Si preguntáis a la gente qué
película han visto este fin de semana, probablemente el 80% os dirá que 2012.
Ha tenido una campaña promocional magnífica. Pero para
eso estoy yo, criaturas imberbes, para hablaros de las pequeñas cosas en las
que nadie se fija, como por ejemplo un pato. Otro ejemplo es una película que
se estrenó también el viernes, y en la que a lo mejor no os habéis fijado
porque ha hecho menos ruido. Se llama Triage,
y es la que he visto yo.
- ¿Quieres decir que,
pese a ser más modesta, Triage es la mejor opción que ha llegado esta
semana a la cartelera?
- No. Quiero decir que
Triage es la que he visto yo.
- Ah. Pues justo lo que
habías dicho.
- Sí.
- Y por cierto, ¿qué coño
es Triage?
- Buena pregunta,
Vicentín.
Pues triage, así, con minúsculas,
es un método utilizado en la medicina de emergencia, según el cual se intentan
optimizar los recursos para conseguir el mayor grado de supervivencia posible.
Dicho a lo bestia: si tienes a un hombre herido de muerte al que parece que no
vas a poder salvar, al lado tienes a un tipo con una herida en una pierna, y
sólo tienes cinco minutos para curarles, y una tirita, pónsela al de la herida
y no pierdas el tiempo con el otro, que total se va a morir igual. Suena duro,
pero es así.
Con mayúscula, Triage es la película que se estrenó el viernes. No tengo clara su nacionalidad, porque es una coproducción entre varios países, entre ellos España y olé, donde se ha rodado parte de la historia y que coloca a Paz Vega en el reparto, así, como quien no quiere la cosa. El elenco (me encanta la palabra “elenco”, si alguna vez tengo un hijo o una llama macho, les pondré de nombre “Elenco”) lo completan Colin Farrell y Christopher Lee. Sí, Drácula o Saruman. Y también otros actores, pero menos estelares.
Con mayúscula, Triage es la película que se estrenó el viernes. No tengo clara su nacionalidad, porque es una coproducción entre varios países, entre ellos España y olé, donde se ha rodado parte de la historia y que coloca a Paz Vega en el reparto, así, como quien no quiere la cosa. El elenco (me encanta la palabra “elenco”, si alguna vez tengo un hijo o una llama macho, les pondré de nombre “Elenco”) lo completan Colin Farrell y Christopher Lee. Sí, Drácula o Saruman. Y también otros actores, pero menos estelares.
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Colin Farrell y Paz Vega en "Triage". Hacen de esposos. |
La primera parte de Triage me entusiasmó. No me puse en pie a aplaudir como una perra porque no tendría sentido, en mi vida he hecho eso en un cine. La historia comienza con Colin Farrell y un compañero suyo haciendo su labor de fotógrafos de guerra en el Kurdistán, en una de sus cien mil guerras, pobres kurdos. Colin Farrell, que otrora me pusiera nervioso (si tengo una hija o una llama hembra, les pondré “Otrora”), cada vez me parece mejor actor, gracias a Cassandra’s dream, Escondidos en Brujas y Triage.
La primera parte me entusiasmó porque Tanovic rueda la guerra con un realismo y una sencillez que acojonan. Y en una de éstas, Farrell y su amigo fotógrafo asisten a la triage de un médico contada con un dramatismo y una frialdad tremendas. O sea, a un crudo reparto de la vida o la muerte. El médico es Dios. Y una simple tarjeta que te colocan encima es la vida. Según su color, merece la pena atenderte o no. Qué personaje, el médico. No os cuento más cosas de su papel por si la veis. Pero las pocas secuencias de ese médico son duras, tremendas… y terriblemente comprensibles.
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Colin Farrell y su amigo fotógrafo. |
Me alegró mucho coincidir en la opinión de la primera parte con Cristina Teva, mi presentadora favorita después de la mítica Doña Adelaida, y en la de la segunda parte con Daniel Rodríguez, un periodista de CANAL+ que dará que hablar, de hecho, yo estoy hablando de él (echadle un vistazo a Ilustres ignorantes y me entenderéis: parte de su éxito se debe a las ideas de Dani).
Por cierto, el pasado viernes Triage inauguró el Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Me ha contado un pajarito, concretamente un somormujo, que Paz Vega no se detuvo
ante la prensa de la alfombra roja del festival de su ciudad, y que no
permitió entrar en su set de entrevistas a cámaras secundarias. Colin Farrell, por
ejemplo, sí lo hizo. Bueno, cada uno entiende el estrellato como quiere. Yo
tampoco he permitido nunca que me hagan preguntas en la alfombra roja de mi
ciudad.