viernes, 12 de febrero de 2010

Los Goya: apuestas y cortometrajistas

Alguien me preguntaba hace poco en los comentarios de este blog que si iba a hacer predicciones para los Goya. La respuesta es NO. O bueno, ésa era la respuesta en ese momento, pero como no tengo carácter y basta que me digan una cosa para que la haga por si acaso (¿por si acaso qué? no lo sé, llevo años preguntándomelo), pues la respuesta ahora ha cambiado y es SÍ.
Pero las voy a decir muy rápido, porque mis apuestas de este año van en una dirección muy clara: Celda 211. Venga, yo digo que va a ganar mejor película, dirección, actor para Luis Tosar y guión adaptado. Si no es así, os pago una cena para dos personas en un pequeño restaurante de Almorox, Toledo.
  • Así que según yo, Celda 211 derrota a Ágora. A Ágora le dejo el Goya al mejor guión original y un buen puñado de Goyas técnicos. Si acierto, me pagáis una excursión a Chipre de dos días y seis noches, que me hace una ilusión…
Luis Tosar en "Celda 211", haciendo de hijo de mala madre.
  • La otra gran triunfadora será Yo, también: dirección novel, actriz principal para Lola Dueñas y actor revelación para Pablo Pineda. Si fallo uno de estos tres os invito a un plato de garbanzos con repollo  en Casa Perico.
  • Otros Goyas: Resines y Marta Etura, actores de reparto. Blanca Romero, actriz revelación. El secreto de sus ojos, mejor película de habla hispana. Déjame entrar, mejor película europea. Si me equivoco en una, en sólo una de estas predicciones, me tiro a un pato. Pero me lo tiro en el sentido carnal, que me lo zumbo, vamos.
  • Y por supuesto, La dama y la muerte va a ganar el premio al mejor corto de animación (aunque es una pena que Alma se vaya a quedar sin el premio, es otro corto cojonudo). ¿Aún no habéis visto La dama y la muerte, el corto que está nominado también al Oscar? Anda, aquí lo tenéis, que no sé qué haríais sin mí (y sin Plus TV, las cosas como son).
Lo de La dama y la muerte os lo cuento tan así porque la otra tarde estuve con Javier Recio, su director, y me estuvo contando muchas cosas del corto, de Antonio Banderas (que es el productor), y también que para los Oscar le van a vestir Victorio y Luchino, pero que para los Goya le ha comprado un traje su madre. También estuve con los directores de Yo, también, y con tres de los cuatro nominados al mejor corto de ficción.
¿Pero dónde estuviste tú? os preguntaréis medio desnudos. ¿En una especie de bar de La guerra de las galaxias versión española para cortometrajistas y frikis como tú?
Pues no, en un encuentro digital televisado por internet entre nominados, estudiantes e internautas que organizó plus.es, que llamaron “Del corto al Oscar pasando por el Goya” y que me pidieron que moderara yo, que es como pedirle a Belén Esteban que modere una sesión extraordinaria de la Academia de la Lengua (de la lengua española, matizo, porque si no el chiste pierde su gracia). Aún así, como me lo pidieron Choni Martín Herranz y Cristina Merino, pues les dije que sí, porque son dos personas que si un día me piden que intente matar con un clip a un rinoceronte cabreado, yo creo que también les digo que sí.
Y me lo pasé pirata, tíos. Porque conocí a seis personas estupendas (me refiero a los nominados, a los demás ya los conocía, aunque también son estupendos, como Esther & Carlos, realizadores de lujo), porque me vi inmerso en una charla sobre cortos y cine que me interesó una cosa mala y porque me dejaron hacer el tonto delante de tres cámaras.
Por ejemplo, me gustó comprobar que:
  • Antonio Naharro y Álvaro Pastor, los directores de Yo,también, traían un jetlag imponente porque venían del Festival de Sundance ý de ganar el premio del público del Festival de Rotterdam. Pese al agotamiento, estuvieron simpatiquísmos y encantadores, y a pesar de que han triunfado con su primer largo y están preparando el segundo, no veais cómo apoyaron a los cortometrajistas y escucharon a los estudiantes.
  • Javier Recio, el director de La dama y la muerte, va a estar el domingo en la gala de los Goya. Al día siguiente, en Los Angeles, tendría la comida de los nominados al Oscar. Así que tuvo que elegir entre una cosa y otra. Y dice que va a lamentar mucho no comer en el mismo salón que James Cameron y Quentin Tarantino, pero ha elegido estar en los Goya. “Espero que merezca la pena”, añade con cierta coña.
  • Esteban Crespo, el director de Lala, entró en el plató de CANAL+ donde hicimos el encuentro, y cuando vio las cámaras y las luces, tuvo dos golpes de humor seguidos de éstos que a mí me encantan: “Vaya, es duro ver que te van a entrevistar con más medios técnicos de los que tú has tenido para hacer el corto por el que entrevistan”. Y acto seguido: “¿Os importa dejarme un momento solo en el plató, que voy a rodar otro corto?” Echadle un vistazo a Lala, con Gustavo Salmerón, Marta Berenguer, Ramón Barea y Mariví Bilbao (la musa otoñal de los cortometrajistas).
Yo con los cortometrajistas y directores nominados a los Goya (y Oscar). A sus pies pone “ANAL+”, pero porque falta una “C”. 
  • Nuria Verde, la única nominada acabada en “a” por Terapia, guionista y redactora del programa Cámara abierta de TVE , se reveló como una maravillosa “sinopsista”: en una frase resumió su corto y el de Esteban Crespo con una precisión y una capacidad de síntesis que ya me gustaría tener a mí, y a vosotros que la tuviera, porque en una frase os contaría todo lo que yo llevo intentando contar desde hace un par de horas. Terapia es un duelo psicológico-emocional entre Daniela Féjerman y Natalie Seseña.
  • Martín Costa, nominado por La Tama, explicó a internautas y estudiantes cómo se busca una actriz, como se consigue la financiación para un corto o para qué sirve un Goya (según él, más útil para ligar y hacer amigos que para pagar hipotecas). Y oye, un buen rollo con sus compañeros, que no olvidemos que el domingo serán rivales…
La conclusión que saqué es que el único corto que no quiero que gane es el de Mateo Gil, el cuarto en discordia. Primero, porque es el único que no asistió al encuentro. Esto ha sonado a venganza, pero no, porque no pudo venir porque estaba de viaje, lo que quiero decir es que como no vino pues no le pude coger cariño. Y segundo, porque su corto es el que menos me gusta de los cuatro.
De verdad que fue un placer conocerles, y será un placer saludarles el domingo en los Goya, donde estaré porque me lo han rogado encarecidamente. ¿Los altos cargos de la Academia? Pues no: mi jefe. Porque voy a trabajar, no a sentarme en el patio de butacas a aplaudir y a comer ganchitos. Lo de “encarecidamente” y lo de “rogado” lo he añadido yo. Por suerte, voy con Cristina Iglesias, mi productora favorita después de Paula Wagner y con Antonio y Mario, mi equipo de cámaras preferido pero con el que posiblemente me suceda algo extraño, como que extraviemos el Palacio de Congresos o electrocutemos a Buenafuente.
Si no me pasa nada raro, os pago un viaje a Cancún para dos personas con escala en Hi-Fi. Os lo juro.

(¿Os animáis a hacer apuestas?)