lunes, 11 de enero de 2010

El humor que vimos en Navidad

Tradicionalmente, las televisiones emiten en Navidad muchos programas que son para mearse de la risa, algunos a propósito y otros no. Sobre todo en Nochebuena y Nochevieja, fechas en las que históricamente hemos visto desde las maravillas de Martes y Trece hasta las ordinarieces de Los Morancos. Y a mí, desde que era así de pequeñito, me ha gustado estar pendiente de estos programas autocalificados “de humor”, y por segundo año voy a proceder a contaros mis impresiones, para ver si coinciden con las vuestras o si por el contrario pensáis que soy un gilipichis y que en Menstyle me deberían retirar este blog.
Para mí el humor de las Navidades empieza el día 24 a las 21:00 horas, con el Mensaje de S.M. Juancar. Este año ha estado menos sembrado, porque lo ha repetido casi todo, aunque le dio más por la unidad de España. Eso sí, me partí con la coña socarrona de que para salir de la crisis tenemos que trabajar todos juntos. Je, je, je… “trabajar juntos”… qué jodío… Lo mejor de su programa fue el dato de que la televisión autonómica que más lo vio fuera la del País Vasco, en el debut de ETB retransmitiendo el mensaje. Yo creo que muchos vascos ni sabían como era el Rey, y por eso pusieron la tele.
El programa que TVE1 puso a continuación fue el de Josema y Flo. ¿Y ahora qué?, se llamaba otra vez. Que dan ganas de contestarles: lo que queráis menos más programas vuestros, por Dios. El especial fue peor que el del año pasado, si esto es posible. Josema Yuste sigue sin recuperar ni un ápice de la maestría que exhibía con Millán, y Florentino Fernández sigue como siempre: es un buen humorista de acompañamiento, un colaborador, pero no una estrella que pueda llevar el 50% de un programa de gags, y mucho menos el 99% al que le obliga Josema. Las presentaciones que hicieron en plató fueron terribles, el gag de Falete (Filete) muy flojo y mil veces visto, la pareja de Papá y Mamá Nöel previsible y facilona…
Florentino Fernández y Josema. Yo creo que quedaría más gracioso Josema con Florentino Pérez.
Me hizo gracia la idea de un gag de Instinto básico en la que era Lina Morgan la que cruzaba las piernas con su absurdo estilo de retorcerlas, y el detective era Paco Martínez Soria. Me hizo gracia la idea, pero el gag era malísimo. Y también sonreí en el gag de una concursante de OT10 que se cree que es famosísima, pero el empleado de una tienda no tiene ni idea de quién es. Pero me hizo gracia porque hace poco me pasó a mí lo mismo con Tessa, de OT2. Estuvo bien la entrevista de Jesús Quintero (el de verdad) riéndose de sí mismo y ya de paso de Aznar (del de mentira), y fueron espeluznantes los villancicos que cantaron con temas de actualidad, y un gag de Gila y Eugenio en el cielo, en el que Eugenio parecía un catalán cualquiera, pero ronco… ¿dónde quedaron las dotes de imitador de Josema Yuste? Antes era buenísimo imitando, ¿verdad?
La Sexta se ha dedicado todas las Navidades a emitir refritos de Wyoming y Buenafuente. “The very best de El intermedio” y “BFT, el montaje del becario”. No me gustan los programas de refritos, pero hay que reconocer que los dos showmen tienen gracia y que había muchos momentos en los que me tenía que reír, las cosas como son.
Al que nunca le he cogido el punto es a Pablo Motos. En Nochebuena se marcó el especial “El hormiguero Flashforward”. Los invitados eran Luján Argüelles, Paula Vázquez y Jesús Calleja. Se ve que nadie que no fuera de Cuatro se prestaba a pasar la Nochebuena con Motos y Flippys. Porque en El hormiguero, la palabra “invitado” significa “personaje que está de promoción por algún motivo y que pasa a convertirse en una puta marioneta para que Pablo Motos se ponga delante de él y le obligue a hacer experimentos y a bailar como Marron”. Y claro, así gratis, sin una promoción de por medio, pues no se presta cualquiera. Ante sus tres colegas de cadena, Pablo lo pudo hacer todo el prímer: representar una escena de no sé qué película, hacer un desfile de moda en el que había que andar hacia atrás… Yo creo que Cuatro se ha fusionado (o lo que sea) con Telecinco para tener más sitio donde guardar el ego de Pablo. También se metieron en una piscina de pirañas y pescaron pilas con estropajo. Es posible que algo de lo que os cuento no tenga sentido, pero es que no puedo con El hormiguero y a veces no atiendo del todo.
Trancas y Barrancas tienen que ir siempre de invitadas a El Hormiguero por contrato.
La gran sorpresa (agradable) de las Navidades me la dio José Mota, con el especial de fin de año que lleva ya varios años haciendo, solo o en compañía de otros. Hace dos años ya me sorprendió (porque vaya por delante que a mí Cruz y Raya nunca me hicieron gracia), pero el pasado, con un monográfico de la crisis, volvió a dejarme claro que no me gusta, porque hizo un especial más deprimente y repetitivo que gracioso.
Pero este año no ha sido así. El especial Con el vértigo en los talones debe de ser lo mejor que ha hecho Mota en su vida. No se puede comparar a lo que hacían los maestros Martes y trece, pero fue digno, muy digno. Magnífica la parodia de mi admirado Bear Grylls (El último superviviente), que encontraba en el bosque una hamburguesa de Burguer y resultaba ser lo más asqueroso que había probado en su vida, o el sketch del Rey antes de dar el mensaje de Navidad, que en la complicidad con el equipo de televisión comenzaba a imitar a Gila y Pajares, pero pidiéndoles silencio, no se enterara la Reina. Y genial el Collejeros: Enganchados al libro, una recreación de Callejeros en el que los jóvenes se escondían y no querían que sus padres se enteraran de que por las noches salen a pillar libros y a leerlos, podéis verlo en Youtube. Echadle también un vistazo a de Larry King entrevistando en un inglés inventado “a bulto” a Michelle Obama (Edu Soto), porque éste sí que estuvo a la altura de los de Martes y Trece. También coló José Mota sus típicas canciones subtituladas, cansinas como siempre (menos una de Carlos Baute), pero en general, y al contrario que el año pasado, le doy un notable alto.
José Mota imitando al Rey imitando a Gila. Gracioso gag.

Y termino ya con el festival del humor que soltaron en Nochebuena: especial homenaje a Nino Bravo (¿Nino Bravo? ¡qué actual! ¿para cuando una serie conmemorativa de Bruno Lomas o Cecilia?), un concierto de Raphael desde Las Ventas (al menos no hizo duetos con Bisbal, Bunbury o Alaska) y el show del Papa, que este año fue el despiporre. A mí el show del Papa me encanta desde siempre, porque me hace mucha gracia ver a un señor hablando tan en serio con un sombrero tan enorme. Pero es que este año, además, hizo el infalible número de la caída: una extra vestida de rojo saltó de entre el público para tirarse al Papa (en el buen sentido) (mejor dicho, en el malo) y el Papa respondió al gag arrojándose al suelo, no se ve claro si motu propio, si le tira la mujer o si se engancha con el guardaespaldas. Pero el detalle de meter slapstick en la misa del gallo me pareció buenísimo. El año que viene a ver si se anima alanzarle un tartazo a algún cardenal. Todo sea por la audiencia. O por la parroquia.