viernes, 26 de noviembre de 2010

Ladrones en la sala de cine

Se estrena hoy una película entretenida, bien hecha, con sus momentos de acción y sus momentos de tensión… y que no pasará a la historia del cine mientras yo esté campando sobre mi caballo por estos lares de la cinefilia. Se llama Ladrones, y lo dicho, la película está bien. Los mimbres ya los conocemos de otras historias, pero como están bien utilizados, pues siguen funcionando. A grandes rasgos, Ladrones cuenta la historia de una sofisticada banda liderada por Hayden Christensen y Zoe Saldana, que asaltan bancos a lo bestia pero que no dejan ninguna pista ni huella. Y cuando se disponen a dar el supergolpe, el atraco definitivo que les permita retirarase (como en Ocean’s eleven), aparece un poli cascado que es Matt Dillon y que intenta enfrentarse a toda la parafernalia de la banda. A mí desde que hizo Crash, me parece que Matt Dillon ha medio resucitado. En Hayden Christensen sigo viendo a Darth Vader de joven, aunque se va poniendo algo más ceporro. Y Zoe Saldana todavía me parece que se va a convertir en una enorme avatar que me va a decir que su amor es azul como el mar, azul. Salvo estos problemas personales, y como diría Woody Allen, yo creo que la cosa funciona.
Los ladrones de "Ladrones", y valga la redundancia.
Eso sí, a la banda de Hayden y Zoe le falta algo. Le falta chispa, genialidad, sutileza… y podrían haber encontrado todo esto en muy diferentes escuelas de ladrones. Cito al azar 13 lecciones (mi número de la suerte) que podían haber tomado los ladrones de Ladrones:
  1. Podían haber dado clases de música con Alec Guinness y Peter Sellers para crear una tapadera y encubrir a la banda, como en El quinteto de la muerte. ¡Ojo! No confundir con los esbirros de Tom Hanks en Ladykillers, ese innecesario remake indigno de los Hermanos Coen
  2. Les falta el toque de clase (que buscan, pero no alcanzan) que Brad Pitt y George Clooney le daban a la pandilla de Ocean’s eleven, uno de los pocos casos de la historia en los que el remake supera al original, La cuadrilla de los once, que aunque contaba con el “Ratt Pack”, era bastante floja, proclamo.
  3. No tienen la planta de un ladrón de guante blanco como Cary Grant, “El Gato” de Atrapa a un ladrón. Bueno. Ni ellos ni nadie.
  4. No tienen el sentido del humor ni la ternura de la banda de ladrones más desastrosa y maravillosa de la historia del cine (en mi modesta y súbitamente patriótica opinión): la de Atraco a las tres. Irrepetibles López Vázquez, Manuel Alexandre, Gracita Morales, Cassen, Alfredo Landa, Agustín González
  5. Los ladrones necesitan una clase de estilo impartida por David Niven, y los policías un toque de genialidad infundido por Peter Sellers. Y animarse a robar joyas como La pantera rosa, en lugar de bancos. Partidiarios de los remakes de Steve Martin, abstenerse de seguir leyendo este blog, por favor.
  6. Les falta la pericia del hipnotizador de La maldición del escorpión de jade, capaz de fusionar en una sola persona al investigador y al ladrón investigado. Les falta la inteligencia de Woody Allen.
Woody Allen y Helen Hunt, dormiditos en "La maldición del escorpión de jade".
  1. Y ya que ha salido a relucir el gran genio de la comedia, podría ya de paso darles unas clases de resignación poniéndoles en DVD Toma el dinero y corre y Granujas de medio pelo.
  2. A los pobres no se les puede exigir el magnetismo de Paul Newman y Robert Redford, no me importa si asaltando bancos como en Dos hombres y un destino o timando a peces gordos en El golpe.
  3. Y ya que halamos de timos, los ladrones de Ladrones podrían aprender un poco de psicoanálisis argentino de manos de Ricardo Darín y de Gastón Paul en la maravillosa Nueve reinas.
  4. No son reinas, pero sí mujeres y también hablan en español, así que las chicas de Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (léase Victoria Abril), podrían darles una desgarradora clase de como se roba en España, por si la lección patria de Atraco a las tres se la han tomado a coña.
  5. Y por si las cosas se ponen feas, que aprendan cómo huír hacia adelante con Al Pacino en Tarde de perros. Poco después de salir de su encierro, a Al le dio el ataque ése que sufrió también Robert de Niro y se quedó igual en todas las películas. Que eso no lo aprendan.
  6. Por supuesto, que vayan a las clases magistrales de Marnie la ladrona.
  7. ¿Robin Hood cuenta como ladrón? Sí es que sí, recomiendo las lecciones magistrales de Sean Connery, que hizo un Robin con  mucha más clase y experiencia que Errol Flynn o Kevin Costner.

Aún así, insisto, Ladrones no está mal, y no es justo compararla con todo este nivelazo. Pero quién dijo que yo tenga que ser justo…