martes, 27 de diciembre de 2011

Gérard Depardieu, feliz en tu día, fum fum fum

Normalmente, durante estas semanas, todas las felicitaciones que escuchamos van referidas a estas fechas tan señaladas, a que es Nochebuena, a que es Navidad, a que es San Arquelao o a que es San Alfredo. Pero hay gente, pizpireta e independiente, que también cumple años durante estas fechas, y no me refiero a Cristo nuestro señor amén. Y a esa gente también hay que felicitarla, y cantarle el “Cumpleaños feliz” en lugar del “Campanas de Belén”. Y hoy habría que felicitar a Gérard Depardieu, porque el enorme actor francés cumple años, concretamente 63. Y en este blog lo hacemos sin ningún problema, porque en este blog no se nos caen los anillos, entre otras cosas porque no tenemos, ni que fuéramos Frodo. Pero sí nos gustaría matizar nuestra felicitación: en estos 63 años, felicitamos a Depardieu por unas cosas, pero no le felicitamos por otras.
Gérard Xavier Marcel Depardieu.
Por nacer en Châteauroux (Francia) el 27 de Diciembre de 1948: le felicitamos, claro. Aquí cada uno nace donde le sale de la huevada.
Por llamarse Gérard Xavier Marcel: no. Es un nombre pomposo y complicado, parece el nombre del hijo de una infanta. Que no es culpa suya: pues también es verdad.
Por ser pandillero y delincuente juvenil, para intentar salir de la pobreza: pues hombre, por esto podemos compadecerle, pero no felicitarle. Es más, podríamos decirle: eso no se hace, Gérard (Cela n’est pas fait, Gérard).
Por presenciar una violación cuando era delincuente juvenil: pues no le podemos felicitar, porque no hizo nada por evitarlo (esta historia la ha reconocido él). Es el famoso incidente que una revista americana tergiversó para acusarle de partícipe en la violación, un escándalo que le quitó cualquier posibilidad de ganar el Oscar al mejor actor por Cyrano de Bergerac. Tampoco es que podamos felicitar a la revista, ni a este tipo de artimañas.
Por su papel en Cyrano de Bergerac: le estaríamos felicitando cada día de nuestra vida. Qué maravilla.
Cyrano de Bergerac, su mejor papel.
Por rodar Novecento siendo aún joven y no demasiado grueso: le felicitamos. Por mantener desde entonces (y de eso hace ya 35 años) una gran amistad con Robert De Niro: también le felicitamos, pues quiere decir que Xavier Marcel es amigo de sus amigos. Por permitir que su amigo Robert de Niro abandonara hace unos años el método del Actor’s Studio y abrazara el de “voy a poner siempre la misma cara sea esto un drama, una comedia, me dirija Scorsese o una comadreja común”: pues no, por eso no le felicitamos. Por no caer él mismo en esos métodos o vicios: por eso sí le felicitamos. Qué lío, ¿eh?
Por hablar varios idiomas, entre ellos el inglés y un perfecto italiano: pues también le felicitamos. En esta vida hay que halar idiomas.
Por ser el actor mejor pagado de Francia: le felicitamos. Por saber invertir este dinero en negocios fuera del mundo del cine y montar dos restaurantes en la Place Gaillon de París (“La Fontaine Gaillon” y “L’Ecaille de la Fontaine”): le felicitamos fervientemente. Por dar últimamente la impresión de haber devorado todas las existencias del año de los dos restaurantes: por eso no.
Por saber moverse en los años noventa en el cine estadounidense con producciones dignas como “Matrimonio de conveniencia” o “1492: La conquista del Paraíso”: le felicitamos. Muchos actores europeos pierden la cabeza cuando se van a Hollywood y sólo hacen basurillas.
Por hacer de Obélix en no una, sino varias y lamentables películas sobre el cómic de Astérix (pobres Uderzo y Goscinny, con lo contento que debe estar Hergé en la tumba con el Tintín de Spielberg): por eso no le felicitamos.
Por escribir en 2005 un libro de recetas que se llamaba “My cookbook”: le felicitamos. Por dar últimamente la impresión de haber devorado todas las recetas: por eso no. Huy, este chiste ya lo he hecho. Perdón. Es que se acaba el año y me quedan pocos chistes, como le pasó a Arévalo los últimos 25 años.
Por tener dos Premios César al mejor actor por “El último metro” y “Cyrano de Bergerac”, por ser nominado otras 12 veces, por tener un Globo de Oro por “Matrimonio de conveniencia”, una Copa Volpi por “Police”, por ganar en Cannes con “Cyrano”…: le felicitamos.
Por orinar borracho este verano en el pasillo de un avión que estaba despegando porque las azafatas no le dejaban ir al servicio en ese momento: pues no, por eso no le felicitamos. Cela n’est pas fait, Gérard.
Pero por cachondearse de ese absurdo incidente en este video: pues sí le felicitamos. Y por cumplir 63 años, pues también. Porque este hombre es grande, nos dé cal o nos dé arena. Y ojalá podamos seguir felicitando muchos años a Gérard, por unas cosas sí y por otras cosas no.