- La ley Sinde.
- Álex de la Iglesia mediando con los internautas y volviéndose loco twitteando las reuniones.
- El pique entre el presi y la vicepresi Icíar Bolláin. Por cierto, creo que es la primera vez en la historia en la que presi, vicepresi, pareja del presi y pareja del vicepresi están nominados a algo. Eso sí, me parece más justa la nominación de Paul Laverty que la de Carolina Bang.
- La baja cuota de taquilla del cine español, aunque Primos acaba de hacer unos números cojonudos.
- El anuncio de la supresión de subvenciones a miniseries de televisión como si fueran películas. A mí esto no me parece mal, porque las teles se han vuelto locas con las miniseries y han dejado de producir cine. Casi prefiero que no se subvencione nada a subvencionar “Alakrana”, “Karabudjan” o “La loca historia del príncipe Felipe y Juanjo Puigcorbé” (o como se llamara esa miniserie).
- La dimisión de Álex de la Iglesia: que si antes de la gala, que si después, que si me espero a las elecciones… hombre, que pareces Hosni Mubarak (olvidad esta desafortunada comparación, es digna del twitter de Bisbal).
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Los 4 directores nominados. Yo creo que en esta foto aún no se había peleado nadie. |
- Posibles chistes malos que se pueden hacer en la gala:
- Invitar a Álex de la Iglesia a que no estrene su próxima
película en los cines, sino que la vaya twitteando.
- Sugerirles a Icíar y Álex que estrenen en años alternativos,
así sólo se pican por temas extra-cinematográficos.
- Proponerle a la Academia que cambie a la directiva y ponga a
Almodóvar de presi y a Amenábar de vicepresi. Me consta que ya se han
reconciliado un poco, pero así, a bote pronto, da morbo el plantel.
1986. En la primera edición, Pilar Miró estaba nominada a la mejor dirección por Werther. Manuel Gutiérrez Aragón entregaba el premio, y dijo: “Y el mejor director… ¡o directora! es…” y añadió: “Fernando Fernán Gómez por El viaje a ninguna parte”. Pilar Miró interpretó que ese “o directora” fue una broma innecesaria que le dio falsas esperanzas en ese momento de tantos nervios. En cuanto tuvo un micrófono a mano, dijo: “eso no se hace, Manolo”.
1991. Los premios se presentaban como un duelo entre Átame y Ay, Carmela, con 15 nominaciones cada una. La Academia saldó la cosa con un 13 –
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Gabino, Carmen y Andrés. Los tres ganaron un Goya. |
1999. En la segunda ceremonia que presentó la mejor anfitriona de los Goya, Rosa María Sardà (el mejor, ex-aequo, sería Buenafuente), se presentó el clásico vídeo homenaje a los cineastas desaparecidos el año anterior. Se les olvidó Margot Cottens. La actriz María José Goyanes preguntó por ella con un grito y llanto desgarrador desde el patio de butacas. Rosa María Sardà no supo qué contestar y optó por un silencio en cuyo rostro se leían las disculpas de la Academia.
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Willy Toledo y Alberto San Juan con sus camisetas serigrafiadas contra la guerra. |
2008. Lo mismo digo del Oscar honorífico a Alfredo Landa. Se puso tan nervioso que soltó un discurso entrecortado y surrealista que yo no podía parar de ver en Youtube (ya lo he explicado muchas veces: no fue un brote de demencia senil, en tal caso no me haría ninguna gracia: un minuto más tarde, Alfredo Landa nos recibía a los periodistas lúcido, extrañado por este ataque de anti verborrea, y ligeramente antipático).
Y ya el siguiente año tenso es 2011.