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Los ladrones de "Ladrones", y valga la redundancia. |
Eso sí, a la
banda de Hayden y Zoe le falta algo. Le falta
chispa, genialidad, sutileza… y podrían haber encontrado todo esto en muy
diferentes escuelas de ladrones. Cito al azar 13 lecciones (mi número de la
suerte) que podían haber tomado los ladrones de Ladrones:
- Podían haber dado clases de música con Alec Guinness y Peter Sellers para
crear una tapadera y encubrir a la banda, como en El quinteto de la muerte.
¡Ojo! No confundir con los esbirros de Tom Hanks en Ladykillers, ese
innecesario remake indigno de los Hermanos
Coen…
- Les falta el toque de clase (que buscan, pero no alcanzan)
que Brad Pitt
y George Clooney
le daban a la pandilla de Ocean’s
eleven, uno de los pocos casos de la historia en los que el
remake supera al original, La
cuadrilla de los once, que aunque contaba con el “Ratt Pack”,
era bastante floja, proclamo.
- No tienen la planta de un ladrón de guante blanco como Cary Grant, “El
Gato” de Atrapa
a un ladrón. Bueno. Ni ellos ni nadie.
- No tienen el sentido del humor ni la ternura de la banda de
ladrones más desastrosa y maravillosa de la historia del cine (en mi
modesta y súbitamente patriótica opinión): la de Atraco a las tres.
Irrepetibles López
Vázquez, Manuel Alexandre, Gracita Morales, Cassen, Alfredo Landa, Agustín
González…
- Los ladrones necesitan una clase de estilo impartida por David Niven, y los
policías un toque de genialidad infundido por Peter Sellers. Y
animarse a robar joyas como La
pantera rosa, en lugar de bancos. Partidiarios de los remakes
de Steve Martin,
abstenerse de seguir leyendo este blog, por favor.
- Les falta la pericia del hipnotizador de La maldición del escorpión de jade,
capaz de fusionar en una sola persona al investigador y al ladrón
investigado. Les falta la inteligencia de Woody Allen.
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Woody Allen y Helen Hunt, dormiditos en "La maldición del escorpión de jade". |
- Y ya que ha salido a relucir el gran genio de la comedia,
podría ya de paso darles unas clases de resignación poniéndoles en DVD Toma el dinero y corre y
Granujas de medio pelo.
- A los pobres no se les puede exigir el magnetismo de Paul Newman y Robert Redford, no
me importa si asaltando bancos como en Dos
hombres y un destino o timando a peces gordos en El golpe.
- Y ya que halamos de timos, los ladrones de Ladrones podrían
aprender un poco de psicoanálisis argentino de manos de Ricardo Darín y de Gastón Paul en la
maravillosa Nueve reinas.
- No son reinas, pero sí mujeres y también hablan en español,
así que las chicas de Nadie
hablará de nosotras cuando hayamos muerto (léase Victoria Abril),
podrían darles una desgarradora clase de como se roba en España, por si la
lección patria de Atraco a
las tres se la han tomado a coña.
- Y por si las cosas se ponen feas, que aprendan cómo huír
hacia adelante con Al
Pacino en Tarde
de perros. Poco después de salir de su encierro, a Al le dio el ataque ése
que sufrió también Robert
de Niro y se quedó igual en todas las películas. Que eso
no lo aprendan.
- Por supuesto, que vayan a las clases magistrales de Marnie la ladrona.
- ¿Robin Hood cuenta
como ladrón? Sí es que sí, recomiendo las lecciones magistrales de Sean Connery, que
hizo un Robin con mucha más clase y experiencia que Errol Flynn o Kevin Costner.
Aún así, insisto, Ladrones no está mal, y no es justo compararla con todo este nivelazo. Pero quién dijo que yo tenga que ser justo…