viernes, 11 de febrero de 2011

Los Goya y la polémica

Este domingo son los Goya. En la noche de los Premios Goya se podría hablar de muchas cosas, como por ejemplo de los Premios Goya. Pero este año va a ser una excepción, porque los Goya llegan con un aura de polémica absurdamente creada por la propia Academia y por el propio Ministerio de Cultura. Porque en los meses, semanas y días (como en la película rumana de Christian Mungiu que, por cierto, ganó un Goya) previos a la “fiesta del cine”, el protagonismo lo han acaparado:
- La ley Sinde.
- Álex de la Iglesia mediando con los internautas y volviéndose loco twitteando las reuniones.
- El pique entre el presi y la vicepresi Icíar Bolláin. Por cierto, creo que es la primera vez en la historia en la que presi, vicepresi, pareja del presi y pareja del vicepresi están nominados a algo. Eso sí, me parece más justa la nominación de Paul Laverty que la de Carolina Bang.
- La baja cuota de taquilla del cine español, aunque Primos acaba de hacer unos números cojonudos.
- El anuncio de la supresión de subvenciones a miniseries de televisión como si fueran películas. A mí esto no me parece mal, porque las teles se han vuelto locas con las miniseries y han dejado de producir cine. Casi prefiero que no se subvencione nada a subvencionar “Alakrana”, “Karabudjan” o “La loca historia del príncipe Felipe y Juanjo Puigcorbé” (o como se llamara esa miniserie).
- La dimisión de Álex de la Iglesia: que si antes de la gala, que si después, que si me espero a las elecciones… hombre, que pareces Hosni Mubarak (olvidad esta desafortunada comparación, es digna del twitter de Bisbal).
Los 4 directores nominados. Yo creo que en esta foto aún no se había peleado nadie.
Buenafuente es un genio. El domingo va a entrar al trapo, estoy seguro. Debe hacer bromas con el presi, el twitter, la vicepresi y su pugna fuera y dentro de la competición (no olvidemos que Balada triste de trompeta opta a 15 Goyas y También la lluvia a 13, y como convidado de piedra, Pa negre opta a 14). Si no las hace nos decepcionará a todos. El miércoles precisamente hablaba de este tema con dos grandes cómicos, uno de ellos ya ha hecho sketches en una gala de los Goya, Joaquín Reyes, y al otro dadle tiempo, David Broncano, y los dos opinaban que la obligación del cómico es entrar al trapo, aunque no hace falta llegar a las cotas de Ricky Gervais.
  • Posibles chistes malos que se pueden hacer en la gala:
  • Invitar a Álex de la Iglesia a que no estrene su próxima película en los cines, sino que la vaya twitteando.
  • Sugerirles a Icíar y Álex que estrenen en años alternativos, así sólo se pican por temas extra-cinematográficos.
  • Proponerle a la Academia que cambie a la directiva y ponga a Almodóvar de presi y a Amenábar de vicepresi. Me consta que ya se han reconciliado un poco, pero así, a bote pronto, da morbo el plantel.
Pero a lo que íbamos: no os creáis que esta es la primera gala de los Goya con polémica. Os recuerdo 7 momentos controvertidos o tensos que han “animado” los 25 años de estos premios.
1986. En la primera edición, Pilar Miró estaba nominada a la mejor dirección por Werther. Manuel Gutiérrez Aragón entregaba el premio, y dijo: “Y el mejor director… ¡o directora! es…” y añadió: Fernando Fernán Gómez por El viaje a ninguna parte”. Pilar Miró interpretó que ese “o directora” fue una broma innecesaria que le dio falsas esperanzas en ese momento de tantos nervios. En cuanto tuvo un micrófono a mano, dijo: “eso no se hace, Manolo”.
1991. Los premios se presentaban como un duelo entre Átame  y Ay, Carmela,  con 15 nominaciones cada una. La Academia saldó la cosa con un 13 – 0 a favor de Ay, Carmela. Al acabar la ceremonia, Carlos Saura dijo: “me habría gustado que estuviera más repartido”. Y Carmen Maura, que ya estaba enfadada con Almodóvar, respondió: “yo creo que han estado muy bien repartidos”.
Gabino, Carmen y Andrés. Los tres ganaron un Goya.
1998. El Presidente, José Luis Borau, hizo un discurso anti ETA y acabó mostrando sus manos blancas. O sea, sus palmas pintadas de blanco. Era su respuesta al repugnante crimen del concejal sevillano del PP Alberto Jiménez Becerril.
1999. En la segunda ceremonia que presentó la mejor anfitriona de los Goya, Rosa María Sardà (el mejor, ex-aequo, sería Buenafuente), se presentó el clásico vídeo homenaje a los cineastas desaparecidos el año anterior. Se les olvidó Margot Cottens. La actriz María José Goyanes preguntó por ella con un grito y llanto desgarrador desde el patio de butacas. Rosa María Sardà no supo qué contestar y optó por un silencio en cuyo rostro se leían las disculpas de la Academia.
2003. A partir del discurso de la Presidenta Marisa Paredes, que dijo aquello de “a lo que hay que tenerle miedo es a la guerra”, la gala se convirtió en la del “No a la guerra”. Casi todos los premiados lo decían, y ponían muy nerviosos a los ministros del PP presentes. Pero ojo, no fue mérito de Animalario: los presentadores Alberto San Juan y Guillermo Toledo no habían conducido su guión por ese lado, aunque al final aparecieran con unas camisetas pintadas (muy cutremente, y en el momento) con el lema “GUERRA NO”.
Willy Toledo y Alberto San Juan con sus camisetas serigrafiadas contra la guerra.
2000. No fue un momento polémico, pero el discurso de Marisa Paredes en el que se le fue la pinza y pidió un vaso de agua y se lo derramó con soltura sobre el vestido rosa de Sybilla y acabó el  speech con dos lamparones acuosos sin darse cuenta, a mí me encanta.
2008. Lo mismo digo del Oscar honorífico a Alfredo Landa. Se puso tan nervioso que soltó un discurso entrecortado y surrealista que yo no podía parar de ver en Youtube (ya lo he explicado muchas veces: no fue un brote de demencia senil, en tal caso no me haría ninguna gracia: un minuto más tarde, Alfredo Landa nos recibía a los periodistas lúcido, extrañado por este ataque de anti verborrea, y ligeramente antipático).

Y ya el siguiente año tenso es 2011.