Decía Gardel
que 20 años no es nada. Ya, ya. Y una mierda. Cuando tienes más del doble de
años que Antena 3 TV y te crees que el año 90 fue ayer y te sientes
superjoven, de repente ves meter goles a Messi o a Agüero, que a mí me
parecen dos señores, y resulta que nacieron cerca de 1990, y entonces dices
“coño, qué mayor soy” (por cierto, ¿por qué los futbolistas me parecen siempre
tan mayores? ¿no os de la sensación de que Raúl lleva 20 años teniendo 30?).
Todo esto viene a cuento
porque leo con estupor que las privadas cumplen 20 años en 1990. O sea, Antena 3, Telecinco y mi CANAL+. Los cumpleaños de
Cuatro y La Sexta serían mucho más tarde, pero como
Telecinco y Antena 3 las han engullido, pues ya no sé si los celebrarán o no.
El caso es que la primera en cumplir 20 años ha sido Antena 3 TV, más
concretamente ayer. Y me da rabia, porque a mi lo que me parece que fue
ayer fue su nacimiento, no su aniversario.
Y recuerdo este nacimiento
como lo más divertido que le ha pasado a la televisión desde que yo tengo uso
de razón. Bueno, o desde que la veo, porque uso de razón no sé si he tenido
alguna vez. Antena 3 radio llevaba mucho tiempo anunciando que cuando llegaran
a la televisión nos íbamos a enterar de lo que era bueno. Que por fin íbamos a
ver programas de Encarna
Sánchez, José María García, José María Carrascal y Antonio Herrero, que en
paz descanse. A mí todo esto me daba un poco de susto, pero bueno, me apetecía
que hubiera más teles. Poco después, en la calle empezaron a aparecer vallas
publicitarias que anunciaban: “El
santo, ahora en color” (El santo era una serie que TVE emitió en
los 60), “Vuelven Los hombres
de Harrelson” (que en 1990 ya eran una reliquia), “Veréis en Antena 3 qué risa”,
etc. Pero lo que Antena 3 TV no sabía que durante sus primeros meses iba a ser
una televisión básicamente de humor. Como no había otras privadas y aún no
existían los programas de zapping, pues nadie se cebó en ella, pero hoy en día
a SLQH se le quedaría corto el tiempo sólo con emitir los errores de A3TV.
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Así empezó todo. |
Recuerdo los telediarios de José María Carrascal con
una sonrisa que no se me pone ni cuando pienso en Martes y Trece. Siempre se
sentaba al final del informativo en la esquina de la mesa, que a mí me parecía
que se iba a caer o que se iba a clavar el pico en el culete. Y recuerdo con
excesiva alegría cuando se empeñaba en leer en directo los titulares de
periódicos extranjeros, en francés, alemán, inglés… le daba igual, porque luego
los traducía también en directo, y hacía las dos cosas fatal. El resultado era
parecido al que consigue mi amigo Luis cuando canta en inglés, que para que os
hagáis una idea es como si cualquiera de vosotros se pusiera a leer sin ensayar
un libro escrito en escandinavo (a no ser que sepáis escandinavo). No he
encontrado en youtube a Carrascal leyendo titulares, pero sí dando los
resultados de la lotería, que produce el mismo efecto.
Pues todo en Antena 3 era así
en 1989. Se pusieron en 1990
a hacer la tele que ya habíamos visto en los 70, con un
par de cojones. Los pobres no conseguían que los programas salieran bien.
Claro, que si una de las apuestas de la nueva tele era un magazine llamado “Simplemente Mayra”, el doctor
Bartolomé Beltrán
mostrándonos sus orondos dientes mientras nos aseguraba que “La salud es lo que
importa”, pues claro, el éxito era difícil (sólo lo consiguieron, y de qué
manera, con Farmacia de
guardia, que en breve va a estrenar su verrión telefilme en plan
“qué pasó con”).
Había un programa graciosísimo
que se llamaba JM. Lo presentaba Juanjo
Menéndez, que en paz descanse también el hombre. Era de
entrevistas. Pero no sé como acababa, porque siempre me quedaba dormido en el
minuto diez. Juanjo, gran actor, entrevistaba con un ritmo y un ambiente que
hacía que Jesús Quintero pareciera un epiléptico con dos rayitas de más. Un día
aguanté despierto más de 10 minutos y se durmió el invitado.
Hay que tener en cuenta que en
1990 el PSOE llevaba 8 años en el poder y le quedaban 6, así que Antena 3 TV
adoptó el pape de “oposición” a la televisión pública. Y así, Pedro J. Ramírez nos daba
sus opiniones en una cosa que se llamaba “La
picota del Mundo”. No entro a valorar las ideas de Pedro J.,
respeto cualquier opinión (bueno casi), el problema es que Pedro J. también las
contaba fatal. Luis Herrero tenía otro espacio de opinión, en el que colaboraba
Federico Jiménez Losantos
(como veis, era un festival progresista). Encarna Sánchez también tuvo un
programa en el que un día se entrevistó a sí misma (os lo juro, con un
ingenioso truco de cámara). Y Antonio
Herrero daba las noticiasm y Luis Herrero también. Y José María García los
deportes. Pero todos parecían echar de menos la radio y olvidarse de que les
miraba una cámara, y entonces estaban como enfadados, hacían gestos y no
quedaban bien (en uno de sus primeros informativos de Cuatro, Gabilondo hizo un gesto
subiendo la mano para que entrara una imagen, como en la radio: video killed
the radio star).
Los sábados, después de Espacio 1999 (una serie de
ciencia ficción con Martin
Landau que a mi me enganchó un montón… pero en 1977 años,
cuando yo era un niñico), Carlos
Pumares presentaba un programa de cine que se llamaba Polvo de estrellas. Que así
por el nombre puede parecer un reality show porno con actores de Hollywod, pero
no, era una versión en tele de su programa de radio. A mí me llegó a gustar su
programa de radio, pero en la tele resultaba que Pumares era feo y ponía
cara de mala leche. En la radio hablaba de películas clásicas y estrenos, pero
en la tele hablaba de las pelis que emitía Antena 3, que como no había pasta,
pues eran malísimas. Años después se convirtió en el hazmerreír de las
tertulias de Sardà,
pero yo ya me reía con él en Antena 3.
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Espacio 1999, una serie que ya era viejuna hace 20 años. |
Unos meses más tarde nació
Telecinco, y con su concepto de la Teleteta eclipsó por completo el nacimiento
de Antena 3 TV. Hasta que en 1992 no la compró Asensio, Antena 3 no remontó el
vuelo (luego llegó a ser líder de audiencia).
Yo recuerdo ese primer año
como algo divertidísimo, entre otras cosas porque estaba en la Facultad y me
moría de risa comentando las jugadas con Enrique
Catá de Hachette, el tío que más sabe de televisión de España y
que se acordará de mil anécdtas más que yo, pero los años me han respetado el
físico de una manera realmente envidiable pero se ha cebado en mi memoria,
convirtiéndola en la de un pez cirujano pequeño. El físico me lo ha respetado,
pero porque yo ya era raro y un poca cosa de joven.
¿Os acordáis de esta Antena 3,
o de repente vais de jóvenes y no os acordáis ni de Cuatro porque cuando
nació erais muy pequeños?