vi pasar con Natalie Seseña Nuria Verde, pero en ese momento estaba entrevistando a no sé quién o sufriendo el desaire de Marisa Paredes y no pude darle un beso. Te lo doy ahora, Nuria.
  • Luego aparecieron algunos personajes que nunca me acuerdo de si están vivos hasta que llegan los Goya. Y además, vi a Massiel, Analía Gadé, Silvia Marsó, Pajares con Maricielo, Victoria Vera… que seguro que están todos trabajando en algo, pero ahora mismo (salvo en dos casos) no sé en qué.
  • Y tras la gala, tuvimos el placer de hablar con los ganadores, ya sintiéndose ganadores: Lola Dueñas con un subidón que parecía que se había comido unas pirulas entre el escenario y el backstage, Luis Tosar, Alberto Iglesias, Javier Recio, Alberto AmmannMarta Etura, Raúl Arévalo… y Álex de la Iglesia, que fue el gran triunfador por el “efecto Pedro”, y cuyo discurso inaugural ensayó unos minutos antes delante de mi micrófono (os lo juro). No me comentó que iba a pedirle a la gente que no se alargara en los agradecimientos. Es verdad que es un coñazo, pero como reivindicó Belén Rueda en la gala de Mar adentro, es quizá el momento más importante en la vida de un actor. ¿Le vas a quitar ese gusto?
  • A la 1:30 todavía estábamos entrevistando a Alejandro Amenábar y a Daniel Monzón. Justo después, los sufridos cámaras Antonio y Mario y mi superproductora Cristina Iglesias subimos al cocktail para comernos un canapé de queso y así no desfallecer mucho, y también porque arriba estaban Xiomara García (a la que debéis en parte el magnífico vídeo con el que empezó la gala) y mis amigos y grandes actores Emilio Gavira y Jorge Merino. A Cristina le debéis todas estas imágenes de mi cogote. Pero si queréis ver fotos buenas buenas de los Goya sin que se entrometa mi colleja, no os perdáis el especial que ha preparado Menstyle.
Amenábar Amenábar, moro de la morería. Mi cogote con el "perdedor" de la noche, si es que se puede ser perdedor y ganar 7 Goyas.
Ah, y para terminar, repaso mis apuestas y veo que:
  • Me libro de pagaros una cena para dos personas en un pequeño restaurante de Almorox, Toledo, pero os tengo que invitar a un plato de garbanzos con repollo  en Casa Perico.
  • Me tenéis que pagar una excursión a Chipre de dos días y seis noches.
  • Me tengo que follar a un pato.

Bueno, pues lo que haré será irme con el puto pato a Chipre para que el sexo sea con cariño, que es mucho mejor, y mientras tanto vosotros os coméis los garbanzos de Casa Perico. Os recomiendo que los pidáis con ropa vieja, creo que la hacen los viernes.